Jornada marcada por los resultados electorales en Moldavia y, también, por el infartante final de campaña en los Estados Unidos, a la espera de que el próximo martes se produzcan unas elecciones que se anticipan cruciales no solo para este país, sino también para sus aliados y rivales. Mientras tanto, sobre el terreno han proseguido los ataques rusos con drones y misiles, así como los avances de su ejército en sectores como los de Kursk o Pokrovsk-Kurajove, el secretario general de la ONU ha mostrado su preocupación por la presencia de tropas norcoreanas en Rusia y Zelenski ha llamado a redoblar el apoyo a Ucrania en un momento en el que su voz tiene menos impacto que nunca en la política de sus aliados.
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La jornada de hoy, como ocurrirá con las próximas, ha estado copada de noticias relativas a las recién celebradas elecciones moldavas y a las todavía por celebrar elecciones estadounidenses. Si en las primeras, por un estrecho margen, se habría impuesto la candidata pro-europea, Maia Sandu (la propia Sandu anunciaba su victoria en las redes, de hecho), el resultado de las segundas constituye todavía un misterio, mientras los dos candidatos se centran en decantar la balanza en los poco más de media docena de estados realmente decisivos. Unas elecciones a las que se está prestando tanta atención fuera de las fronteras norteamericanas como dentro, en la seguridad de que el resultado impactará de forma decisiva y directa sobre el resultado de muchas naciones y de su ciudadanía, comenzando por Ucrania.
En el primer caso, el de la pequeña república moldava, tras horas de tensión acerca del resultado en las que parecía que el candidato apoyado por los socialistas prorrusos, Alexandr Stoianoglo, podía imponerse, finalmente ha sido la actual Maia Sandu quien se ha hecho con la victoria (a la hora de redacción de este informe se habían escrutado un 99,68% de los votos, con un 55,35% a favor de Sandu). Su elección, junto a la victoria del «Sí» en el referéndum celebrado tan solo unos días atrás, parece sellar sobre el papel el destino europeo de un país al que la Unión Europea concedió el estatus de candidato a la adhesión.
Ahora bien, no hay que perder de vista por una parte que el resultado ha sido en ambas votaciones menor de lo esperado por muchos, lo que demuestra la cercanía a Rusia de muchos votantes y condicionará la estabilidad política del país. Tampoco, por otra parte, que durante estas elecciones se han producido diversos incidentes, como falsas amenazas de bomba que han afectado a colegios electorales en el extranjero y a un puente vital en la región de Transnistria, en lo que las autoridades del país han considerado «un desafío a las instituciones estatales, a las que ahora se acusa de restringir el movimiento de los ciudadanos para ejercer su derecho al voto».
Incidentes todos ellos de los que se acusa a Rusia tanto desde Chisinau como desde Bruselas y que en cualquier caso anticipan que el clima político seguirá siendo tenso y que continuará la guerra en la zona gris que se libra en esta pequeña república. Eso sí, ha de tenerse en cuenta que la geografía, y máxime una vez que la parte occidental de Ucrania ha caído casi definitivamente del lado occidental, dificultará eso sí la presión por parte de una Rusia que continúa manteniendo una fuerte influencia, además de presencia militar, pero que tiene cada vez más difícil controlar el futuro de esta república. Y hablando de geografía, está también por ver si unas futuras negociaciones a propósito de Ucrania incluyen entre bambalinas la «cuestión moldava», también, si esta no termina ligándose de alguna forma con la de «cuestión georgiana», con todo lo que esto implicaría para las esperanzas occidentales de una parte sustancial de su población…
En el segundo caso, el de las elecciones estadounidenses, mientras el candidato republicano Donald J. Trump promete » una nueva edad de oro» para los Estados Unidos a su llegada a la Casa Blanca, la candidata demócrata Kamala Harris cree tener «el viento a su favor», tras recortar distancias en los últimos días en el que está siendo un final de campaña de infarto… y también una muestra tanto de la división del país como de la importancia clave de los poco más de media docena de estados en los que se decide el resultado electoral a pesar de ser un país con más de 330 millones de habitantes.
Lo relevante aquí, a la espera de lo que ocurra en los comicios del martes, es que la importancia del resultado va mucho más allá de las fronteras norteamericanas, lo que no hace sino recalcar el papel de los Estados Unidos como primera potencia mundial y su influencia global pese al órdago de los estados revisionistas del statu quo, como la República Popular de China, la Federación Rusa, Corea del Norte o Irán. Especialmente en un contexto en el que sus aliados europeos de la OTAN han continuado sin dotarse de las capacidades necesarias en materia de defensa, con lo que temen que un segundo mandato de Trump pueda ser todavía más tenso si cabe que el primero, aun cuando en la práctica no llegó a haber una ruptura de la Alianza sino más bien un aumento del compromiso norteamericano.
En este sentido, resultan interesantes las palabras del primer ministro polaco, Donald Tusk, quien decía hace unas horas en Twitter que «Algunos afirman que el futuro de Europa depende de las elecciones estadounidenses, cuando en realidad depende, en primer lugar, de nosotros. Siempre que Europa madure y crea en su propia fuerza. Sea cual sea el resultado, la era de la externalización geopolítica ha terminado». Palabras que son una referencia a la necesidad por parte de los europeos de asumir su responsabilidad sobre su propia seguridad en términos amplios, desde las cadenas de suministro hasta la disuasión. También en relación con Ucrania… Eso sí, todo ello mientras algunos líderes como el primer ministro húngaro dejan claro que, desde su punto de vista, si Trump se impone (lo considera pro-paz), en la UE deberán repensar de inmediato el apoyo militar a Ucrania.
Dicho lo cual, y volviendo sobre la UE, su seguridad o la relación con los Estados Unidos, si de verdad los Veintisiete aspiran a hacer realidad alguna de sus poco definidas (incluso mutables) consignas, como la de «Autonomía Estratégica» (término nunca aclarado que ha ido cambiando hacia «Autonomía Estratégica abierta»), tendrán que ir más lejos si cabe de las propuestas recogidas en el reciente informe «Safer Together: Strengthening Europe’s Civilian and Military Preparedness and Readiness», coordinado por el expresidente finlandés Sauli Niinistö y que debería servir de guía en materia de defensa a la UE, del mismo modo que el «informe Draghi» (en puridad «EU competitiveness: Looking ahead») debería serlo en términos económicos (aunque no sólo).
Y mientras esto se decide, sobre el terreno han continuado una jornada más los ataques rusos con drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) y con misiles, de forma que según los datos publicados por el Ministerio de Defensa de Ucrania se habría contabilizado el lanzamiento de hasta 96 de los primeros (de los que aseguran haber derribado 66) y de un misil Kh-59/69, al parecer también neutralizado.
A pesar de ello, varios drones habrían atacado la región de Odesa nuevamente, así como la de Zaporiyia. El ataque más grave de la jornada, en cualquier caso, ha tenido lugar una vez más en Járkov, en donde se han registrado seis heridos. Por otra parte, y para finalizar con Ucrania, dos médicos habrían resultado heridos en un ataque ruso con un dron táctico contra una ambulancia en la localidad de Bilozerka, en Jersón.
Del lado contrario, a la espera de que puedan trascender datos relativos a los últimos ataques ucranianos contra la Península de Crimea, apenas se han publicado noticias. Eso sí, el Ministerio de Defensa ruso, en su informe diario correspondiente al día 3 de noviembre hablaba del supuesto derribo de «cuatro misiles tácticos operativos ATACMS y [la destrucción de] un sistema de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS de fabricación estadounidense, así como 47 vehículos aéreos no tripulados».
En cuanto a los combates y los movimientos, comenzando por el sector de Kursk se confirman los combates al norte de Malaya Loknya a los que hacíamos referencia en el informe anterior, así como ciertos avances rusos en la zona. Todo mientras ni en Europa ni en los Estados Unidos se han tomado por el momento medidas de calado a la espera un día más de lo que pueda ocurrir con las tropas norcoreanas desplegadas en la región y que, por el momento, siguen sin haber tomado oficialmente parte en los combates, si bien desde Ucrania hay oficiales que afirman haber hecho fuego contra ellos por primera vez.
Pasando al sector de Kupyansk, ya que no hay novedades en el de Járkov, se han producido diversos ataques rusos en dirección a esta localidad. Eso sí, no hay novedades importantes ni en Pischanne, aunque sí en Terny, pues hay mappers que hablan de la reentrada rusa en esta población tras el reciente contraataque ucraniano, algo que ya se adelantaba ayer.
Dado que tampoco hay noticias de consideración en los sectores de Siversk, Chassiv Yar o Toretsk, pasamos directamente al sector de Pokrovsk-Kurajove, que junto al de Vuhledar sigue siendo en estos momentos el más relevante. Allí, en las últimas horas, y tal y como era de esperar, las tropas rusas han intentado por una parte continuar su avance desde Novodymitrivka, con la intención de poner en jaque a los defensores ucranianos entre la orilla norte del río Vovcha y el río Solona. Por otra, han continuado aprovechando este extremo y la progresiva retirada ucraniana para hacerse con más porciones de terreno en torno a Vovchenka y en dirección oeste. Por otra parte, al sur del Vovcha se ha producido al parecer una masiva preparación artillera contra Kurajova, lo que anticipa próximas acciones rusas.
En cuanto al sector de Vuhledar, el Ejército ruso después de sus últimas conquistas ha estado intentando ampliar algunos de los salientes a este y oeste, al tiempo que continúan presionando en dirección al río Sukhi Yali en diversos puntos.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El apartado internacional llega escaso en noticias, como suele ocurrir los fines de semana. Así las cosas, y dejando las elecciones estadounidenses y moldavas de lado, comenzamos hoy por las Naciones Unidas, cuyo secretario general, Antonio Guterres, se ha mostrado «muy preocupado» por la presencia de tropas norcoreanas en Rusia y su posible entrada en combate, según ha manifestado su portavoz, Stéphane Dujarric recientemente a través de una nota de prensa en la que se afirma que el paso dado por rusos y norcoreanos supone «una escalada muy peligrosa del conflicto».
Pasando a Ucrania, tras los últimos ataques sufridos por localidades como Kiev o Járkov, el presidente ucraniano ha llamado a la comunidad internacional, y especialmente a sus aliados, a redoblar el apoyo al país, así como a conceder medios y permiso para que Ucrania responda atacando el territorio ruso. De esta forma, según Zelenski, «Todos estos ataques habrían sido imposibles si hubiéramos tenido suficiente apoyo del mundo en áreas cruciales» refiriéndose en este caso a las armas de largo alcance. Palabras que llegan apenas unas horas después de que el ucraniano haya denunciado nuevamente la ineficacia de unas sanciones que permiten a Rusia seguir utilizando componentes occidentales en la fabricación de los drones Shahed, entre otros.
Además de lo anterior, y como es lógico, Zelenski ha sido uno de los primeros líderes extranjeros en saludar la victoria de la moldava Maia Sandu en las recientes elecciones, congratulándose por el hecho de que los habitantes de esta pequeña república hayan elegido «el camino europeo». Felicitaciones a las que rápidamente se han unido otros líderes o altos cargos como el Alto Representante y Vicepresidente de la Comisión Europea, Josep Borrell, quien ha recalcado que los moldavos han demostrado «una vez más su determinación a la hora de construir un futuro europeo a pesar de los ataques híbridos destinados a socavar su democracia».
En cuanto a la ayuda internacional, se ha sabido recientemente que los Estados Unidos financiaron durante los pasados meses la formación de hasta 800 equipos móviles de intervención de la Guardia Nacional ucraniana, así como del Servicio Estatal de Fronteras, dedicados en todos los casos a la caza de drones tipo Shahed. Así, según la embajadora estadounidense en Ucrania, se habrían logrado salvar un buen número de vidas e infraestructuras, gracias a la eficacia de dichos equipos.
Pasando al apartado humanitario, desde los medios oficialistas rusos se ha publicado que el defensor del pueblo ucraniano habría pedido a Moscú un listado de los prisioneros de guerra ucranianos que mantienen en su poder para negociar así futuros intercambios. Además, han afirmado desde la portavocía de Exteriores rusa que en ningún momento se han negado a llevar a cabo estos intercambios. Es más, han llegado a acusar a Ucrania de aceptar apenas una fracción de los prisioneros que Rusia habría propuesto entregar en su momento.
Pasando a Putin, ha mantenido recientemente una nueva reunión con el resto de los miembros del Consejo de Seguridad de la Federación Rusa, aunque como es habitual en estos casos no ha trascendido el contenido, si bien es evidente por la fecha que entre otros temas se habrán tratado los posibles escenarios tras las elecciones moldavas y estadounidenses, así como las posibles reacciones internacionales a la presencia de tropas norcoreanas en Rusia.
Cerramos el informe de hoy con un interesante artículo publicado en esta ocasión por Foreign Policy en el que se habla de las elecciones estadounidenses pero desde el punto de vista de lo que China y Rusia esperan… y con otro de Foreign Affairs en el que su autor explica que Washington debe redefinir sus objetivos a propósito de la guerra de Ucrania.
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