Con la promesa de una noticia importante -se especula incluso con un alto el fuego- en las próximas horas, hecha por el presidente Trump, llegamos a la jornada 1116ª de guerra en Ucrania. Una jornada en la que ha tenido lugar la reunión de 25 líderes de Estados aliados de Ucrania por videoconferencia con el Reino Unido como anfitrión. También el anuncio de una reunión similar, pero de responsables militares, que tendrá lugar la próxima semana y en la que tomarán parte aquellos dispuestos a tomar parte en una coalición de voluntarios que enviaría, llegado el caso, tropas a Ucrania. Además, el secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, ha hablado con el ministro ruso de Exteriores, Serguéi Lavrov, sobre los próximos pasos para poner fin a la guerra. Sobre el frente, mientras tanto, a la espera de cómo culmine la contraofensiva rusa en el sector de Kursk, los cambios son mínimos; no así los lanzamientos de drones por parte rusa, que han vuelto a superar el centenar.
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Durante la última jornada de guerra en Ucrania, y tras el impasse de ayer (Rusia, aparentemente, emplea los drones Shahed en función de su disponibilidad, con lo que retrasos en la producción o problemas logísticos, más que la dificultad para asignar blancos o cualquier otro factor, son seguramente los que expliquen el bajo número de lanzamientos de la pasada jornada), las Fuerzas Armadas rusas habrían lanzado sobre Ucrania 178 drones tipo Shahed-131/136/138 (Geran-1/2/3). De este total, según el Ministerio de Defensa ucraniano, las defensas antiaéreas del país habrían dado cuenta de 130 aparatos, mientras que hasta 38 más habrían sido neutralizados por medios no cinéticos o bien habrían sufrido problemas técnicos.
A pesar de las cifras aportadas por las instituciones ucranianas, se han registrado daños y explosiones. Así las cosas, por ejemplo, en las regiones de Odesa y Dnipró las infraestructuras eléctricas habrían sufrido distintos daños. También se han producido explosiones en Chernígov, localidad en la que un edificio de viviendas ha quedado parcialmente destruido tras el impacto de un dron ruso y en Kiev, cerca de una base militar. Además de esto, en la localidad de Nikopol un civil ha fallecido y otro más ha resultado herido como consecuencia en este caso de un ataque artillero ruso.
Del lado contrario, los ucranianos habrían alcanzado la ciudad rusa de Volgogrado, dañando una refinería en la misma, si bien por el momento se desconocen las consecuencias exactas del ataque. Una situación muy diferente a la del reciente ataque llevado a cabo Ucrania contra depósitos de combustible rusos en Tuaptse, de los que ya hay imágenes por satélite disponibles.
Desde el Ministerio de Defensa ruso, en cualquier caso, han publicado en su informe oficial las siguientes cifras de supuestos derribos «siete bombas aéreas guiadas JDAM y tres cohetes de lanzamiento múltiple HIMARS de fabricación estadounidense, así como ciento setenta vehículos aéreos no tripulados de ala fija, 141 de los cuales estaban fuera de la zona de la Operación Militar Especial».

Cambiamos ahora hacia los combates y los movimientos, conscientes de que no se han producido excesivos cambios desde el informe de ayer, ya que se publicó más tarde de lo normal. Lo hacemos comenzando por el sector de Kursk. Allí, después de las últimas ganancias, el Ejército ruso habría comenzado el asalto de la localidad de Gogolevka; población que si es tomada dejará a los rusos en situación de alcanzar, a través de la carretera R200 la villa de Oleshnya, ya en la frontera con Ucrania.
Como dijimos, se espera que en un plazo breve los ucranianos sean expulsados de la región, lo que constataría el fracaso de una operación que fue audaz, pero también arriesgada y que finalmente todo indica que habrá tenido un coste comparable en cuanto a vehículos para unos y otros, lo que implica que Ucrania habría sido más costosa en realidad, dada la disparidad de medios. Lo que es peor, tal y como se temía no sólo no ha alcanzado ningún resultado estratégico favorable para Kiev, sino que además ha detraído un número de tropas de otros sectores que está directamente detrás de los avances ucranianos en los mismos y, también, del cambio de percepción general (incluidos buena parte de sus aliados) sobre las posibilidades militares de Ucrania en el conflicto (ya muy dañadas tras la ofensiva de verano de 2023 y la batalla de Avdíivka). Eso sí, pese a todo, sigue sin haber indicio alguno de cerco.
De Kursk pasamos al sector del Oskil, pues se han registrado o más bien constatado nuevos avances rusos al noroeste de Ivanivka. Además, ha ocurrido lo mismo al oeste de Nadiya, cerca de la frontera entre Lugansk y Járkov, punto en el que Rusia habría lanzado varios ataques mecanizados.
Y de ahí, pasamos al sector de Pokrovsk, en donde los cambios son escasos en la última jornada, afectando al sur de Udachne, junto a la vía férrea, zona en la que los ucranianos han logrado recientemente recuperar algo más de terreno. No ha sido el único punto del sector en el que los ucranianos se habrían anotado algún pequeño éxito, pues ha ocurrido lo propio más al este, en Lisivka.
Por último, finalizamos hoy con el sector de Jersón, pues en la orilla sur del río Dniéper los ucranianos han destruido horas atrás un puente sobre el río Konka empleado por Rusia, país que controla la parte sur de esta óblast ucraniana desde los primeros compases de la guerra. El puente, que ya había sido dañado anteriormente, ha sido completamente derruido empleando para ello una bomba AASM francesa.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Pese a ser fin de semana, la actividad no ha cesado, pues, por de pronto, había convocada una segunda cumbre de los principales socios de Ucrania organizada por el Reino Unido. Además, el secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, ha conversado por teléfono con su homólogo ruso, Serguéi Lavrov.
Durante la jornada aproximadamente 25 líderes de países socios de Ucrania, -incluidos países europeos, Canadá, Australia, así como la OTAN y la Comisión Europea-, se reunieron por videoconferencia con el primer ministro del Reino Unido, Keir Starmer como anfitrión. Se trata de la segunda reunión organizada por el líder británico en los últimos quince días, a las que habría que sumar las tres organizadas por París, así como el Consejo Europeo extraordinario del 6 de marzo.
En esta ocasión, los líderes reunidos han decidido ejercer “presión colectiva” sobre Rusia para que acepte un alto el fuego considerando que el “sí, pero” de Rusia no es suficiente. Según Starmer, y siguiendo la línea de las declaraciones de los principales líderes europeos tras las conversaciones en Arabia Saudí, “la pelota está en la cancha de Rusia” y para él, Putin “es quien intenta retrasar” las cosas y tendrá que entablar tarde o temprano conversaciones serias.
El primer ministro Starmer defiende que “unos acuerdos de seguridad sólidos y creíbles” son la mejor manera de garantizar una paz duradera en Ucrania, y que “estaremos listos para desplegarnos como una coalición de voluntarios en caso de un acuerdo de paz, para ayudar a proteger a Ucrania en tierra, mar y aire”. En este sentido, Starmer adelantó que funcionarios militares de los aliados de Ucrania se reunirán en el Reino Unido el jueves para finalizar sus planes de mantenimiento de la paz. Por tanto, cabe asumir que esta reunión tomará el testigo de la que ha tenido lugar esta semana en París y en la que Macron recibió a una treintena de jefes de Estado Mayor que estarían inicialmente dispuestos a formar parte de la “coalición de voluntarios” que garantice, llegado el caso, la paz en Ucrania.
En el caso de Italia, por ejemplo, la primera ministra Meloni ha confirmado que Italia “tiene la intención de seguir trabajando con sus socios europeos y occidentales, así como con Estados Unidos, para definir garantías de seguridad creíbles y efectivas, reiterando que no está prevista la participación nacional en una posible fuerza militar terrestre”.
Durante la reunión, el presidente Zelenski se ha dirigido a sus socios destacando tres puntos principales: 1) necesidad de lograr un alto el fuego; 2) incide en que deben definir una posición clara sobre las garantías de seguridad, y; 3) tienen que unir no solo a Europa y el G7, sino también otros países de todo el mundo por el bien de la paz, instando a los socios a que hablen con todos, desde Brasil hasta China.
Tras la reunión, el presidente Zelenski defiende que Rusia busca tener una “posición más sólida” en el campo de batalla antes de aceptar un alto el fuego, acusando a Putin de mentir acerca de que “un alto el fuego es supuestamente demasiado complicado”. En esta línea, Zelenski sostiene que “en realidad, todo se puede controlar y los discutimos con los estadounidenses”. Añadía que durante la reunión les trasladó a los líderes europeos que “el camino hacia la paz debe ser incondicional” de modo que, si Rusia no quiere tomar ese camino, entonces hay que ejercer una fuerte presión hasta que lo haga. Para el líder ucraniano, el alto el fuego que lleva sobre la mesa desde el 11 de marzo “ya podría haberse producido, pero Rusia está haciendo todo lo posible para impedirlo”.
En nombre de la UE, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, publicaba en redes sociales: “Reiteramos nuestro apoyo al acuerdo de Ucrania sobre un alto el fuego. Ahora Rusia debe demostrar que apoya un alto el fuego que conduzca a una paz justa y duradera”. Además, añadía que “mientras tanto, apoyaremos el fortalecimiento de Ucrania y sus Fuerzas Armadas siguiendo nuestra ‘estrategia del puercoespín’” e “intensificaremos los esfuerzos de defensa de Europa a través del Plan de Rearme Europeo, impulsado el gasto en defensa”.
El aun canciller alemán, Olaf Scholz, declaraba que “ahora le corresponde a Rusia poner fin a sus ataques diarios contra las ciudades y las infraestructuras civiles ucranianas y emprender finalmente el camino hacia una paz duradera y justa”. Además, Scholz ha destacado la “importancia del papel de liderazgo desempeñado por el presidente estadounidense”.
El presidente francés, Emmanuel Macron, por su parte sostiene que no da la impresión de que Rusia quiera sinceramente la paz, no “responde a la propuesta de Estados Unidos y Ucrania”, “está intensificando los combates” y Putin “quiere obtenerlo todo y luego negociar”. Además, en una entrevista comentaba que Rusia no tiene ni voz ni voto si Ucrania “solicita la presencia de fuerzas aliadas en su territorio”.
Siguiendo con entrevistas, el asesor de política exterior del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, sostiene que en 2022 las negociaciones tenían como objetivo limitar la pérdida del territorio de Ucrania a favor de Rusia en torno al 3%, si bien ahora dicha cifra ronda el 25%. Según el asesor, Akif Çagatay Kiliç, “una cosa está clara: la guerra debe terminar y hay consenso en torno a esa idea”.
Pasando a EE. UU., el presidente Trump en una entrevista que se publicará durante la próxima jornada habría prometido “noticias” el lunes 17 de marzo sobre las negociaciones del alto el fuego. Según Trump:
“Estamos negociando con [Vladimir Putin] y creo que todo va razonablemente bien. Es una situación muy compleja, una guerra terrible y sangrienta. Y creo que va bien. Como sabéis, tenemos un acuerdo de alto el fuego con el grupo negociador ucraniano. Y estamos tratando de conseguir el mismo acuerdo con Rusia. Y creo que hasta ahora va bien. Sabremos un poco más el lunes. Y esperemos que sea positivo”. Ante la pregunta de qué haría si Putin no acepta un acuerdo de alto el fuego, el presidente expresó que “sería una mala noticia. Hay mucha gente muriendo, pero creo que él aceptará este trato, lo conozco bastante bien”.
En la entrevista también le preguntan acerca de su promesa de acabar con la guerra en 24 horas, a lo que responde: “Estaba siendo un poco sarcástico». Lo que quise decir es que me gustaría resolver esta guerra y creo que lo haré.”
Por otro lado, ha anunciado que Keith Kellogg será el “enviado especial para Ucrania” y, por tanto, encargado de “tratar directamente” con el presidente Zelenski, retirándole parte del cargo, ya que inicialmente era enviado también para Rusia. Esto se debería, entre otros, a que Rusia habría comunicado a EE. UU. que no querían que Kellogg participase en las conversaciones, ya que, en su opinión, era demasiado comprensivo con Kiev. Esto, a su vez, estaría relacionado con el hecho de que la hija de Kellogg, es la presidenta de la Fundación RT Weatherman, una organización benéfica que ha estado ayudando a Ucrania desde el inicio de la guerra.
Además, el secretario de Estado, Marco Rubio, ha hablado con el ministro de Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, con quien ha discutido “los próximos pasos” para poner fin a la guerra y acordado “seguir trabajando para restablecer la comunicación entre Estados Unidos y Rusia”. No obstante, por el momento no se ha especificado la fecha en la que tendrá lugar la próxima ronda de conversaciones entre Washington y Moscú.
Cabe decir, además, que la conversación telefónica ha tenido lugar entre otros, porque Washington ha decidido informar a Rusia sobre las operaciones militares de disuasión de Estados Unidos contra los hutíes, respaldados por Irán anunciadas por el presidente Trump. Así, Rubio enfatizaba que no se tolerarán continuos ataques hutíes contra buques militares y comerciales estadounidenses en el mar Rojo.
Adicionalmente, el Departamento de Estado estadounidense ha rescindido un contrato con el Laboratorio de Investigación Humanitaria (HRL) de la Escuela de Salud Pública de Yale que tenía por misión recopilar pruebas de los secuestros de menores ucranianos por Rusia como consecuencia de la implementación de los recortes presupuestarios liderados por el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) de Elon Musk.
Cambiando de tercio y pasando a la actividad del ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, tras su reunión con su homóloga española, Margarita Robles, en Madrid, ha viajado hasta Italia y, posteriormente, Chequia. De un lado, durante su encuentro con Guido Crosseto, han discutido sobre el fortalecimiento de la cooperación industrial entre Ucrania e Italia, tema respecto del cual Umerov señalaba que Ucrania ya está lista para establecer “joint ventures” y atraer nuevas inversiones para fortalecer el sector de defensa. Además, han identificado áreas prometedoras para el desarrollo de defensa y, en particular, en tecnología de drones y sistemas marítimos.
De otro, con su homóloga checa, Jana Černochová, han discutido principalmente sobre la “Iniciativa checa” de munición, explorando vías para fortalecer su eficiencia y ampliar su financiación. Además, Chequia continuará dando apoyo al entrenamiento y equipamiento de las unidades ucranianas de acuerdo con los estándares OTAN.
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