Guerra de Ucrania – Día 987

Trump se ha impuesto en las elecciones estadounidenses con un margen muy superior al previsto por la mayoría de las encuestas, logrando unos resultados que le permitirán implementar su programa electoral sin apenas oposición. La llegada al poder del republicano ha provocado reacciones encontradas en buena parte del mundo, incluyendo una Unión Europea que intenta contemporizar al tiempo que se prepara para un escenario de probable enfrentamiento y una Ucrania que sabe que su futuro depende de lo que Trump haga. Eso sí, Estados miembros como Alemania estarán sin duda más preocupados por sus problemas de política interna, tras romperse la coalición gobernante, que por lo que pueda ocurrir al otro lado del Atlántico. Y al mismo tiempo, como cada día, los combates y los lanzamientos de armas de largo alcance han continuado, logrando las AFU alcanzar la base naval rusa de Kaspiysk, en el Mar Caspio mientras siguen con sus intentos por contener a un Ejército ruso que tiene ahora más motivos que nunca para acelerar su ofensiva al máximo antes de la toma de posesión del futuro presidente de los Estados Unidos.

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(El informe de hoy es más intenso de lo normal. Somos conscientes de que hay muchas cuestiones que dejamos en el aire, dando por hecho que los lectores nos siguen y que saben que se han tratado en informes anteriores. En cualquier caso, pedimos disculpas de antemano pues son tantos los temas a tratar en esta jornada que por fuerza nos vemos obligados a tocar muchos de ellos de pasada o dejando al lector el relacionarlos con temas ya explicados en otros informes).

Finalmente se ha constatado no sólo la victoria electoral del candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump, sino el amplio margen con el que se ha impuesto sobre Harris, todo lo cual le otorga no sólo importantes poderes adicionales, al controlar las cámaras, sino también un notable respaldo moral que le permitirá implementar su programa político sin excesivas preocupaciones una vez asuma la presidencia, en enero de 2025. Las preocupaciones, dicho esto, se han trasladado al otro lado del Atlántico, en donde los aliados de los Estados Unidos han comenzado a dar pasos en algunos casos incoherentes, como es habitual en el Viejo Continente.

Así, por una parte unos y otros han felicitado al republicano por su victoria, tanto desde la Comisión Europea, como desde el Consejo o desde el Parlamento Europeo, intentando contemporizar y no precipitar de inicio un enfrentamiento directo que no pocos desean, todo sea dicho, ya que la llegada de Trump es vista por muchos como una oportunidad de fomentar una Europa más independiente también en defensa. Significativas en este sentido han sido las palabras del Alto Representante, Josep Borrell, quien ha asegurado tras felicitar fríamente a Trump que «A través de su política exterior y de seguridad común, la UE no escatimará esfuerzos para mantener relaciones dinámicas con los EE.UU.» y que los Estados miembros de la UE seguirán «esforzándose por promover sus responsabilidades estratégicas, desde la seguridad y la defensa hasta el clima, para construir una Europa fuerte y soberana».

Por otra parte, y al mismo tiempo, han comenzado ya las reuniones y los intercambios en preparación de lo que pueda ocurrir con un sujeto al que consideran impredecible. Al fin y al cabo, al mismo tiempo que algunos desean una Europa más fuerte, están igualmente aterrados por la posibilidad de una UE abandonada a su suerte…

Lo importante, en cualquier caso, es para los europeos que la victoria electoral de Donald Trump abre una nueva etapa en el escenario internacional que tendrá profundas implicaciones en términos de seguridad y defensa. La doctrina exterior estadounidense cambiará tras la toma de posesión, adoptando muy probablemente y como explicamos recientemente, una postura más proclive a actuar en solitario en lugar de en el marco de las organizaciones internacionales, aunque seguramente tan reacia a las aventuras militares como lo fuera en su anterior mandato. Pese a ello, profundizará el viraje estadounidense hacia Indo-Pacífico y, llegado el caso, no dudará en esgrimir la amenaza del uso de la fuerza tanto allí como en Oriente Medio, para lo cual deberá concentrar en la región cuantos recursos estén disponibles.

Hacer esto posible implicará exigir a la UE que se haga más responsable de su propia seguridad, sin que esto suponga romper la OTAN. Ahora bien, esta podría terminar siendo una organización “durmiente”, en el sentido de abandonar temporalmente cualquier proyecto destinado a incorporar a nuevos miembros o a aumentar su área de responsabilidad, al quedar Europa en un segundo plano para los Estados Unidos.

Eso sí, se ha de ser muy realista con las posibilidades europeas, que vienen lastradas por razones estructurales, como las profundas divisiones en el seno de la UE. Así, aunque la mayoría de los analistas coinciden en que los Estados miembros redoblarán su inversión en defensa en previsión de lo que pueda ocurrir y relanzarán algunas iniciativas de defensa, además de crear otras nuevas, impulsando los planes de la actual Comisión, esta no deja de ser una visión simplista del futuro de la PCSD.

Está claro que el gasto en defensa va a aumentar en la UE y que habrá más fondos disponibles tanto para adquisiciones como para I+D, por citar solo dos ejemplos; al fin y al cabo la UE arrastra un profundo retraso en materia de capacidades militares o de tecnología bélica y, para subsanarlo, habrán de construirse nuevas plantas de producción, incrementar las adquisiciones, crear nuevas herramientas de financiación y favorecer la creación de equivalentes europeos a la famosa DARPA estadounidense o a Silicon Valley.

Sin embargo, ha de tenerse en cuenta que esta es una tendencia anterior a la guerra de Ucrania que comenzó con la invasión rusa de Crimea, creció durante el primer mandato de Trump, se ha visto impulsada por la renovada amenaza rusa y que un segundo mandato del republicano favorecerá. Eso sí, dependerá de los europeos hacer que estos y otros planes se materialicen y es aquí en donde empiezan los problemas. Máxime si tenemos en cuenta que la situación de la UE y sus EEMM en 2024 es muy diferente a la de 2016.

Por una parte, la mayor parte de los EEMM ya invierten más en Defensa, con muchos de ellos superando o acercándose al 2% del PIB recomendado por la OTAN, con lo que el margen de Trump para exigir mayores subidas es más exiguo. De hecho, lo más factible es que los Estados miembros de la UE busquen contemporizar como hemos dicho al inicio con Trump más que el enfrentamiento directo, intentando demostrar que “hacen los deberes” y que el brazo europeo de la Alianza es un brazo en el que se puede confiar, en lugar de un conjunto de freeriders que se niegan a compartir gastos y responsabilidades con los EE. UU.

Portada del diario The New York Times con los resultados de las elecciones a la Casa Blanca
Portada del diario The New York Times con los resultados de las elecciones a la Casa Blanca. Fuente: The New York Times.

Por otra, ha de tenerse en cuenta que las divisiones en el seno de la UE son mucho más fuertes ahora que en 2016-2020, con un grupo de países mucho más cercano todavía que entonces a Washington, lo que dificultará la adopción -y especialmente la implementación- de muchas de las posibles nuevas medidas y proyectos impulsadas por la Comisión.

A esta división entre Estados miembros han de sumarse los importantes problemas internos de varios de ellos a nivel político, comenzando por Alemania (cuyo Gobierno podría caer en breve tras romperse la coalición en el poder) o Francia; algo que otorgará mayor peso específico a Estados miembros que hasta ahora ocupaban un papel relativamente secundario, como Polonia o Países Bajos. Divisiones y enfrentamientos que tienen su reflejo, por cierto, en el Parlamento Europeo, institución en la que el poder de las fuerzas mayoritarias ha disminuido en favor de las opciones más radicales.

Por supuesto, la “cuestión ucraniana” continuará siendo un problema a medio y largo plazo, independientemente de que se llegue o no a un alto el fuego, como Trump afirmó que podría lograr a su llegada a la Casa Blanca. Al fin y al cabo, si no se dota a Ucrania de los medios necesarios para garantizar la disuasión frente a Rusia, los incentivos de este país para volver a atacar en el futuro no dejarán de crecer, lo que podría causar todo tipo de distorsiones en el continente.

En otro orden de cosas, cabe recordar que los Estados miembros, a propósito de herramientas como la PESCO -nacidas precisamente como respuesta a la amenaza de ruptura de la OTAN esgrimida en su momento por Trump, así como a sucesos como el Brexit- han demostrado que en ausencia de incentivos muy fuertes, prima el egoísmo y el interés industrial por encima del de la Unión Europea. Es decir, que aunque ahora veamos una decidida voluntad por parte de la Comisión y de algunos Estados miembros por impulsar la PCSD, si la guerra de Ucrania llega a su fin a corto plazo, es posible que dicho impulso se diluya en buena medida.

En resumen, aunque a priori los europeos destinarán más fondos y esfuerzos a su defensa y, al menos en inicio, darán un nuevo impulso a la construcción en materia de PCSD como respuesta a la victoria electoral de Trump, son muchos los elementos que influirán en el resultado final. Todo lo cual se dejará sentir en cuestiones fundamentales para la industria, con temas clave por resolver como el papel que jugarán los Terceros Estados en todo lo relativo a la PCSD, las cadenas de suministro, el acceso a los programas e iniciativas, etc.

Y, por otra parte y aunque muchos desearían que desde la UE tomasen de forma decidida el relevo de los Estados Unidos a la hora de permitir a Ucrania defenderse e incluso imponerse sobre Rusia (se han visto mensajes de lo más irreales en las RRSS), esto no va a ocurrir entre otras cosas por los factores ya aducidos de división interna, a los que se suman la falta de voluntad, de stocks, de capacidad de fabricación, etc. Y todo eso sin tener en cuenta ni el temor occidental a una escalada, ni el hecho, cada vez más palpable, de que buena parte de la propia sociedad ucraniana no parece dispuesta a poner sobre el terreno el número de hombres o a acometer el tipo de esfuerzos que supondría tratar de implementar esta posibilidad, incluso aunque se les enviase todo el material y ayuda que necesitasen para intentarlo.

La portada del medio ruso TASS dejaba la victoria de Trump en segundo plano
La portada del medio ruso TASS dejaba la victoria de Trump en segundo plano. Fuente: TASS.

Pasando precisamente a Ucrania, está claro que de todos los afectados por la llegada de Trump al poder, son sin duda los ucranianos los que podrían sufrir -para bien o para mal- las consecuencias más inmediatas. No es de extrañar que el presidente del país, Zelenski (y su mano derecha, Yermak, y el ministro de Exteriores, Sybiha, y el primer ministro Shmyhal…) haya lanzado un mensaje al republicano recordando sus palabras durante su primera presidencia, relativas a la «paz mediante la fuerza» antes de llamarle y mantener una conversación que ha calificado de «excelente» y en la que ha acordado mantener «un diálogo estrecho» y «avanzar en nuestra cooperación». Al fin y al cabo, lo más probable es que Trump haya dejado claro desde el momento algo ya explicado: que no va a dejar a Ucrania a su suerte, pero que la guerra debe llegar a su fin lo antes posible (entre otras cosas porque supone una distracción estratégica para los EEUU).

Ahora bien, como hemos repetido hasta la saciedad y a pesar de que en su momento Trump hablase de poner fin a la guerra «en 24 horas», hay que entender que esto solo ocurrirá si el republicano cree que obtiene un buen acuerdo (lo que implica pérdidas asumibles para Kiev). De lo contrario, como bien explica Mick Ryan y hemos dicho en alguna ocasión, podría volverse contra Putin y amenazar con ayuda masiva a Ucrania para forzar a Rusia a aceptar el alto el fuego.

El problema más inmediato es, no obstante, el periodo de tiempo que media entre estos momentos y la toma de posesión de Trump. Como quiera que lo normal en los Estados Unidos es que entre presidentes se mantenga la lealtad institucional y como quiera que Trump se ha mostrado conciliador tras su victoria y Kamala también ha pedido una transición de poder «tranquila», lo más probable es que no haya grandes cambios en la política hacia Ucrania e incluso que durante este periodo continúe la ayuda, mientras se incrementan las conversaciones entre bambalinas con Rusia y el resto de los actores involucrados.

Sin embargo, este periodo de transición es la mejor ventana de oportunidad para una Rusia que está en la necesidad, por lo que pueda ocurrir, de lograr tantos avances en el este de Ucrania como le sean posibles. Esto supondrá una enorme presión añadida sobre el general Mordvichev, al que se pedirán resultados independientemente del número de bajas humanas o pérdidas materiales que ello implique, por lo que la tónica de los próximos dos meses será, muy probablemente, la de los continuos ataques rusos buscando ampliar esa área de búfer alrededor de la ciudad de Donetsk de la que hemos hablado en muchas ocasiones y que volvemos a señalar en el mapa para que nuestros lectores la tengan presente.

Zona de amortiguación perseguida por Rusia en torno a Donetsk
Zona de amortiguación perseguida por Rusia en torno a Donetsk. Fuente: Elaboración propia a partir de un mapa de @Suriyakmaps.

Y mientras todo lo anterior se decide, lo que tenemos es que una jornada más la guerra ha seguido su curso con su crueldad habitual. Así, comenzando por los ataques a larga distancia, Rusia habría lanzado según el Ministerio de Defensa de Ucrania, hasta 63 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), así como dos misiles Kh-59 y Kh-31P, siendo derribados al parecer 38 de los drones antes de alcanzar su destino.

Dicho esto, el resto de los drones lanzados, así como los misiles, habrían alcanzado distintos objetivos, registrándose explosiones por ejemplo en la capital ucraniana, Kiev, en donde las defensas antiaéreas han trabajado intensamente. No obstante, y a diferencia de otras jornadas, no han trascendido datos sobre posibles víctimas, aunque sí sobre destrucción material precisamente en Kiev, en donde se han registrado incendios en cinco distritos a causa de los drones rusos.

Pasando al lado ruso, durante la última jornada han sufrido uno de los ataques más espectaculares hasta la fecha por parte de Ucrania, que ha tenido como objetivo la base naval de Kaspiysk (42.883448, 47.659841) (en su día publicamos un interesante artículo, por si a alguien le interesa, sobre el papel de esta base), a más de 1.000 kilómetros de la frontera ucraniana, resultando dañado posiblemente un buque de la clase «Tarantul» como resultado del impacto de un dron ucraniano, si bien por el momento las imágenes por satélite no permiten apreciar el resultado del ataque, sobre el que volveremos mañana.

El Ministerio de Defensa ruso, por su parte, se ha limitado a hablar en su último informe del supuesto derribo de «un avión MiG-29 de la Fuerza Aérea de Ucrania, ocho bombas guiadas Hammer de fabricación francesa, cuatro sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS de fabricación estadounidense y 23 vehículos aéreos no tripulados», como es habitual sin aportar pruebas de todo ello y obviando el ataque contra su base aérea.

https://twitter.com/Osinttechnical/status/1854080507409035764

En cuanto a los combates y los movimientos, cabe decir que las novedades han sido relativamente pocas. Así, comenzando por el sector de Kupiansk, tenemos que el Ejército ruso ha logrado pequeños avances en esta ocasión en dirección norte desde el saliente de Pischane, concretamente hacia el interior de la aldea de Kolisnykivka. Además de esto, ha continuado también atacando más al sur, en la zona de Vyshneve, dirigiéndose contra Kopanky.

En los sectores de Siversk, Chassiv Yar y Toretsk no se han registrado cambios relevantes desde ayer y, en el caso de los señalados por algunos mappers, ya los habíamos recogido anteriormente (como la entrada en Ivano-Darivka), por lo que pasamos directamente al de Pokrovsk-Kurajove.

En el primer caso, esto es, en dirección a Pokrovsk, lo más importante han sido los avances rusos al suroeste de Selydove, dirigiéndose contra los terrenos de cultivo que hay entre las localidades de Novooleksíivka al norte y de Zorya al sur. Todo mientras desde Vyshneve intentan alcanzar todavía Petrivka, para lo cual estarían probando una vez más a tratar de avanzar sobre el trazado de la vía férrea.

En cuanto a la dirección a Kurajove, allí la situación es mucho más favorable para las fuerzas rusas, que no deben enfrentar defensas tan sólidas como las que rodean Pokrovsk. Así, por una parte y tras la toma de Vovchenka, los rusos han continuado atacando por la orilla norte del río Vovcha en dirección a Occidente al tiempo que intentan, por la orilla sur, progresar por las barriadas más orientales de la propia Kurajove.

Todo ello, mientras al sur, en el sector de Vuhledar, siguen intentando progresar a caballo del río Sukhi Yaly, habiendo tomado hasta el momento algo más de la mitad de la localidad de Antonivka, además de lanzado ataques desde los demás ejes por los que han venido progresando al sur del sector, incluyendo un ataque mecanizado entre Bohoyavlenka y Katerinivka.

Mapa de situación en el sector de Pokrovsk-Kurajove a 6 de noviembre de 2024
Mapa de situación en el sector de Pokrovsk-Kurajove a 6 de noviembre de 2024. Autor: @UAControlMap.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

El apartado internacional, como cabía esperar, ha estado prácticamente copado por las reacciones a la aplastante victoria electoral de Trump en las elecciones estadounidenses. Como quiera que ya hemos dedicado espacio más que suficiente al tema y que no tiene demasiado sentido pararse a enumerar felicitaciones o mensajes del tipo que sean, nos centraremos en otros temas más relacionados con la Guerra de Ucrania.

Comenzamos como es lógico por Rusia, país que mantiene una actitud calculada y por el momento no ha felicitado oficialmente a Trump, asegurando el portavoz ruso, Peskov, no tener «conocimiento de los planes del presidente de felicitar a Trump por su elección» y añadiendo que “No olvidemos que estamos hablando de un país hostil que está involucrado directa e indirectamente en la guerra contra nuestro Estado”. Decimos que es una actitud calculada, porque en Rusia obviamente eran favorables a una victoria del republicano y, sin embargo, ahora saben que tendrán que enfrentarse a duras negociaciones. De hecho, como viene siendo habitual, Dmitry Medvedev sí se ha pronunciado tanto para celebrar que «Kamala está acabada» como para advertir a los Estados Unidos de que «Los objetivos de la Operación Militar Especial permanecen inalterados y se alcanzarán». En cualquier caso, y dado que se trata de objetivos abiertos, llegado el caso no tendrán ninguna dificultad para vender como una victoria algo que, en términos globales, estará muy lejos de ser tal.

Por ejemplo, la conversación mantenida entre Trump y el presidente surcoreano, Yoon Suk Yeol, en la que han hablado sobre la presencia de tropas norcoreanas en la región rusa de Kursk, en la que ha sido una de las primeras charlas mantenidas por el republicano con líderes extranjeros. Por cierto, que durante la llamada telefónica, tocaron también otros temas, como la economía y quedaron en verse en persona «lo antes posible».

Lo mismo ha ocurrido entre Trump y Netanyahu, en el que es otro de los escenarios que mantienen ocupada la atención estadounidense. Un Netanyahu que con el republicano en la Casa Blanca se siente más libre para implementar sus planes regionales (Biden venía ejerciendo un papel moderador respecto de Israel al tiempo que aumentaba la disuasión frente a Irán) al precio que sea, lo que le habría llevado entre otros factores a destituir al hasta ahora Ministro de Defensa, Gallant, a la sazón una de las voces más moderadas dentro de la cúpula israelí.

También desde China han felicitado a Trump, afirmando que respetan la elección de los estadounidenses, instando el Gobierno de Beijing a la futura Administración estadounidense a trabajar en encontrar la «forma correcta de llevarse bien». Además, de esto el presidente chino, Xi Jinping «expresó la esperanza de que las dos partes defiendan los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación de beneficio mutuo, fortalezcan el diálogo y la comunicación, gestionen adecuadamente las diferencias y amplíen la cooperación mutuamente beneficiosa». Huelga decir que la relación entre ambos estados será la más relevante a nivel global en los próximos años y que influirá también en lo que pueda ocurrir con Rusia, ya que Trump presionará a este país a través de China, jugando con numerosas otras cuestiones, comenzando por los aranceles y las relaciones comerciales.

En otro orden de cosas muy diferente, se ha sabido que Varsovia acogerá los días 13 y 14 de noviembre una conferencia, organizada por el Ministerio de Energía de Ucrania, en la que se hablará sobre la reconstrucción de la infraestructura energética de este país, para lo cual se reunirán líderes y representantes de numerosas nacionales.

Más allá de esto, también ha sido noticia la decisión del Gobierno de Lituania de facilitar a Ucrania la adquisición de armas en el país, para lo que introducirán cambios legales que lo hagan posible, modificando la Ley de Control de Armas y Municiones en vigor en el país. No ha sido el único anuncio relacionado con Lituania, ya que este país y Ucrania, en el marco del acuerdo de cooperación recientemente firmado sobre el desarrollo de la industria de defensa, construirán juntos instalaciones destinadas a la producción de municiones de distintos calibres, según han informado desde el Ministerio de Defensa del país báltico.

También ha estado de actualidad, en relación con Ucrania, otro país báltico, Estonia. En este caso porque el jefe adjunto de la Oficina del Presidente de Ucrania, Ígor Zhovkva, se reunió con el subsecretario de Asuntos Políticos del Ministerio de Asuntos Exteriores de Estonia, Martin Roger para hablar sobre la aplicación de la Fórmula de Paz y los preparativos para la Segunda Cumbre de Paz. Esto último es importante, toda vez que dicha Cumbre ha sido dejada de lado en la práctica durante semanas, a la espera de lo que ocurriese en los Estados Unidos y, ahora, parece el momento propicio para retomar su organización.


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