Guerra de Ucrania – Día 1008

Jornada marcada por la designación, en los Estados Unidos, del teniente general retirado Keith Kellog como enviado especial para Rusia y Ucrania. Un exmilitar con amplia experiencia que en repetidas ocasiones se ha mostrado partidario de aumentar la ayuda a Ucrania, de permitir a este país atacar objetivos en territorio ruso y que, además, al menos públicamente se ha manifestado en contra de las concesiones territoriales a Rusia. Además de esto, en la Unión Europea el nuevo Consejo de Comisarios -la Comisión Europea- ha logrado superar los últimos trámites, con lo que entrará en funcionamiento a partir del próximo día 1 de diciembre. Sobre el terreno, mientras tanto, y a la vez que Rusia continúa con los lanzamientos masivos de drones, se han producido nuevos avances por parte de su ejército tanto en Pokrovsk-Kurajove como en Velika Novosilka, entre otros puntos del frente.

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En los últimos informes hemos hablado sobre la forma en la que la Administración Trump podría enfocar la relación con Rusia y una posible salida a la guerra de Ucrania, afirmando que la opción más probable pasa por utilizar la amenaza de la fuerza -y no la cesión- para forzar al Kremlin a sentarse en la mesa de negociaciones. Para ello, jugaría con la posibilidad de suministrar a Ucrania más ayuda -y no menos- que hasta ahora como baza principal, siendo flexible por el contrario a la hora de buscar soluciones que pudiesen ser aceptables tanto para Moscú como para Kiev en caso de negociar, como la no integración al menos durante un plazo razonable de tiempo de Ucrania en la OTAN.

La designación del teniente general retirado Keith Kellog como enviado especial para Rusia y Ucrania no hace sino reafirmar las impresiones que hemos venido compartiendo durante los últimos meses, al menos a tenor de las entrevistas que el propio Kellogg ha ido concediendo; entrevistas con un mensaje muy diferente al expresado en campaña por otros miembros del equipo de Trump, como DJ Vance y que hacen pensar no solo en que fueron consecuencia de las necesidades electorales, sino también en que seguirá habiendo cierto reparto de papeles tanto porque dentro del partido republicano hay divisiones y líneas de pensamiento divergentes (y hasta cierto punto lógicas) como por la necesidad de generar dilemas en Rusia. Como decíamos ayer, «palo y zanahoria».

Así las cosas, entre las recientes declaraciones del propio Kellog, en una entrevista publicada por el medio VOA, se dicen cosas sumamente interesantes, abundando el veterano militar en la necesidad de entregar armas a Ucrania, de no ceder territorios a Rusia, de mantener el permiso para atacar el territorio de este país, etc. Además, Kellog carga contra la actual Administración no por su apoyo a Kiev o por el dinero procedente de los contribuyentes dedicado a financiar a Ucrania, sino por el hecho de que se habría concedido un apoyo dubitativo que estaría -algo que es buena medida es cierto, ya que ha pesado más el control de la escalada como hemos dicho en muchas ocasiones– detrás de la difícil situación actual de las AFU, a pesar del sacrificio realizado.

Por supuesto, la designación de Kellog, por sí misma, difícilmente servirá para poner fin a la guerra y obtener un resultado aceptable que, además, siente las bases de una nueva arquitectura de seguridad europea. Por el contrario, será necesario trazar una estrategia clara, integrar en ella al resto de aliados de Ucrania y a la propia Ucrania y estar verdaderamente dispuestos a poner sobre la mesa los medios necesarios como para torcer la voluntad rusa, a sabiendas de que Putin suele reaccionar con la escalada frente a todo aquello que percibe como una amenaza a la seguridad rusa.

Para asegurar que esta no se produzca o sea controlable (y los estadounidenses continúan considerando muy en serio la posibilidad de que Rusia llegue a lanzar ataques convencionales contra objetivos por ejemplo en Polonia), la ayuda a Ucrania deberá concederse sí o sí, en lugar de plantearse más bien como una amenaza, al tiempo que se continúa concediendo a Ucrania permiso para atacar territorio ruso y se movilizan medios suficientes como para hacer poco o nada atractiva para Rusia la respuesta en forma de escalada; algo más fácil de decir que de hacer.

Por el momento, todo indica que Biden no ejecutará el total del remanente de fondos disponibles para ayudar a Ucrania, con lo que dejará a Trump cierto margen de maniobra con el que presionar hasta que pueda -o no- aprobar nuevas medidas en este sentido. Una decisión que podría ser fruto del acuerdo entre la Administración saliente y la entrante, pero que tendrá el efecto de animar a Rusia a seguir poniendo toda la «carne en el asador» antes del próximo 20 de enero. Eso sí, hasta entonces estaría en preparación al menos un nuevo paquete de ayuda, en este caso según Reuters por valor de 725 millones de dólares y, además, se espera que la mayor parte de las entregas sean en forma de municiones, más sencillas de hacer llegar a su destino que los blindados, por ejemplo.

Dicho esto, se deberían tomar otras medidas en paralelo, desde seguir presionando a Ucrania para que rebaje la edad de movilización y pueda así incrementar el número de efectivos (algo que desde los EEUU ya hacen) a aumentar también las sanciones a Rusia, para combinar los efectos del agotamiento material (recordemos que las bajas y pérdidas de equipos continúan siendo altísimas) a la vez que se incrementa la presión sobre una economía que en vista de la evolución de la inflación y de la depreciación del rublo muchos consideran que hace aguas. Eso sí, la misma economía que también demostrado ser mucho más resiliente de lo que se esperaba al inicio de la invasión y sobre cuya evolución cabe hacer también otras lecturas.

Al fin y al cabo, la caída del rublo -que el Banco Central ruso ha anunciado que dejará de intentar corregir mediante adquisiciones-, favorecerá las exportaciones de hidrocarburos rusos, entre otros, lo que podría paradójicamente ayudar a mantener el esfuerzo bélico a pesar de la dificultad para adquirir bienes en el extranjero por la diferencia de cambio o de que los salarios abonados a los militares rusos pierdan parte de su valor. Y es que, en realidad, el tipo de cambio y su evolución pueden interpretarse de varias formas.

En este sentido, cabe comentar también que la Cámara Alta del Parlamento ruso ha validado hace unas horas el proyecto de ley de presupuesto 2025-2027, que prevé un aumento del 30% del gasto militar para el próximo año y que contempla un aumento del PIB del 2,5% en 2025, del 2,6% en 2026 y del 2,8% en 2027; previsiones muy diferentes a las que llegan desde otras latitudes.

Dicho esto, pasamos a la actualidad sobre el terreno, comenzando hoy no por los ataques con drones y misiles sobre Ucrania, sino con lo que habría sido un «ataque masivo» a la infraestructura energética ucraniana empleando para ello medios cibernéticos. Un ataque del que no se conoce el resultado completo, pero que había provocado cortes del suministro por ejemplo en Kiev (si alguien quiere saber más sobre la forma de actuar de Rusia en en ciberespacio y en especial en cómo ha enfocado las operaciones en este dominio en la guerra de Ucrania, dejamos estos enlaces).

Además, como cabe esperar, los ataques cinéticos han continuado también durante la última jornada, hablando el Ministerio de Defensa de Ucrania del lanzamiento por parte rusa de hasta 89 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) de los que afirman haber derribado 36 y desviado 48 (sobre este tema, más información aquí). Se han reportado, eso sí, explosiones en Kropivnytsky, Vinnytsia, Rivne o Lutsk entre otros puntos, así como también apagones asociados a ellas.

Del lado ruso, las defensas antiaéreas han estado activas por ejemplo en las regiones de Krasnodar y Rostov, pero también en Sebastopol, en la península de Crimea, en donde se han escuchado distintas detonaciones y se han podido ver columnas de humo emergiendo a pesar de que las autoridades rusas sostienen que habrían derribado hasta 7 drones ucranianos. De hecho, los datos oficiales del Ministerio de Defensa ruso hablan del supuesto derribo de hasta 54 drones durante la última jornada.

En cuanto a los combates y los movimientos, las novedades comenzando por el sector de Kursk son mínimas y, de hecho, no cabe hablar de tales ya que se trata de acciones ya conocidas.

No sucede lo mismo en la antigua línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, pues además del cruce del río Oskil del que hablamos ayer y que por el momento no parece estar sirviendo a Rusia para aumentar su cabeza de puente en la orilla occidental, se han registrado nuevos ataques y avances algo más al sur, en torno a Kopanki y Zelenyi Hai y en el eje de Pischanne. Todo ello mientras vuelven a atacar el norte de la propia Kupiansk, tras ser expulsados de la zona en los días previos.

Sin novedades de Siversk, pasamos al sector de Chassiv Yar, en donde se han registrado nuevos ataques rusos, pero no así cambios de posición.

Situación distinta a la que se vive en Toretsk, en donde los ataques contra esta urbe están sirviendo a Rusia para volver a hacerse con partes al sur de la ciudad, para seguir avanzando hacia los «terrikons» y para progresar hacia el norte de Neplivka.

Lo más relevante, en cualquier caso, continúa ocurriendo al sureste de Ucrania, tanto en el sector de Pokrovsk-Kurajove como en el de Velika-Novosilka. Así, en el primer caso nos encontramos, en dirección a Pokrovsk, nuevos avances en paralelo al río Solona, así como en dirección a Pushkino por parte rusa, así como que han logrado completar la toma de Petrivka. En dirección a Kurajove, aunque al norte del río Vovcha, con progresos rusos hacia Sontsivka y desde Beretsky. Hacia esta misma localidad, pero al sur del Vovcha, por su parte, con avances rusos al sur de Kurajove, desde Daljne y, también, con nuevos ataques contra las posiciones ucranianas junto al curso del Shuki Yaly.

Por último, en el sector de Velika Novosilka, la situación continúa haciéndose más y más complicada para las AFU, con los rusos habiendo tomado el control de la mayor parte de Rozdolne y con avances rusos también al este de Rivnopil.

1/2 Guerre d'Ukraine | 26/11/24Secteurs :🌐 Bakhmut-Chasiv Yar🔹U241126-1815🌐 Selydove-Krasnohorivka🔹U241126-1821🌐 Kurakhove-Velyka novosilka🔹U241126-1824🌐 Velyka novosilka-Urozhaine🔹U241126-1828#UkraineRussianWar #GuerreEnUkraine

Poulet Volant (@pouletvolant3.bsky.social) 2024-11-27T17:38:06.740Z

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Comenzamos el apartado internacional por Corea del Sur, en donde una nutrida delegación ucraniana, encabezada por el ministro de Defensa del país, Rustem Umerov, ha sido recibida por el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, el Ministro de Defensa, Kim Yong-hyun, y el Director de Seguridad Nacional, Shin Won Sik. En los sucesivos encuentros, han podido hablar sobre el papel de los 12.000 militares norcoreanos desplegados en Rusia (que siguen sin tomar parte activa, al menos en masa, en los combates en Kursk), sobre ayuda militar o sobre el fortalecimiento de las relaciones bilaterales entre los dos estados.

Desde la Unión Europea, lo más relevante es el hecho de que la nueva Comisión, encabezada por Ursula von der Leyen, ha logrado superar todos los trámites, con lo que entrará en funcionamiento a partir del próximo día 1 de diciembre, con Kaja Kallas como responsable de Exteriores en sustitución de Borrell (al que algún día la historia juzgará, a pesar de su evolución, por su responsabilidad a la hora de dar a Rusia incentivos para atacar a Ucrania). La llegada de esta nueva Comisión, con un fuerte peso de los países del Este de Europa y de los Bálticos es, huelga decirlo, del gusto de los ucranianos, que han felicitado en numerosos mensajes a los nuevos integrantes al tiempo que invitaban a Von der Leyen a una visita a Ucrania.

Pasando a Ucrania, el presidente Zelenski ha hablado por teléfono con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, con quien ha tratado sobre las conclusiones del reciente Consejo OTAN-UCrania y, como es habitual en estos casos, también sobre la necesidad de fortalecer la defensa antiaérea ucraniana, entre otros puntos. En especial, Zelenski pidió que la presión sobre Rusia se mantenga y afirmó que la campaña de ataques contra objetivos en territorio ruso se está demostrando efectiva, presionando así para que se mantenga el permiso para el empleo de armamento occidental en estas tareas.

Más allá de esto, el viceministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Olexandr Mischenko, se reunió con el embajador de España en Ucrania, Ricardo López-Aranda Jagu, a quien agradeció el apoyo español a Ucrania y ante quien expuso las necesidades críticas de Ucrania en armas y equipo militar, especialmente para el fortalecimiento de su defensa aérea.

Pasando a Rusia, continúa la visita de Putin a Kazajistán, en donde su presidente ha hablado, en relación con la llegada del ruso, de un «evento histórico» y que estaría sirviendo para que las delegaciones de ambos países traten punto por punto todos los temas bilaterales, desde los transportes a la salud o incluso al turismo, entre muchos otros.

Lo más relevante desde Rusia, sin embargo, tiene que ver con las renovadas amenazas de Medvedev, quien ha dejado abierta la posibilidad de que Rusia ataque bases de la OTAN en el futuro, como respuesta al uso por parte de Ucrania de armamento occidental contra objetivos en Rusia (posibilidad que como hemos dicho en la primera parte del informe, en los EEUU se toman en serio).

En la misma línea se ha expresado la portavoz rusa de Exteriores, Zajárova, quien ha dicho que no tiene demasiado sentido discutir «detalles» y que Occidente debería fijarse en el lanzamiento del misil «Oreshnik» y en la señal implícita. Así, según Zajárova: «La señal político-militar fue muy clara, la transmitimos tanto a Estados Unidos como a sus aliados, que han tomado medidas prácticas para prepararse para el despliegue y emplazamiento de misiles de alcance intermedio y corto en varias regiones del mundo», quien dijo, además, que «Creo que deberían centrarse en la señal, en el mensaje que enviamos».

En otro orden de cosas, las autoridades rusas han ordenado hace unas horas la expulsión de dos periodistas del grupo audiovisual público alemán ARD «en respuesta» al cierre de la oficina alemana del canal de televisión Pervy Kanal al parecer por orden de las autoridades germanas, algo que desde este país niegan, asegurando que «Los periodistas rusos pueden trabajar libremente y sin obstáculos en Alemania».

Finalizando también con Alemania, un ciudadano de este país ha sido detenido en Polonia, acusado de suministrar máquina-herramienta a Rusia, según la Agencia de Seguridad interior polaca. Al parecer, a través de la empresa dirigida por el acusado -que se ha declarado culpable-, se hacían llegar a Rusia herramientas de doble uso que podían ser empleadas en las plantas de producción militar.


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