Guerra de Ucrania – Día 1002

Rusia ha lanzado un misil balístico de alcance intermedio dotado con múltiples ojivas convencionales sobre la ciudad ucraniana de Dnipro: un hecho insólito hasta el momento que ha tratado de ser magnificado por parte del Kremlin y relativizado por parte de los aliados de Ucrania y que responde a la necesidad estratégica, por parte rusa, de responder a la decisión de Estados Unidos, Reino Unido y Francia de permitir a Ucrania atacar territorio ruso con las armas de largo alcance suministradas.

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Como cada vez que ocurre un hecho novedoso, se escriben decenas o cientos de barbaridades por parte de los medios de comunicación de masas. Es por eso por lo que en las siguientes líneas vamos a tratar de poner un mínimo de orden, intentando que el lector entienda lo ocurrido en Dnipró, encuadrándolo en su contexto, hablando sobre sus posibles derivadas y evitando todo tipo de sensacionalismo. Al fin y al cabo, por más que el paso dado por Rusia suponga una escalada, no hay motivo para el tipo de temor que muchos medios han estado difundiendo de forma bastante irresponsable en las últimas horas.

En primer lugar, vamos a comenzar por lo conocido, algo que además habíamos adelantado en el informe de ayer que podía suceder y que, poco tiempo después de ser publicado, ha terminado por confirmarse: Rusia había estado realizando los preparativos para el lanzamiento de un misil balístico de alcance intermedio sobre territorio ucraniano, algo que finalmente hizo eligiendo además como objetivo la ciudad de Dnipró.

En concreto, según ha confirmado el Kremlin posteriormente -y también fuentes occidentales-, Rusia ha empleado un misil balístico de alcance intermedio (IRBM por sus siglas en inglés) (no un ICBM, ni un Kinzhal) dotado con ojivas múltiples convencionales. Los medios han apuntado, siguiendo la retórica del Kremlin, a que se trataba de un misil hipersónico, pero lo cierto es que esto no deja de ser una redundancia, ya que la velocidad de este tipo de sistemas (entre 2.000 y 3.000 metros por segundo) es siempre hipersónica. Lo relevante no era aquí que el cohete impulsor lo fuese, sino que el vehículo de reentrada lo es también y que además no era uno, sino varios. Es decir, que el misil había sido «MIRVado», contando con la capacidad de transportar varios vehículos de reentrada capaces de atacar otros tantos objetivos (en este caso, hasta media docena); algo que dejan claro las imágenes.

Las dudas respecto a si se trataba de un ICBM derivan de algo que ya explicamos en el informe de ayer y que era de sobra conocido para quien tuviese unos mínimos conocimientos (algo de lo que nuestros periodistas, especialmente los dedicados a temas de internacional que son como una plaga bíblica, al parecer carecen por completo): Rusia había estado, desde hace más de una década, buscando formas de saltarse los límites del Tratado INF, que limita el despliegue precisamente de misiles balísticos de alcance intermedio. Una limitación que acordaron en su día los Estados Unidos y la Unión Soviética y que tenía la virtud de prohibir los misiles balísticos y de crucero nucleares o convencionales, cuyo alcance estuviera entre 500 y 5.500 kilómetros; justo lo visto con el lanzamiento de hace unas horas. Se hizo así, porque la precisión y bajo perfil de vuelo de los misiles de crucero de largo alcance (alguna vez hemos hablado sobre la crisis de los Euromisiles) y el escaso tiempo de alerta que permitía la velocidad y parábola de los misiles balísticos de alcance intermedio (ambos susceptibles de transportar cabezas de guerra nucleares) suponían una fuente de inestabilidad estratégica.

Con el paso de las décadas, y los retrasos acumulados por Rusia y su arsenal estratégico frente a los Estados Unidos, se ha hecho cada vez más evidente para el Kremlin que la única forma de compensar la superioridad norteamericana en este nivel pasaba por volver a desplegar misiles balísticos de alcance intermedio, ya que consideraban en entredicho la disuasión que era capaz de proporcionar el resto de su triada. De ahí el desarrollo tanto de sistemas como el RS-26 Rubezh (precisamente el que generó la polémica, ya que Rusia lo designaba como misil balístico intercontinental, a pesar de que su alcance real con una carga pesada -y las ojivas suelen serlo- era el de un misil balístico de alcance intermedio -inferior a los 5.500 kilómetros-) como el de otros sistemas más esotéricos, caso del Poseidón y demás armas anunciadas en su día por Putin. De ahí (del reconocimiento de esta inferioridad) también los cambios en la doctrina nuclear rusa tanto de los pasados años, como más recientes; tema sobre el que Guillermo Pulido escribió un magnífico artículo en nuestra web explicando el paso a la «Cuarta ola» de la estrategia nuclear rusa tiempo atrás.

Las decisiones rusas, terminaron por provocar la defunción del Tratado INF, decidiendo además los Estados Unidos recientemente el despliegue de este tipo de armamento en Alemania, para apuntalar la seguridad de sus aliados europeos. Por otra parte, como hemos venido explicando a lo largo de estos más de 1.000 informes, son muchas las presiones por parte de los intelectuales rusos dedicados a los asuntos estratégicos (hemos citado muchas veces la postura de sujetos como Karaganov) en relación con la necesidad de que Rusia lleve a cabo acciones demostrativas que permitan restablecer el equilibrio estratégico al coste que sea (de hecho, concretamente Karaganov se ha mostrado partidario de emplear armamento nuclear).

Así las cosas, tras decidir la Administración Biden permitir a Ucrania emplear armamento de largo alcance contra territorio ruso (decisión secundada por Reino Unido y Francia) y conducir las AFU ataques sobre Bryansk y Kursk en los últimos días, desde Rusia han considerado que la única forma de responder a esta escalada occidental pasaba por hacer un ataque demostrativo, en este caso empleando un tipo de arma que es muy difícil de interceptar, que se presta a la confusión, cuyo uso implica también una escalada y que supone la primera vez en la historia que se lanza un ataque estratégico subnuclear con un sistema que puede ser armado también con varias cabezas nucleares. Es decir, empleando un sistema que más allá de los efectos concretos del ataque, supone una llamada de atención (signalling) tanto a los Estados Unidos como especialmente a sus aliados europeos, que son los que están dentro de su alcance y los que apenas cuentan con medios de alerta temprana o intercepción.

Dicho lo cual, es importantísimo aclarar que en ningún momento el lanzamiento pudo haber degenerado en una escalada nuclear, pues los canales de comunicación entre Estados Unidos y el Kremlin funcionaron y desde Washington estaban advertidos del ataque y de que este no iba a ser nuclear, como se desprende de las declaraciones de la subsecretaria de prensa del Pentágono. De hecho, es posible que la advertencia datase de días antes y que los propios ucranianos, a pesar de que hayan puesto el grito en el cielo, también estuviesen advertidos. Al fin y al cabo, Rusia había sido muy clara con el hecho de que iba a responder de alguna forma –y tras el ataque, Medvedev ha seguido haciendo su papel-, algo que tanto Ucrania como sus aliados daban por descontado. Es más, el hecho de que incluso muchas fuentes OSINT supiesen(mos) horas antes del ataque que este iba a producirse indica que hubo filtraciones por parte rusa, intentando así aminorar la sorpresa y preparando el terreno.

También que es, efectivamente, un «signalling» más, pues desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania desde Rusia han venido empleando armamento capaz de portar ojivas nucleares, desde los misiles bajo-hipersónicos Kinzhak a los balísticos Iskander, entre otros. Es decir, que lo ocurrido es grave, e implica un paso más en la escalada, pero no es nada terrible ni incontrolable, ni conduce irremediablemente como gusta decir a la propaganda rusa a una guerra nuclear (actitud lógica, pues ya hemos explicado muchas veces que la disuasión ofensiva (AKA «chantaje nuclear) ha funcionado muy bien a Rusia en algunos aspectos).

A partir de ahí, está por ver si la decisión como gustaría al Kremlin sirve para romper la voluntad de los aliados de Ucrania de seguir permitiendo a este país los ataques sobre territorio ruso (ese era el objetivo real del ataque, por más que físicamente se alcanzase una planta de producción aeronáutica, de ahí que digamos que se ha llevado a cabo en el nivel estratégico) o si, por el contrario, persisten en su decisión, lo que es lo más probable ya que desde los Estados Unidos han minimizado la importancia de la acción rusa, al tratarlo como un suceso más en la rueda de prensa concedida desde el Pentágono tras el ataque. Por otra parte, y como decíamos en el informe de ayer, la escalada rusa solo será peligrosa si desde Occidente no se toman medidas suficientes para mantener la disuasión sobre este país, de ahí que insistamos en que las famosas «líneas rojas» son móviles o si el tipo de objetivos que se permiten a Ucrania son lo suficientemente sensibles como para que Rusia considere necesaria una nueva acción demostrativa aún más contundente (como podría ser una prueba nuclear en territorio propio, por ejemplo).

En resumen, y hasta donde sabemos: 1) Rusia ha lanzado sobre Ucrania (lo que es una novedad en la historia bélica y un paso importante) un misil balístico de alcance intermedio (no un misil balístico intercontinental) muy probablemente basado en el RS-26 Rubezh (aunque lo han denominado «Oreshnik»), dotado con múltiples vehículos de reentrada hipersónicos y con cabeza de guerra convencional (no necesariamente de entrenamiento); 2) los aliados de Ucrania estaban advertidos del lanzamiento, con lo que el riesgo de guerra nuclear era prácticamente nulo; 3) la acción rusa es demostrativa y busca en primer lugar restablecer el equilibrio estratégico tras la decisión de EEUU, Reino Unido y Francia de permitir a Ucrania atacar territorio ruso con los ATACMS y Storm Shadow/SCALP, así como revertir si fuera posible esta acción; 4) lo más probable es que estos ataques continúen y que no impliquen nuevas escaladas si su intensidad o el valor de los objetivos se gradúa adecuadamente; 5) el ataque también es una forma, por parte de Rusia, de demostrar su voluntad de alcanzar sus objetivos en Ucrania al precio que sea (recordemos los «puntos de Schelling») en un momento en el que pese a avanzar en el campo de batalla no lo está haciendo al ritmo requerido antes de la llegada de Trump al poder, demostrando unas carencias que podrían minimizar su posición en caso de negociaciones.

Explicado esto, cabe apuntar que al menos desde el punto de vista intelectual, la situación es muy estimulante (por supuesto, no tiene ninguna gracia en todos los demás aspectos) ya que confirma mucho de lo que se había venido teorizando sobre los umbrales de uso de determinadas armas cuyo carácter es estratégico, pero cuyos efectos pueden graduarse variando el tipo de ojiva. Además, adelanta lo que podría llegar a ocurrir con las armas nucleares, pues el «tabú nuclear» se ha ido erosionando debido a factores puramente técnicos (mayor precisión y menor potencia explosiva, lo que reduce el umbral de uso), lo que implica mayores posibilidades de que lleguen a ser empleados artefactos nucleares pero, paradójicamente, menor probabilidad de que su empleo degenere en una escalada incontrolada lo cual, dentro de lo malo, es positivo.

Además, y por último, es necesario señalar que los restos recuperados en Dnipró y los datos recolectados durante un lanzamiento del que estaban avisados (lo cual implica que todos los sistemas de detección estaban preparados) permitirán comprender mucho mejor el estado de la tecnología rusa en relación con las armas estratégicas.

Pasando ahora ya a lo ocurrido sobre el terreno, según los ucranianos todavía no hay un balance de víctimas del ataque a Dnipró que, sin embargo, no ha sido el único de la jornada a pesar de su importancia. De hecho, durante las últimas horas, aunque todavía no se ha publicado un recuento oficial, se han registrado explosiones en otros puntos de la geografía del país, como Krivói Rog, en donde al menos 15 personas han resultado heridas, Sumy, donde dos civiles más han fallecido tras un ataque con drones por parte rusa, o Kiev, en donde ha estado activa la defensa antiaérea.

Del lado contrario, Ucrania ha proseguido con sus ataques sobre territorio ruso, parece que por el momento empleando sus propios medios, como en la acción que ha afectado en las últimas horas a Krasnodar, en donde se ha registrado un importante incendio al parecer en una serie de depósitos de combustible cercanos al puente de Yablonovskiy. Desde el Ministerio de Defensa ruso han hablado, dicho esto, del supuesto derribo de «dos misiles de crucero Storm Shadow de fabricación británica, seis misiles HIMARS de fabricación estadounidense y 67 vehículos aéreos no tripulados».

Por otra parte, sigue hablándose de las consecuencias del ataque ucraniano reciente a un puesto de mando ruso y norcoreano en la región de Kursk, en el que se emplearon misiles Storm Shadow, ya que según algunas fuentes un general norcoreano habría resultado herido; es más, en algunos canales de Telegram y cuentas de Twitter incluso se especulaba con la idea de que el teniente general (coronel general) ruso Oleksandr Lapin hubiese fallecido a consecuencia de la acción, algo que no está en absoluto confirmado.

Guerre d'Ukraine | 20/11/24Secteurs :🌐 Zone Sud-Ouest Koursk🔹U241120-1822🌐 Niu-York-Toretsk🔹U241120-1754🌐 Kurakhove-Kostiantynivka🔹U241120-1808🌐 Velyka novosilka-Urozhaine🔹U241120-1811#UkraineRussianWar #GuerreEnUkraine

Poulet Volant (@pouletvolant3.bsky.social) 2024-11-21T17:30:43.107Z

En cuanto a los combates y los movimientos, no hay noticias relevante procedentes de Kursk, más allá de algunas acciones que sirven para confirmar dónde está la línea de frente. Tampoco en Járkov, pero sí en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna. Allí, concretamente en Terny, han seguido produciéndose avances rusos, lo que ha llevado al ejército de este país a alcanzar el centro urbano.

No hay noticias tampoco de Siversk o de Chassiv Yar, por lo que pasamos al sector de Pokrovsk. Allí continúan los combates urbanos en el centro de la ciudad, buscando los infantes rusos en las últimas horas rodear los «terrikons» por el sur, a la vez que avanzar desde Niu-York hacia el norte de Nelipivka.

Pasando al sector de Pokrovsk-Kurajove, en donde se siguen produciendo el grueso de los combates, cabe decir que en dirección a la primera de estas ciudades han seguido los intentos rusos por alcanzar Pustinka, aunque los avances son desde hace semanas marginales en esta parte del sector. Además, los ucranianos habrían llevado a cabo en las últimas horas un contrataque con éxito contra posiciones anteriormente perdidas al norte de Mykolaivka.

Distinta es la situación en dirección a Kurajove tanto al norte como al sur del Vovcha. Así, en el primer caso es posible que los rusos hayan entrado ya en Beretsky, aunque hay dudas al respecto. Lo que sí está claro es que han conseguido tomar la mayor parte de Sontsivka pese a los contraataques ucranianos, con lo que la posición ucraniana en la zona es más vulnerable que nunca. Por cierto, que han aparecido vídeos que demuestran el estado del terreno en el embalse, recientemente destruido con casi total seguridad por los ucranianos y que permite el paso de vehículos en algunas áreas en las que antes había agua. Al sur del Vovcha, por su parte, las tropas rusas han seguido avanzando en dirección a Trudove desde distintos puntos, al tiempo que presionan hacia el sur de Daljne y se sigue combatiendo en el interior de la propia Kurajove.

Por último, en el sector de Velyka Novosilka, un día más las tropas rusas han continuado ganando terreno en dirección a esta localidad, en esta ocasión desde el este, en diversos puntos como ocurre hacia Rozdolne y en paralelo al curso del río Shaiytanka.

Daily Ukraine map post – Thurs 21st Nov 2024Highlights: Russian launches MRBM at DniproDeputy of Leningrad Military District claimed injured in the Kursk strike yesterdaySmall Ukrainian changes marked in Kursk, & small Russian advances at Toretsk, Dalnje & Terny. Map: uacontrolmap.com

Ukraine Control Map (@uacontrolmap.bsky.social) 2024-11-21T21:32:07.034Z

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Como no podía ser de otra manera, la parte internacional comienza con las reacciones al lanzamiento por parte de Rusia de un IRBM contra Ucrania. Así, desde este país su presidente, Zelenski, ha hablado de una «importante escalada» por parte rusa, llamado al mundo a reaccionar, denunciando el aumento de la “escala y brutalidad” de la guerra y afirmando en la línea de las últimas semanas que “Tenemos que seguir presionando. Debemos empujar a Rusia hacia una paz real, que sólo es posible por la fuerza ”, al tiempo que se quejaba de que «Es obvio que Putin está utilizando a Ucrania como campo de pruebas».

Además, el ucraniano defendió el derecho de su país a atacar el territorio ruso, amparándose en el derecho internacional: «El uso de un misil balístico contra Ucrania hoy es una prueba más de que Rusia no tiene ningún interés en la paz. Putin miente cuando afirma que el uso de armas de largo alcance por parte de Ucrania es de alguna manera un nuevo paso para nosotros. Esta no es la primera vez que usamos tales armas, y tenemos todo el derecho a hacerlo según el derecho internacional. Nuestro derecho a la legítima defensa es el mismo que el de cualquier otra nación. Y cuando los misiles rusos alcanzan nuestras ciudades, cuando los “Shaheds” iraníes atacan Ucrania cada noche, cuando un contingente norcoreano se despliega en nuestras fronteras, Putin no sólo está prolongando la guerra, sino que está escupiendo en la cara de aquellos en el mundo que genuinamente quieren que se restablezca la paz».

Desde Rusia se producía la comparecencia de su presidente, Vladímir Putin justificaba su acción afirmando que la guerra en Ucrania había adquirido «elementos de carácter global» (pues los ataques contra su territorio con ATACMS y Storm Shadow/SCALP no podrían ser llevados a cabo sin la participación directa de personal occidental) y negando que sea posible infligir una «derrota estratégica a Rusia». Además, en lo que no deja de ser una mentira descarada, acusó a los EEUU de «destruir unilateralmente el Tratado INF en 2019». De hecho, sus palabras exactas fueron: «Estamos desarrollando misiles de alcance intermedio y corto en respuesta a los planes de Estados Unidos de producir y desplegar misiles de alcance intermedio y corto en Europa y la región de Asia y el Pacífico. Creemos que Estados Unidos cometió un error al destruir unilateralmente el Tratado INF en 2019 con un pretexto inverosímil».

Lo que es más importante, dejó abierta la puerta a realizar el mismo tipo de lanzamientos contra objetivos en los países que suministran armamento a Ucrania: «Determinaremos los objetivos de las pruebas de nuestros sistemas de misiles avanzados en función de las amenazas a la seguridad de la Federación Rusa. Nos consideramos con derecho a utilizar nuestras armas contra las instalaciones militares de aquellos países que permitan el uso de sus armas contra las nuestras y, en caso de una escalada de acciones agresivas, responderemos con decisión y de manera similar a como lo hacen los demás. Recomiendo que las élites gobernantes de los países que están tramando planes para utilizar sus contingentes militares contra Rusia consideren seriamente esta posibilidad». Además, dejó claro que los ataques serían avisados con antelación por «razones humanitarias», explicando que «No hace falta decir que, a la hora de elegir, en caso necesario y como medida de represalia, los objetivos que serán atacados por sistemas como Oreshnik en territorio ucraniano, propondrán con antelación que los civiles y los ciudadanos de países amigos que residen en esas zonas abandonen las zonas de peligro. Lo haremos por razones humanitarias, abiertamente y en público, sin temor a contraataques por parte del enemigo, que también recibirá esta información».

Todo ello antes de volver a cargar contra los Estados Unidos, a los que amenazaba diciendo que «Me gustaría subrayar una vez más que no fue Rusia, sino Estados Unidos, quien destruyó el sistema de seguridad internacional y, al seguir luchando y aferrándose a su hegemonía, están empujando al mundo entero a un conflicto global. Siempre hemos preferido y estamos dispuestos a resolver todas las disputas por medios pacíficos, pero también estamos preparados para cualquier cambio de los acontecimientos. Si todavía hay alguien que duda de ello, no se equivoque: siempre habrá una respuesta».

Por cierto, que casi al mismo tiempo desde el Kremlin hablaba el portavoz del Gobierno ruso, Dmitry Peskov, asegurando que no se había notificado el lanzamiento «porque Rusia no tiene esa obligación en lo que respecta a los misiles de alcance intermedio», lo que no deja de ser curioso, pues todo apunta como hemos explicado a lo contrario y el propio Putin decía que los lanzamientos serán previamente advertidos.

Por otra parte, los máximos responsables de la diplomacia francesa y británica han firmado una columna conjunta en Le Figaro, dejando claro que no se permitirá a Rusia «reescribir los principios de las relaciones internacionales» , al tiempo que advertían al Kremlin de que pondrán todos los medios necesarios para impedirle «alcanzar sus fines» en Ucrania. De hecho, llamaban a luchar contra la «putinización del mundo» (lo que, en español, no deja de tener su aquel).

Desde los Estados Unidos, por su parte y como hemos visto, han minimizado la importancia concedida al lanzamiento ruso, mientras su prensa continuaba centrada en términos de política interna, con todo lo relacionado con la composición de la futura Administración Trump y los pasos que esta podría o no dar en relación especialmente con temas económicos, con el funcionariado, etc.

Pasando a otros temas, el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, ha anunciado que su país recibirá fondos por valor de 4.800 millones de dólares por parte del Banco Mundial en el marco del programa PEACE, destinado a sostener las finanzas ucranianas.

Shmyhal, además, mantuvo una reunión con los embajadores de los Veintisiete, en la que agradeció la ayuda prestada para restaurar las infraestructuras energéticas y eléctricas atacadas por Rusia, además de pedir mayor apoyo en forma de defensa aérea y de hablar sobre el endurecimiento de las sanciones o sobre la integración europea de Ucrania entre otros temas.

Por último, cerramos con la ayuda militar y concretamente con Noruega, pues el país nórdico invertirá aproximadamente 500 millones de coronas (43 millones de euros) como parte de un nuevo paquete de ayuda para financiar la producción interna de armas ucranianas, siguiendo así la estela de otros estados de la región, como Dinamarca, que han anunciado recientemente medidas de este tipo.


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