Guerra de Ucrania – Día 943

Según Zelenski, Ucrania está “más cerca de la paz de lo que pensamos”, en clara relación a la presentación del su “plan de victoria” al presidente Biden durante su estancia en EE. UU. Un plan del que nada se sabe, más allá de que está destinado a hacer que Rusia «sienta el miedo a ser derrotada», si bien no se ha ofrecido explicación alguna sobre los pasos a dar para ello. Un Zelenski que ha sido protagonista indiscutible del día, reuniéndose con el canciller alemán, Olaf Scholz y, también, con el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro. Todo ello en una jornada en la que, sobre el frente, la situación se muestra cada vez más complicada para una Ucrania que está demostrando ser capaz de retardar, pero no de contener los avances rusos.

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En las últimas horas se ha producido una pequeña polémica en las redes sociales a propósito de los progresos rusos, constantes desde hace largos meses y que algunos no se explican y, también, de la aparente falta de un «Plan B» ucraniano tras la caída de posiciones como Avdíivka, a principios de año, tras la cual Rusia no ha dejado de ganar terreno hasta amenazar ahora Kurajove y Pokrovsk, entre otros puntos.

Como advertimos tiempo atrás, desde los cambios introducidos por Surovikin y tras la fracasada ofensiva ucraniana de verano de 2023 era previsible que el Ejército ruso lograse avances en el futuro, eso sí en forma de mancha de aceite, aprovechando su superioridad tanto numérica como en cuanto a potencia de fuego y, también, las lecciones aprendidas. Todo sin que aparentemente en desde Ucrania pudiese hacer demasiado para evitarlo, aunque sí para retardar esta expansión e imponer un altísimo coste.

El problema es que las AFU no han hecho en muchos casos el trabajo que algunos esperaban, por ejemplo relativo a la construcción masiva de defensas. Esto es algo que se ha notado especialmente al oeste de Avdíivka (sigue sorprendiendo la rápida caída de Ocheretyne, detrás de todas las pérdidas posteriores), pues desde la batalla por esta ciudadela ucraniana y a pesar de los anuncios al respecto, lo cierto es que apenas se han visto posiciones defensivas de las AFU, amén de que en ningún caso han tenido una densidad adecuada de defensores, ni tampoco el necesario apoyo artillero.

Todo ello mientras Rusia se beneficiaba de los cambios introducidos en el reclutamiento (hablamos de cambios posteriores a la movilización parcial de otoño de 2022) que han permitido la llegada de un flujo constante de hombres al frente (y no solo rusos), de los aumentos en la producción de disparos de artillería, de la masiva entrada en servicio de las bombas planeadoras, etcétera. Ventajas cuyos efectos han sido si cabe mayores dada la relativa falta de implicación de algunos de los principales aliados de Ucrania, desde unos Estados Unidos que han estado demasiado centrados en sus problemas internos a una Alemania que, como los anteriores, es renuente a provocar una escalada.

Ahora bien, no es justo achacar todo lo ocurrido a la mera diferencia material entre Ucrania y Rusia, ni tampoco culpar de los últimos reveses militares a la falta de implicación de los aliados de Kiev, como hacen algunos en las redes sociales. Ucrania y Rusia están inmersos en una guerra y, como en toda guerra, se trata de un proceso dinámico, una lucha de voluntades e inteligencias. Los ucranianos, dicho esto, han demostrado una gran capacidad de adaptación tecnológica, sacando auténtico «petróleo» de su limitada industria y desarrollando soluciones muy imaginativas especialmente en lo relativo a la drónica, pero no han tenido el mismo éxito en otros apartados.

Los procesos de adaptación militar siguen un curioso -aunque lógico- esquema, en el que los cambios tácticos pueden realizarse en cuestión de días o semanas, ya que los comandantes sobre el terreno y las tropas bajo su mando pueden aprender y cambiar su proceder de formas relativamente rápidas. Sin embargo, según ascendemos de nivel, hacia lo operativo y lo estratégico, implementar estos cambios conlleva más tiempo, en tanto se deben superar resistencias institucionales, entre otros.

En este sentido, Rusia supo a partir de otoño de 2023 implementar un cambio a todos los niveles -incluso al estratégico-, de forma que desde finales de 2022 ha venido persiguiendo un mismo objetivo (mover el frente hacia el oeste de forma progresiva y al coste que sea, en el marco de una guerra de desgaste y como forma de romper la voluntad ucraniana y de sus aliados, forzando una negociación favorable). En Ucrania, sin embargo, más allá de la fallida ofensiva estival de 2023 no parecen haber sido capaces de adoptar no los cambios tácticos, sino los operacionales y estratégicos necesarios para evitar el efecto «aplastamiento» de la superioridad rusa en hombres y poder de fuego. Un efecto que se ha venido notando cada vez más y que acciones como la de Kursk no sólo no han contribuido a evitar, sino que posiblemente han agudizado, como daban a entender los datos compartidos en su día.

Como decíamos, los procesos de adaptación a nivel operacional, por ejemplo, llevan más tiempo que a nivel táctico, hablando algunos autores de entre 18 y 24 meses y eso en organizaciones receptivas al cambio. Han pasado, desde verano de 2023, ya más de 12 meses. Aun así está por ver si en los próximos -pues se sigue esperando que Ucrania lleve a cabo algún tipo de acción previa a cualquier tipo de negociación- se deja sentir el efecto del cambio o si los planes ucranianos son «más de lo mismo», basándose en muchos casos en la dispersión de fuerzas o en ataques que, encaminados a incidir sobre la moral de la población rusa, en realidad han tenido un efecto favorable a Putin y su Gobierno, que controla con más fuerza si cabe los medios y la sociedad del país. Las explicaciones públicas de Zelenski en relación con el «Plan para la Victoria de Ucrania» y lo que con él esperan conseguir no permiten, desgraciadamente, realizar ningún análisis, en tanto son demasiado genéricas.

Dicho todo lo anterior, para los fanáticos, resulta siempre extremadamente complicado reconocer ningún mérito por parte del bando contrario. En el caso de Rusia, el análisis objetivo de las adaptaciones acometidas es totalmente independiente de lo que podamos pensar (o no) sobre su Gobierno, su actitud como país, lo hecho en Ucrania y todo lo que se quiera. Y, nos guste o no, pese a mantener algunos patrones de comportamiento que por lo demás le son tradicionales, como el empleo de la carne de cañón, ha demostrado sobrada capacidad de adaptación a muchos niveles, desde las tácticas empleadas, a los cambios introducidos en sus líneas logísticas, y así hasta donde se quiera. Conviene no olvidarlo.

Dejando todo lo anterior de lado, para pasar a lo ocurrido sobre el terreno, desde el Ministerio de Defensa ucraniano han hablado de hasta 81 drones lanzados por Rusia durante la noche, de los que aseguran haber neutralizado 61 de ellos. Pese a ello, se han registrado varias explosiones, como la que en Zaporiyia ha dejado al menos 22 heridos, tras ser alcanzado un edificio residencial. Por otra parte, se ha producido un curioso incidente en Odesa, asegurando el Servicio de Seguridad de Ucrania haber neutralizado un grupo operativo de la inteligencia militar rusa que estaría preparando, supuestamente, la toma del poder en Odesa por medio de la violencia.

Del lado contrario no hemos encontrado noticias relativas a lanzamientos ucranianos o incidentes de ningún tipo. Pese a ello, desde el Ministerio de Defensa ruso han hablado del supuesto derribo durante la última jornada de: «un misil táctico operacional ATACMS de fabricación estadounidense, tres misiles guiados de largo alcance Neptune, dos bombas guiadas Hammer de fabricación francesa, un misil HIMARS de fabricación estadounidense y 35 vehículos aéreos no tripulados». Lo que sí ha ocurrido, resultando en otro incidente curioso, es la destrucción de un helicóptero de transporte ruso Mi-8 en Omsk (Siberia) por parte de una pareja de adolescentes rusos, presuntamente tras recibir una oferta económica a través de Telegram para hacerlo.

En lo relativo a los combates y los movimientos, comenzamos como cada día por el sector de Kursk, el más septentrional del frente. Allí, pese a las noticias relativas a un nuevo avance ucraniano en dirección a Glushkovo -en la zona en la que las AFU buscaron abrir un segundo eje-, no está claro el alcance de la operación ni su progreso. En cuanto al eje principal, se ha hablado de un avance ucraniano en dirección a Kamyshovka.

En el sector de Kupiansk continúa la dinámica de jornadas anteriores, con las tropas rusas acercándose paulatinamente a Kruhkyakivka, a orillas del Oskil, mientras más al sur, en Kreminna, se continúa combatiendo en Nevs’ke, si bien hay fuentes que dan por hecha su toma.

Sin novedades importantes procedentes de Chassiv Yar, pasamos directamente a Toretsk, al noroeste de Gorlóvka, en donde las fuerzas rusas se habrían consolidado definitivamente en la zona al este de Niu-York, como adelantábamos en informes previos, al tiempo que continúan buscando avanzar hacia el centro de Toretsk.

En cuanto al sector de Pokrovsk-Kurajove, lo más relevante continúa ocurriendo al sur del mismo, en dirección a esta última localidad, tanto desde el saliente, en donde las tropas rusas habrían tomado la escombrera junto a la vía férrea y, además, según algunas fuentes tomado tanto Zhelanne Pershe como Zhelanne Druhe, como desde Mariínka. En este último eje, de hecho, el Ejército ruso estaría buscando ampliar los progresos logrados en horas anteriores en Hostre, con la intención de llegar a Ostrivs’ke y, con ello, al Vovcha.

Por último, en el sector de Vuhledar se estarían cumpliendo las peores previsiones, con sucesivos avances rusos que incrementan la amenaza sobre esta población, cada vez más rodeada y para la que la llegada de suministros ha de hacerse bajo el alcance de la artillería y los drones del Ejército ruso. Así, en las últimas horas han seguido los ataques en dirección a Novoukrainka, así como desde Vodyane. Todo al tiempo que los infantes rusos comienzan a lanzar ataques prácticamente frontales contra el núcleo urbano de Vuhledar, caracterizado por la existencia de edificaciones de cierta altura, aunque en lugar de hacerlo desde el sur, en donde el terreno es más favorable a la defensa, en esta ocasión lo hacen desde el este.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Como hemos venido comentando en informes anteriores, las próximas jornadas estarán centradas en los encuentros de alto nivel en el marco del 79º periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU) en Nueva York. Durante la próxima jornada, además, se espera que se reúna el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) en presencia del presidente Zelenski.

En una entrevista con ABC News, el mandatario ucraniano también ha afirmado que Ucrania está “más cerca de la paz de lo que pensamos”, en clara relación a la presentación del su “plan de victoria” al presidente Biden durante su estancia en EE. UU. Asimismo, Zelenski ha pedido tanto a EE. UU. como a otros socios de Ucrania que sigan apoyando a su país, ya que ellos solo pueden presionar al presidente Putin para que “ponga fin a la guerra teniendo una posición fuerte”. Esto lo conseguirá, defiende, a través del plan de victoria que fortalecería rápidamente a Ucrania y es esto lo que “obligará a Putin a sentarse en la mesa de negociaciones”. No obstante, sostiene que Putin “no desea poner fin a la guerra en términos razonables” y “finge querer dialogar [pero] es retórica vacía”, mientras que Ucrania ofrece una Fórmula de Paz.

Igualmente, y aunque los detalles del plan siguen sin revelarse, Zelenski recuerda que con anterioridad al inicio de la invasión Kiev había pedido dos cosas: sanciones preventivas y un refuerzo preventivo de Ucrania con diversas armas.

Con todo, en su discurso en la entrega de premios de la “Academy of Achievements” estadounidense, Zelenski subrayó que los próximos meses serán “decisivos”, instando a los aliados a actuar más rápido y “definir cuál será el resultado [de la guerra]”, si bien apuntan que “no tenemos mucho tiempo”. Sobre esto, añadió que “No debemos perder los próximos meses en la guerra, para no perder las próximas décadas”.

En cuanto a las primeras reuniones mantenidas por las autoridades ucranianas, destaca la de Zelenski con el canciller alemán Olaf Scholz para discutir especialmente la situación en el campo de batalla. Asimismo, acordaron una mayor cooperación en formatos internacionales y discutieron pasos conjuntos hacia una paz justa, incluida la implementación de los acuerdos resultantes de la primera Cumbre de Paz y los preparativos de la segunda. No obstante, el presidente Zelenski dejó claro que Ucrania “no apoyará ninguna iniciativa de paz alternativa que pueda romper la integridad de la comunidad internacional”.

Asimismo, ha tenido ocasión de reunirse con el secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, para discutir “en detalle cómo mantener unida a la comunidad internacional en la búsqueda de la paz y asegurar la eficacia de los esfuerzos globales”, pero también con el primer ministro japonés, Fumio Kishida, sobre la situación energética del país.

No obstante, cabe destacar que durante su paso por el Estado de Pensilvania donde, recordemos, visitó una fábrica de munición en Scranton, la región de Zaporiyia y dicho Estado han firmado un acuerdo de cooperación. En particular, han previsto la realización de proyectos económicos conjuntos para restaurar la infraestructura destruida y crear puestos de trabajo, pero también se prevé la interacción entre las autoridades estatales, instituciones científicas, las organizaciones civiles y las empresas en campos como la energía, la agricultura, las tecnologías digitales y la defensa.

Además, el presidente Zelenski ha tomado la palabra en la sesión plenaria de la Cumbre para el Futuro donde se ha centrado en destacar los trabajos de cara a la segunda Cumbre de Paz que tendrá lugar en noviembre.

https://twitter.com/ZelenskyyUa/status/1838320085536248282

Por su parte, el ministro de Exteriores, Andrii Sybiha, ha iniciado sus trabajos en Nueva York reuniéndose con su homólogo sudafricano, Ronald Lamola, después de haber hablado por teléfono en las jornadas previas. Durante su encuentro, Lamola ha confirmado que Sudáfrica participará en la segunda Cumbre de Paz. A esta reunión le ha seguido un encuentro con Diana Mondino, su contraparte argentina, a quien le ha subrayado especialmente los peligros que Rusia está planteando a la seguridad nuclear. Asimismo, se ha reunido con el ministro de Kyrguistán con el propósito de fortalecer sus relaciones bilaterales a nivel económico y comercial; con el secretario general del Consejo de Cooperación del Golfo para discutir sobre la Fórmula de Paz, la navegación en el Mar Negro y la seguridad alimentaria global y; con su homóloga japonesa ha abordado la coordinación para la implementación de la Fórmula, pero también el rol de Japón y sus empresas en la recuperación de Ucrania, así como sobre el incremento de su asistencia energética. Por último, ha mantenido un encuentro con su contraparte brasileña para hablar sobre la Fórmula, así como sobre los datos con los que cuentan sobre la amenaza de que Rusia está preparando un ataque contra el sistema de energía nuclear ucraniano.

No obstante, el mayor encuentro en el que ha participado ha sido en la reunión ministerial del G7+ centrada en la resiliencia energética ucraniana. Al término del encuentro han emitido una Declaración en la que, entre otros, condenan los continuos ataques con misiles y drones de Rusia contra la infraestructura energética ucraniana y sus ciudades, así como la apropiación de la central nuclear de Zaporiyia, se comprometen nuevamente a apoyar la recuperación y construcción del país, y reconocen la necesidad de proporcionar asistencia internacional para proteger dicha infraestructura (incluso mediante el fortalecimiento de las capacidades de defensa aérea),

Por su parte, el presidente de Irán, Masud Pezeshkian, atendiendo a los medios al margen de la AGNU afirmó que quiere discutir con Occidente la “agresión” rusa en Ucrania, la cual afirma que nunca han aprobado, y sigue negando que su país haya proporcionado armas a Rusia.

Siguiendo con la ayuda, pero a Kiev, la primera ministra danesa, Mette Frederiksen, defiende que los aliados deben levantar las restricciones al uso de armamento en territorio ruso. Frederiksen rechaza la idea de que esto supondría una escalada y considera inútil el debate sobre “las líneas rojas” que está teniendo lugar en Washington o Londres.

Mientras tanto, desde Países Bajos siguen buscando socios que suministren componentes para el sistema de defensa aérea Patriot prometido a Ucrania. En particular, el ministro de Defensa del país, Ruben Brekelmans, afirmaba en una entrevista: “Sólo puedo hablar de lo que entregamos. Hemos suministrado un sistema de radar y muy pronto suministraremos tres lanzadores. También estamos intentando encontrar otros elementos necesarios para completar el sistema. Y hay varios países que también quieren ayudar a Ucrania. Están haciendo lo mejor que pueden. Pero encontraron algunos problemas por los cuales este sistema no se puede ensamblar”.

Desde el Reino Unido, no obstante, las noticias son positivas ya que el Ministerio de Defensa planea adquirir 300 drones FPV por importe de 2 millones de euros para ayudar a Ucrania a hacer frente a sus necesidades a través de la “Coalición de Drones”. Con la licitación lanzada buscan adquirir hasta 15 lotes de drones FPV, compuesto cada uno por 20 unidades y opciones asociadas, capaces de transportar una carga útil de más de 5 kg. La intención del Reino Unido es que aquellos drones que cumplan con los estándares requeridos sean considerados para una producción a mayor escala, llegando potencialmente a 500 drones por mes.

Mientras tanto desde Rusia, el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, a colación de las últimas declaraciones del presidente Macron, ha defendido que “es evidente que, como la arquitectura de seguridad en Europa está cambiando a pasos agigantados, es necesario reconstruirla de nuevo”. Al mismo tiempo señaló que esto requerirá grandes esfuerzos en el futuro y que garantizar los intereses legítimos de seguridad de Rusia es un asunto de especial preocupación para el Kremlin.

Moviéndonos hasta Turquía, el presidente del Parlamento turco ha afirmado en una entrevista para TASS que espera reunirse con el presidente Putin el próximo miércoles y trasmitir “una vez más los saludos del señor Erdoğan al pueblo ruso, el deseo de amistad y cooperación”.

Por último, y cambiando de tercio, los representantes rusos han sido excluidos de las ceremonias que conmemoran el 80º aniversario de la liberación de Auschwitz-Birkenau por tercer año consecutivo. Según el museo que lleva el nombre del campo, “tal presencia sería cínica”, ya que en este evento no solo se recuerda a las víctimas, sino que también se celebra la libertad, y consideran que Rusia “claramente no comprende el valor de la libertad” calificando la invasión rusa como “un acto de barbarie”.


Comentarios

2 respuestas a «Guerra de Ucrania – Día 943»

  1. Realmente resulta difícil saber qué puede ofrecer Zelensky de decisivo para que Rusia «tema perder la guerra» y negocie. Esperemos que sea algo más que palabras para elevar la moral, porque si fuera así, eso eleva la moral de momento pero a la larga es contraproducente.

  2. ¿Qué pretende Irán buscando discutir con Occidente la guerra de Ucrania? ¿O simplemente son comentarios de cara a la galería?
    ¿Y por qué siguen negando haber proporcionado armamento a Rusia?

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