Jornada protagonizada por la visita a Ucrania del secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, y de su homólogo británico, David Lammy, para hablar tanto sobre el apoyo militar, como sobre la segunda Cumbre de Paz Global y, por supuesto, acerca del empleo de armas de largo alcance contra el territorio ruso. Por el momento, el único compromiso arrancado por el Gobierno de Zelenski a su socio estadounidense ha sido el de que tanto el presidente Biden como el primer ministro británico, Starmer, tratarán el tema en los próximos días para tomar una decisión común, si bien medios británicos han publicado que la decisión -favorable- ya ha sido tomada. Mientras tanto, sobre el terreno continúan tanto el contraataque ruso en Kursk, como toda una serie de acciones encaminadas a batir cualquier concentración ucraniana en Sumy que pueda ponerlo en peligro. Todo en una jornada en la que las VVS han perdido un Su-30SM en el Mar Negro, pereciendo los dos pilotos y en la que desde la región rusa de Murmansk han denunciado nuevos ataques ucranianos con drones.
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Como suele ocurrir en estos casos, aunque las perspectivas previas a la visita de Blinken a Ucrania eran buenas, finalmente no se ha producido el esperado anuncio del permiso a este último país para que pueda emplear el armamento de largo alcance suministrado por Occidente de cara a atacar el territorio ruso. Deberán pues en Kiev esperar al menos unos días más, hasta que se produzca una reunión entre el presidente norteamericano, Biden y el primer ministro británico, Starmer, de forma que puedan pactar una posición común. Eso sí, medios británicos como The Guardian dan por hecho el acuerdo, publicando que solo quedan algunos detalles por cerrar antes del previsible anuncio.
En relación con esto, si ayer hablábamos de cómo los Estados Unidos han primado en todo momento la gestión de la escalada y el desgaste (bloodletting) de Rusia por encima de cualquier otro factor, tenemos que nada de esto parece que vaya a cambiar en absoluto en los próximos meses. Los Estados Unidos continúan preocupados por la posible escalada y desde Moscú siguen alentando estas preocupaciones, por lo que las decisiones que se tomen, incluso favorables, serán graduale. Todo de forma que una vez ser permita atacar a Rusia por ejemplo con ATACMS, será a objetivos puramente militares y posiblemente aprobados individualmente desde Washington.
Y es que la postura estadounidense respecto a Ucrania, a pesar de que la ayuda va a continuar, no va a cambiar de la noche a la mañana por arte de magia. Menos aun hasta que se aclare el futuro político del país -mucho más favorable ahora para los demócratas que hace solo unas semanas- y que la estrategia para Ucrania sea o no aprobada. Dicho lo cual, sí parece factible que desde este país se conceda un mayor apoyo a Ucrania por ejemplo de cara a la organización de una segunda Cumbre de Paz Global en la que Rusia ha dejado claro que no va a participar mientras las AFU continúen en su territorio.
Volviendo sobre el armamento de largo alcance y la situación en el frente, no deja de ser curioso que en este momento, en el que a Ucrania le interesaría contar de forma inmediata con permiso para utilizar misiles como los Storm Shadow o los ATACMS contra distintos objetivos como las concentraciones rusas necesarias para lanzar las acciones que se están viendo en Kursk, y a pesar de que el anuncio del permiso parecía inminente, la cuestión se haya postergado una vez más. No se trata de pensar mal, porque no tenemos todos los elementos de juicio necesarios y no está nada claro que las AFU se vayan a retirar inmediatamente de Kursk. Sin embargo, se diría que tanto el retraso en la concesión del permiso como el poco interés puesto por Kiev (que ha retirado a sus mejores unidades de la zona) en mantenerse en Kursk con garantías apuntan a que se está buscando una salida a una decisión de la Administración Zelenski y de la cúpula militar ucraniana que no gustó en Washington.
Dicho esto, es posible que una hipotética salida ucraniana de Kursk, aunque sea gradual y salvando la cara, sea vista con buenos ojos en la capital estadounidense y sea una de las condiciones no solo para el permiso de cara al uso del armamento de largo alcance (la excusa para esta decisión la ha ofrecido Teherán), sino también para una mayor implicación en la organización de una segunda Cumbre de Paz Global que, sin Rusia, no sería más que un esfuerzo baldío como ocurrió con la primera.
Todo lo anterior, en cualquier caso, nos lleva una y otra vez a un problema fundamental: la diferencia entre la percepción de la amenaza y las acciones tomadas para combatirla, no solo de Washington sino también de Kiev, en relación con el problema que presenta Rusia. Y es que a pesar de que hay indicios sobrados de que este país se cree inmerso en una guerra existencial (han sido muy claros al respecto) no solo contra Ucrania y de que, con la actual situación sobre el terreno sus incentivos para pactar una paz (y, lo que es peor, para respetar sus términos a medio y largo plazo), son escasos, en ningún caso se ha prestado a Ucrania el grado de apoyo que habría sido necesario para ir mucho más allá del citado bloodletting, ni este país se ha empeñado en una movilización total como correspondería a una guerra por la supervivencia del país. Un interrogante para el que no tenemos respuestas, pero que sin duda será -especialmente en relación con la forma en la que Rusia ha gestionado la amenaza de escalada-, tema de estudio durante largos años.
Más allá del nivel político-estratégico, la guerra se sigue desarrollando en los niveles más bajos, una jornada más con intercambios de golpes a larga distancia. Así, por ejemplo, desde Ucrania aseguran haber derribado en las últimas horas una veintena de drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), si bien Rusia habría lanzado en total 34 de estos, así como también un misil balístico Iskander, dos misiles S-300 en función de ataque a tierra y seis misiles antirradiación. Las defensas aéreas han estado activas, dicho esto, en regiones como la de Kiev o Dnipró. Además, se han producido impactos en el distrito de Kamianske, en esta última, resultando heridas al menos dos personas, o en Chernígov entre otros.
Del lado contrario, se han producido diversos ataques ucranianos contra territorio ruso o controlado por Rusia. Uno de ellos, que se puede ver sobre estas líneas, ha causado la destrucción de un depósito de municiones en la ciudad ocupada de Mariúpol. Por otra parte, ha descarrilado un tren en la región fronteriza de Bélgorod, en lo que algunos atribuyen a un sabotaje ucraniano o incluso a un ataque con cohetes guiados contra la infraestructura ferroviaria. Además de esto, las autoridades de la región norteña rusa de Murmansk han denunciado nuevos ataques ucranianos con drones, que habrían llevado a suspender la actividad en el aeropuerto de Apatity.
Por último, hace unas horas diversas fuentes, incluidas las rusas, confirmaban la pérdida de un cazabombardero Su-30SM sobre el mar Negro, mientras efectuaba un lanzamiento de misiles. En este caso, a pesar de que varias cuentas proucranianas hablaron rápidamente de un posible primer derribo de los F-16 suministrados a las AFU, el mérito correspondería a las unidades especiales ucranianas, que habrían empleado para ello un MANPAD.
En cuanto a los combates y los movimientos, comenzamos por el sector de Kursk, en donde siguen en marcha una serie de acciones rusas al oeste del mismo destinadas a expulsar a las AFU y que están siendo acompañadas por numerosos ataques contra las concentraciones de tropas y material ucranianos en la vecina región de Sumy, de forma que no puedan prestar apoyo. Por el momento, el Ejército ruso habría logrado avanzar entre Korenevo y Snagost -a la espera de más información sobre el número de unidades implicadas y su objetivo-, así como retomado varias localidades intermedias. Es muy posible en cualquier caso que intenten ganar la espalda del despliegue ucraniano desde el oeste y tomar el área de Liubimovka, poniendo al resto de unidades de las AFU en Kursk en una situación difícil, si bien también asumen riesgos al hacerlo.
De Kursk pasamos directamente al sector de Toresk, ante la falta de noticias relevantes (lo que no implica ausencia total de noticias) procedentes de Járkov, Kupiansk, Siversk o Chassiv Yar. Allí, el Ejército ruso ha intentado en las últimas horas avanzar nuevamente hacia el interior de esta ciudad por una de sus principales arterias, posiblemente con la intención de alcanzar la zona de la mina, situada al suroeste.
El grueso de la acción, en cualquier caso, sigue teniendo lugar más al sur, en Pokrovsk. Esta ciudad, que ya ha sido anulada en la práctica como nodo logístico (está al alcance de la artillería rusa y no solo de su aviación), difícilmente puede constituir el objetivo ruso, pues tomarla supondría un considerable desgaste de medios materiales y humanos que para los objetivos de Moscú tendrían mejor uso en otras partes del sector. Pese a ello, el Ejército ruso continúa atacando en dirección a la propia Pokrovsk, como ocurre en casos como los de las poblaciones de Sukhyi Yar y Lysivka o, más al sur de estas, en dirección a Selydove. Ahora bien, la mayor parte de los esfuerzos parecen estar concentrándose todavía más al sur, hacia Ukrainsk y en dirección a Kurajove. En el primer caso, las tropas rusas han logrado tomar posiciones en zonas céntricas de esta localidad. En el segundo, han realizado diversos reconocimientos hacia la cercana Gornik. Además, también presionan para, poco a poco, ir rellenando el espacio que estarían dejando las fuerzas ucranianas al este del río Vovcha.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Como era previsible, la actividad institucional y diplomática durante la semana ha ido in crescendo. Desde la visita de los secretarios de Estado de EE. UU. y Reino Unido a Kiev, al anuncio del 11º paquete de ayuda militar por parte de Croacia pasando por la 4ª edición de la Cumbre de la Plataforma de Crimea, entre otros.
Empezando por la visita de los secretarios Blinken y Lammy a Kiev, a su llegada estos han sido recibidos por el presidente Zelenski quien ha afirmado que ha mantenido conversaciones “muy sustanciales” sobre “todas las cuestiones esenciales” con sus socios, así como que “es importante que se escuchen los argumentos ucranianos”.
Según recoge Bloomberg, Blinken y Lammy le habrían trasladado al presidente Zelenski que necesitan que presente una estrategia detallada antes de autorizar a las AFU a emplear armas de largo alcance en suelo ruso. Esto les permitiría “comprender mejor a qué apunta Kiev y por qué (…) antes de tomar una decisión”.
En el comunicado oficial emitido por el Departamento de Estado de EE. UU., no obstante, nada de esto figura, limitándose este a decir que durante la reunión con Zelenski han repasado los próximos compromisos diplomáticos, incluida la Asamblea General de las Naciones Unidas, la importancia de que países de todo el mundo apoyen la soberanía y la integridad territorial de Ucrania y los principios de la Carta de la ONU, pero también hablaron sobre el progreso de Ucrania hacia la membresía en la UE y la OTAN, y los esfuerzos en curso para atraer inversiones y fortalecer las instituciones ucranianas.
Cabe destacar también los anuncios de Estados Unidos y el Reino Unido acerca de nueva ayuda. De un lado, Blinken anunció una nueva ayuda económica de 717 millones de dólares, repartidos para energía (325 millones), ayuda humanitaria que incluirá el suministro de agua potable (290 millones) y para trabajos de remoción de minas (102 millones).
De otro, Lammy confirma que el Reino Unido entregará “centenares” de misiles antiaéreos a Ucrania en 2024, así como una ayuda de 768 millones de dólares para necesidades humanitarias, energéticas y de estabilización inmediatas, y para apoyar las reformas, la recuperación y la reconstrucción del país. En las últimas horas, además, Londres ha sancionado a 10 buques rusos que forman parte de la llamada “flota en la sombra” y que se estarían empleando para transportar petróleo alrededor del mundo evitando las sanciones internacionales.
Durante su encuentro con su homólogo ucraniano, Blinken y Lammy han discutido sobre el asunto más previsible: cómo fortalecer la defensa y la resiliencia de Ucrania. Sybiha les ha pedido una “respuesta común, firme y decisiva”, ya que “los rusos (…) atacan cada vez más instalaciones cercanas a las fronteras de la OTAN” y “un paso digno y correcto” sería derribarlos.
Asimismo, Blinken y Lammy se han reunido, por separado, con el primer ministro Denys Shmyhal, siendo el secretario estadounidense quien le ha trasladado que tienen la firme intención de seguir apoyando a Ucrania de dos manera: 1) asegurarse de que tenga lo que necesita para superar los desafíos inmediatos que plantea la agresión rusa en curso e incluso su intensificación, y; 2) asegurarse de que Ucrania pueda mantenerse firme por sí misma durante mucho tiempo en lo militar, económico y diplomático.
Por supuesto, otro de los temas que ha estado sobre la mesa ha sido el energético. Quizá lo más destacable de la jornada han sido las declaraciones del ministro de Energía, German Galushchenko pidiendo que se impongan “ahora” sanciones contra toda la industria nuclear rusa, ya que no habría “otra respuesta rápida al terrorismo energético ruso”.
En relación con la cuestión energética, la aun comisaria de Energía de la UE, Kadri Simson, ha expresado que “Europa está plenamente comprometida” con la eliminación progresiva del gas ruso y que “está lita para vivir sin este gas ruso procedente de la ruta de tránsito a través de Ucrania”. Según la comisaria, la dependencia de Rusia se ha reducido dl 45% en 2021 al 15% en 2023 y de cara al próximo invierno la UE alcanzó el objetivo de llenado del 90% el pasado 19 de agosto, mucho antes de la fecha límite fijada el 1 de noviembre.
Sin embargo, estas no han sido las únicas visitas del día, ya que hasta Kiev se han desplazado el primer ministro de Croacia, Andrej Plenković, el presidente de Lituania, Gitanas Nausėda, y la primera ministra de Letonia, Evika Siliņa, con motivo de la 4ª Cumbre de la Plataforma de Crimea.
Al intervenir en la Cumbre, Nausėda manifestó que Lituania nunca reconocerá la ocupación de los territorios ucranianos y siempre exigirá que Rusia retire sus tropas, al tiempo que apoyan la creación de un tribunal especial para juzgar a los responsables de los crímenes de agresión cometidos en Ucrania. Durante su paso por Ucrania, además, han inaugurado en Kiev el Foro Empresarial de la Industria de Defensa lituano-ucraniana como punto de partida de una nueva etapa en su cooperación. Cabe recordar que hace apenas unos días Lituania confirmó que aportaría 10 millones de euros para financiar el nuevo híbrido entre misil y dron ucraniano, Palianytsia.
El presidente de Lituania, además, ha entregado la Gran Cruz de la Orden de Vitautas el Grande, la más alta condecoración lituana, a la primera dama Olena Zelenska por su contribución, junto con la ciudadanía ucraniana, a la lucha por la libertad y la integridad territorial de Ucrania, pero también por sus logros en el desarrollo de las relaciones entre Lituania y Ucrania.
Por su parte, Plenković aseguró a Ucrania que recibirá más apoyo, incluido en los sectores de la energía, desminado, tratamiento para el personal militar y recreación para los niños ucranianos. Además, subrayó un aspecto muy interesante, pues ofreció la experiencia de los fiscales, jueces y policías croatas especializados en la investigación de crímenes de guerra.
Por último, la primera ministra de Letonia destacó en su mensaje que todos los líderes que habían acudido personalmente a la Cumbre lo habían hecho para reafirmar que “Crimea es Ucrania y que Rusia perderá esta guerra”. Igualmente, Siliņa anunció el tercer paquete de ayuda militar letón desde principios de año, que incluirá vehículos blindados y drones.
El presidente Zelenski durante su discurso dedicó especialmente un apartado a los prisioneros de guerra y los menores ucranianos, mostrando su firme compromiso de no dejar “nada ni a nadie en cautiverio”. De este modo, también incluye los territorios ucranianos ocupados temporalmente, respecto de los cuáles no tienen intención de comerciar.
Igualmente, Zelenski asistió a la Conferencia “United for Justice” en la que puso de manifiesto que cuentan con informes acerca de la comisión de 137.000 crímenes de guerra cometidos por Rusia, incluyendo, entre otros, los ataques en Olenivka, las masacres en Mariúpol y Bucha, y la tortura de ucranianos en Yahidne. De esta forma, recordaba que más de 100 países han ratificado el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional y que Mongolia hizo una excepción al no haber arrestado al presidente Putin en virtud de la orden de arresto que pende sobre él. Para Zelenski, es responsabilidad de todo el mundo “detener la degradación del sistema jurídico” y de “impedir la destrucción de las normas que aún quedan”, aludiendo especialmente a Brasil, país que tendría la intención de invitar al presidente ruso a la próxima Cumbre del G20. Para Zelenski, si esto sucede “significaría otro desacato al Estatuto de Roma”.
Durante su visita, el primer ministro croata Andrej Plenković ha aprovechado la ocasión para anunciar el 11º paquete de ayuda militar de su país a Ucrania tras las discusiones con Zelenski sobre desminado humanitario, recuperación en una etapa de posguerra y la reconstrucción de la infraestructura energética. Sin embargo, no se ha concretado el contenido del próximo paquete de ayuda, si bien el país alcanzaría la suma de 300 millones de euros en ayuda a Ucrania y anteriormente había entregado 14 helicópteros Mi-8, 4 obuses D-30 de 122mm o 15 obuses M-46 de 130mm.
De igual modo, durante su paso por Kiev se ha reunido con el primer ministro Denys Smyhal junto con quien ha presentado el acto de firma de memorandos en los ámbitos de la educación y la justicia. Durante el acto, Shmyhal también ha destacado la apertura de una oficina por parte de la empresa croata DOK-ING en Ucrania, ya que considera que esto ayudará a acelerar el proceso de desminado.
Asimismo, resulta interesante destacar que ha tenido lugar la presentación del Curso de Liderazgo Estratégico para representantes de seguridad y defensa como resultad de la colaboración entre la Universidad de Defensa Nacional de Ucrania y la Universidad de Defensa de Suecia, con asistencia del Departamento de Educación y Ciencia Militar del Ministerio de Defensa y el Programa de Mejora de la Educación de Defensa de la OTAN (DEEP).
Por su parte, en los últimos días el recién nombrado ministro de Exteriores ucraniano, Andrii Sybiha ha mantenido llamadas telefónicas con sus homólogos de Japón, Australia, Azerbaiyán, Albania y Países Bajos. La última llamada se ha producido en las últimas horas y ha sido con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, a escasas dos semanas de que se produzca su relevo por el ex primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte. Durante su conversación discutieron sobre cómo aumentar y mantener la ayuda militar a Ucrania, aumentar la producción de defensa y las inversiones en armamento ucraniano. Igualmente, Sybiha reiteró la “necesidad vital” de que Ucrania pueda emplear el armamento con el que cuenta contra objetivos militares legítimos en Rusia sin restricciones.
Continuando con Rusia, el viceministro de Exteriores, Serguéi Ryabkov, ha declarado que no aceptarán ningún ultimátum en el conflicto ucraniano afirmando que “Los que están en el poder allí [Ucrania] deben abandonar la prohibición de cualquier contacto. Rusia no cederá ante ultimátums, sean del tipo que sean y en cualquier formato que se presenten”. Igualmente, el diplomático subrayó que el acuerdo logrado entre Rusia y países Occidentales sobre el intercambio de prisioneros no ha aumentado la confianza en las relaciones. En relación con esto último, dejaba claro que “Con nuestros adversarios occidentales no tenemos ningún diálogo, salvo el intercambio irregular y no sistemático de advertencias, gestiones y mensajes”.
Maria Zakharova como portavoz del Ministerio de Exteriores ha acusado durante la jornada a Estados Unidos y Reino Unido de estar detrás del ataque de Ucrania a Ramenskoye, reiterando una vez más que el “régimen de Kiev” es solo un instrumento y que son los otros dos socios los que están “moviendo los hilos”. En esta línea, advierte que los esfuerzos de la “llamada oposición no sistémica” que funcionaría como “agente de influencia” no funcionará en su sociedad, dado que considera que esta “comprende perfectamente los objetivos de esta actividad maliciosa de Washington, Londres y todos sus satélites”, así como que “nadie duda de que EE. UU., Reino Unido y toda esta comunidad de la OTAN están detrás de todos los ataques terroristas que se han llevado a cabo en el territorio de nuestro país”.
Por su parte, el presidente Putin ha invitado al Gobierno a considerar la posibilidad de limitar los suministros de algunas materias primas estratégicas como el uranio, el titanio o el níquel a los mercados externos, pero sin perjudicar a la propia Rusia.
Mientras tanto, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se limitaba a declarar una vez más que las acusaciones sobre el suministro de armas a Rusia por parte de terceros Estados “son infundadas”, añadiendo que están desarrollando sus relaciones con varios países cooperando en diferentes esferas y que seguirán haciéndolo en interés de todos los países involucrados.
El ministro de Exteriores iraní, Seyed Abbas Araghchi, negaba la mayor en un mensaje en X en el que afirma que Estados Unidos y otros socios actúan “con información errónea y con una lógica defectuosa”. De un modo tajante decía “Irán NO ha entregado misiles balísticos a Rusia. Punto” y animaba a “los adictos a las sanciones” a que se pregunten “¿Cómo es capaz Irán de fabricar y supuestamente vender armas sofisticadas?”. Considera asimismo que “las sanciones no son una solución, sino parte del problema”.
Por último, el exdiputado ruso exiliado en Ucrania, Ilia Ponomarev, ha sido condenado en rebeldía a diez años de prisión en Rusia por “justificar el terrorismo” y difundir “información falsa” sobre el Ejército ruso. En particular, Ponomarev fue clasificado en Rusia como “agente extranjero” y “terrorista y extremista”.
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