El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ya está en los Estados Unidos, en donde tomará parte en la Asamblea General de las Naciones Unidas y, además, presentará su «Plan para la Victoria de Ucrania» tanto al presidente norteamericano como a los dos candidatos a la Casa Blanca. Al mismo tiempo, el presidente francés, Emmanuel Macron, desaparecido durante los últimos meses en relación con la guerra de Ucrania dada la situación política de su país, se ha pronunciado acerca de Rusia, afirmando que Tendremos que pensar en una nueva forma de organización para Europa y repensar nuestra relación con Rusia después». Mientras esto sucede, sobre el terreno continúan los combates, con el Ejército ruso avanzando lentamente en el este de Ucrania y las Fuerzas Armadas de este país gestionando sus fuerzas para ralentizar los progresos de su enemigo a la espera de que el desgaste impuesto, sumado a la llegada de las lluvias, les ofrezca un respiro y les permita prepararse con cierta calma para el próximo año.
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El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, ha llegado a los Estados Unidos para presentar su «Plan para la Victoria de Ucrania» (sobre el que se continúa especulando) tanto ante Joe Biden, como ante los candidatos a la presidencia Kamala Harris y Donald Trump. Ahora bien, la primera visita de Zelenski no ha sido a miembros de la clase política norteamericana, sino a las instalaciones de la Planta de Municiones del US Army de Scranton (SCAAP) -en realidad, operada por el gigante General Dynamics– en donde se producen disparos de 155mm, agradeciendo a sus trabajadores el esfuerzo y el apoyo y hablando sobre cómo la democracia debe prevalecer.
Ni la visita a la fábrica, ni las palabras dirigidas tanto a los trabajadores como a la sociedad no ya norteamericana sino occidental en general son casuales. Si bien Zelenski participará en las próximas horas en la Asamblea General de las Naciones Unidas y si bien seguimos sin saber apenas nada sobre su «Plan para la Victoria», lo que sí es cada vez más patente es que los ucranianos están en la necesidad de buscar un mayor compromiso por parte de un Occidente dividido en algunos aspectos y que, en función del país del que hablemos, ve en la guerra de Ucrania mucho más una guerra por delegación que una guerra por la supervivencia de un país; no es de extrañar que muchos ucranianos pidan a «Occidente» que se pronuncie claramente acerca de lo que esperan de la guerra y de hasta qué punto están dispuestos a apoyar o no a Ucrania.
Es, sin embargo, una pregunta un tanto baladí y, además, con importantes dosis de autoengaño, toda vez que no existe nada parecido a un «Occidente», ni siquiera teniendo en cuenta organizaciones como puedan ser la OTAN, el G7 u otras, siempre divididas pese a cumplir con su función básica. Los intereses de unos y otros componentes de lo que podríamos denominar «Occidente» son radicalmente distintos en algunos casos, así como las visiones sobre el papel de unos y otros dentro del colectivo.
Además, con el añadido de que según de quién hablemos su postura tiende a ser más realista o idealista; todos padecen problemas internos de un tipo u otro que les hacen desviar la atención de Ucrania y en última instancia todos afrontan dificultades presupuestarias, escasez de material, etc, sea en mayor o menor medida. Por supuesto, países como los Estados Unidos, además, ven lo que ocurre en Ucrania como parte de un desafío mayor, concentrando su atención en lo que consideran la amenaza principal: China, a un nivel muy por encima de la que dedican a una Rusia que consideran suficiente con seguir desgastando.
Es decir, que por más que Ucrania intente incidir sobre los líderes e incluso sobre los habitantes de las naciones que conforman Occidente, resulta extremadamente difícil que puedan obtener algo tan elusivo como una «postura común» y, mucho menos, apoyos decididos a largo plazo; algo intrínsecamente complicado en sistemas políticos que funcionan en ciclos de cuatro o cinco años y, además, sin sincronización ninguna, pues los ciclos de unos y otros se solapan. Un aspecto que se deja notar, por ejemplo, en relación con el permiso para atacar territorio ruso, que podría ser muy importante de cara a obtener un resultado aceptable en futuras negociaciones (los ataques llevados a cabo con medios puramente ucranianos son muy significativos en este sentido de lo que podrían llegar a ser de contar con medios más contundentes) y que parece entrañar más pros que contras, pero que es una cuestión que continúa atascada por el momento.
No es de extrañar que desde Rusia sigan interpretando que el compromiso de «Occidente» con Ucrania es débil y, también, que busquen incidir sobre este a través de la guerra informativa o de la amenaza de escalada, pues les ha dado frutos más que aceptables hasta el momento (eso sí, habrían comenzado a replantearse ciertas tácticas, pues parecen estar perdiendo efectividad; algo lógico tras casi tres años de «líneas rojas» traspasadas sin demasiadas consecuencias).
Pasando a la actualidad puramente militar, después de la oleada masiva de drones rusos lanzada durante la jornada de ayer, todavía no se ha publicado un recuento oficial por parte ucraniana de la actividad en las últimas horas, aunque se han mantenido las alarmas aéreas en el país.
Más allá de esto sí que se ha producido un hecho que, de confirmarse (más allá del vídeo aparecido), sería preocupante: la ciudad de Zaporiyia habría comenzado a ser alcanzada por las bombas planeadoras rusas. De hecho, al menos cuatro personas habrían resultado heridas en el ataque, según las autoridades ucranianas. Dado el papel económico y logístico de Zaporiyia en relación con las AFU, la noticia tiene serias implicaciones más allá de las víctimas y habla sobre la necesidad de acelerar la entrada en servicio no solo de los cazabombarderos donados por sus aliados, sino también de medios aire-aire de mayor alcance.
También preocupante es, aunque en este caso los procesos de adaptación siguen otros derroteros ya que dependen más de los recursos propios que de la ayuda exterior, el hecho de que las Fuerzas Armadas rusas hayan comenzado a equipar aparentemente sus medios de reconocimiento e inteligencia con sistemas de guerra electrónica que les permitan protegerse de los drones que ucrania emplea en tareas C-UAS.
Dicho esto, del lado ruso no hay reportes de víctimas o de nuevas instalaciones alcanzadas, si bien el Ministerio de Defensa de este país ha hablado de «seis bombas guiadas Hammer de fabricación francesa, seis misiles HIMARS de fabricación estadounidense, dos misiles guiados antiaéreos S-200 convertidos para disparar contra objetivos terrestres y 106 vehículos aéreos» derribados. Sigue, eso sí, sin saberse demasiado sobre el origen del importante incendio localizado en Rostov, que algunos achacan a la acción de un misil Neptune ucraniano.
En cuanto a los combates y los movimientos, dado que el informe de ayer fue publicado más tarde de lo habitual, no se han producido demasiados cambios. En el sector de Kursk, por ejemplo, la situación se mantiene prácticamente estática, mientras las tropas rusas bombardean posiciones ucranianas en el extremo más septentrional del sector, cerca de Kamyshevka.
Más activo está en los últimos días el sector de Kupiansk, en donde las tropas rusas continúan en su intento de alcanzar el río Oskil desde Pischane, algo que según algunas fuentes ocurrirá en pocos días y permitirá a Rusia dividir la cabeza de puente ucraniana en Lugansk. Dicho lo cual, los últimos avances han continuado teniendo lugar al suroeste del saliente, en dirección a Kruhlakivka, como explicamos en el informe anterior. Todo mientras a la altura del Zherebets el control ruso en la margen oriental de este río es cada vez mayor.
Sin novedades ni de Siversk, ni de Chassiv Yar, pasamos una vez más al sector de Toretsk, en donde cada vez más fuentes hablan de consolidación rusa en Niu-York (recordemos que un contragolpe ucraniano permitió a las AFU retomar buena parte del terreno perdido hacia el interior de esta localidad); también las que consideran que los ucranianos se han retirado del área al este de Neplivka, acortando así el frente, que ahora se centra en Toretsk.
Cambiando al sector de Pokrovsk-Kurajove, y dado que seguimos manteniendo que resulta difícil que Rusia intente un asalto directo sobre Pokrovsk, al menos en las próximas semanas, nos centramos en dos puntos. En primer lugar, en la parte meridional del saliente, en donde las tropas rusas continúan intentando rodear Selydove desde Ukrainsk, para lo cual intentan hacerse con la escombrera entre las dos localidades al mismo tiempo que en dirección sur atacan Górnik. En segundo lugar, en lo que era el sector de Mariínka, pues se confirma por distintas fuentes la presencia rusa en la cárcel al oeste de Hostre.
Por último, en el sector de Vuhledar, que forma un continuum con el anterior, la situación continúa como explicamos ayer, con el Ejército ruso buscando rodear esta localidad desde este y oeste, para lo cual buscan progresar tanto hacia el noreste de Prechystivka, como hacia el oeste de Vodyane.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Esta jornada que pone fin a una semana intensa de reuniones y declaraciones, no son más -como hemos señalado en los últimos informes- el preludio de lo que será la próxima semana, marcada por los encuentros al más alto nivel en la Asamblea General de las Naciones Unidas.
A última hora de la jornada, el presidente Zelenski anunciaba que ponía rumbo a Estados Unidos para presentarle al presidente Joe Biden en la Casa Blanca su “plan de victoria”, defendiendo que “Esta guerra solo puede terminar con una paz justa gracias a los esfuerzos internacionales”. No obstante, la primera parada en su viaje ha sido Pensilvania. En dicho Estado, el líder ucraniano ha visitado una fábrica de proyectiles de artillería 155 mm en la localidad de Scranton.
Desde Francia, el presidente Emmanuel Macron considera que “Tendremos que pensar en una nueva forma de organización para Europa y repensar nuestra relación con Rusia” tras la guerra en Ucrania. De este modo, opina que “debemos ser lo suficientemente imaginativos para pensar en la paz del mañana, una paz en Europa bajo una nueva forma”. Sin embargo, sus declaraciones no terminaron ahí, sino que el presidente galo pide “construir un nuevo orden internacional” al considerar que “nuestro orden, hoy, es incompleto e injusto” dado que “muchos de los países más poblados no existían cuando se distribuyeron los escaños” en relación con la representación en organizaciones como las Naciones Unidas u organismos como el Banco Mundial. Así, el presidente galo se ha comprometido a trasladar este asunto nuevamente a los líderes mundiales en la 79ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
A colación de las Naciones Unidas, desde el gobierno y presidencia ucranianas han dado la bienvenida a la adopción del “Pacto para el Futuro” de la ONU. De un lado, Zelenski ha enfatizado que a pesar de todos los obstáculos “el mundo ha logrado unirse en torno a la visión de un futuro justo y seguro”. Sin embargo, para el mandatario ucraniano “este futuro solo es posible si la mayor guerra en Europa desde la Segunda Guerra Mundial termina de acuerdo con la Fórmula de Paz que se basa en los objetivos y principios de la Carta de las Naciones Unidas, así como en la necesidad objetiva de seguridad global”. Asimismo, una vez más ha insistido en que “el mundo necesita liderazgo y determinación”.
De otro, el ministro de Exteriores, Andrii Sybiha, afirma que “este no es el futuro que Rusia desea, ya que intentó hacer fracasar el Pacto durante las negociaciones” y durante la propia jornada en la apertura de la Cumbre sobre el Futuro. Sin embargo, Sybiha subraya que “Rusia quedó aislada y los Estados miembros se negaron incluso a discutir su enmienda”.
Desde el Kremlin, sin embargo, siguen defendiendo que desde Occidente “están obsesionados con la idea de luchar contra nosotros [Rusia] hasta el último ucraniano”. Estas declaraciones del portavoz Dmitri Peskov se han dado en respuesta a las recientes declaraciones del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, acerca de que no hay que tener miedo de usar armas occidentales en territorio ruso dado que esto no sería una línea roja que provoque una escalada por parte de Moscú. Para Peskov, estas declaraciones “tan irresponsables” se han permitido dado que Stoltenberg dejará de ser en los próximos días Secretario General.
Pasando a la ayuda militar de un lado y de otro, Irán ha enviado misiles balísticos Fath-360 a Rusia, pero según fuentes entrevistadas por Reuters, no han suministrado lanzadores móviles. No obstante, el Ministerio de Defensa ruso, el Consejo de Seguridad Nacional de EE. UU., el Pentágono y la misión de Irán ante las Naciones Unidas se han negado a hacer comentarios por el momento.
Del lado de Ucrania, el ministro de Defensa, Rustem Umerov, ha anunciado que están negociando con sus aliados la transferencia de aviones de combate suecos Gripen y europeos Eurofighter. En sus propias palabras: Ya tenemos compromisos de nuestros socios sobre los cazas F-16 y sobre los cazas Mirage. Se están llevando a cabo consultas sobre los cazas Gripen y sobre los cazas Eurofighter. Es una lista muy buena de plataformas y estamos discutiendo cuándo comenzarán”. Según el Ministro, en estos momentos Ucrania está negociando cuántas brigadas de aviación y aparatos necesita. Cabe recordar que, en el caso de los Gripen suecos, el ministro de Defensa Pål Johnson ya señaló a principios de este mes que “En la actualidad, la transferencia del JAS Gripen a Ucrania no es una opción viable, ya que interferiría con la introducción prioritaria de los cazas F-16”. No obstante, el Gobierno sueco afirmaba estar trabajado en las condiciones para un posible apoyo futuro de sus cazas a Ucrania.
Por su parte, la Embajada de Alemania en Ucrania ha donado 14 pickups a la Guardia Nacional de Ucrania para fortalecer la protección de las infraestructuras críticas. No obstante, 16 unidades más estarían en camino.
Antes de pasar al plano cultural, la Fuerza Aérea de Letonia ha informado acerca de la intercepción de seis aviones rusos sin plan de vuelo y con los transpondedores apagados sobre la región del mar Báltico los días 20 y 21 de septiembre. Una vez interceptados, los seis aparatos rusos fueron escoltados por Eurofighters fuera del espacio aéreo de la OTAN.
Para concluir, la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE) ha pospuesto la decisión de levantar las sanciones contra los ajedrecistas rusos y bielorrusos lo que implica que sigan compitiendo bajo estatus neutral y no se celebren competiciones en Rusia y Bielorrusia. En particular, un total de 66 delegados votaron a favor de celebrar consultas con el Comité Olímpico Internacional (COI) y el Comité Paralímpico Internacional (CPI) sobre la clasificación de estos participantes en las pruebas por equipos. No obstante, es cierto que un total de 41 delegados votaron a favor de mantener las sanciones, 21 a favor de levantarlas y 11 se abstuvieron.
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