Los Estados Unidos han dado luz verde a los ataques con misiles balísticos ATACMS sobre territorio ruso, aunque con importantes limitaciones, en respuesta a la presencia de tropas norcoreanas en dicha región. Desde Rusia, por su parte, han lanzado un ataque masivo contra la infraestructura energética y eléctrica que ha implicado el uso de 120 misiles y hasta 90 drones suicidas, dejando un saldo de varios muertos y cortes eléctricos por todo el país en vísperas de la Cumbre del G20 en Río de Janeiro. Todo en una jornada en la que Reino Unido y Francia se han sumado a la decisión estadounidense, más de un millar de opositores rusos en el exilio se han manifestado contra Putin en el centro de Berlín y Olaf Scholz se ha defendido de las críticas asegurando además que el apoyo de Alemania a Ucrania se mantendrá inquebrantable.
Sin ti, este sitio no podría seguir funcionando. Ayúdanos mediante una pequeña donación a través del siguiente enlace:
https://www.buymeacoffee.com/guerradeucrania
Horas atrás, los diarios estadounidenses The New York Times y The Washington Post publicaban una noticia que los ucranianos esperan desde hace largos meses: la Administración Biden concede permiso al país y a sus Fuerzas Armadas para utilizar los misiles balísticos ATACMS contra objetivos dentro del territorio ruso. Una noticia esperada tras la confirmación de la presencia de tropas norcoreanas en la región rusa de Kursk, que llega como respuesta a este paso por parte del régimen de Kim Jong-Un pero que, una vez más, llega con limitaciones y poniendo el control de la escalada muy por encima de las necesidades militares ucranianas. Además, no solo llega tarde, sino que no llega como debe si atendemos a la necesidad ucraniana de dar un vuelco a la guerra.
Hay que tener en cuenta que los ataques deberán ser previamente aprobados por los funcionarios norteamericanos encargados del tema, que por el momento (aunque se deja la puerta abierta a que en el futuro esto cambie y el alcance de los permisos pueda extenderse más allá de la región de Kursk) los objetivos a atacar estarán limitados a los disponibles dicha óblast (pensando especialmente en los militares norcoreanos y en disuadir a Kim Jong-Un de seguir enviando más tropas o medios) y, también, la publicidad que se está dando a una decisión a la que rápidamente se han sumado Francia y Reino Unido, lo que habla a las claras sobre las intenciones estadounidenses, ya que de otro modo se habría conferido el permiso probablemente sin que trascendiese, facilitando su efectividad militar.
En este sentido, es obligado hacer dos comentarios: por una parte, que Rusia ha tenido tiempo suficiente en el pasado como para descontar que este tipo de decisión (limitada o no a Kursk) iba a producirse en algún momento, lo que le ha permitido un margen de tiempo suficiente para implementar adaptaciones militares, alejando más si cabe del frente cualquier tipo de objetivo que justificase el empleo de este tipo de sistemas, como concentraciones de tropas, puestos de mando, etc. Por otra, que los objetivos que Ucrania pueda atacar en Kursk si bien son interesantes a la hora de permitir a las AFU castigar a sus enemigos y dificultarles la reconquista del territorio que controlan en esta región, son secundarios en el marco de esta guerra.
Precisamente, para que la guerra tuviese posibilidades de dar un vuelco real, además de suministrarse un número de vectores mucho mayor a Ucrania (no solo por parte estadounidense, sino de países que por el momento se niegan a dar pasos en este sentido incluso aunque la oposición ha sido clara al respecto de la necesidad de darlos, como ocurre con Alemania), debería abrirse mucho más el abanico, permitiendo su empleo contra objetivos en el resto del territorio ruso.
Además, el permiso debería concederse para atacar no solo objetivos militares, pues como hemos dicho Rusia ha tenido tiempo de realizar adaptaciones para mitigar su posible efecto, sino incluso objetivos relacionados con la economía rusa, pues como decíamos ayer son los que podrían tener un mayor efecto potencial a la hora de sentar a Putin en la mesa de negociaciones, al afectar al sector de los hidrocarburos y al tener un impacto directo sobre la sociedad.
Por supuesto, esta decisión implicaría un enorme riesgo de escalada. Ahora bien, incluso en este caso las opciones podrían graduarse al espaciarse y al aprobarse individualmente cada uno de los ataques, buscando entre unos y otros conceder un margen a Rusia para la reflexión y para las negociaciones. Al fin y al cabo, por más que desde el Kremlin hayan dicho en alguna ocasión que no negociarán ningún alto el fuego mientras Ucrania posea parte de su territorio u objetivos dentro de Rusia sigan siendo atacados, en la práctica esto no es así.
Para terminar por el tema, y pensando en la efectividad estrictamente militar de estos ataques, independientemente del efecto que puedan tener sobre los norcoreanos (que parece que serán el objetivo prioritario de los ATACMS), si de verdad se persiguiese que el permiso concedido por Biden tuviese efectos reales sobre el esfuerzo ruso, debería ampliarse el objetivo al menos al eje Bélgorod-Voronezh, por donde transitan la mayor parte de los trenes rusos encargados del abastecimiento de las tropas y en donde buena parte de las unidades rusas pasan sus periodos de R&R (descanso y recuperación, ya que alguna vez nos han preguntado sobre estas siglas).
Pasando a lo ocurrido sobre el terreno en las últimas horas, es obligado comenzar por el ataque masivo llevado a cabo por Rusia (ayer, en el informe, ya advertíamos de que estaba en marcha) y para el cual habrían empleado hasta 120 misiles de distintos tipos y un total de 90 drones de ataque de largo alcance, según el Ministerio de Defensa de Ucrania. Así las cosas, y según los ucranianos, la cosa quedaría como sigue:
- 1 misil de crucero hipersónico 3M22 «Zirkon» (1 derribado)
- 90 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) (42 derribados)
- 8 misiles balísticos Kh-47M2 «Kinzhal» (7 derribados)
- 101 misiles de crucero Kh-101 Kalibr (85 derribados)
- 1 misil balístico «Iskander-M» (0 derribados)
- 4 misiles de crucero/antirradiación Kh-22/Kh-31P (4 derribados)
- 5 misiles de crucero de lanzamiento aéreo Kh-59/Kh-69 (5 derribados)
Lo primero que cabe comentar, incluso antes de hablar de los efectos del ataque, es que sirve para poner en perspectiva, asumiendo que los datos proporcionados por Ucrania se acerquen a la realidad, la suficiencia de paquetes de ayuda como el recientemente anunciado por los Estados Unidos, consistente en el envío futuro de hasta 500 misiles para las baterías Patriot y NASAMS en uso por parte de las AFU.
Teniendo en cuenta que, al menos generalmente, por cada objetivo a abatir se emplean 2 misiles para asegurar el blanco (es muy posible que Ucrania haya cambiado este proceder para gestionar mejor sus inventarios de misiles interceptores), tendríamos que en un solo ataque podrían haberse consumido el equivalente a prácticamente la mitad (dando por hecho que los misiles no se emplean contra los drones suicidas por la relación de costes) de esos 500 misiles que los EEUU van a entregar. De ahí la insistencia ucraniana, en cada reunión con un líder o delegado extranjero, en la necesidad de seguir mejorando y fortaleciendo su defensa aérea; de ahí también la insistencia en que se abra la mano a la hora de permitir a Ucrania atacar determinados puntos de lanzamiento y depósitos de municiones en territorio ruso.
Como quiera que esto ni ha pasado ni parece que vaya a pasar a corto plazo, toca hablar ahora sí de los efectos de una oleada de ataques que ha dejado cortes de luz por toda Ucrania y que ha provocado varias víctimas mortales en distintos puntos del país, así como numerosa destrucción material, especialmente de infraestructuras. Por ejemplo, se habla por el momento de once muertos en Sumy. Además, dos personas han fallecido en Mykolaiv y seis más han resultado heridas, otras dos han fallecido en Odesa, se han registrado fuertes explosiones en Krivói Rog, así como incendios, lo mismo que en Kamianske o en Dnipró, en donde se ha registrado también al menos un herido, igual que en Kremenchuk. Además, ha fallecido una mujer en Leópolis, al este del país, que también se ha visto muy afectado por los ataques, con impactos en Volyn, en Rivne o en Ivano-Frankivsk entre otros puntos. A todo esto se suman los dos muertos y cinco heridos tras un ataque ruso contra Nikopol, posiblemente en este caso por un dron táctico.
Del lado contrario, dicho esto, lo único relevante han sido las explosiones que se han escuchado en Voronezh, sin que hayan trascendido por el momento efectos. En cuanto al Ministerio de Defensa de Rusia, ha hablado sobre el supuesto derribo de «uatro bombas guiadas Hammer de fabricación francesa, dos sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS de fabricación estadounidense y 108 vehículos aéreos no tripulados».
En cuanto a los combates y los movimientos, comenzamos por el sector de Kupiansk, ya que no hay novedades procedentes ni del sector de Kursk, ni del de Járkov. Allí, dicho esto, se han seguido registrando ataques rusos contra el norte de la ciudad, al tiempo que intentan estrechar el cerco desde el este y desde el sur. Además, al sur del sector, en Kreminna, ha continuado el asedio ruso sobre Terny.
Distinta es la situación en el sector de Siversk, en donde los ucranianos han continuado manteniéndose al ataque en las últimas horas, retomando posiciones perdidas anteriormente en torno a Bilohorivka y Verkh’okam’yans’ke.
En el sector de Chassiv Yar, por su parte, continúa desarrollándose la batalla por el control de esta ciudad, con las tropas rusas intentando rodear a los ucranianos por el sur, en dirección a Stupochny, mientras se combate cada vez más en zonas céntricas, como explicamos ayer a propósito de la presencia de tropas rusas cerca del estadio.
Pasando al sector de Toretsk, las últimas horas han sido de avances rusos, retomando así su ejército una parte sustancial del terreno perdido en dirección a los «terrikons» tras los últimos contraataques retardadores ucranianos.
En cuanto a Pokrovsk-Kurajove, la situación ha seguido la tónica de los días anteriores. Así, por una parte y en dirección a la primera de estas ciudades, el Ejército ruso habría tomado el control de Yuríivka, avanzando además al noroeste de Novohrodivka. Por otra, en dirección hacia Kurajove pero al norte del río Vovcha, tras la toma de Novo Ilinka los rusos están a apenas 1.500 metros de dicha ciudad (por supuesto, les separa la masa de agua, pero pueden hacer daño con artillería y drones), a lo que se suma que también han progresado hacia el sur de Beretsky.
En dirección a Kurajove también, aunque en este caso desde el sur, continúan produciéndose avances, por más que lentos, siguiendo el curso del río Sukhi Yaly. Así, en las últimas horas los rusos habrían progresado hacia Ilinka o Uspenivka nuevamente, mientras siguen intentando romper las defensas ucranianas al sur de Kurajove, entre esta y Daljne.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Como es habitual durante los fines de semana, la actividad internacional se reduce considerablemente. Dicho esto, buena parte de la actualidad internacional relacionada con la guerra de Ucrania ha tenido que ver, en las últimas horas, con las reacciones al masivo ataque llevado a cabo por Rusia contra la infraestructura de este país, que ha llegado poco antes del inicio de la Cumbre del G20 en Río de Janeiro, a la que no acudirá Putin, aunque sí contará con presencia rusa. Condenas como las lanzadas por el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien los considera «inaceptables» o las vertidas por el todavía Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, quien ha dicho además que Ucrania necesita más defensa aérea y que esta será la prioridad que se trasladará a los ministros de Exteriores y de Defensa de la UE en próximas reuniones.
Siguen, además, produciéndose también reacciones a la conversación mantenida entre Putin y Scholz unos días atrás. Reacciones como las procedentes del Ministerio de Exteriores de Finlandia –en donde el apaciguamiento no resultó en el pasado– desde donde se ha instado a los líderes occidentales a abstenerse de mantener contactos con Putin, pidiendo que las comunicaciones con el Kremlin se hagan de forma coordinada. Reacciones también como las del primer ministro canadiense, Justin Trudeau, quien ha dicho que a pesar de que deben mantenerse canales abiertos con el Kremlin apoyando por tanto el paso dado por Scholz, su confianza en Putin y en su voluntad de negociación está en estos momentos en su momento más bajos. Reacciones, por último, como las del primer ministro británico, Keir Starmer, quien ha dicho no planea hablar con Putin, reiterando su apoyo a Ucrania, al tiempo que ha asegurado que la cuestión ucraniana estará en primera posición entre los numerosos temas a tratar en el marco de la Cumbre del G20 y ha urgido a los aliados de Ucrania a redoblar su apoyo al país.
También, como es lógico, se han producido reacciones a la decisión estadounidense de permitir a Ucrania atacar objetivos en la región de Kursk, algo sobre lo que el presidente ucraniano, Zelenski, se ha mostrado cauto afirmando que «hoy muchos medios de comunicación informan que hemos recibido autorización para tomar las medidas adecuadas […]. Pero los ataques no se hacen con palabras. Cosas como ésta no se esperan […]. Los misiles hablarán por sí solos». No ha sido el único tema tocado en las últimas horas por Zelenski, quien tras «uno de los ataques rusos más masivos y peligrosos en lo que va de guerra» ha agradecido a todos aquellos países que han suministrado sistemas de defensa aérea y misiles interceptores a Ucrania su generosidad, al tiempo que ha pedido nuevamente más ayuda y ha recordado que todavía no se han entregado una parte sustancial de los equipos anteriormente comprometidos. Por último, el presidente ucraniano ha reiterado que el mejor plan para fortalecer a Ucrania es el «Plan para la Victoria de Ucrania» que él mismo presentó semanas atrás y que el mejor argumento pasa por dotar a las AFU de capacidades de largo alcance.
Desde Rusia, como cabía esperar, también se han pronunciado a propósito de la decisión tomada por la Administración Biden. En concreto ha sido Vladimir Dzhabarov, primer subdirector del comité de asuntos internacionales del Senado ruso, quien ha dicho que «este es un gran paso hacia el inicio de la Tercera Guerra Mundial», siguiendo con la retórica rusa habitual, que siempre gira en torno a la amenaza de escalada, al tiempo que ha dicho que Moscú responderá de forma adecuada.
Como curiosidad, y para finalizar, cabe decir que entre mil y dos mil partidarios de la oposición rusa en el exilio, encabezados por la viuda de Alekséi Navalni, Yulia Navalnaïa, han protestado en las últimas horas en Berlín contra Vladimir Putin y contra la guerra en Ucrania. En cualquier caso, podría considerarse que la participación ha sido muy limitada para un movimiento debilitado que esperaba resurgir pero que no ha logrado ni de lejos reunir al número de personas que llegaron a congregar en años anteriores.
Deja una respuesta