Cada vez son más los indicios de que, con el cambio de año, podrían iniciarse las conversaciones para un alto el fuego en Ucrania. Las declaraciones del máximo responsable de la inteligencia exterior rusa, del primer ministro de Polonia (cuyo país asume la presidencia de turno de la UE en enero) o las llegadas desde Hungría, apuntan todas en esta misma dirección. Pese a ello, por el momento la guerra continúa, con encarnizados combates especialmente en Pokrovsk y Kurajove, nuevos intercambios con armas de largo alcance y el anuncio, por parte de los Estados Unidos, de la transferencia de 20.000 millones de dólares a Kiev cumpliendo así con el compromiso adquirido en el marco del G7.
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(Hoy nuevamente, por motivos estrictamente laborales, nos vemos obligados a reducir el informe al resumen de lo ocurrido sobre el terreno y en el apartado internacional. Además, también a hacerlo a una hora un tanto intempestiva, con lo que algunas de las fuentes habituales todavía no se han actualizado).
Las últimas horas han dejado, al nivel del terreno, nuevos ataques rusos con drones y misiles sobre Ucrania, si bien a estas horas no hay un recuento oficial por parte del Ministerio de Defensa de este país. Así las cosas, el ataque más relevante se ha producido mediante un misil balístico lanzado contra la localidad de Zaporiyia que ha dejado, hasta el momento, al menos cuatro muertos y una veintena de heridos al ser alcanzada una clínica privada. Además de esto, otro ataque en este caso contra la localidad de Zlatopil, en la región de Járkov, ha dejado también una decena de heridos. Y, por otra parte, se han registrado dos heridos más en la localidad de Antonivka, en Jersón, en este caso tras ser lanzada una granada desde un dron táctico.
Otro suceso reseñable ha tenido lugar en las inmediaciones de la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Ucrania y bajo control ruso, al ser alcanzado un vehículo de la Agencia Internacional de la Energía Atómica por un dron, sin que por el momento se conozca el origen del ataque. El director general de esta agencia, Rafael Mariano Grossi, ha calificado el suceso de «inaceptable».
En cuanto al territorio controlado por Rusia, tenemos por una parte un ataque ucraniano al parecer con misiles contra un objetivo en Yenakiieve, en Donetsk, contra lo que podría ser un depósito de material. Además, mientras se redactaba este informe estaban comenzando a aparecer en las redes reportes de otro ataque más, en este caso contra Tangarog, en el que podrían haberse visto afectadas las instalaciones de investigación y desarrollo de la conocida empresa aeronáutica Beriev. Por otra parte, el gobernador de la región rusa de Saratov ha denunciado un ataque ucraniano con drones contra un aeródromo militar que habría sido neutralizado. Y, por último, en la región de Briansk, un nuevo ataque ucraniano ha causado severos daños en la infraestructura energética al alcanzar un depósito de combustible.
En resumen, ha sido en este apartado la jornada más activa desde hace unas semanas, pues el número de ataques ucranianos había ido descendiendo sin que estén muy claras las causas, del mismo modo que la cantidad de drones y misiles empleados con Rusia, a la espera de cómo concluya el mes de diciembre y de las cifras totales.
En cuanto a los combates y los movimientos, las novedades son relativamente pocas, en buena medida por lo comentado en días pasados: todo indica que Rusia, a medida que ha ido consumiendo recursos, está concentrando los restantes en el sureste de Ucrania, buscando avances en Pokrovsk, Kurajove y Velika-Novosilka. Esto no quiere decir que en el futuro no pueda intentar acciones en otros sectores, pero hay razones para creer que habría concentrado hasta 150.000 efectivos en los anteriores, comprometiendo por tanto allí buena parte de su capacidad. Al fin y al cabo, los avances rusos de los últimos meses se explican en lo básico por dos factores: 1) superioridad numérica; 2) mayor potencia de fuego, gracias a la disponibilidad de bocas de fuego y disparos y, también, al papel de las bombas planeadoras.
Comenzando, dicho esto, por el sector de Kursk, la mayor parte de las noticias que llegan tienen que ver con la situación en torno a Plekhovo, al este del mismo, en donde los distintos mappers discuten acerca del grado de control ejercido por el Ejército ruso.
En el caso del sector de Toretsk, a diferencia de en los dos días previos, hoy son ya más las fuentes que dan por factible el control ruso sobre la escombrera más septentrional. Además, se habrían producido avances rusos también en el centro de la ciudad.
El grueso de la actividad, como hemos adelantado, sigue produciéndose en dirección a Pokrovsk y Kurajove. En el primer caso, con nuevos progresos rusos especialmente al sur de esta ciudad, que se suman a los de las jornadas previas y que han llevado al ejército de este país a completar probablemente la toma de Shevchenko y a hacerse con Novotroits’ke, siguiendo en este caso la línea del río Solona. Los ucranianos, para contrarrestarlo, han hecho movimientos interesantes, como el traslado del batallón de asalto «Skala» al norte de la localidad de Solone, intentando que el curso de agua y la zona pantanosa de sus márgenes se conviertan en una barrera infranqueable para los rusos.
En dirección a Kurajove, ciudad en la que se ha podido ver una bandera rusa en el centro de la misma, se constatan avances por parte de este bando especialmente al sur de la localidad, en lo que sería el microdistrito de Pivdennyi. Además de esto, el Ejército ruso continúa intentando hacerse con las posiciones ucranianas en el curso del Sukhi Yali, si bien por el momento las AFU siguen resistiendo en puntos clave como Uspenivka.
En Velyka-Novosilka, por último, apenas se han producido noticias pese a todo, mientras desde Rusia intentan completar la toma de los territorios situados al este del río Mokri Yali.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El apartado internacional comienza hoy en Moscú, en donde el máximo responsable de la inteligencia exterior rusa (SVR), Sergey Naryshkin, ha declarado que su país ya ha logrado alcanzar la mayor parte de los objetivos que se había marcado en Ucrania. Sus declaraciones exactas han sido las siguientes: «La iniciativa estratégica en todos los ámbitos nos pertenece, estamos cerca de lograr nuestros objetivos, mientras que las AFU están al borde del colapso y el régimen de Zelensky ha perdido completamente su legitimidad».
Declaraciones que merecen un par de comentarios al menos. En primer lugar, porque los objetivos rusos en Ucrania en 2024 no son ni de lejos los mismos que en febrero de 2022, dado que se vieron obligados a recortar dichos objetivos tras el fracaso inicial en su marcha sobre Kiev o Járkov, entre otros. En segundo lugar, porque los ucranianos, a pesar del lenguaje ruso y por agotadas que estén las AFU, no parecen estar tan cerca del colapso como gustaría a Rusia y, desde luego, en absoluto han sido «desmilitarizadas», que era otro de los objetivos que el Kremlin se había marcado. En tercer lugar, porque Narishkin ha evitado hacer cualquier referencia a otro tipo de objetivos, como la famosa «desnazificación» que puede ser muy útil en términos propagandísticos de cara al interior de Rusia o a alguno de sus aliados, pero que resulta mucho más difícil de definir en términos concretos. Dicho lo cual, el mensaje implica cierto cambio de lenguaje que, a su vez, puede interpretarse como una disposición a negociar y una preparación del terreno para vender el resultado de cualquier negociación como una victoria.
Hablando de negociaciones, también son relevantes en las últimas horas otras dos noticias. En primer lugar, las declaraciones del primer ministro polaco, Donald Tusk, quien se ha reunido recientemente con Macron (quien, a su vez, venía de hablar con Trump y Zelenski) y ha afirmado en referencia además a la presidencia de turno polaca de la UE, que comienza en enero, que: «Nuestra Presidencia será corresponsable, en particular, de cuál será el panorama político, de cuál será quizás la situación durante las negociaciones [de paz] , que –aunque hay nuevamente interrogantes– quizás comenzarán durante el invierno de este año». De hecho, con Zelenski se reunió también Tusk hace unas horas, para hablar sobre la integración europea de Ucrania y, más exactamente, sobre las prioridades de la presidencia polaca de turno, que han dejado claro que estarán centradas en temas securitarios.
En segundo lugar, la visita del primer ministro húngaro, Viktor Orban, al futuro presidente estadounidense, Donald Trump, en su mansión de Mar-a-Lago, en Florida, en lo que han calificado como la preparación de una nueva «misión de paz». En este sentido, no hay que olvidar que ya viajó en el pasado a Moscú o a Beijing, si bien durante su presidencia de turno de la UE ha sido incapaz de hacer valer su agenda, al contar con el rechazo de buena parte de los demás Estados miembros. En cualquier caso, esto no ha evitado que se vuelva a especular con la posibilidad de quen muy pronto pueda volver a «reunirse con Zelenski, Putin y el presidente chino Xi Jinping, buscando establecer a Hungría como mediador neutral en el conflicto».
Dejando a un lado las más que probables negociaciones de alto el fuego (la paz es otra cosa, pues podrían culminar en un simple congelamiento), la noticia del día en el apartado internacional tiene que ver con el anuncio de la transferencia a Ucrania (que en realidad se habría ejecutado el pasado mes de octubre, aunque se ha sabido ahora), por parte de los Estados Unidos, de un préstamo de 20.000 millones de dólares que será financiado con los intereses de los activos rusos congelados. Cumple así Washington con su compromiso, adquirido en la cumbre del G7 y lo hace con cierta prisa la Administración Biden, buscando asegurar que el dinero llega a sus aliados negando así a Trump la oportunidad de echarse atrás. De esta forma, dejan mejor preparado el terreno de cara a futuras conversaciones, pues como ha declarado la secretaria del Tesoro norteamericana, Yanet Yellen: «en este momento, Putin está involucrando a nuestra coalición en una competición de voluntades, contando con que nos cansemos y finalmente nos retiremos”, por lo que esta transferencia enviaría un “mensaje inequívoco de determinación” al “garantizar que Rusia soporte cada vez más los costos de su guerra», en lugar de los contribuyentes”.
Como cabía esperar, el anuncio estadounidense ha sido celebrado con alegría desde Kiev, pronunciándose al respecto tanto el presidente, Zelenski, como el primer ministro ucraniano, quienes se reunieron además ayer por separado con una delegación compuesta por europarlamentarios socialistas y demócratas encabezados por la española Iratxe García.
Desde Ucrania también se mostró activa la viceprimera ministra para la Integración Europea de Ucrania, Olga Stefanishyna, quien se reunió con la nueva Alta Representante, Kaja Kallas, para hablar tanto sobre sanciones como sobre las necesidades ucranianas en materia de defensa o los activos rusos congelados, buscando formas de aumentar el coste que la guerra tiene para Rusia.
Precisamente desde los Estados Unidos estarían considerando aumentar la dureza de las sanciones que afectan al petróleo ruso antes de que Trump llegue al poder, según han publicado en el medio Bloomberg. En concreto, se trataría de limitar la capacidad de la «flota gris» o «flota en la sombra» rusa a la hora de seguir operando.
Por otra parte, y desde este mismo país, la DSCA acaba de aprobar, en el marco de la herramienta Foreign Military Sales, la posible venta a Ucrania de un paquete de apoyo por valor de 266 millones de dólares destinado al mantenimiento y mejora de los F-16 en servicio con las Fuerzas Armadas ucranianas.
Cambiando radicalmente de tema, en las últimas horas Putin, ni corto ni perezoso, ha afirmado que si Rusia produce una cantidad suficiente de misiles Oreshnik, pasaría a estar en una situación en la que «prácticamente no necesitaría utilizar armas nucleares». El anuncio, que tiene mucho de consumo interno y debe tomarse con las mismas precauciones que los hechos años atrás a propósito de sistemas como el Status-6/Poseidon/Kanyon, tiene sin embargo cierta enjundia, pues habla a las claras de los intentos rusos por contar con herramientas subnucleares con las que llevar a cabo no sólo la disuasión defensiva, sino también la ofensiva y confirma mucho de lo teorizado acerca de de las olas nucleares rusas. Dicho lo cual, y por el momento: 1) la capacidad de producción de este tipo de ingenios por parte rusa es muy limitada; 2) su esfuerzo podría ser rápidamente contestado desde Occidente simplemente retirando las ojivas nucleares de los misiles balísticos para transformarlos en convencionales, y; 3) todo lo cual aumentaría los riesgos de escalada entre otras cosas por la dificultad de establecer cuándo un vector va armado con ojivas nucleares y cuándo no.
Además de esto, Putin, al igual que Belousov, el ministro de Defensa ruso, han tomado parte en una reunión en el Kremlin con Rajnath Singh, a la sazón ministro de Defensa indio. Si bien no ha trascendido demasiada información sobre el contenido de las conversaciones, los medios rusos sí han publicado declaraciones de Belousov, mostrándose satisfecho con el nivel de cooperación entre ambos países. Así, entre otras cosas, el ruso ha dicho que «Estamos satisfechos con el sólido nivel de cooperación en materia de defensa entre Rusia y la India en plataformas multilaterales, principalmente dentro de la Organización de Cooperación de Shanghai y la Reunión de Ministros de Defensa de la ASEAN».
Para cerrar el informe de hoy, hablamos de las zonas de Ucrania afectadas por los UXOs, asunto tratado en la quinta conferencia titulada “Cuestión nacional: ¿Degradación del suelo o restauración de su fertilidad?», en la que ha hablado, entre otros, Olena Pareniuk, coordinadora de proyectos de priorización de la acción contra las minas del Ministerio de Economía, afirmando que «Actualmente, la zona gravemente afectada por la guerra se extiende a aproximadamente 23.000 kilómetros cuadrados. Creemos que el área afectada por la guerra será mucho mayor. Es decir, después de la victoria de Ucrania, esperamos que este territorio se degrade gravemente y necesitamos introducir métodos de rehabilitación del suelo». Todo lo cual, forzará al país a distinguir entre zonas afectadas en función del número probable de UXOs, centrándose en recuperar para el cultivo las zonas con menor densidad y probablemente viéndose obligados a mantener baldías durante años las áreas con mayor número de estos ingenios por unidad de superficie.
Y, también, siguiendo con el apartado más humanitario, del reciente retorno a Ucrania de cinco menores más, gracias a la iniciativa «Bring Kids Back UA», que el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, ha anunciado en las redes sociales.
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