La última jornada nos ha dejado nuevos ataques rusos con drones sobre Ucrania, así como cifras relativas al empleo tanto de estos como de bombas planeadoras y misiles durante la última semana. Sobre el frente, por su parte, continúan produciéndose avances rusos en Toretsk, en Kupiansk o en Pokrovsk-Kurajove, mientras desde Ucrania acusan a Corea del Norte de haber comenzado a participar en las operaciones ofensivas rusas en Kursk. En el apartado internacional, por su parte, ha sido noticia tanto la decisión ucraniana de enviar ayuda humanitaria a Siria, como la petición por parte del Reino Unido de más sanciones a Rusia y más apoyo a Ucrania, como las diversas polémicas que desde el mundo del deporte se han producido a propósito de la guerra en este país.
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(Dado que el fin de semana está siendo delirante -deberíamos escribir un informe contando sólo el tipo de cosas que nos han ocurrido mientras intentábamos redactar en estos más de mil días, desde tener que levantar un cadáver a tener que cruzar tres países en autobús por una urgencia familiar o buscar Wi-Fi sentados en las escaleras de un hotel de Estambul o bien a escribir desde el hospital-, el informe de hoy también se ceñirá a lo esencial, dejando de lado el análisis estratégico).
Tras los ataques masivos contra la infraestructura energética y eléctrica ucraniana registrados durante la jornada anterior, las llegadas de drones rusos no se han detenido. De hecho, desde el Ministerio de Defensa de Ucrania han hablado del lanzamiento de hasta 132 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) entre la tarde del día 13 y la mañana del día 14 de los que habrían derribado 58, mientras que 78 más habrían perdido el rumbo bien por la acción de los sistemas de guerra electrónica, bien por otras razones.
Entre las consecuencias de los ataques se ha hablado de dos heridos en Mikolaiv, además de explosiones en localidades como Druzhkivka, así como en Zaporiyia u Odesa, nuevamente. Además de todo ello, un vehículo habría hecho explosión en la ciudad ucraniana de Dnipró, registrándose al menos un muerto y cuatro heridos, dos de ellos oficiales de policía. El Servicio de Seguridad ucraniano ya habría detenido a un sospechoso. Además, dos ciudadanos ucranianos han resultado heridos por la acción de un dron táctico ruso en Bilenke, en la región de Jersón.
En el caso de Rusia, las defensas antiaéreas han estado activas en Sochi, en la región de Krasnodar. Lo más relevante sin embargo ha sido en la última jornada el incendio de un segundo depósito de combustible en Oryol, que se suma al afectado por el ataque de la jornada anterior, recogido en el informe previo.
En cuanto a los combates y los movimientos, la jornada llega hoy intensa, comenzando por el sector de Kursk, desde donde se ha hablado de la participación (y muerte) de tropas norcoreanas en las operaciones ofensivas rusas e incluso en incidentes de fuego amigo, si bien en realidad no hay por el momento pruebas consistentes de que efectivamente sea así. Un extremo que desde Ucrania han denunciado, hablando el presidente Zelenski de que las pérdidas norcoreanas serían ya «notorias» y de que cabe la posibilidad de que terminen actuando más allá de Kursk.
Sin novedades de Járkov, pasamos a Kupiansk, ciudad a cuyo norte habrían vuelto a producirse avances rusos, en un nuevo intento de asentarse en la orilla occidental del río Oskil, de donde fueran expulsados días atrás. Así las cosas, se ha hablado de avances desde Masyutivka en dirección hacia Zapadne y Dvorichna. Además, al sur del saliente de Pischanne también se han producido ganancias rusas, a norte y sur de Lozova.
Dado que tampoco hay novedades relevantes del sector de Chassiv Yar, pasamos al sector de Toretsk en donde al igual que ayer continúan dándose combates en el centro de la localidad, con pequeños aunque constantes avances rusos que se circunscriben a unas pocas edificaciones.
En dirección a Pokrovsk, continúa la tónica de jornadas anteriores, con ataques rusos al norte y al sur del río Solona. Así, en el primer caso intentan avanzar desde Shevchenko hacia el sur de Pokrovsk. En el segundo, buscan tomar Novoolenivka y llegar a localidades como Novovasylivka o Ukrainka.
En dirección a Kurajove tenemos por una parte a las tropas rusas en el centro de esta ciudad, en la que se han hecho con edificios gubernamentales y de la que controlan ya una fracción considerable tras los últimos avances hacia el interior de una urbe que antes de la guerra contaba con 18.000 habitantes y que ahora está en buena parte en ruinas.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Comenzamos el apartado internacional, como es habitual durante el fin de semana muy poco cargado de noticias, con el presidente ucraniano, Zelenski. Este, además de hablar sobre la presencia de militares norcoreanos en la región rusa de Kursk, como hemos explicado, se ha referido también al número de bombas planeadoras, misiles y drones de largo alcance empleados por Rusia durante los últimos siete días. Así, según sus datos, estaríamos hablando de hasta 630 de las primeras, alrededor de 550 drones de ataque y más de un centenar de misiles de distintos tipos.
Además, Zelenski ha hablado sobre la reciente decisión ucraniana de enviar ayuda humanitaria a Siria, como parte de los esfuerzos para estabilizar dicho país, afirmando de forma bastante razonable que «cuanto más tranquila sea la situación en esas regiones, más activamente podrá el mundo ayudarnos a lograr la paz». Claro está, el nuevo Gobierno sirio, por su composición, podría ser fuente de problemas. Sin embargo, en términos inmediatos lo ocurrido interesa a Ucrania, que hará al país beneficiario de la iniciativa «Granos de Ucrania».
En otro orden de cosas, en las últimas horas se ha hablado sobre cómo Ucrania estaría retrasando la firma de un acuerdo sobre minerales críticos con los Estados Unidos, de tal forma que la Administración entrante, liderada por el futuro presidente Donald Trump, pueda «atribuirse el mérito». Los ucranianos esperarían así asegurarse el apoyo del republicano durante unas hipotéticas conversaciones de paz, según publica el diario The Telegraph.
Saltando a la pérfida Albión, desde el Reino Unido su primer ministro, Keir Starmer, ha vuelto a enfatizar en este caso durante una videoconferencia frente al resto de líderes del G7, la importancia de infligir «el máximo dolor» al presidente ruso, Vladimir Putin, a través de sanciones adicionales, así como a través de un mayor apoyo militar a Ucrania. Además, se refirió también a la necesidad de tomar medidas contra la «flota fantasma» rusa.
Pasando al plano deportivo, que suele ser motivo de polémica cuando se mezcla con el conflicto ucraniano, tenemos que en las últimas horas la atleta lituana Kornelija Dūdaitė ha sido descalificada del Campeonato Mundial de Fitness Funcional que está teniendo lugar en Hungría por llevar una camiseta que decía “Make Russia small again», en clara referencia al conocido lema trumpista, que han invertido para la ocasión. Una descalificación a la que se ha referido el ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, agradeciendo a la lituana el apoyo y mostrando el respeto de los ucranianos por su decisión.
Siguiendo con el deporte, otra nueva polémica ha salpicado en este caso a la FIFA, tras la publicación de un mapa por parte de esta institución durante el sorteo del Mundial 2026 en el que aparecía Ucrania sin la península de Crimea, lo que ha hecho enfurecer a Kiev, desde donde han exigido a la FIFA una disculpa pública.
En el apartado humano, ha sido noticia la preocupación ucraniana por el destino de muchos de los menores ilegalmente deportados a Rusia, que consideran que están perdiendo debido al adoctrinamiento al que están siendo sometidos en el país de destino. Recordemos que de los alrededor de 20.000 menores de edad que han sido apartados de sus familias, apenas han regresado hasta el momento un millar, gracias a la intermediación de países como Catar y a diferentes iniciativas privadas.
En cuanto al apartado ecológico, se ha producido una pequeña catástrofe en el estrecho de Kerch tras sufrir daños dos petroleros rusos durante una reciente tormenta. Aunque desde los medios oficialistas rusos no se han dado datos sobre el volumen del vertido, diversas fuentes hablan de 4.300 toneladas de hidrocarburos vertidas al mar tras el hundimiento de uno de los buques y tras quedar el otro encallado después de estar unas horas a la deriva.
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