Guerra de Ucrania – Día 955

Jornada escasa de novedades, si bien han continuado los combates en buena parte del frente, con especial incidencia en el caso de los sectores situados en la región de Donetsk. En el apartado internacional, lo más relevante tiene que ver por una parte con el final del mandato del hasta ahora embajador ruso en Washington, Anatoly Antonov. Por otra y sobre todo, con el anuncio de Zelenski de que iniciará consultas políticas destinadas a concretar en mayor detalle la parte militar de su «Plan para la Victoria de Ucrania», que ha sido muy criticado en los Estados Unidos por su inconsistencia e indefinición en este apartado.

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(Estimados amigos, por razones familiares el informe de hoy se ceñirá a las actualizaciones de la situación sobre el terreno y a la parte internacional. Sentimos que sea así, pero es una cuestión de «equilibrio» entre la vida personal y la familia que creemos es perfectamente comprensible).

A lo largo de las últimas horas han continuado los lanzamientos de drones rusos sobre Ucrania. Eso sí, con una intensidad menor que en las jornadas previas, aunque las alertas aéreas han seguido afectando a buena parte del país, como ponen de manifiesto los múltiples mensajes publicados en el canal de Telegram de las Fuerzas Armadas ucranianas. Así las cosas, además del curioso incidente con el dron S-70, ya explicado en el informe de ayer, se han registrado también incidentes en Odesa, en donde habrían resultado heridas varias personas. Además de esto, también la capital ucraniana habría sido atacada, si bien desde el consistorio anuncian que la defensa aérea ha podido neutralizar los drones entrantes. Por último, en Sumy, al noreste de Ucrania, un dron táctico habría impactado contra un autobús, provocando heridas a otras tres personas.

Del lado ruso no hay novedades reseñables, aunque sí se ha hablado de cómo los sistemas antiaéreos que defienden Taganrog han estado activos. Desde Moscú, en su último parte diario, han hablado en cualquier caso de «ocho misiles HIMARS de fabricación estadounidense, tres bombas guiadas Hammer de fabricación francesa y 55 vehículos aéreos no tripulados» derribados.

Más allá de esto, cabe hacer una pequeña referencia a la situación de los prisioneros de guerra de uno y otro lado, que continúan siendo utilizados para fines propagandísticos, algo que como todos sabemos, no debería ser así (obviamente, la normativa internacional tiene un poder limitado frente a los intereses inmediatos de las partes). Peor aún, continúan aflorando casos de posibles ajusticiamientos, de forma que si hace unos días desde Ucrania denunciaban el que podría haber sido el mayor caso hasta la fecha de prisioneros ucranianos ejecutados, en las últimas horas la Fiscalía de la región de Járkov ha abierto una nueva investigación para esclarecer otros cuatro supuestos casos, registrados durante el pasado verano.

También, otra, a propósito de las pérdidas rusas, ya que nos han interrogado en los comentarios sobre este tema y el posible colapso del frente oriental. Lo cierto es que las bajas rusas podrían haber alcanzado, como hemos dicho alguna vez, nuevos máximos durante los últimos meses, coincidiendo con los intensos combates en Pokrovsk y Vuhledar (recién tomada). Dicho lo cual, a pesar del desgaste y recurriendo a herramientas de todo tipo, el Ejército ruso está demostrando una enorme capacidad de reponer pérdidas y de mantenerse a la ofensiva, si bien la sombra de una nueva movilización parcial no deja de planear sobre el Kremlin.

Los ucranianos, por su parte, no están acusando tanto las pérdidas en términos generales, como la excesiva línea de frente y la necesidad de recurrir a unidades de reciente formación, con un rendimiento en combate más que cuestionable (las famosas brigadas 160s y 170s). Dicho lo cual, más que un colapso repentino, pues las retiradas están siendo bastante graduales y a Rusia le costará avanzar tanto más cuanto más lejos de la ciudad de Donetsk deban desplazarse, lo previsible es que la tendencia actual se mantenga. Otra cuestión es si a las AFU les compensaría o no un recorte del frente más agresivo tanto en Donetsk como en el Oskil, o no, algo que queda al entendimiento de cada cual y respecto a lo cual, aunque podamos intuir que sí, no tenemos datos suficientes, para empezar porque no conocemos los planes exactos de cara a los próximos meses ni aspectos importantes, como el contenido real del «Plan para la Victoria de Ucrania», que influyen en esta ecuación.

Dicho esto, pasamos ya a enumerar los cambios sobre el frente, relativamente pocos en las últimas horas, entre otras razones por el breve lapso de tiempo transcurrido entre el informe de ayer y el de hoy. Así las cosas, no hay novedades importantes procedentes del sector de Kursk (por supuesto, continúan produciéndose acciones de todo tipo), ni tampoco del de Járkov. En ambos, de hecho, salvo por los lanzamientos de bombas planeadoras -a los que hemos hecho referencia recientemente-, lo que nos encontramos es con sectores en proceso de «adormecimiento» (sin perjuicio de que puedan retomarse los combates o lanzarse nuevas incursiones), en tanto unos y otros están centrando su atención en otras partes del frente.

En la antigua línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, la lucha por alcanzar el río Oskil por parte de las fuerzas rusas continúa. Lo interesante de este caso es que los ucranianos están vendiendo realmente caro cada metro de terreno de la cabeza de playa en la orilla oriental, cuando lo más «sencillo» sería tratar de establecer una línea sólida en el propio río, acortando el frente y ganando así densidad de defensores. Todo lo cual, más allá de la lógica renuencia a entregar territorios a Rusia, podría implicar planes futuros por parte de las AFU de cara a retomar la iniciativa en este sector.

Sin novedades relevantes de Chassiv Yar o de Toretsk, pasamos directamente al sector de Pokrovsk-Kurajove, en donde las tropas rusas se sitúan ya a unos 7 kilómetros de esta ciudad, aunque se evidencia la creciente dificultad de avanzar hacia ella en las últimas semanas, dada la densidad de las defensas. Distinta situación se vive en cualquier caso al sur del sector, en donde las tropas rusas están encontrando poco a poco la forma de avanzar entre localidades, cortando a los ucranianos la posibilidad de que se ayuden entre unidades y aislando de forma sistemática las pequeñas guarniciones. Así las cosas, se aprecia cómo intentan aislar progresivamente Kurajove de las localidades cercanas, al tiempo que obligan a los ucranianos a mantener un frente excesivamente largo (teniendo en cuenta que hablamos de escenarios con una superficie mínima), todo lo cual sirve para encontrar una y otra vez brechas en las defensas que pueden explotar.

En el sector de Vuhledar, por último, nos encontramos con las tropas rusas intentando realizar el salto entre Konstyantinivka y Katerynivka, para lo cual deben superar terreno abierto, algo que siempre les es mucho más complicado que avanzar en entornos urbanos. Si lo consiguen, y utilizando el término empleado por un buen amigo para referirse a la habilidad rusa a la hora de aferrarse a las construcciones de las localidades a las que llegan sus tropas, el Ejército ruso hará lo posible por «garrapatearse» en las primeras dachas y edificios agrarios al sureste de la localidad, buscando avanzar calle a calle en dirección oriental; situación parecida a la que se vive entre Vuhledar y Bohoyavienka, si bien la distancia en campo abierto es mayor en este caso.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

El apartado internacional, como suele ocurrir durante los fines de semana, se presenta parco en novedades, girando la mayoría de noticias o columnas en torno una vez más de la próxima cumbre de Ramstein, aunque no aportan nada nuevo en cualquier caso. Lo más relevante a propósito de esta cita, así como del «Plan para la Victoria de Ucrania», lo ha dicho en realidad el propio presidente ucraniano, Zelenski, quien ha hablado en las redes sociales sobre cómo va a iniciar una serie de consultas políticas con funcionarios gubernamentales y diplomáticos que se centrarán en concretar los «aspectos militares del Plan»; posiblemente la parte más criticada del mismo, por aparentemente inconsistente, durante su visita a los Estados Unidos (que habría estado lejos de lograr los resultados esperados).

También se ha mostrado activo el ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha, quien ha hablado con sus contrapartes canadiense y gala -Mélanie Joly y Jean-Noël Barrot respectivamente- con quienes ha tratado por una parte la implementación de la «Fórmula de Paz» de Zelenski y, por otra, sobre el regreso de los niños ucranianos a su país, agradeciendo de paso la firme postura de ambos socios de Ucrania en este particular.

Siguiendo con la diplomacia pura y dura, cabe señalar que acaba de concluir mandato el hasta ahora embajador de Rusia en Washington, Anatoly Antonov, quien ha sido un personaje bastante incómodo para los Estados Unidos, aunque (o precisamente porque) sin duda ha defendido con uñas y dientes el relato ruso, centrado en intentar provocar una desafección entre Washington y Kiev, así como el descontento entre el contribuyente norteamericano.

Además de esto, desde Rusia se ha pronunciado el viceministro de Exteriores, Sergey Ryabkov, sobre un tema clave: los ensayos nucleares. Según Ryabkov, su país se retiró en noviembre de 2023 del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares porque «se le acabó la paciencia». Así, según el diplomático ruso «Habíamos esperado 23 años. Ese fue el final de la historia. Lo que sucederá a continuación es una pregunta abierta. La respuesta depende totalmente de la política que adopten Estados Unidos y sus aliados». A lo que se refiere, es a que «Si se inician procesos que signifiquen que Estados Unidos está considerando la posibilidad de reanudar los ensayos nucleares, tomaremos medidas. Rusia responderá inmediatamente de la misma manera», si bien no parece que los Estados Unidos hayan dado ningún paso en este sentido por el momento. En cualquier caso, tampoco conviene olvidar que la presión para retomar los ensayos es creciente para todas las partes, dada la irrupción de China como potencia que busca la paridad con los Estados Unidos y Rusia y, también, la propia dinámica de la innovación.

En otro orden de cosas, una delegación del Partido Republicano estadounidense se encuentra de visita en Hungría, en donde han puesto en cuestión las relaciones del primer ministro del país, Víktor Orban, con países como Rusia o la República Popular de China (recordemos que Orban viajó por su cuenta a estos destinos, supuestamente para intentar acercar la paz, logrando provocar un boicot por parte de sus socios comunitarios).

Cambiando nuevamente de tercio, el medio Politico ha publicado un reportaje en el que se cifra en hasta 177 el número de prisioneros ucranianos que habrían fallecido desde el inicio de la invasión rusa a gran escala del país. Así, pese a que unos y otros han permitido hasta el momento el regreso a sus países de hasta 3.600 prisioneros de guerra, seguirían siendo decenas de miles más los que continúan cautivos, siendo en el caso de los ucranianos en Rusia la situación dramática; algo que ha denunciado recientemente, sin ir más lejos, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Y, para finalizar, recomendamos un día más una interesante lectura, en este caso de Foreign Policy, en la que hablan sobre cómo el Estado ruso libra su guerra informativa también a través de las páginas de Wikipedia, que reescriben para cambiar la percepción de los lectores acerca de hechos recientes, desde la invasión de Crimea a la guerra de Ucrania.


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