La jornada 11123 de guerra ha dejado nuevos ataques rusos contra distintos puntos de Ucrania, incluyendo Kiev, muchos de los cuales se han saldado con víctimas mortales civiles, que suman ya varias decenas en las últimas semanas. Sobre el frente, las novedades son escasas, con muy pocos cambios de posiciones salvo en el sector del Oskil, de los más activos en las últimas horas. En la arena internacional, por su parte, todo gira en torno a las conversaciones que tendrán lugar el próximo lunes en Arabia Saudita y para las cuales tanto ucranianos como rusos y estadounidenses se están preparando. Además, Estonia ha anunciado un paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 100 millones de euros.
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La última jornada de guerra en Ucrania hasta la fecha nos ha dejado el lanzamiento por parte rusa, según el Ministerio de Defensa ucraniano, de hasta 147 drones tipo Shahed-131/136/138 (Geran-1/2/3) de los que aseguran por una parte, haber derribado 97 de ellos por medios cinéticos y, por otra, que 25 de los aparatos no habrían alcanzado su destino bien por problemas técnicos, bien porque los sistemas de guerra electrónica habrían hecho su función.
Dicho esto (y mientras Trump considera posible un alto el fuego antes del 20 de abril, coincidiendo con la Pascua) se han producido explosiones por ejemplo en Bucha, en la región de Kiev. También en la propia capital ucraniana, en donde tres personas (incluyendo una menor) han muerto, y una decena han resultado heridas y en donde han resultado alcanzados varios de los distritos de la ciudad, bien directamente, bien con daños causados por la caída de restos de drones. Además, también Poltava o Zaporiyia (donde tres civiles habrían fallecido en las últimas 48 horas) han resultado nuevamente alcanzadas. Por último, un civil ha fallecido en Bilozerka, en la región de Jersón, tras un ataque ruso con drones tácticos.
Del lado de Rusia, hay noticias de la muerte de dos oficiales tras explotar el vehículo en el que viajaban en las inmediaciones de Skadovsk, en la parte de Jersón bajo control ruso, al sur del Dniéper, en lo que podría haber sido un atentado. Desde Rusia, además, han denunciado el fallecimiento de un civil en la región de Bélgorod tras un ataque ucraniano con drones.
Desde el Ministerio de Defensa de Rusia, en cualquier caso, han hablado de la supuesta neutralización de un dron ucraniano sobre Crimea y aseguran haber derribado hasta «10 bombas aéreas guiadas JDAM y tres cohetes de lanzamiento múltiple HIMARS de fabricación estadounidense, así como 224 vehículos aéreos no tripulados» de ala fija en las últimas 24 horas sobre zonas como Bélgorod, Rostov o Astracán.

Cambiando ya hacia los combates y los movimientos, las novedades son escasas en ese fin de semana de marzo. Por un lado, tenemos que durante la semana que termina el Ejército ruso habría logrado avances de alrededor de 60 kilómetros cuadrados, a pesar de la contraofensiva de Kursk, ya ralentizada. Por otro, hablando precisamente de este sector, que el Ejército ruso ha seguido acumulando pequeños pero constantes ganancias en dirección a la frontera ucraniana, reconocidos incluso por las fuentes de este país.
Más al sur, en el sector del Oskil, siguen produciéndose pequeños ataques rusos en zonas en las que hay muy poca densidad de defensores, como ocurre al norte de Dvorichna, en donde han logrado diminutos avances entre Topoli y Kamyanka. De hecho, se han apoderado de la primera de estas aldeas. Además, también en la región de Járkov, han avanzado hacia el interior de la propia Dvorichna. Por el contrario, a la altura de Svatove, sin salir del sector del Oskil, los ucranianos han retomado la pequeña localidad de Nadiya, dejando testimonio de la acción en vídeo.
Cambiamos ahora a los sectores de Pokrovsk y Kurajove, pues no se han producido novedades de consideración ni en Siversk, ni en Chassiv Yar (aunque en este caso hay fuentes que hablan de la entrada rusa, por confirmar, en el distrito de Shevchenko), ni tampoco en Toretsk, desde el último informe. Así las cosas, nos encontramos con continuos ataques y contraataques, siguiendo la tónica de las jornadas previas, y con pequeños avances rusos en la frontera entre este sector y el más meridional de Kurajove, concretamente en Sribne, en línea con lo comentado en el informe de ayer.
Por último, cerramos con una referenciam al sector de Zaporiyia, pues aunque no parece que se hayan producido cambios desde que el Ejército ruso entrase, dos días atrás, en Lobkove, sí han seguido librándose combates. En cualquier caso, no está todavía nada claro si Rusia intentará una acción más contundente o sí, como parece, simplemente están aprovechando los huecos en las defensas ucranianas para corregir la línea a su favor lanzando ataques de oportunidad.
Huecos motivados, como sabemos, particularmente por la falta de personal, que desde Kiev han intentado remediar con distintas medidas, evitando en todo momento una movilización total. Medidas como la búsqueda de voluntarios de entre 18 y 24 años, algunos de los cuales (sin especificar su número, eso sí), se unirán en breve a las brigadas en servicio.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, como ya hemos adelantado en la primera parte del informe, nos encontramos con que Trump ha dicho recientemente que espera poder lograr una tregua entre los dos bandos antes de la Pascua, si bien no se hace demasiadas ilusiones al respecto. Sin duda, el norteamericano debe saber que ahora mismo los incentivos de Putin para frenar en seco las operaciones terrestres son reducidos; máxime cuando no han retomado el control completo de Toretsk, Ucrania ha atacado Bélgorod y todavía no han logrado la expulsión completa de las AFU de Kursk (y eso haciendo referencia únicamente a la situación táctica, sin necesidad de entrar en factores mucho más profundos y determinantes).
A propósito de las negociaciones, el negociador estadounidense Steve Witkoff ha vuelto a señalar que espera obtener un «progreso real» el próximo lunes en Arabia Saudí. Antes, sin embargo, ucranianos y estadounidenses se reunirán en Ríad durante la tarde-noche del domingo, para intercambiar opiniones. Todo mientras el presidente ucraniano ha pedido a sus aliados que ejerzan una «nueva presión» sobre Rusia, de forma que se vea motivada a mantener una postura menos intransigente y ponga «fin a la guerra».
Desde Rusia, mientras tanto, se ha pronunciado el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, quien ha dicho que espera que las negociaciones sean «difíciles» y quien ha añadido, además, que «Creemos que es difícil estimar el potencial de cooperación mutuamente beneficiosa en un gran número de áreas entre nuestros dos países». No ha sido en cualquier caso lo único que ha dicho Peskov en las últimas horas, pues también ha adelantado que podrían producirse nuevos contactos entre Trump y Putin, sin especificar fecha, lugar o temática concreta y, además, ha dicho que algunos de dichos contactos podrían ser extraoficiales (mientras desde otras latitudes dan consejos a Trump acerca de cómo negociar con Putin).
A propósito, aunque por derivación tendemos a pensar que todas las conversaciones entre ambos mandatarios giran en torno a Ucrania, lo cierto es que la situación en este país es sólo uno más de los aspectos que estarían tratando tanto los dos presidentes, como sus equipos. En su mayoría, las negociaciones serían técnicas y en torno a asuntos como el equilibrio estratégico. Algo en lo que también tendrá un papel Alexander Darchiyev, el nuevo embajador ruso ante los Estados Unidos, quien llegará la próxima semana a este país.
Por supuesto, también estarán negociando la forma de llegar a una situación en la que Rusia sea más independiente de China (algo que Trump persigue, como hemos comentado en varios informes, pero que es mucho más complicado de conseguir de lo que parece, dados los fuertes lazos entre ambas potencias y los incentivos a mantener su alianza). Por otra parte, también causa temor en muchos la forma en la que ciertos sectores del electorado estadounidense se están acercando a las ideas antiliberales que reinan en Rusia. Ahora bien, a propósito de esto último, y a tenor de las encuestas, las cosas no son tan sencillas, ya que precisamente una mayoría de los votantes republicanos ven a Rusia como un problema…
Con o sin tregua para Pascua, tanto los estadounidenses, como los rusos y los ucranianos se están preparando para las conversaciones que darán inicio en unas horas. Para ello, el presidente ucraniano, Zelenski, se ha reunido con su cúpula militar, incluyendo al comandante en jefe, Oleksandr Syrskyi, al ministro de Defensa Rustem Umerov, y al jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas ucranianas, Andrii Hnatov, con quienes ha hablado sobre la situación en el terreno y, también, sobre la traslación de la misma a las conversaciones del lunes.
Más allá de todo lo anterior, la actividad ha sido escasa, al menos a nivel oficial. Por ejemplo, el ministro de Exteriores ucraniano, Sybiha, durante esta última jornada ha limitado su actividad pública básicamente a denunciar lo que considera un intento de genocidio por parte de Rusia contra el pueblo ucraniano, acusando a Moscú de intentar con esta guerra y con la opresión anterior «destruir a Ucrania como Estado y a los ucranianos como grupo nacional».
Eso sí, desde Estonia el gobierno de esta república báltica ha anunciado un nuevo paquete de asistencia militar a Ucrania por valor de 100 millones de euros que servirán para satisfacer las demandas trasladadas desde Kiev en una lista en la que se recogían los equipos que las AFU necesitan, todos los cuales serán adquiridos a empresas de defensa de Estonia. Es decir, que como ocurre habitualmente y aunque obviamente Ucrania sale beneficiada, la ayuda a este país se emplea (y así lo hacen la mayoría) para financiar la industria local.
Para concluir, y en cuanto a otro tipo de asistencia, Países Bajos ha destinado 65 millones de euros al Fondo de Apoyo Energético de Ucrania. Según el viceministro de Energía ucraniano, Roman Andarak, gracias a estos fondos podrán cubrir parcialmente las necesidades urgentes y suponen una importante contribución a la campaña de reparación que ya está en marcha para la próxima temporada de calefacción.
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