Guerra de Ucrania – Día 959

Entre ruido de fondo relativo a la próxima Cumbre de Paz Global, por el momento atrasada, y a una posible predisposición ucraniana a firmar un alto el fuego, la guerra de Ucrania continúa su curso entre ataques a larga distancia y combates intensos en el este del país. Así las cosas, Zelenski inicia su gira europea visitando a Macron en Francia, tras finalizar la Cumbre de los Balcanes, en una jornada en la que se ha anunciado desde la Unión Europea -obligada a sostener a su aliado- la concesión a Kiev de 35.000 millones de euros en créditos hasta finales de 2025 y en la que en los Estados Unidos sigue hablándose sobre algunos de los puntos más «jugosos» de la nueva obra del periodista Bob Woodward, dos veces ganador del Pulitzer.

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En ocasiones es entretenido -amén de necesario-, jugar a especular; a imaginar; al pensamiento lateral; a hacer de «décimo» hombre… En el caso de Ucrania, todos tenemos más o menos claro que la estrategia de Kiev, mientras intenta seguir acumulando apoyos exteriores y que se le conceda permiso para atacar el interior del territorio ruso, pasa por aguantar, infligiendo a Rusia el mayor número de bajas posible (fuentes estadounidenses hablan de 600.000 en lo que va de guerra, sumando muertos y heridos) mientras conserva sus propias fuerzas (y trata de superar sus propios múltiples problemas de personal), a la espera de que este mismo desgaste «abra» el frente (la situación rusa no es tan sólida como sus avances parecen reflejar) y permita algún tipo de acción con impacto estratégico, como en su día lo fuera la ofensiva de Járkov y como, hasta cierto punto, han intentado en Kursk.

El asunto, aquí, es que las opciones ucranianas son limitadas. Por una parte, porque algunas operaciones cuentan con muy pocas opciones de éxito. Por otra, porque las hay -como abrir nuevos frentes en la propia Rusia o incluso en Bielorrusia, escalando horizontalmente-, que no parecen ser del agrado de sus aliados por el potencial que conllevan en cuanto a escalada vertical; un tema que ha sido y sigue siendo la máxima preocupación en Washington, a tenor de las últimas informaciones que han ido apareciendo.

Sin embargo, hay opciones que podrían contribuir a situar a Ucrania en una posición más favorable en una hipotética mesa de negociaciones, algunas de ellas, por supuesto, un tanto alocadas, si bien todas ellas, al menos técnicamente, factibles. Opciones como, por ejemplo:

  • Un asalto sobre Energodar: En las últimas semanas, Ucrania ha eliminado al responsable de la seguridad de esta planta nuclear, que el país necesita en funcionamiento para maximizar las opciones de recuperación económica. Por una parte, hace tiempo que se viene constatando un aumento de los vuelos de drones de una y otra parte sobre el Dniéper. Por otra, Ucrania ha recibido y sigue recibiendo periódicamente material adecuado para este tipo de acciones. Además, son recurrentes las noticias -desinformación en la mayor parte de los casos- relativa a posibles «sabotajes» y demás, siempre con el adjetivo «nuclear». Y, por último, está la cuestión del Dniéper, que una vez destruida la presa de Nova Kakhovka, no presenta el mismo tipo de obstáculo que antes del derrumbe. Obviamente no queremos decir que esto tenga que ocurrir, pero a buen seguro es una de las opciones sobre la mesa de Syrskyi o Budanov, pues retomar el control de una central que sería relativamente fácil de defender (aunque sea a «las malas», con la amenaza de su destrucción) y que tiene un profundo significado, además de un enorme valor como activo, supondría un notable golpe de efecto.

  • Atacar el puente de Crimea: Rusia ha estado incrementando las protecciones sobre el puente de Kerch añadiendo capas y capas de defensa, desde deflectores a sistemas antiaéreos y de barreras fijas a sistemas de guerra electrónica. Todo, porque dan por hecho de que sigue constituyendo uno de los objetivos más «golosos» para Ucrania; máxime en un momento en el que tras alcanzar algunos de los buques que este país utiliza para transportar material hacia Crimea, Rusia vuelve a depender del puente en buena medida para el abastecimiento de sus unidades en la península. Es decir, que alcanzar esta infraestructura, además de nuevamente un impacto moral, tendría un importante componente militar.

  • Lanzar una operación militar contra Zaporiyia, aprovechando la falta de efectivos y la menor densidad de las defensas rusas en esta parte de la orilla este del Dniéper, cruzando los terrenos que antes ocupaba el embalse; ahora un inmenso y casi desierto barrizal en el que apenas se producen operaciones de reconocimiento por parte de unidades de OEs y vuelos de drones. El problema, en este caso, más allá de las dificultades intrínsecas (sorpresa, logística, superación de defensas…) es que una vez lanzada cuesta determinar cuál puede ser el objetivo (como en su día lo fuera Tokmak como paso previo a Melitópol). Dicho lo cual, las AFU correrían el riesgo de quedar expuestas a los ataques de flanqueo a buena distancia de sus bases de partida y con el problema añadido de la escasa cobertura aérea frente a la aviación (y las FABs) rusas; algo en lo que podrían colaborar los F-16 y, en el futuro, Mirage-2000.

  • Magnicidio: A buen seguro que en la cúpula ucraniana (como en su día en la rusa), se ha valorado la opción del magnicidio o, en su caso, algún golpe de efecto como terminar con la vida del ministro de Defensa ruso, o del Jefe de Estado Mayor, por citar sólo dos posibles candidatos. El asunto, aquí, es que es difícil, más allá del golpe de efecto, que la muerte de alguien que no sea Putin pueda ser capitalizada en términos de una salida al conflicto. Y, en el caso de terminar con el propio Putin, dejando al margen la dificultad que conlleva, no es desdeñable la posibilidad de movilización y escalada que un acto así conllevaría, pues el sucesor buscaría afianzar su poder en un clima de inestabilidad, recurriendo al nacionalismo y la amenaza exterior. Por supuesto, sin Putin los equilibrios entre las élites rusas podrían desmoronarse, siendo posible cualquier escenario. No obstante, si la transición del poder es relativamente rápida Rusia podría terminar teniendo al frente alguien mucho más radical que el actual presidente y, por lo tanto, impredecible y peligroso.
  • Escalada horizontal: Abriendo un nuevo frente por ejemplo hacia Briansk. En este caso, si se lleva a cabo una vez se determine que las fuerzas rusas están en su momento más bajo en cuanto a recursos humanos (hemos visto en varios informes los problemas que comienzan a padecer), podrían lograrse avances superiores a los de Kursk, tensando más si cabe al DMO y asestando un nuevo golpe a la imagen de Rusia. Claro está, podría ser la puntilla que decidiese (como ocurriera en otoño de 2022 tras las ofensivas de Jersón y Zaporiyia) una segunda movilización rusa o una escalada vertical como respuesta. Un aspecto, el de la movilización, que trataremos con más detalle en futuros informes, cuando hablemos de las razones por las que la infantería ligera está convirtiéndose (junto a la artillería y las FABs) en la reina del campo de batalla ucraniano, en detrimento de las unidades acorazadas y mecanizadas; algo que había sido advertido décadas atrás por los estadounidenses, por cierto.

Dicho todo esto, y como hemos comentado al inicio, no se trataba hoy de que ninguna de estas opciones vayan a implementarse. Ni siquiera de que sean del todo factibles sino, por una vez y para variar, de «jugar» a imaginar posibles alternativas para Ucrania. De hecho, animamos a los lectores, siempre cuidando de que tengan un mínimo de verosimilitud, a que intenten proponer sus propios escenarios…

Dejando lo anterior de lado, y pasando a las novedades sobre el terreno, nos encontramos un día más con múltiples explosiones en suelo ucraniano, como la que se ha producido en Dnipró o las que se habrían producido en Járkov, en Zaporiyia, en Kramatorsk (en este caso con FABs) o en Kremenchuk, en donde habría sido alcanzada infraestructura industrial. El Ministerio de Defensa ucraniano, por su parte, ha hablado de 22 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) lanzados por Rusia, de los que aseguran haber derribado 21 de ellos.

Por otra parte, se ha producido un incidente grave en el puerto de Chornomorsk, en la región de Odesa, en donde 5 personas han fallecido y 9 más han resultado heridas como consecuencia del impacto de un misil Iskander ruso sobre un buque portacontenedores de bandera panameña, el «Shui Spirit». Sería el tercer buque civil alcanzado por Rusia en los últimos cuatro días, según fuentes oficiales ucranianas.

Además de esto, no han hecho referencia tampoco los ucranianos a la destrucción de parte de un sistema Patriot gracias al empleo de misiles balísticos Iskander-M, una acción que sí ha sido publicitada por Rusia. Se habla del vehículo de mando y de un radar alcanzado, si bien es difícil confirmarlo.

En cuanto a este último país, los ucranianos se han anotado en las últimas horas la destrucción de un nuevo depósito de municiones, en este caso situado en Oktyabr’skii, en la región de Krasnodar (46.48753632205884, 38.2743310071645); una instalación que, se sospecha, era empleada entre otras cosas para almacenar drones Shahed y que habría sido alcanzada por un misil R-360 según algunas fuentes. Lo relevante, en cualquier caso, es que el ataque revestiría cierta importancia y podría provocar una reducción temporal del número de lanzamientos de este tipo de ingenios por parte rusa.

Un ataque que se une al reciente en Karachev, en la región de Kursk y que, como todos los realizados por Ucrania, debe ser llevado a cabo por sus propios medios, ya que sus aliados se niegan no tanto a proporcionarle armamento de largo alcance, como el permiso para emplearlo contra Rusia y, con ello, los mapas necesarios para que el sistema de guiado TERCOM funcione. Por otra parte, las autoridades rusas han hablado de tres heridos en Schebekine, en Bélgorod, tras un ataque artillero ucraniano.

Dicho esto, desde fuentes oficiales rusas han hablado del supuesto derribo, en las últimas horas de «un misil guiado antiaéreo S-200, modificado para disparar contra objetivos terrestres, y 68 vehículos aéreos no tripulados», mientras fuentes proucranianas hablaban del lanzamiento de un ataque masivo con drones por parte de las AFU. Además, en las últimas horas, aunque en el momento de redacción de este informe no hay información suficiente, se ha venido hablando de un ataque ucraniano contra la base aérea en Khanskaya, algo sobre lo que trataremos en el informe de mañana.

En cuanto a los combates y los movimientos, apenas se ha producido ninguna acción relevante en el norte del frente, esto es, en el sector de Kursk, ni tampoco en el de Járkov, aunque prosiguen los enfrentamientos, por lo que pasamos directamente a la antigua línea Kupiansk-Svatove-Kreminna. En este caso, los únicos cambios afectan a la parte sur, la más cercana a Kreminna, en donde el Ejército ruso habría logrado nuevos avances al sur de Nevs’ke, si bien reducidos.

Más compleja es la situación en el sector de Siversk, muy tranquilo hasta hace unos días. Allí, como vimos ayer, eran ya varias las fuentes que hablaban de la toma completa de Verkh’okam’yans’ke, pero también de un avance ruso por la ribera del río Donets en dirección oeste, hacia Hryhorivka (se llegó a publicar incluso un izado de bandera). En el primer caso, podría ser un avance ficticio, mientras que en el segundo parece que podría haberse tratado más bien de una acción de reconocimiento, frenada (al menos por ahora) por los drones y la artillería de las AFU. Hay que tener en cuenta que, en este caso, las tropas rusas habrían avanzado por una zona de nadie, ya que las posiciones ucranianas no están en esta localidad, sino entre Hryhorivka y Serebrianka, así como en el bosque al norte de esta población. En cualquier caso, no es descartable que se produzcan más acciones, pues está claro que el Ejército ruso está apostando por devolver la acción a este sector, buscando por el momento con ello no tanto tomar Siversk, bien defendida, sino tensionar a las AFU.

Otro sector en el que se han producido cambios es el de Toretsk, en donde varias fuentes hablan de importantes avances rusos en su intento de hacerse con el control de esta localidad. De esta forma, no solo las tropas rusas se habrían ido extendiendo por los edificios del núcleo urbano sino que, además, cada vez amenazarían con más fuerza las dos escombreras (48.38780701904462, 37.82724702671379) situadas al sur del pueblo, lo que les situaría en una posición de ventaja de cara a ulteriores avances. A propósito, por cierto, los ucranianos siguen dejando espacios libres o zonas sin defender temporalmente cuando proceden a rotar tropas, un tipo de acción que, por descoordinación o por otros factores, ha coadyuvado en varios de los reveses más importantes sufridos por las AFU en los últimos tiempos.

En cuanto al sector de Pokrovsk-Kurajove, por una parte tenemos, en torno a Tsukuryne, que las tropas rusas han alcanzado las vías férreas junto a la localidad y, con ello, el control de la mayor parte de esta población. Es de esperar que, una vez más, avancen siguiendo el trazado ferroviario, bien sea al noroeste para rodear Selydove, bien al sur, en dirección a Górnik. Además de esto, en dirección a Kurajove tenemos fuentes que hablan de la retirada rusa del territorio al sur de Zhelanne Druhe hacia Zoriane y de la toma de la aldea de Sofivka, si bien no está confirmado.

Por último, al sur del frente tenemos, por una parte que en torno a Vuhledar continúan los esfuerzos rusos por avanzar entre Vodyane y Bohoyavlenka, al norte, mientras que al oeste habrían entrado en la aldea de Zolota Nyta. Por otra, mucho más al oeste, en Robotyne, varias fuentes han hablado de la toma por parte rusa de terrenos al norte de esta localidad, aunque lo cierto es que se trata de una serie de puntos que hace tiempo se daba por hecho que estaban bajo control del Ejército ruso.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

El apartado internacional comienza por la UE, pues por una parte el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha comenzado su gira europea, que le ha llevado de Croacia a Francia en las últimas horas y, por otra, los Veintisiete han decidido aumentar su ayuda financiera a Kiev como se esperaba, aprobando los embajadores de los Estados Miembros prestar a Ucrania hasta 35.000 millones de euros de aquí a finales de 2025, 15.000 millones más de lo inicialmente esperado.

Respecto a lo primero, tenemos que Zelenski se reunirá con Macron, Scholz, el Papa, Starmer y Meloni durante su gira europea. Las intenciones del ucraniano, además de recabar apoyo económico y militar, pasan también por reunir apoyo político de cara a la próxima Cumbre de Paz Global, en la que pretenden que participe Rusia y que, como sabemos, ha sido retrasada ya que la intención original pasaba por que esta tuviese lugar a finales de noviembre. De hecho, está claro que hay movimientos de fondo que afectan no solo a esta segunda Cumbre, sino a citas como la de Ramstein. Es más, publicaciones como el Corriere della Sera aseguran que Zelenski estaría dispuesto a un alto el fuego respetando la actual línea de frente, aunque sin reconocer las conquistas como territorios rusos y siempre que se le ofrezcan a Ucrania garantías de seguridad por parte de los EE. UU. y una adhesión acelerada a la UE, algo que discutirá en su gira europea, sin duda. Una situación que coincidiría, dicho sea de paso, con nuestra reciente evaluación.

Por de pronto, a falta de que se produzca la reunión con el presidente galo, en el que será su primera cita, Zelenski ha obtenido buenas palabras a través de las redes sociales (pues Macron ha visitado a los soldados ucranianos que se están adiestrando en Francia), algo que el ministro de Defensa ucraniano, Umerov, ha agradecido.

En cuanto a lo segundo, tras fracasar las negociaciones en el seno del G7, desde la Unión Europea (obligada como hemos explicado en recientes artículos a seguir apoyando a Ucrania) han optado por intentar suplir los 45.000 millones que los miembros de esta organización iban a proporcionar a Ucrania en forma de préstamos sufragados por los intereses de los activos rusos congelados. Para ello, lo que han hecho es incrementar, desde los 20.000 a los 35.000 millones de euros el total que la UE proporcionará, a la espera de que otros miembros del G7 -son los Estados Unidos quienes ponen más pegas- den pasos en este sentido. Como no podía ser de otra forma, la medida ha sido acogida con alegría en Kiev, agradeciendo el primer ministro ucraniano, Shmyhal, la decisión.

Un Shmyhal que, en las últimas horas, se ha reunido con la directora gerente del Banco Mundial, ante quien ha enfatizado la necesidad de evaluar de nuevo los daños sufridos por su país y las necesidades de reconstrucción, incluyendo el suministro de agua potable a los hogares, la construcción de viviendas o los preparativos para la temporada invernal. Además, hablaron también sobre los proyectos en marcha destinados a apoyar el presupuesto ucraniano y la implementación de reformas.

Volviendo sobre la diplomacia, durante la Cumbre de los Balcanes, Zelenski ha afirmado que «Rusia debe aceptar que Europa tiene fronteras». Más allá de las declaraciones, el presidente ucraniano ha mantenido numerosas reuniones, como la que le ha permitido hablar sobre seguridad bilateral con el primer ministro griego, con el presidente de Eslovenia o con el primer ministro albanés). Además, también se ha mantenido muy activo el ministro de Exteriores ucraniano, Sybiha. En este caso, se ha visto con sus homólogos de buena parte de la región, incluidos los de Rumanía, Albania, Macedonia o Turquía. Además, a la conclusión de la Cumbre se ha firmado una declaración, que ha sido denominada como «Declaración de Dubrovnik», en la que se reafirma el apoyo de los países balcánicos a Ucrania.

La Cumbre de los Balcanes no es, en cualquier caso, la única de los últimos días. De hecho, el ministro de Exteriores ruso, tras la reunión informal de la CEI en Moscú se ha trasladado hasta Laos, en donde participará en la decimonovena Cumbre de Asia Oriental, en cuyo marco mantendrá una serie de reuniones bilaterales y se espera que pronuncie un discurso.

Siguiendo con Rusia, el presidente del país, Putin, ha hecho balance económico en las últimas horas, congratulándose por la apertura, en los últimos años, de cientos de instalaciones industriales de todo tipo y afirmando que la producción industrial del país no solo está creciendo, sino que se ve inmersa en una dinámica positiva, si bien es necesario aumentar la capacidad por ejemplo en cuanto a fabricación de productos de alta tecnología.

Pasando a los Estados Unidos, en las últimas horas desde la Casa Blanca han expresado su preocupación por las hipotéticas llamadas telefónicas entre el candidato republicano a la presidencia, Donald Trump y el presidente ruso, Vladímir Putin; algo que desde el Kremlin han negado. Es, en cualquier caso, una más de las consecuencias de la publicación del nuevo libro del periodista Bob Woodward, en el que cuenta la intrahistoria política, en los Estados Unidos, tras la guerra de Ucrania, el conflicto de Oriente Medio y la carrera por la Casa Blanca, tema que tocamos recientemente al hablar sobre las quejas rusas por las declaraciones de Kamala Harris sobre Putin recogidas en dicha obra.

Cambiando de tercio, se ha conocido ahora que las autoridades ucranianas procedieron durante el pasado mes de julio a la confiscación de un buque granelero que había hecho escala en los puertos de Crimea y que enarbolaba pabellón de Camerún. Al parecer, el citado buque habría hecho escala en puertos como el de Sebastopol, cargando productos agrícolas para una empresa turca.


Comentarios

4 respuestas a «Guerra de Ucrania – Día 959»

  1. Avatar de Francisco

    ¿La climatología no podría ser un factor importante que limitaría las opciones de alguna acción decisiva ucraniana a muy corto plazo? A fin de cuentas el otoño acaba de empezar, y una «congelación» (nunca mejor dicho) de los frentes permitiría a Rusia fortificarse mejor en las zonas recién ocupadas, perjudicando las posibilidades ucranianas de cara a la primavera. Todo ésto me suena a mí que juega en contra de las opciones que dice Zelensky tener en los próximos meses de sentar a Rusia a la mesa de negociaciones en una posición favorable.

    1. La climatología afecta más cuando hablamos de barro y no de hielo…

  2. Todos sabemos que la verdad es la primera victima de la propaganda de guerra. Así que no es de extrañar que en los informes habitualmente los rusos golpeen objetivos civiles y lo ucranianos objetivos militares. Si esto fuera cierto la guerra ya habría terminado con derrota rusa. Pasa lo mismo en las guerras de Israel.
    Comprendiendo la dificultad, quizás seria conveniente intentar informar un poco mas de los objetivos militares alcanzados por Rusia en el interior de Ucrania y no solo de la propaganda oficial de Ucrania . Por ejemplo, rara vez cuando se reporta que x misiles rusos no han sido derribados y se comenta que ha habido explosiones en tal sitio, se adjunta el enlace de FIRMs o se hace algún comentario sobre el posible objetivo.
    Entiéndase esto como critica constructiva a estos informes, casi la única fuente diaria de información neutral.

    1. El problema es que Ucrania guarda mucho mejor que Rusia este tipo de información. En informes recientes hemos hablado por ejemplo de bases aéreas ucranianas alcanzadas. También, en numerosos informes, cuando se habla de ataques contra ciudades como Dnipró o Zaporiyia o algunas más al oeste, hemos hecho referencia a que se han atacado fábricas o instalaciones relacionadas con el mantenimiento del material militar o la producción. Pero demostrar las cosas es mucho más difícil. Por una parte, porque las empresas de satélites comerciales son occidentales, como la mayoría de analistas OSINT y lo que trasciende es lo que se ataca en Rusia. Por otra, porque los ucranianos hace mucho tiempo que (salvo excepciones muy criticadas como el ataque reciente a la escuela militar) han distribuido todo lo que tiene que ver con la guerra entre todo tipo de construcciones civiles, así que saber cuándo han sido atacados activos militares importantes que estaban dentro de construcciones civiles es extremadamente difícil. En el caso de Rusia todo esto es mucho más fácil porque sus bases están perfectamente identificadas. Eso por no hablar de depósitos de combustible o de municiones, que también son instalaciones enormes y generalmente separadas de las ciudades.

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