Guerra de Ucrania – Día 921

Durante la última jornada las Fuerzas Armadas rusas han lanzado un ataque con misiles contra Járkov que se ha saldado con más de cuarenta civiles muertos, ascendiendo el número de fallecidos a más de medio centenar si se suman las pérdidas de la jornada anterior. Sobre el frente, al mismo tiempo, el Ejército ruso ha seguido progresando en dirección sur en el sector de Pokrovsk, en dirección a Kurajovo, lo que apunta a que la intención principal de Rusia pasa por seguir ampliando la zona de amortiguación a poniente de la ciudad de Donetsk. En el apartado internacional, mientras Zelenski continúa pidiendo a sus aliados que levanten el veto al empleo de armamento de largo alcance contra Rusia, el portavoz del Kremlin ha hablado sobre lo que considera una creciente dificultad de llegar a un entendimiento con los Estados Unidos.

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Desde hace un tiempo venimos explicando, como nuestros lectores saben, que los ataques a larga distancia no eran flor de un día, sino que lo más probable, dadas las dinámicas de esta guerra (tanto sobre el terreno, como a nivel político y también técnico), era que se recrudeciesen con el paso del tiempo. Rusia, que partía con una gran ventaja en este aspecto, no dudó desde otoño de 2022 en utilizar ese poder en castigar a la población civil ucraniana golpeando la infraestructura energética y eléctrica y la economía (sin olvidar los varios ataques dirigidos expresa y directamente contra los civiles). Los ucranianos, por su parte, en la medida de sus posibilidades han venido aprovechando tanto la ayuda internacional como sus propios recursos, para dotarse de una serie de capacidades que en las últimas semanas y meses, con creciente intensidad, han empleado para atacar no solo objetivos militares, sino cada vez más, relacionados con la economía rusa, buscando un impacto estratégico.

El nuevo potencial ucraniano, que se basa en una panoplia formada por drones de distintos tipos, aeronaves civiles modificadas y, también, de misiles de crucero de diseño y producción propios, ha permitido ya dañar numerosas instalaciones relacionadas con la capacidad de almacenamiento y refino de hidrocarburos, vital para el buen funcionamiento de una economía rusa que, por lo demás y al menos a tenor de las cifras oficiales, va «como un tiro».

Ahora bien, las nuevas posibilidades en poder de Ucrania abren un interesante dilema moral, que no es distinto del que enfrentaron en el pasado por ejemplo los aliados en la Segunda Guerra Mundial: ¿debe o no ser castigada la población civil rusa por las decisiones de sus mandatarios? Y, más allá de la moral (que en las guerras juega un papel residual) e independientemente del apoyo que el Kremlin tenga por parte de sus ciudadanos, está el hecho de que el trasladar el coste de la guerra a la ciudadanía del país agresor puede implicar también consecuencias prácticas para Ucrania, algo a considerar.

Estas últimas no tienen que ver tanto con la hipotética posibilidad de una escalada (ya hablamos sobre ello con cierto detalle hace unos días) por parte de Rusia, como con otros aspectos como el grado de apoyo internacional (aunque no son pocos los que se han posicionado ya sobre los ataques contra el interior de Rusia) o la imagen exterior de la propia Ucrania. El país, podría enfrentarse, por ejemplo, a investigaciones por parte de organismos internacionales. Además, podría sufrir el rechazo de algunas potencias con cierta influencia sobre Moscú como India, de largo el país que más se ha beneficiado de la reducción de las exportaciones de crudo rusas a Europa. En cualquier caso, como en toda guerra, la decisión dependerá de un cálculo de costes/beneficios que en Kiev parecen haber realizado ya.

Durante la última jornada se ha recrudecido el intercambio de golpes a larga distancia entre Ucrania y Rusia. Si ayer eran las AFU las que lograban alcanzar algunas importantes infraestructuras rusas, dañando entre otros dos centrales eléctricas y una refinería de petróleo en el interior del país, posteriormente ha sido Rusia la que ha lanzado un ataque que se ha cebado especialmente en la localidad de Járkov; ciudad que, no olvidemos, es la población rusófona más importante de Ucrania.

Dicho esto, el ataque ruso de estas últimas horas ha segado la vida de al menos 47 civiles en Járkov, según los servicios de emergencia ucranianos. La Fiscalía de esta óblast ha indicado que tres misiles balísticos Iskander-M cayeron sobre el Palacio de Deportes de la ciudad, dos más sobre un centro comercial en el distrito de Saltiv y, también, que tres misiles S-300/400 en función de ataque a tierra habrían afectado a los barrios circundantes de la capital regional. En resumen, Rusia ha llevado a cabo un ataque que, sin perjuicio de que unidades militares pudiesen utilizar algunas de las instalaciones afectadas, se ha cebado con los civiles, lo que tiene ciertos visos de advertencia tras los ataques ucranianos, si bien no es la primera vez que se registran hechos similares, ni mucho menos.

Además de esto, se han reportado explosiones en otras localidades ucranianas como Poltava, o en la capital del país, Kiev, hacia donde se habrían dirigido también varios misiles rusos, según algunas fuentes. Por el momento, el Ministerio de Defensa ucraniano no ha publicado ningún recuento oficial, que es de esperar salga a la luz durante las próximas horas.

Los ucranianos, por su parte, han alcanzado, tras el ataque masivo de ayer, una vez más la localidad rusa de Bélgorod, de donde partían columnas de humo y en donde han estado activas las defensas aéreas. Las fuentes rusas han denunciado, en relación con este ataque, la destrucción de un jardín de infancia en el centro de la localidad y han criticado, de paso, que esta es una política habitual por parte de Kiev y lo que consideran un doble rasero. Dicho lo cual, y según el Ministerio de Defensa ruso, durante la pasada jornada habrían logrado neutralizar «tres bombas guiadas Hammer de fabricación francesa, seis misiles HIMARS MLRS de EE. UU. y Vampire de la República Checa, así como 171 vehículos aéreos no tripulados».

Más allá de lo anterior, y pasando a los combates y los movimientos, tenemos por una parte que han continuado los combates en el sector de Kursk, al noreste de Ucrania, si bien los cambios son mínimos. Es más, durante la última semana los ucranianos habrían perdido terreno en esta región rusa, una imagen muy diferente a la que ha intentado transmitir el Gobierno del país, que incide en que se continúan logrando avances.

A pesar de que, como hemos venido señalando, se ha retomado la actividad en sectores como el de Kupiansk y el de Siversk, y de que no ha dejado de lucharse en dirección a Chassiv Yar, el grueso de la actividad continúa concentrándose en dos sectores: el de Toretsk y el de Pokrovsk, ambos en la región de Donetsk. De entre ellos, el más relevante es sin duda el segundo, con un avance ruso cuyo objetivo final no parece ser Pokrovsk, sino que debería ser Kurajovo, una localidad mucho más relevante desde el punto de vista militar.

Ha de tenerse en cuenta que, si como hemos venido defendiendo, la razón de ser principal del esfuerzo ruso es la de hacerse con una serie de territorios que sirvan de zona de seguridad alrededor de la ciudad de Donetsk, para lo que la ofensiva rusa primero hacia Avdíivka y Ocheteryne y ahora hacia Pokrovsk debe servir, es para dicho fin. Así las cosas, en lugar de concentrarse en asaltar esta localidad, bien defendida, el Ejército ruso busca combinar los avances en Krasnohorivka, los logrados en Mariínka y los más recientes entre Konstyantinivka y Vuhledar para forzar a Ucrania a retirarse de toda el área entre Donetsk y Kurajovo.

Rusia busca crear una zona de seguridad al oeste de la ciudad de Donetsk
Rusia busca crear una zona de seguridad al oeste de la ciudad de Donetsk. Mapa: @Majakovsk73.

Dicho esto, en las últimas horas el Ejército ruso ha continuado progresando en dirección sur desde el sector de Pokrovsk, tomando la pequeña aldea de Dolyninvka y acercándose cada vez más a Ukrainsk. Además, aunque no parece que la intención sea cargar contra Pokrovsk (Rusia debe medir muy bien sus acciones, pues el volumen de fuerzas disponibles es también limitado), como decíamos, sino más bien ampliar el saliente y controlar posiciones suficientes como para garantizar la seguridad del avance en dirección sur, las tropas rusas han seguido atacando hacia Sukhyi Yar, Krasnyo Yar u Hrodrivka, entre otros.

Además de lo anterior, y en relación también con la más que probable intención rusa de dirigirse hacia Kurajove, tenemos que en las últimas horas se han recrudecido los ataques rusos en dirección a Vuhledar. Esta localidad (de la que hace tiempo que no queda un edificio sin afectar por los constantes bombardeos rusos), habría sido el objetivo de un ataque frontal durante la pasada jornada. Lo más significativo, en cualquier caso, ha ocurrido al noroeste, pues aprovechando su control sobre la carretera T0524, las tropas rusas han logrado entrar en algunos edificios (y posiblemente en la escombrera) al noroeste de la localidad, en la zona de la mina situada a algo más de un kilómetro del centro urbano siguiendo la citada carretera. De consumarse la toma del conjunto de la mina en las próximas horas hablaríamos de un duro golpe para las AFU, que se verían no forzadas a retirarse del centro de Vuhledar, pero sí muy amenazadas por el riesgo de cerco y la dificultad de trasladar abastecimientos a los defensores de esta localidad.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

La jornada dominical como suele ser lo habitual ha transcurrido dejando tras de sí escasas noticias de la parte internacional. No obstante, en las últimas horas, todas las miradas han estado puestas en Járkov debido a los recientes ataques.

Durante su último discurso diario, el presidente Zelenski ha anunciado la decisión de sancionar a 150 personas y entidades que garantizan “el funcionamiento de la infraestructura de aviación de Rusia”. Asimismo, han adoptado otro paquete contra “los colaboradores, aquellos que han optado por trabajar para el mal y para la guerra”.

Por supuesto, una gran parte del discurso ha estado destinada al último ataque en Járkov explicado en la sección anterior. Una ocasión en la que el líder ucraniano ha reiterado que “El estado terrorista debe sentir lo que es la guerra” y que “estamos trabajando [ucrania] para “garantizar que el mayor número posible de instalaciones militares rusas, centros logísticos y componentes críticos de su economía de guerra estén al alcance de nuestras armas”. Por tanto, ha vuelto a solicitar el apoyo de sus aliados, ya que con sus drones y misiles considera que pueden “cumplir parte de las misiones, pero no la verdadera paz -el fin real de esta guerra- es una tarea compleja”. Así, ha vuelto a poner el foco en aquellos países que considera clave a la hora de levantar las restricciones al empleo de capacidades de largo alcance en suelo ruso. En esta ocasión, además, ha hecho un llamamiento directamente a los distintos líderes mencionándoles expresamente y trasladando a la ciudadanía que la decisión depende principalmente del presidente estadounidense Joe Biden, del primer ministro del Reino Unido Keir Starmer, del presidente francés Emmanuel Macron y del canciller alemán Olaf Scholz.

En relación con el ataque en Járkov, el Ministerio de Exteriores no ha dudado en recordar que una de las infraestructuras dañadas ha sido el Palacio de Deportes mientras que están teniendo lugar los Juegos Paralímpicos de París, considerando así que es un ataque contra el deporte ucraniano.

Desde Moscú mientras tanto el presidente Putin considera que el Comité Olímpico Internacional (COI) está actuando a instancias de Occidente, empezando por EE. UU., “violando flagrantemente los ideales olímpicos que deberían defender”. Defienden así que en lugar de “promover los derechos de los atletas, la integridad y la universalidad del movimiento olímpico, se aferran a su posición social, su poder y su prosperidad personal”. En consecuencia, el líder ruso sostiene que optarán por buscar “una mayor democracia en el movimiento deportivo” y que se esforzarán en eliminar las barreras y restricciones artificiales, pero también ampliarán los eventos deportivos nacionales e internacionales. Al leer estas líneas hay que tener en cuenta en todo caso que los atletas rusos y bielorrusos pudieron competir en los Juegos Olímpicos de París única y exclusivamente bajo bandera neutral y que en el caso de los Juegos Paralímpicos se ha mantenido esta restricción por parte del COI.

Por otro lado y cambiando de tercio, ha vuelto a salir a la palestra la videoconferencia entre el presidente Putin y el presidente Joe Biden el 7 de diciembre de 2021. En particular, ha sido el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, quien ha recordado esta reunión con el propósito de subrayar que “por parte de Estados Unidos no hay disposición para continuar el diálogo” y que ya en aquel momento quedó claro que no hay nada que hablar con Washington. Peskov considera, además, que se ha llegado al “punto de ruptura” entre las relaciones bilaterales Rusia-Estados Unidos, habiendo sido, según él, la presidencia Biden la culminación de este proceso. Afirma además que Washington, “a pesar de numerosas declaraciones en sentido contrario, está directamente implicado en el conflicto en torno a Ucrania” y que “la tendencia es aumentar su grado de implicación”.

Asimismo, durante esta entrevista se le preguntó a Peskov si la situación en la que está la relación bilateral se resolvería inmediatamente si Donald Trump gana las próximas elecciones y su respuesta fue que no cree que exista “una varita mágica” y que “es imposible hacer nada en 24 horas”, salvo que se diese lo que considera una “fantasía”. Esto es, que el próximo presidente de EE. UU. en su toma de posesión realiza una declaración en la que se posicione a favor de la paz y, por tanto, deje de apoyar a Ucrania.

Por su parte, el viceministro de Exteriores, Serguéi Ryabkov, ha comentado que Rusia está recurriendo a todos los niveles para indicarle a Estados Unidos la inadmisibilidad de la participación de mercenarios norteamericanos en la región de Kursk. Igualmente, ha sido Ryabkov quien ha dicho nuevamente que Rusia modificará su doctrina nuclear, trabajos motivados entre otras cosas “por el examen y análisis del desarrollo de los conflictos recientes, incluyendo, por supuesto, todo lo relacionado con el curso de la escalada de nuestros adversarios occidentales en lo que respecta a la operación militar especial”.

En cuanto a la actividad de Putin, es remarcable que este se ha desplazado hasta Kyzyl, la capital de la República de Tuvá en el sur de Siberia, 10 años después desde su última visita. Allí se espera que en las próximas horas visite, entre otros, la Escuela Nº 20 de Héroes de la Patria e imparta una clase sobre “las cosas más importantes”.

Por último, a nivel internacional destaca otra noticia que llega desde Armenia. Su primer ministro, Nikol Pashinyan, ha comunicado que Armenia ha suspendido su participación en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva “en todos los niveles” y considera que esa decisión “es suficiente”. Ya a inicios de 2024, Ereván amenazó con abandonar la organización liderada por Rusia y en primavera se negó a financiarla. 


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