A lo largo de la última jornada han sido noticia desde las reacciones al asesinato del general de ejército Igor Anatolyevich Kirillov a la promesa de ayudar a Ucrania con más de 12.000 millones de euros durante el próximo año hecha por los Estados miembros de la Joint Expeditionary Force. Todo ello mientras sobre el frente continúan sucediéndose los avances rusos, tanto en Kursk como en Toretsk, Pokrovsk, Kurajove o Velyka Novosilka, mientras Ucrania desarbola una red de espionaje rusa en su territorio que intentaba obtener información sobre los cazabombarderos F-16 y a la espera de que Zelenski, Rutte y los principales líderes europeos se reúnan en una minicumbre informal en Bruselas en las próximas horas para tratar temas como el del posible despliegue de tropas de la UE en Ucrania tras unas hipotéticas conversaciones de paz.
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(Hoy, para las dos personas que estamos detrás de estos informes, es posiblemente el día más importante de los últimos cinco años a nivel profesional. Por ello, aunque por supuesto no dejamos de cumplir con el informe diario, nos vemos obligados a recortar su extensión. Deseadnos suerte…).
Comenzamos el informe por los ataques a larga distancia. Desde Ucrania, el Ministerio de Defensa ha hablado de «apenas» 31 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) empleados por la Federación Rusa contra su territorio. De ellos, afirman haber derribado 20, mientras que una decena más se habría visto apartado de su rumbo por las contramedidas.
A pesar de ello, se han registrado daños en distintos puntos del país. En primer lugar en la capital, Kiev, en donde varias edificaciones han resultado afectadas por la caída de restos bien de drones, bien de los misiles interceptores (aunque ya rara vez se utilizan misiles contra estos sistemas, dada su velocidad y perfil de vuelo, así como especialmente el coste). Por otra parte, algunos canales de Telegram informaban del impacto de un misil balístico en Mykolaiv, aunque no ha podido ser confirmado y los ucranianos no han reflejado este extremo en su parte diario. Además, un día más dos personas han resultado heridas en la región de Jersón tras ser alcanzadas con un dron táctico.
En otro orden de cosas, cabe decir que los servicios de seguridad ucranianos han desmantelado en las últimas horas una supuesta red rusa dedicada a espiar en el país, deteniendo a una docena de sospechosos. Al parecer, su labor consistía en obtener información relativa a la ubicación, uso y estado de los cazabombarderos F-16 en servicio con las AFU.
Y siguiendo con Ucrania, aprovechamos también para comentar que la Fiscalía General del país ha anunciado recientemente la apertura de una investigación penal por presunto «abuso de poder» por parte de comandantes de una brigada de las AFU que, al parecer, habrían agredido a varios soldados después de que estos últimos consumiesen alcohol mientras estaban de servicio. Lo interesante del caso es que la investigación ha dado comienzo una vez el caso ya había llegado a la prensa, concretamente al diario Ukrainska Pravda, en cuyas páginas se acusó a oficiales de la 211ª Brigada, lo que provocó una ola de indignación en Ucrania.
Puede parecer que -y más en el marco de una guerra con decenas de miles de bajas- el asunto no es relevante, pero hay que tener en cuenta que en un país que aspira a ser parte de Occidente, y concretamente de la Unión Europea, el esfuerzo por cumplir ciertos estándares debe ser patente. Además, en el caso había también tintes de corrupción, pues uno de los mandos de la misma brigada habría obligado a sus subordinados a trabajar en la construcción de su propia vivienda, situada en el oeste del país, a pesar de que sobre el papel esos militares estaban desplegados en el frente y cobrando dietas por ello.
Pasando ya a Rusia, después de que ayer compartiésemos los problemas de acceso a la telefonía móvil e Internet que estaban sufriendo los habitantes de la península de Crimea, apenas unas horas más tarde las autoridades de ocupación rusas han lanzado un comunicado afirmando que estaban llevándose a cabo cortes en el servicio «por motivos de seguridad», sin dar más detalles.
Por otra parte, continúa coleando el asesinato del general de Ejército Igor Anatolyevich Kirillov, comandante de las tropas de Defensa NBQR rusas y de su asistente a las puertas de la casa del primero en Moscú. El atentado, que habría sido llevado a cabo mediante una scooter bomba situada junto al portal equipada según se dice con un dispositivo con 300 gramos de trinitrotolueno (el vídeo de la explosión está disponible en las redes sociales) ha supuesto la muerte del oficial de mayor graduación en lo que va de guerra de Ucrania y, como adelantábamos ayer, ha sido responsabilidad del SBU ucraniano, dirigido por Kyrylo Budanov. Un oficial, este último, de quien hace unas semanas se sopesaba su destitución, pero que sigue ocupando su cargo pese a todo y organizando todo tipo de sabotajes y asesinatos políticos, amén de operaciones más controvertidas y potencialmente peligrosas si cabe (recordemos los ataques contra la red de alerta temprana rusa).
A propósito del atentado que ha costado la vida a Kirillov (que desde Rusia consideran consecuencia de la «complicidad de Occidente con los crímenes de Kiev»), hay que decir que apenas unas horas antes de que se llevase a cabo, el SBU ucraniano había publicado un mensaje afirmando que el general ruso estaba siendo objeto de una investigación criminal debido al «uso masivo de armas químicas prohibidas contra las fuerzas de defensa en los frentes este y sur de Ucrania«. Kirillov, además, era considerado por gobiernos extranjeros, como el británico, uno de los principales actores en relación con la desinformación rusa, por lo que había sido incluido tiempo atrás en la lista de personas sancionadas.
Por el momento se han producido diferentes reacciones al suceso. Así, si desde los Estados Unidos han afirmando no estar al tanto y no aprobar el asesinato del general ruso, desde su país de orígen personajes como Dmitry Medvédev han asegurado que traerá consecuencias, hablando de represalias inminentes, asegurando además que los responsables serán perseguidos «y destruidos».
En cuanto a los combates y los movimientos, comenzamos un día más por el sector de Kursk, el más septentrional, en donde según los propios ucranianos, Rusia ha comenzado «intensas operaciones ofensivas», al menos en palabras del general Oleksandr Syrskyi. Una ofensiva de la que continúan siendo protagonistas las tropas norcoreanas, asumiendo un controvertido papel que, sin embargo, está permitiendo al Ejército ruso lograr avances en esta región, por ahora al norte y noroeste del sector (a la espera de que se confirmen los posibles progresos al este); uno de sus objetivos prioritarios antes de iniciar ningún tipo de negociaciones de alto el fuego, algo que podría ocurrir en apenas un mes.
Ucrania, por su parte, recurre a las minas antipersona y las municiones de racimo para hacer frente a las oleadas humanas, que deben combatirse de una forma distinta a las columnas blindadas, más sencillas de batir con drones (aunque también se emplean contra la infantería norcoreana) y artillería, como hemos visto en repetidas ocasiones.
Sin noticias relevantes de los sectores de Járkov, Kupiansk, Siversk o Chassiv Yar, pasamos directamente al de Toretsk. Allí, al menos según algunas fuentes han seguido dándose avances rusos, en esta ocasión en la parte más septentrional de la ciudad, progresando los rusos desde la zona del estado deportivo en dirección a la mina de carbón, que limita el casco urbano de esta urbe al norte.
En dirección a Pokrovks nos encontramos con avances rusos en las inmediaciones de Novovasylivka, al sur del río Solona. También al oeste de Shevchenko, en este caso al norte del mismo río, tomando el Ejército ruso algunos campos de cultivo al sur de Pischane. Además de esto, al norte del Vovcha las tropas rusas habrían logrado en las últimas horas sobrepasar las posiciones ucranianas en Stari Terny, dirigiéndose hacia la otra Shevchenko (sabemos lo complicado que es el tema de la toponimia, pero cada enlace lleva a un mapa de un analista diferente para que el lector se sitúe y se haga su propia composición). Dicho esto, y a propósito de la defensa ucraniana en Pokrovsk, se ha publicado un interesante artículo en el que se abordan los problemas experimentados por las AFU.
En dirección a Kurajove, por su parte, el Ejército ruso habría afirmado su control sobre la orilla sur del río Sukhi Yaly, entre la localidad del mismo nombre y Zelenivka. Pese a ello, los ucranianos resisten en algunas localidades como Hihant o Uspenivka, manteniendo sus tácticas de retardo y buscando maximizar las bajas rusas. De esta forma, con la orilla sur afianzada, es de esperar que los rusos intenten en los próximos días romper tanto en la propia Kurajove, de la que controlan la mayor parte, como en el área de Daljne, intentando cerrar el saliente que se ha formado.
En cuanto al sector de Velyka Novosilka, tras los últimos avances rusos en dirección a Novy Komar y al norte de Makarivka, se han registrado intentos de asalto contra la parte oriental de la ciudad, así como de avance en dirección a Neskuchne. En cualquier caso, parece que al menos la mayor parte de la guarnición ucraniana de Makarivka habría conseguido abandonar la localidad.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La actualidad internacional comienza hoy en Bruselas, pues se espera que en cuestión de horas el presidente ucraniano, Zelenski, así como el secretario general de la OTAN, Rutte y los líderes de las principales potencias de la UE se reúnan en un encuentro informal en el que se espera que se traten temas como el del posible despliegue de tropas de los Estados miembros tras unas hipotéticas conversaciones de paz. En cualquier caso, se hablará en palabras de Meloni sobre los «próximos pasos» a dar tras más de mil días de guerra.
Dicho esto, también es importante señalar que en las últimas horas la OTAN ha asumido la responsabilidad de coordinar la ayuda militar occidental a Ucrania a través del Centro de Asistencia en Seguridad y Entrenamiento de la Alianza para Ucrania (NSATU), ya «plenamente operativo».
Dejando Europa a un lado, para trasladarnos a Nueva York, nos encontramos con que en la Asamblea General de las Naciones Unidas la mayoría de sus integrantes han votado a favor de una resolución actualizada presentada por Ucrania acerca de las violaciones de los Derechos Humanos por parte de Rusia en los territorios «temporalmente ocupados». Más interesante si cabe, por primera vez se califica esta guerra como una «guerra de agresión contra Ucrania» por parte de Rusia, algo que ha sido celebrado desde Kiev. Eso sí, la Asamblea General ha aprobado también otra resolución diferente, en este caso presentada por Rusia, titulada «Combatir la glorificación del nazismo, el neonazismo y otras prácticas que contribuyen a exacerbar las formas contemporáneas de racismo, discriminación racial, xenofobia y formas conexas de intolerancia».
Sin abandonar los Estados Unidos, tenemos también que se ha publicado recientemente que el enviado de paz de Donald Trump, el general retirado Keith Kellogg, iniciará una serie de viajes por las capitales europeas durante el próximo mes de enero, en una gira que le llevará también a Kiev y que servirá para conocer las distintas sensibilidades y también para coordinar posturas.
Volviendo al Viejo Continente, en este caso al Reino Unido, tenemos que su responsable de Exteriores, David Lammy, ha anunciado hace unas horas las nuevas sanciones centradas en atacar la actividad de la «Flota Fantasma» rusa, algo que el propio Lammy ha pasado a considerar una «misión personal». Un gesto que ha sido celebrado por el ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha en las redes sociales.
Hablando del Reino Unido, país que forma parte de la Joint Expeditionary Force (JEF), cabe decir que los miembros de esta organización (de la que también forman parte Países Bajos, Letonia, Lituania, Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca e Islandia) han anunciado que la ayuda conjunta a Ucrania durante el próximo año 2025 superará los 12.000 millones de euros. Un anuncio que ha sido hecho en el marco de la cumbre de la organización, a cuyos miembros se ha dirigido Zelenski por videoconferencia, aprovechando para decir que «tenemos que establecer una paz que Putin ya no pueda romper, una paz que no sea sólo una pausa, sino una paz real y duradera. Estoy seguro de que podemos lograrlo. La clave es no tener miedo de nuestra propia fuerza conjunta».
Pasando a Ucrania, si bien siguiendo con el presidente ucraniano, hasta este país se ha dirigido el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, quien ha sido recibido por el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski en Kiev. En su reunión, han tratado acerca de las prioridades de la próxima presidencia europea de turno, que ostentará Polonia, país al que Zelenski ha agradecido «que haya apoyado nuestra aspiración de convertirnos en miembros de pleno derecho de la OTAN y que haya recibido una invitación para unirnos a la Alianza lo antes posible». Curiosamente, y a pesar de que son varios los temas motivo de disputa entre ambos Estados, en esta ocasión no parecen haberse tratado ninguno de ellos, como la agricultura, los transportes o la memoria histórica. Por el contrario, todos los temas tratados parecen haber estado relacionados con la situación en el campo de batalla, la ayuda militar y la necesidad de una posición común entre los aliados de Ucrania ya que, según Zelenski «Lo que necesitamos todos en Europa no es una simple pausa en las hostilidades, no es algo temporal o incierto. Necesitamos una posición firme y compartida –de todos los socios– y necesitamos una paz auténtica. Y lo más importante es que esta paz –paz a través de la fuerza– pueda garantizarse».
En cuanto a la ayuda militar, la empresa germana Rheinmetall ha hecho público que ha recibido un nuevo pedido destinado a suministrar a Ucrania una veintena de blindados Marder, en un contrato valorado en decenas de millones de euros y cuya adquisición será financiada a cargo del erario público alemán. Hasta el momento, la empresa teutona ha suministrado a Ucrania alrededor de 200 vehículos de este tipo en sus diferentes versiones.
En otro orden de cosas, ha vuelto a ser noticia la desinformación rusa. En este caso porque la Alta Representante y vicepresidenta de la Comisión Europea, Kaja Kallas, ha compartido en las redes sociales el discurso pronunciado en el pleno del Parlamento Europeo, en el que ha hablado precisamente sobre este tema, en lo que considera una «guerra que se desarrolla fuera del campo de batalla».
Cambiando hacia Siria, desde allí siguen llegando nuevas informaciones (incluyendo imágenes por satélite) que hacen pensar que la retirada rusa terminará por producirse en las próximas semanas, lo que apunta o bien a que las conversaciones entre el Kremlin y el nuevo gobierno encabezado por Al-Jolani han sido infructuosas o bien a que se permitirá a Rusia cierta presencia en el país, pero mucho menor que la mantenida desde 2016. Todo ello mientras algunos medios intentan especular sobre si la salida de Siria ha supuesto a Rusia mayores pérdidas en términos de armamento que la salida de los Estados Unidos en su día de Afganistán o no.
En cuanto a Rusia, una de las noticias más relevantes de la jornada tiene que ver con las exportaciones de gas natural a la UE, que solo durante el mes de octubre alcanzaron un valor de 701,5 millones de euros, siendo las más altas desde noviembre de 2023. De esta forma, Rusia sigue siendo el mayor suministrador de gas de los Veintisiete, solo por detrás de Argelia, copando el 21,2 por ciento del mercado y siendo los principales clientes en este orden Francia, España e Italia.
Por último, cerramos el informe de hoy recomendando un artículo de Andrea Kendall-Taylor y Michael Kofman en el que se llega a una conclusión que hemos repetido hasta la saciedad: el revisionismo y la agresividad rusas no van a desaparecer, ni siquiera si la guerra en curso se resuelve mediante un armisticio, por lo que es obligado dar garantías adicionales de seguridad a Ucrania y por lo que, además, la capacidad de disuasión de Occidente debe seguir incrementándose dada la seriedad del desafío planteado por el Kremlin.
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