La última jornada de guerra llega protagonizada por las conversaciones entre ucranianos y estadounidenses previas a la ronda de negociaciones que comenzará en cuestión de horas en Arabia Saudita y en la que tomarán parte también los rusos. Además, durante la jornada se han registrado un buen número de ataques con drones sobre uno y otro lado, de ataques informáticos e incluso de sabotajes. Sobre el frente, aunque las operaciones continúan, los cambios siguen siendo mínimos, tendencia que difícilmente cambiará en el futuro inmediato.
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La jornada 1.124ª de guerra ha dejado nuevos lanzamientos de drones de largo alcance rusos contra Ucrania. Según el Ministerio de Defensa de este país, un total de 99, de los que afirman haber destruido en vuelo 57 por medios cinéticos, mientras que 36 más habrían sucumbido a la acción de los no cinéticos (EW) o bien se habrían desviado de su destino por problemas técnicos.
Una vez más, dejando a un lado las cifras, las defensas antiaéreas ucranianas han estado activas sobre la capital del país, Kiev. También sobre la ciudad de Dnipró, en donde se han registrado varias explosiones, lo mismo que en la cercana ciudad de Zaporiyia, también a orillas del Dniéper. En este caso, en otras partes de la región del mismo nombre se han producido también explosiones, aunque algunas de ellas se deberían a la caída de bombas planeadoras rusas, que se siguen utilizando con profusión. Además de todo esto, en Odesa se ha producido una explosión en una comisaría de policía que ha dejado al menos un fallecido, así como varios heridos. En total, los ataques rusos en esta jornada habrían dejado un saldo de 4 muertos y 13 heridos.
A los ataques con vectores de largo alcance, hay que sumar además los cibernéticos, que en esta jornada ha provocado importantes problemas en la red de ferrocarriles ucraniana, paralizada tras un ataque «a gran escala». Pese a ello, según informan desde la empresa Ukrzaliznytsia «La restauración de todos los sistemas duró todo el día y continúa. Los especialistas de Ukrzaliznytsia trabajan en estrecha colaboración con el Departamento Cibernético del Servicio de Seguridad de Ucrania. El enemigo no ha logrado su objetivo principal: el tráfico ferroviario es estable, los trenes circulan con fluidez y sin retrasos».
Pasando ya a Rusia que también enfrenta a diario la acción de los vectores de largo alcance ucranianos, sobre los que se ha publicado recientemente, las alarmas han estado activas en la región de Rostov, afectando a varias localidades repartidas por la misma, debido a la amenaza de ataques ucranianos con drones. De hecho, se ha publicado acerca de varias explosiones en Rostov del Don, incluyendo una que ha afectado al centro comercial «Astor» situado en dicha localidad. También acerca de un ataque ucraniano contra el aeródromo de Morozovsk, si bien es posible que los antiaéreos situados en este base hayan derribado aparatos que, en realidad, tenían como objetivo una refinería en Volgogrado.
Además de esto, a través de un ataque mediante lanzacohetes HIMARS, los ucranianos habrían logrado destruir dos helicópteros de transporte Mi-8 y dañar una pareja de helicópteros de ataque Ka-52 en una acción encabezada por operativos SOF, que habrían facilitado las coordenadas. El ataque habría tenido lugar a unos 60 kilómetros de la frontera rusa, cerca de Ivnya, en la región de Bélgorod. Y, por otra parte, mediante bombas planeadoras (los ucranianos suelen emplear AASM francesas para estas tareas), las AFU han destruido una base de entrenamiento rusa en Nova Kajovka que, según dicen, sus enemigos empleaban para formar a sus militares en desembarcos costeros, es decir, el tipo de operaciones que desde hace meses llevan a cabo unos y otros en las islas del Dniéper.
El Ministerio de Defensa ruso, que a la hora de redacción de este informe no había publicado su informe diario en el que publicita los supuestos derribos, sí ha compartido varias notas de prensa hablando sobre la neutralización de drones ucranianos sobre Bélgorod, en Byransk, Rostov, Crimea y Krasnodar, en Voronezh y en Kursk.
Además de esto, los partisanos de «Atesh» habrían vuelto a sabotear una línea ferroviaria rusa, en este caso en la región de Smolensk, interrumpiendo el transporte de mercancías militares hacia Bryansk y Kursk, según el grupo, que ha compartido imágenes de un cuadro eléctrico ardiendo a través de su cuenta de Telegram.

Cambiamos ya hacia la actividad sobre el terreno, en donde una jornada más, los cambios son mínimos; lógico en una guerra en la que hace tiempo que los frentes se han estabilizado y en la que ambos están pensando en muchos sentidos más en las negociaciones y el día después de estas (lo que no quiere decir necesariamente la paz) que en el magro beneficio que cualquier operación adicional pueda ofrecerle en estas semanas.
Hay que decir que, a pesar de que algunos lectores nos recriminan el que dediquemos relativamente poca atención a este aspecto, lo cierto es que hay muy poco que podamos decir y que aporte verdadero valor añadido de un tiempo a esta parte. Es cierto que a nivel técnico la guerra sigue con su evolución, pero esta ya es incremental y no disruptiva, siguiendo un ciclo lógico de iteración rápida, pero sin entrada en juego de nuevo armamento, ni cambios doctrinales apreciables, ni ningún otro elemento que necesite de un análisis adicional desde hace unos meses.
Además, como hemos dicho, el frente está perfectamente estable a pesar de que a diario se produzcan combates y pequeños cambios. Somos conscientes de que muchos usuarios desean fervientemente que uno de los bandos (en muchos casos, como si de una competición deportiva se tratase) lleve a cabo algún tipo de acción rompedora que cambie el sentido de la guerra. También que, cuando algo sucede, aunque su importancia en términos globales sea mínima, tiende a maximizarse. Es precisamente para evitar este tipo de errores que dedicamos únicamente una atención secundaria a los combates y los movimientos y que lo hacemos además de la forma más descarnada y aséptica que nos es posible.
Dicho esto, iniciamos nuestro repaso en el sector de Bélgorod, en donde continúa en marcha la operación ucraniana iniciada días atrás. Allí, han logrado expandir el área bajo su control en dirección a Demidovka y Popovka, si bien en términos territoriales el impacto es mínimo. Lo más relevante, en cualquier caso, es que las AFU habrían tomado el control de algunas edificaciones al sur del núcleo urbano de Demidovka.
Cerca de allí, en el sector de Kursk, los avances rusos en su intento por terminar con el saliente les han llevado a alcanzar la frontera ucraniana al sur de Oleshnya, entre esta localidad y la más meridional Guevo y, también, ha hacerse con la mayor parte de la localidad de Basivka.
En el sector del Oskil, a pesar de la retoma por parte de las AFU de la localidad de Nadiya (a la que se le está dando un importante bombo mediático, seguramente injustificado) y de algunas posiciones al este y norte de Zelenyi Hai, la situación sigue siendo interesante, pues los rusos hace tiempo que se han asentado en distintas partes a occidente de este río, que seguramente marcará la frontera llegado un hipotético alto el fuego.
Pasamos ahora a Toretsk, en donde la situación también permanece dinámica, pues tras los últimos contraataques rusos, que les habían llevado a retomar zonas céntricas y también a avanzar de nuevo hacia Krymske, un nuevo ataque ucraniano ha servido para afianzar su control sobre las zonas anexas al estadio «Avangard».
De ahí cambiamos hacia Pokrovks, en donde un ataque ucraniano ha llevado a su infantería a entrar en la parte más occidental de la aldea de Solone, al sur de la vía férrea, a la espera de ver si se dirigen ahora hacia Novovasylivka, entre la localidad anterior y Uspenivka, esta última retomada recientemente.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, tampoco son demasiadas las novedades, como corresponde a una jornada dominical. Lo más importante, como nuestros lectores sin duda saben, debía ocurrir entre ucranianos y estadounidenses, ya que estaba programada una reunión preparatoria entre ambos equipos que servirá para informarse y para determinar posiciones antes de la cita en Arabia Saudí, sobre las que hablamos en nuestro informe anterior y en las que desde los EEUU han puesto muchas esperanzas.
Rusia, por su parte, e independientemente de lo que pueda hablarse en relación con Ucrania, parece ver en estas conversaciones una oportunidad de oro ya que podría suponer para el país beneficios económicos y geopolíticos incluso sin un acuerdo con Ucrania, como publican desde The New York Times.
En cuanto a Ucrania, se ha pronunciado el ministro de Defensa del país, Rustem Umerov, quien ha hablado sobre el encuentro previo con la delegación estadounidense, que ha calificado de «productivo». El único detalle que ha dejado traslucir es que se ha hablado de energía, aunque no está en absoluto claro si en referencia a la tregua que ponga fin a los ataques a las infraestructuras de una u otra parte, al envío de más sistemas para garantizar su defensa, a la situación futura de la central nuclear de Zaporiyia, a la oferta estadounidense para tomar el control de las centrales nucleares ucranianos, a otros temas o a una mezcla de todo, que es lo más factible.
También ha hablado Zelenski, en la misma línea como es lógico, diciendo en su discurso diario por una parte que «Nuestro equipo está trabajando de forma muy constructiva y el debate ha sido muy fructífero. El trabajo de las delegaciones continúa». Por otra parte, Zelenski ha vuelto a culpar a Rusia de continuar la guerra y ha recordado que desde el 11 de marzo existe una propuesta de alto el fuego «incondicional». Además, Zelenski también ha hecho una referencia al tema de la energía, afirmando que las conversaciones se han producido a un nivel «más técnico» que las anteriores, con participación de militares, diplomáticos y representantes del Ministerio de Energía.
Por cierto, que hablando de conversaciones y negociadores, el enviado de Donald Trump Steve Witkoff se ha pronunciado recientemente sobre el plan de mantenimiento de la paz que el primer ministro británico, Keir Starmer, está preparando para Ucrania, calificándolo de «postura al estilo Churchill». Para ser exactos, el inversor norteamericano dijo que «Creo que existe esta especie de noción de que todos tenemos que ser como Winston Churchill» pero que le parecía «absurda» la idea de que Putin quiera «marchar por Europa». Aquí, cabe decir que aunque el tono pueda ser erróneo, lo cierto es que Putin no tiene por ahora fuerzas para marchar sobre Europa, ni siquiera en un momento en el que la capacidad de los estados europeos para generar fuerzas sea mínima. Sin embargo, los europeos sí que están sometidos a la amenaza de ataques, como hemos dicho en varias ocasiones, por ejemplo estratégicos-subnucleares y también, si no toman las medidas adecuadas, podrán volver a tener ante sí la amenaza de un ejército ruso reconstituido a medio plazo.
Cambiamos ahora hacia Alemania, pues este país, que como los lectores recordarán aprobó recientemente la concesión de 3.000 millones de euros de ayuda militar adicional a Ucrania, ha publicado datos relativos a la planificación del conjunto de la ayuda, que se distribuirá, a la espera de que puedan aprobarse nuevas partidas, como sigue:
- 2026 : 2.690 millones de euros
- 2027 : 3.170 millones de euros
- 2028 : 2.230 millones de euros
- 2029 : 164,37 millones de euros
Otro tema interesante, relacionado directamente con la nueva política exterior de Trump y al que merece la pena dedicar unas líneas antes de finalizar el informe de hoy, tiene que ver con el giro que algunos aliados de los Estados Unidos están dando, buscando formas de disminuir la dependencia respecto del armamento norteamericano. Incluso, en los últimos días, se ha escrito a propósito de la intención canadiense de obviar la compra de F-35, decantándose por aviones de cuarta generación francamente inferiores como son el Eurofighter o el Rafale, ambos europeos. El problema de esto, así como de muchas de las ensoñaciones de quienes creen que comprar europeo, o japonés o incluso turco es una forma de protegerse de los vetos estadounidenses, es que en realidad la mayor parte de sistemas de armas producidos fuera de allí montan de una forma u otra componentes y equipos de origen norteamericano, que están sujetos a la normativa ITAR.
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