A la hora de redacción de este informe todavía se están realizando recuentos de votos en buena parte de los Estados Unidos, con lo que no se conoce el vencedor de las elecciones, aunque la ventaja para Trump es clara en estos momentos. Su posible victoria abre toda una serie de interrogantes en lo que al futuro de la guerra concierne, pero también más allá, en relación con el futuro de la OTAN, la relación entre los Estados Unidos y Europa o las prioridades estratégicas de Washington. Mientras tanto, sobre el frente Rusia presiona con más fuerza si cabe en dirección a Kurajove al tiempo que continúa incrementando el número de ataques con drones Shahed. Todo en una jornada en la que, además, desde Ucrania su presidente ha anunciado los primeros combates contra militares norcoreanos, pidiendo ayuda contra esta «verdadera escalada» iniciada por Rusia y su aliado.
En estos momentos, en lugar de pedir fondos para mantener esta web consideramos mucho más lógico pedir fondos para quien realmente lo necesita, caso de los ciudadanos de la Comunidad Valenciana afectados por la DANA. Para todo aquel que quiera ayudar a los operarios de la Cruz Roja, se puede hacer mediante su página web, llamando al 900 104 971, con un bizum al 33512 o mandando un SMS con la palabra ‘AYUDA’ al 38092, en el que se donarán seis euros a la causa.
MIentras redactamos este informe, en buena parte de los Estados Unidos, incluyendo seis de los siete estados clave, continúa el recuento de votos, con clara ventaja para Donald Trump, quien parece a un paso de volver a la Casa Blanca, en el que sería el escenario que buena parte del mundo había descontado (a pesar de los resultados de las encuestas de última hora y el posible voto oculto demócrata), incluyendo los participantes en la guerra de Ucrania. Por supuesto, no se puede asegurar que la victoria del republicano sea firme hasta que el recuento no concluya, lo que podría llevar todavía horas. Lo que sí se puede es elucubrar sobre algunas de las cuestiones clave en relación con la política internacional, en caso de victoria.
En cuanto a la guerra de Ucrania, es un tema que hemos tratado en varios informes, por lo que no nos extenderemos demasiado. Las posibilidades básicas con un Trump presidente varían entre:
- 1) forzar el congelamiento inmediato de un conflicto que cada día que pasa amenaza con nuevas pérdidas para Ucrania, a la espera de que con el tiempo se pueda llegar a acuerdos con Rusia en parte de las materias en disputa, lo que posiblemente terminase con una «finlandización», o neutralidad forzada, escenario temido por Kiev, y;
- 2) conceder a Ucrania un «periodo de gracia» en el que el apoyo estadounidense se mantuviese, permitiendo al país intentar in extremis llegar a una situación sobre el terreno que no sea tan complicada como la actual. De producirse esto último, sería con fechas claras y «normas de juego» igualmente claras, incluyendo el tipo de objetivos que se le permitiría atacar o el volumen total de la ayuda que será concedida al país durante ese plazo.
A partir de ahí, Trump utilizaría la capacidad de disuasión estadounidense sobre Rusia por una parte y la capacidad de presión sobre una Ucrania totalmente dependiente de su ayuda militar por otra para sentar a ambos países en la mesa de negociaciones o, como decíamos, forzar un alto el fuego de facto con o sin negociaciones fructíferas. Por supuesto, esta es una posibilidad que encierra enormes riesgos. Es así porque, como hemos explicado en varias ocasiones, Putin no considera la guerra de Ucrania como una «guerra de gabinete» sino como una «guerra existencial» en la que sus incentivos para seguir minando a Ucrania son altísimos.
De ahí que muchos –como ha ocurrido hace muy poco con el ministro de Exteriores lituano– duden de la postura de quienes persiguen una paz inmediata, que sería salvo que los Estados Unidos hagan uso de toda su capacidad de disuasión (lo que implica asegurar la capacidad de autodefensa futura de Ucrania, algo para lo que desde este país han presionado por ejemplo con la «cuestión nuclear»), una paz posiblemente temporal.
A partir de ahí, en términos más amplios, está la cuestión de cuáles serán las prioridades estratégicas de los Estados Unidos (aunque en realidad tratamos este tema cuando ofrecimos unas pinceladas de geopolítica clásica a nuestros lectores) y, dicho esto, las líneas generales de su futura doctrina en cuanto a política exterior (hay magníficos libros en español sobre el tema), en términos de si será más intervencionista o más aislacionista por una parte y más tendente a actuar en solitario o a hacerlo en coalición por otra.
- Lo primero que hay que decir es que el aislacionismo radical no es una opción. Los Estados Unidos por razones ya explicadas tienen intereses globales y su economía y su seguridad dependen de que continúe ejerciendo un papel de «policía global».
- Lo segundo, es que como en todo hay grados y matices, es muy posible que Trump se centre más todavía que la Administración Biden en Indo-Pacífico (en lo fundamental y pese a todo ha habido una notable continuidad entre Biden y la anterior Administración, más allá de cuestiones accesorias como el «talante»), conscientes de que es allí en donde se juegan la mayor parte de sus intereses. Es decir, que lo esperable es que Trump profundice un paso más en una tendencia que él ni siquiera inició y que se ha mantenido desde 2011.
- Lo tercero es que, aunque no es previsible que desteja (en absoluto) los acuerdos logrados por su antecesor con Corea del Sur, Japón y otros tantos países, sí es muy factible que Trump sea proclive al igual que en su primer mandato a ofrecer grandes titulares, a visitar motu proprio determinados países (China, Corea del Norte, la propia Rusia) y, en definitiva, a ser un poco más individualista en este aspecto.
El tercer punto que citábamos al inicio, muy relacionado, tendrá que ver con el futuro de la OTAN y de la relación con la UE. La Alianza, cuestionada en su momento por Trump, debe según muchos republicanos pasar a un segundo plano internacional. No porque no la consideren importante para la seguridad global o la propia, sino por una parte porque su prioridad clara es Indo-Pacífico y, por otra, porque muchos republicanos no tienen en absoluto claro que seguir manteniendo un alto nivel de compromiso (entendido como despliegue de tropas) en el Viejo Continente sea rentable ni para los Estados Unidos, ni para los propios europeos que tienen así una excusa clara para hacer dejación de funciones (especialmente en Europa del Sur y Occidental). De ahí que algunos hayan hablado recientemente sobre lo deseable de una «OTAN inactiva» en la que la disuasión estadounidense siga funcionando gracias por ejemplo a los despliegues navales, pero que ni sea vista por Rusia como una amenaza, ni por los europeos como un incentivo a la hora de no invertir suficientes recursos en defensa.
El cuarto y último punto se relaciona con la probable futura relación entre los Estados Unidos y la UE (e incluso el Reino Unido), que dependerá en buena medida del compromiso de los Estados miembros con su gasto militar y, también, de las posibles guerras comerciales. El gran problema aquí será de corte ideológico, pues no son pocos los que dentro de la «EU Bubble» consideran a Trump como una especie de némesis de Europa tomando como único argumento sus declaraciones y dejando completamente de lado sus actos, que en última instancia nunca fueron tan lejos como hacían pensar los sonoros titulares que dejaba. Esto, además de un «decoupling» europeo que tiene muy pocas posibilidades de mejorar la seguridad de la UE (dadas la incapacidad demostrada en materia de defensa, las divisiones internas y la experiencia previa con iniciativas como PESCO), podría degenerar en un menor diálogo y entendimiento (que serían en buena medida profecías autocumplidas) e, incluso, en una incipiente guerra comercial, mientras la UE busca tener una voz internacional más independiente, si bien sus argumentos «duros» seguirán siendo escasos a pesar de las últimas iniciativas.
Recordemos, eso sí, que todo esto ya se vivió con el primer mandato de Trump, cuando la UE se lanzó con iniciativas como PESCO a intentar cubrir sus carencias en materia defensiva ante la amenaza de ruptura de una «OTAN en muerte cerebral», según Macron. Posteriormente, como se explica en una tesis recientemente presentada por nuestra colaboradora Beatriz Cózar, una vez se vio que la OTAN no se iba a romper y que los EEUU seguían garantizando la seguridad europea, la PESCO terminó perdiendo su sentido original y pervirtiéndose, mientras los Estados miembros intentaban obtener los mayores réditos para su industria tomando posturas tan egoístas como racionales, sin preocuparse demasiado de perseguir los objetivos originales (securitarios). Ahora, años después, es posible que la situación se repita y que la UE de uno o varios pasos más en la dirección original, (en busca de la tan manida como todavía indefinida «Autonomía Estratégica») si bien hay razones estructurales que hacen pensar que muchos esfuerzos podrían perderse por las mismas razones que en su día terminaron por afectar a la PESCO.
A la espera de un resultado definitivo en las elecciones estadounidenses, la guerra de Ucrania continúa su curso con nuevos ataques rusos con armas de largo alcance contra este país. En concreto, durante la pasada jornada habrían lanzado hasta 79 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) y 2 misiles Kh-59/69 (dirigidos al parecer contra Odesa), según el Ministerio de Defensa ucraniano, de los que las defensas antiaéreas habrían derribado 48 y 2 respectivamente.
Algo que no ha evitado que se produzcan impactos importantes, como los sufridos por infraestructuras eléctricas en la ciudad de Zaporiyia, que además de la destrucción causada han costado la vida a media docena de personas, ascendiendo a 23 el número de heridos según los datos que se manejan en este momento. Además de esto, 2 personas han fallecido tras un bombardeo ruso en Gluchkivka, 2 personas más han resultado heridas por la caída de restos de un dron sobre Járkov, y se ha informado de explosiones en Sumy.
En el caso de Rusia, lamentablemente en estos momentos no podemos acceder a la web de su Ministerio de Defensa, que aparece como caída, con lo que no podemos compartir las cifras oficiales que, creíbles o no, siempre publicamos. Lo que sí ha trascendido es que cinco personas han sufrido heridas en Bélgorod tras impactar un dron contra un edificio residencial.
Dicho esto, pasamos a los combates y los movimientos, comenzando por la región norteña de Kursk. Allí, según los ucranianos y como puede verse en el tuit sobre estas líneas, ya habrían comenzado a producirse los primeros combates entre ucranianos y norcoreanos, viniendo Zelenski a confirmar lo adelantado ayer por parte de diarios estadounidenses; información que incluimos en el informe correspondiente. Lo interesante del caso es que por el momento no hay reacciones por parte rusa o norcoreana, ni tampoco pruebas de posibles bajas entre los efectivos enviados por Kim Jong Un, que suman varios miles según la inteligencia de diversos países. El tratamiento que se haga de esta información, llegado el caso, dará muchas pistas sobre lo que Corea del Norte persigue con este paso, tema que también tratamos ayer. Los cambios en el sector, en cualquier caso, son mínimos, con ligeros avances rusos en el área de Novy Prut.
No hay novedades reseñables tampoco procedentes del sector de Járkov, aunque sí imágenes recientes del efecto de los combates sobre Vovchansk, ciudad que como varias más en esta guerra prácticamente ha sido borrada del mapa.
En cuanto al sector de Kupyansk, por una parte tenemos al Ejército ruso continuando con sus esfuerzos por ampliar el saliente de Pischane, avanzando en dirección sur por la orilla oriental del Oskil. Por otra, los intensos combates en torno a Terny, más al sur y a la orilla del río Zherebets, en donde los ucranianos habrían conseguido recuperar territorio recientemente.
En el sector de Siversk, se confirma lo explicado ayer acerca de asaltos rusos contra Vyimka e Ivano-Darivka, localidad en la que las tropas rusas habrían conseguido volver a entrar.
Más al sur, en el sector de Chassiv Yar, se han registrado nuevos avances rusos al sur del mismo y de esta ciudad, en dirección a Stupochky.
En el sector de Toretsk, por su parte, las AFU habrían seguido con sus contras, retomando terreno en las últimas horas al sur de esta ciudad y en la vecina Druzhba, deshaciendo de paso buena parte de los esfuerzos rusos de los últimos meses.
Lo más relevante, como viene siendo habitual de un tiempo a esta parte, continúa ocurriendo en el sector de Pokrovsk-Kurajove y, por extensión, en el vecino de Vuhledar. En el primer caso y en dirección a Pokrovsk, tenemos nuevos avances rusos al noroeste de Selydove, en dirección a Petrivka. En dirección a Kurajove, por su parte, se confirma la pérdida ucraniana de Stepahenka y Vovchenka. De hecho, a tenor de los vídeos, se diría que el número de defensores es mínimo y que los ucranianos apenas han dejado fuerzas pantalla en buena parte de la zona al norte del embalse del Vovcha.
Al mismo tiempo, en dirección a Kurajove pero en el sector de Vuhledar, continúan los ataques rusos en los cuatro ejes ya conocidos, buscando el Ejército de este país dominar las alturas a ambos lados del río Sukhi Yaly, de forma que las AFU queden constreñidas al curso del mismo, en una serie de posiciones urbanas difícilmente defendibles.
Por último, se habrían retomado los combates al sur de Ucrania, en la región de Zaporiyia. Por una parte con ganancias rusas en dirección a Velyka Novosilka. Por otra, más al oeste, con avances rusos en dirección a Novodanylivka.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El apartado internacional, como no podía ser de otra forma, ha estado absolutamente copado de noticias relativas a las elecciones en los Estados Unidos, de las que todavía no hay resultado pero que en las últimas dos horas (lo que lleva hacer el informe como mínimo) se han decantado claramente a favor de Trump. No obstante, hay alguna otra noticia interesante que merece la pena tratar.
Comenzando por Ucrania, aunque ya hemos hecho una referencia en la primera parte del informe, su presidente ha anunciado que ya se han producido los primeros enfrentamientos entre las tropas de este país y soldados norcoreanos. Por el momento no han aportado prueba alguna, lo que hace que haya quien tema que se trate de una forma de presionar con la amenaza de la escalada justo mientras se celebran las elecciones estadounidenses. Sea como fuere, Zelenski ha agradecido por una parte el apoyo de «todos los que en el mundo han respondido a la llegada de los soldados norcoreanos a Rusia, y especialmente a aquellos que han respondido no sólo con palabras sino que están preparando acciones en apoyo de nuestra defensa aquí en Ucrania», al tiempo que ha pedido que se tomen medidas pues considera que «debemos hacer todo lo posible para garantizar que este paso de Rusia hacia la expansión de la guerra —esta verdadera escalada— se convierta en una pérdida, una pérdida tanto para Rusia como para Corea del Norte».
Además de esto, aunque es un tema completamente diferente, el mandatario ucraniano ha anunciado que su país ha enviado 14.500 toneladas de maíz a Malawi como parte del programa «Granos desde Ucrania», que busca lograr apoyos políticos por ejemplo en África utilizando para ello como herramienta sus excedentes agrícolas y haciendo así valer su papel de «garante de la seguridad alimentaria mundial» en palabras del propio Zelenski.
En otro orden de cosas, y pasando a la ayuda internacional, se ha conocido recientemente que Suecia ha aprobado un pequeño paquete de ayuda, por valor de 9 millones de euros, destinado a mejorar la seguridad marítima, para lo cual entregarán dos buques a la Guardia de Fronteras ucraniana. Además, Suecia suministrará 40.000 mascarillas protectoras y respiradores para apoyar al personal del Servicio Estatal de Emergencias.
Siguiendo con la ayuda, o más bien con la entrega de sistemas de armas, se ha sabido en las últimas horas que la empresa franco-alemana KNDS entregará en abril de 2025 el primer sistema de artillería autopropulsada sobre ruedas RCH 155 a las AFU, información difundida por el CEO de la empresa, el alemán Ralf Ketzel, en el marco de una entrevista al medio Hartpunkt.
Cambiando de tercio, pasamos a Australia, en donde el jefe de la Oficina Nacional de Inteligencia ha acusado a China de ser el país clave a la hora de que Rusia pueda mantener su esfuerzo bélico, al permitirle el acceso a componentes de doble uso necesarios para alimentar su industria de defensa y, también, al hacer posible que las sanciones occidentales pierdan buena parte de su eficacia. Así las cosas, según Andrew Shearer, la alianza entre ambos países sería «un acontecimiento estratégico profundamente preocupante y todos estamos luchando para ponernos al día y aplicar medidas eficaces, pero creo que es uno de los desafíos estratégicos de nuestro tiempo».
En parte como respuesta a esto, y también al despliegue de tropas norcoreanas en Rusia (aunque en realidad enlazamos la noticia, si bien no la explicamos, en el informe de ayer), la Unión Europea y Corea del Sur han cerrado un acuerdo de seguridad en el que se hace referencia, entre otros, a la cuestión norcoreana. Se tratan, eso sí, varios asuntos más, desde no proliferación hasta la aplicación de la Inteligencia Militar a la defensa, la colaboración industrial, la ciberdefensa, la seguridad marítima, etc.
Por otra parte, desde Ucrania han denunciado la ejecución de seis miembros de las AFU por parte de soldados rusos en el sector de Pokrovsk tras haber sido capturados. De hecho, la Oficina del Fiscal General de Ucrania ha abierto una investigación oficial al respecto, que intentará esclarecer dos acciones diferentes acaecidas los días 23 de octubre y 1 de noviembre.
Pasando a Rusia, desde donde han estado «troleando» las elecciones estadounidenses haciendo gala de su particular sentido del humor, cabe decir que los medios están siguiendo en detalle unos comicios para los que tienen una clara preferencia. Sin embargo, lo más relevante de la jornada no son estas informaciones, sino las relativas a la ceremonia de presentación de cartas credenciales celebrada en Moscú, que sirvió a Putin para dirigirse a los embajadores extranjeros y dejar varios mensajes interesantes: desde que su país está dispuesto a dialogar con Ucrania y que valora «el esfuerzo de los BRICS» en este sentido, a que «Rusia no busca la confrontación y espera que Europa adopte un enfoque racional y equilibrado para la cooperación». Es decir, que se mostró mucho más conciliador de lo habitual, lo que también es significativo.
Lo anterior ocurría prácticamente al mismo tiempo que la portavoz de Exteriores, María Zajárova, hablaba de cómo la respuesta rusa a las sanciones occidentales consiste en encontrar vías de beneficiarse a sí misma de las medidas adoptadas como represalia. Según sus palabras: «Bajo la presión de los Estados Unidos, los estados europeos, los de Europa occidental, se han resistido y han empezado a imponernos sanciones en su propio perjuicio. Por eso, hemos empezado a reaccionar [a las sanciones] en nuestro beneficio, no de forma irreflexiva, no de una manera que simplemente les perjudicara, sino de una manera que, por un lado, ellos lo sintieran, pero, sobre todo, que fuera beneficiosa para nosotros».
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