Guerra de Ucrania – Día 964

Desde los servicios secretos alemanes su director, Bruno Kahl, quien ha comparecido ante el Bundestag germano, ha alertado sobre el creciente peligro para la OTAN que supondrá Rusia en los próximos años, marcando como fecha en la que estará en disposición de lanzar un ataque el año 2030. Mientras tanto, desde la Unión Europea se han aprobado nuevas sanciones destinadas a minar su capacidad bélica, castigando a personas y entidades relacionadas con el envío de armamento desde Irán. Sobre el terreno, mientras prosiguen los lentos pero constantes avances rusos, tenemos también que un nuevo buque mercante ha sido alcanzado en el puerto de Odesa, en el que sería el quinto dañado en apenas unos días. Además, un avión de transporte Tu-134 ruso habría sido destruido en los Urales tras una acción encubierta ucraniana.

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Rusia estará en condiciones de atacar a la OTAN hacia 2030, según los servicios secretos alemanes. Más exactamente, según Bruno Kahl, jefe del Servicio Federal de Inteligencia (BND o Bundesnachrichtendienst), quien compareció recientemente en el Bundestag, «Desde el punto de vista humano y material, las fuerzas armadas rusas probablemente podrán llevar a cabo un ataque contra la OTAN a finales de esta década», de forma que “un conflicto militar directo con la OTAN se convertirá en una opción para Rusia”. Es más, Kahl afirmó ante los diputados alemanes que la disposición de Moscú a utilizar medidas híbridas y encubiertas ha alcanzado un “nivel nunca antes visto”.

Sus palabras, que pueden sonar a muchos a «cuento de la bruja», dado el nivel de desgaste que acumulan las Fuerzas Armadas rusas desde que en febrero de 2022 lanzaran su invasión a gran escala contra Ucrania, tienen sin embargo mucho sentido y cuadran tanto con la retórica rusa, como con los esfuerzos por modernizar, reconstruir e incluso ampliar el tamaño de sus ejércitos por parte del Kremlin. De esta forma, sin que esto signifique que el conflicto directo sea inevitable, sí constituye una señal más de que muy posiblemente el actual clima de enfrentamiento y tensiones, oscilando entre lo político y diplomático, la Zona Gris y lo abiertamente militar, durará décadas.

En el primer caso, el del relato, nada ha cambiado desde febrero de 2022, salvo por el recrudecimiento de los mensajes lanzados por el Kremlin, tanto de puertas hacia fuera como hacia el interior de Rusia. Como hemos explicado en demasiadas ocasiones, las élites rusas se ven a sí mismas y a su país inmersas en una guerra por la supervivencia del «alma rusa» que les enfrenta a Occidente: una verdadera «guerra santa» en la que sólo cabe imponerse o perecer. Esto último, lejos de ser una maniobra propagandística por parte del Gobierno de Putin (si bien alientan la idea), es la consecuencia lógica de un sentimiento que comparte buena parte de la población y que será fácil que crezca una vez la guerra llegue a su fin y se exploten los nuevos mitos creados en torno a la «Operación Militar Especial», algo en lo que de hecho Rusia ya trabaja.

En el segundo caso, esto es, el de los esfuerzos por modernizar sus Fuerzas Armadas, de forma que lleguen a suponer una amenaza tangible para la OTAN en los próximos años, lo cierto es que Rusia tiene tanto la voluntad como los recursos para que así sea. Como el país ha demostrado, a pesar de las sanciones y de los problemas de todo tipo, ha sabido hacer un buen uso de los activos a su disposición soportando el esfuerzo de guerra y haciendo crecer su economía a costa de «recalentarla».

Por supuesto, la base de su población es muy inferior a la de Occidente; incluso a la de la Unión Europea en solitario. Además, acumula un importante retraso tecnológico en muchas áreas, desde la fabricación de microchips al sector aeroespacial, por mucho que intenten dar una imagen de fortaleza. Con todo, la guerra ha dado a Rusia la oportunidad de dar pasos sólidos en algunos de estos y en otros sectores, permitiendo que haga frente a algunas de sus principales dependencias, si bien el retraso en muchos de ellos seguirá siendo crónico, algo que en cualquier caso hay que valorar en su justa medida.

Decimos esto porque, a pesar de la mitología -alentada en muchos casos por los propios estadounidenses- sobre el nivel de amenaza que presentaba el Pacto de Varsovia y sobre sus avances técnicos, lo cierto es que el bloque del Este siempre acumuló un importante retraso en relación con Occidente, con fluctuaciones en función de la época concreta y con diferencias mucho menos acusadas en unos sectores que en otros. En cualquier caso, retraso. Y, sin embargo, dicho retraso no impidió ni que durante el periodo que duró la MAD (no, lo sentimos, no está en vigor y no siempre lo estuvo pese a que muchos siguen pensando que es así) la URSS hubiese sido capaz de causar un daño insoportable a la OTAN en términos nucleares ni que, en términos convencionales, presentase también una amenaza superlativa para los más avanzados ejércitos europeos y norteamericanos.

Eso, aplicado a la Rusia de 2030, que se beneficiará además de la experiencia ganada con la actual guerra y que seguirá manteniendo elevados niveles de inversión, implica que un país que ahora mismo solo supone una amenaza creíble en términos de la «Zona Gris» (aunque conserva una importante capacidad de ataque estratégico-convencional -y obviamente estratégico, aunque ese es otro tema- que debe ser tenida en cuenta), se convertirá en una creciente amenaza convencional. De hecho, no son pocos los análisis que hablan sobre lo sorprendente del ritmo de reconstitución de sus Fuerzas Armadas.

Todo ello le permitirá oscilar, en términos de su propio lenguaje estratégico, de forma más cómoda entre la «lucha» (bor’ba) y la «guerra» (vojna), empleando la fuerza cada vez que lo considere adecuado a sus objetivos. Y es que, como explica Dara Massicot, “aunque las armas nucleares estratégicas siguen siendo la base de la disuasión estratégica rusa, las fuerzas de disuasión estratégica no nuclear ayudarán mejor al Kremlin a gestionar la escalada y a asegurar los intereses rusos antes del umbral nuclear”. Unas fuerzas convencionales que, pese al enorme desgaste, saldrán reforzadas de este conflicto en muchos aspectos (mejoras en el complejo de reconocimiento-fuego, papel de la infantería, de la misilística y la dronería…), librándose de paso de la carga que suponían muchos programas (familia T-14, Su-57…) y pudiendo centrarse en aquellos que le permitan compensar asimétricamente la superioridad material, económica y tecnológica de la OTAN.

Precisamente, ahí reside la clave de bóveda, en la asimetría. Por supuesto, la OTAN, y más con los aumentos presupuestarios, seguirá siendo en términos absolutos muy superior a Rusia material y tecnológicamente. Sin embargo, esta superioridad continuará muy probablemente padeciendo de lagunas concretas; «ventanas de oportunidad» que serán aprovechadas por Rusia y que, como ocurriera en febrero de 2022, podrían ofrecer a Moscú la motivación definitiva para lanzar nuevas acciones, sean en el espectro del conflicto armado o bajo este.

Así las cosas, además de aumentar los presupuestos y adquirir miríadas de sistemas, para que la disuasión funcione deberá ir más allá de lo nuclear y lo convencional. Además, será necesario invertir cantidades mucho mayores que las actuales en entender el pensamiento estratégico ruso, una de nuestras mayores lagunas.

Como quiera que ya nos hemos extendido demasiado en un tema que, por lo demás, necesitaría de varios artículos para ser explicado en condiciones, pasamos a las novedades sobre el terreno. En este caso, un día más, desde Ucrania no han publicado todavía un recuento oficial relativo al número de lanzamientos de drones y misiles rusos. Tampoco ha trascendido demasiada información sobre puntos del país alcanzados.

Dicho esto, el incidente más significativo se ha producido en Odesa un día más, pues allí ha sido dañado por misiles rusos un nuevo buque, el «Moon», falleciendo una persona y resultando heridas ocho más en el ataque. Además, también se habrían registrado nuevos daños en otro mercante alcanzado previamente, el «Optima». De esta forma, serían ya cinco los buques alcanzados en este puerto en cuestión de días, y es que Rusia está atacando a la economía ucraniana sin necesidad de acercar sus buques a las zonas al alcance de las armas de su enemigo que, como sabemos, han conseguido expulsar a la Flota del Mar Negro de la parte occidental de este mar.

Además de lo anterior, dos personas habrían fallecido en Havrylivka y dos personas habrían resultado heridas en Novovorontsovka, ambas localidades en la región de Jersón, tras sendos ataques con drones tácticos; dos más de las múltiples acciones que a diario se llevan a cabo entre las dos orillas del río Dniéper y que suponen un reguero constante de bajas.

Del lado ruso tampoco se han registrado novedades de consideración. El Ministerio de Defensa de este país ha hablado, en cualquier caso y en su informe diario, del supuesto derribo de «un misil HIMARS de fabricación estadounidense, así como 25 vehículos aéreos no tripulados». Ahora bien, desde fuentes oficiales ucranianas han hablado también de la supuesta destrucción de un avión de transporte Tu-134 ruso en un aeródromo cercano a Oremburgo, a unos mil kilómetros de la frontera ucraniana. Se trataría, en este caso, de una acción de sabotaje llevada a cabo entre el domingo y el lunes.

En cuanto a los combates y los movimientos, comenzamos como hacemos normalmente por el sector más septentrional del frente, el de Kursk, en donde continúan retrocediendo paulatinamente los ucranianos, si bien mantienen aproximadamente dos tercios del territorio tomado a Rusia en su ofensiva. Dicho esto, las tropas rusas han continuado avanzando al oeste del sector, siguiendo el mismo eje que en jornadas anteriores, esto es, en dirección al este de Lyubimovka.

No hay novedades en Járkov. Sí en la antigua línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, pues las tropas rusas han continuado atacando en dirección al río Oskil, del que estarían como explicamos en informes anteriores a apenas unos cientos de metros (1,5 kilómetros según algunas fuentes), avanzando en torno a Nevs’ke.

En el caso de Chassiv Yar, una jornada más se han registrado ataques y avances rusos a noreste y sureste de la ciudad. En el primer caso, se trataría nuevamente del entorno de Kalinina y de Hryhorivka. En el segundo, a caballo de la T0504.

En el sector de Toretsk, a pesar del intenso fuego de artillería ucraniano que intenta frenar los avances rusos en dirección al centro de esta ciudad, las tropas de este país se mantienen firmes en su control de algunos de los edificios residenciales a los lados de la T0516 que cruza Toretsk. En cualquier caso, hay fuentes que hablan de un contraataque ucraniano exitoso, apoyado precisamente por el fuego de infantería y que habría permitido retomar algunas posiciones mientras que, por el contrario, las fuerzas rusas habrían avanzado en Scherbynivka.

Cambiando hacia el sector de Pokrovsk-Kurajove, allí nos encontramos con nuevos ataques y avances rusos en dirección a Sukhyi Yar y Lysivka. A propósito, recomendamos echar un ojo al mapa publicado por Poulet Volant en colaboración con Clément Molin, dos de los mappers más capaces de entre cuantos siguen este conflicto y en el que se destacan los ejes ferroviarios ucranianos que tienen su destino en Pokrovsk.

Al sur del frente, por último tenemos, por una parte, nuevos avances rusos al noroeste de Vodiane, en dirección a Dobrovillia. También al norte de la propia Vodiane, entre dicha localidad y Katerynivka, cambios recogidos por varias fuentes. Además, más al oeste, en dirección a Velyka Novosilka, se confirman los avances rusos en Zolota Nyva y los ataques desde Pryyutne.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

La actualidad internacional llega relativamente escasa de noticias relacionadas con Ucrania. Con los Estados Unidos centrados en la carrera presidencial y la reunión de Ramstein retrasada, las novedades más importantes tienen que ver con la nueva ronda de sanciones aprobada por el Consejo de la Unión Europea.

Así las cosas, esta institución ha adoptado sanciones contra 7 individuos y 7 entidades como respuesta a la transferencia de misiles, drones y tecnología de Irán a Rusia. De este modo, la UE cumple su palabra, ya que el Consejo Europeo de marzo de 2024 acordó que si Irán transfería misiles balísticos y tecnología a Rusia para usarla contra Ucrania tras haber suministrado UAVs, la Unión “estaría preparada para responder con rapidez”.

En particular, los sancionados serán objeto de congelación de activos y de una prohibición de viajar a la UE, si bien también se prohíbe la provisión de fondos o recursos económicos, directa o indirectamente, a personas físicas o jurídicas, entidades u organismos incluidos en la lista o en su beneficio.

Entre las entidades figuran tres aerolíneas (Saha Airlines, Mahan Air e Iran Air) y dos empresas de adquisiciones que son responsables de la transferencia y el suministro de UAVs fabricados en Irán y de componentes y tecnologías relacionados a Rusia. Las otras dos empresas restantes están involucradas en la producción de combustible empleado para lanzar cohetes y misiles. En cuanto a los individuos, en la lista figuran, entre otros, el viceministro de Defensa iráni, Seyed Hamzeh Ghalandari, y funcionarios de la Fuerza Qods del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica del Cuartel General Central Khatam al-Anbiya del CGRI y de la División Espacial de la Fuerza Aeroespacial del CGRI. Asimismo, las sanciones se dirigen contra los directores generales de las empresas Iran Aircraft Manufacturing Industries (HESA) y Aerospace Industries Organisation (AIO), que cotizan en la UE.

De igual modo, la UE ha adoptado nuevas sanciones contra 5 individuos y una entidades responsables de acciones desestabilizadoras en Moldavia.

Huelga decir que la decisión del Consejo ha sido aplaudida desde Ucrania, en concreto por su ministro de Exteriores, Andrii Sybiha.

Un Sybiha que, como el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal y el presidente del país, Zelenski, ha recibido a una delegación multipartidista procedente del Parlamento de Canadá, con cuyos miembros ha hablado sobre la situación en el campo de batalla, sobre las necesidades militares de Ucrania, la implementación de la «Fórmula de Paz» y del «Plan para la Victoria de Ucrania» y de los preparativos para hacer frente al invierno, entre otros temas.

Volviendo sobre la UE, tenemos que los eurodiputados de la Comisión de Comercio han votado como se esperaba a favor de conceder a Ucrania un préstamo de 35.000 millones de euros, según han anunciado desde el Parlamento Europeo en un comunicado de prensa. Se trata, como el lector sin duda habrá supuesto, del préstamo avalado por los activos rusos congelados del que hemos hablado en varias ocasiones durante las últimas semanas.

Además de esto, y para finalizar con la UE y sus Estados miembros, dos de cal y una de arena. Así, si por una parte Borrell ha anunciado a Sybiha en una videollamada que la UE aumentará la asistencia energética y para la reconstrucción, entre otras cosas, y los ministros de Exteriores de los Veintisiete han aprobado la extensión durante dos años de la misión de entrenamiento (EUMAM) -por lo que resta que el Consejo confirme la decisión- destinada a adiestrar a militares ucranianos, desde Francia han anunciado que este año no incrementarán su ayuda tanto como se esperaba. De hecho, fuentes francesas han hablado de superar los 2.000 millones de euros, pero sin alcanzar el importe máximo previsto, que era de 3.000 millones.

En otro orden de cosas, el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Andriy Yermak, ha participado en una conferencia telemática dedicada a tratar el punto noveno de la «Fórmula de Paz» de Zelenski, esto es, el dedicado a «prevenir la escalada bélica y la repetición de la agresión». Se trataría de la cuarta de una serie de conferencias en la que han tomado parte representantes de 66 países y organizaciones y que tiene como objeto preparar la próxima Cumbre de Paz, para la que tampoco tenemos fecha definitiva tras ser retrasada.

Todo ello mientras Zelenski denunciaba una vez más la participación de militares norcoreanos en la Guerra de Ucrania, elevando el tono y explicando que esto supondría la entrada directa del país juche en el conflicto; algo que no parece preocupar en demasía a los aliados de Ucrania en vista de la poca importancia mediática que dan a este hecho, del que apenas hay pruebas ni, más importante, cifras. Eso sí, la tensión entre las dos coreas, tema sobre el que hablamos ayer (adelantando la posibilidad de incidentes de importancia en los próximos meses), ha seguido aumentando en las últimas horas, con la voladura por parte de Corea del Norte de parte de las carreteras y líneas férreas entre los dos países.

Además, Zelenski ha hablado nuevamente sobre el «Plan para la Victoria de Ucrania», del que ha vuelto a afirmar que su contenido se hará público. También sobre la situación en el frente, tras celebrar una reunión con el general Syrskyi, asegurando que las AFU se mantienen firmes y contraatacan pese a los ataques rusos en Pokrovsk y Kurajove.

En cuanto a Rusia, lo más relevante con mucha diferencia tiene que ver con la visita del ministro de Defensa de este país, Belousov, a China. Una visita que hace acompañado de una nutrida delegación y que debería servir para estrechar lazos entre ambos países, si bien como explicamos recientemente China tiene su propia agenda en la que Rusia es útil pero siempre dentro de unos límites. Dicho esto, Belousov habría dicho a su homólogo chino que Rusia quiere «profundizar la colaboración estratégica», trabajando juntos ambos países para «mantener la estabilidad estratégica global». A la espera de más datos, se espera que hablen no solo sobre estrategia, sino más bien sobre intercambios tecnológicos y de armamento y sobre el apoyo chino a Rusia tanto en la guerra de Ucrania como a posteriori, pues este país necesitará en el futuro de los suministros chinos especialmente de componentes para seguir reconstruyendo sus Fuerzas Armadas, tema abordado en la primera parte del informe.

Siguiendo con Rusia, cabe destacar también que el colaborador francés Laurent Vinatier ha sido condenado a tres años de prisión. Detenido en Rusia desde junio y acusado de no haberse registrado como «agente extranjero» , una acusación considerada»extremadamente severa” por la acusación, Vinatier había sido arrestado por colaborar con una ONG suiza.

Por último, hablamos sobre espionaje, pues el caso del español (con nacionalidad doble, en realidad) Pablo González, ha trascendido las fronteras de nuestro país hasta llegar a la prensa británica, dedicándole The Guardian un artículo en el que analizan lo que consideran un «extraño caso».


Comentarios

Una respuesta a «Guerra de Ucrania – Día 964»

  1. Avatar de Marcelino Rodríguez Maldonado
    Marcelino Rodríguez Maldonado

    Muy interesante el artículo sobre el «periodista» Pablo González.

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