Guerra de Ucrania – Día 915

Durante la última jornada se ha producido el mayor ataque hasta la fecha conducido por Rusia contra la red energética y eléctrica ucraniana, lo que ha sumido amplias zonas del país en la oscuridad, a la espera de ver la velocidad a la que se acometen las reparaciones y si los lanzamientos de misiles y drones se sostienen en el tiempo, aumentando el grado de destrucción. Desde Ucrania, con el frente de Kursk prácticamente estable en estos momentos pese a la audacia estratégica de su ofensiva y mientras las AFU continúan retrocediendo en el este del país, tanto en Chassiv Yar como en Toretsk o en dirección a Pokrovsk, estarían trabajando en presentar ante los decisores estadounidenses un listado de objetivos a atacar en el interior del territorio ruso, a la espera de que se levanten parte de los vetos al uso de armamento norteamericano en el interior del territorio de su enemigo. Todo en una jornada en la que ha vuelto a ser noticia Pavel Durov y en la que se espera la próxima visita de Rafael Mariano Grossi a la central nuclear de Kursk.

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En el informe de ayer ya adelantábamos que Ucrania podría estar siendo víctima de un ataque masivo, dadas las noticias y mensajes que iban trascendiendo relativas al lanzamiento de drones y misiles desde distintos puntos de Rusia y del Mar Negro. Finalmente, con el paso de las horas se ha confirmado no sólo este extremo, sino también que el sufrido ha sido el mayor de los lanzados hasta la fecha, totalizando según fuentes oficiales ucranianas «al menos 127 misiles y 109 drones».

También desde Ucrania, aunque en este caso no desde la Presidencia, sino desde su Ministerio de Defensa, han asegurado haber derribado 102 de los 127 misiles lanzados y 99 de los 109 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), lo que supondría una altísima tasa de efectividad que, sin embargo, no ha sido suficiente para evitar un daño masivo a la infraestructura eléctrica ucraniana, ni tampoco el impacto de alguno de los vectores en objetivos que poco tenían que ver con esta, como el que se ha producido en un hotel de Krivói Rog alcanzado por un misil balístico.

Aunque nos es imposible hacer un recorrido por todos y cada uno de los puntos alcanzados, el efecto de este último ataque masivos se ha dejado sentir de forma inmediata, a tenor de los indicadores más comunes. Por ejemplo, la conectividad a Internet cayó automáticamente en buena parte de Ucrania, como consecuencia en buena medida de los apagones eléctricos, que han afectado a amplias regiones del país y que han quedado registrados en los mapas publicados a partir de datos de Ukrenergo y en los que se aprecia cómo las óblast centrales del país han sido las más afectadas, especialmente las cercanas a Kiev. En total, habrían sido una quincena las regiones que han sufrido apagones (algunos de ellos controlados, para limitar el impacto de los ataques sobre la infraestructura), según ha reconocido el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal.

Además de lo anterior, cabe decir que el ataque de esta última jornada no se ha limitado a la infraestructura eléctrica, por más que haya sido el objetivo principal, sino que también ha causado daños en la infraestructura ferroviaria por ejemplo en la región de Sumy, amén del citado hotel en Krivói Rog. También que al menos uno de los vectores, posiblemente un dron Shahed, ha penetrado el espacio aéreo polaco, lo que ha motivado que desde Varsovia hayan destinado una partida de hasta 70 militares a la búsqueda de los restos; una Polonia, por cierto, que participa con su aviación y sistemas antiaéreos de la defensa contra misiles y drones ucraniana, recordemos.

Dejando a un lado los efectos concretos del ataque ruso, lo más relevante del caso es que expone a las claras la diferencia, en cuanto a impacto estratégico, de una campaña que sostenida en el tiempo puede afectar sobremanera a la capacidad ucraniana de hacer la guerra, así como a su economía y sociedad, frente a otra apuesta estratégica -la de atacar Kursk- que por mucho que suponga una «lección de audacia estratégica» como asegura Mick Ryan, ofrece réditos limitados en este sentido.

Esto quiere decir -sin pretender negar el impacto estratégico de lo vivido en Kursk, algo sobre lo que hemos hablado en varias ocasiones-, que en términos generales Rusia sigue contando con mejores armas (en el sentido más amplio) de cara a dibujar el futuro de este conflicto. De hecho, no solo no está necesitando desviar una cantidad significativa de tropas desde Donetsk, Jersón o Zaporiyia hacia Kursk para ralentizar la ofensiva ucraniana (que ya avisamos de que habría superado su punto de máximo esfuerzo), pues ha encontrado otras vías para reforzar la región -como el redespliegue de las unidades que combatían en Járkov-, sino que continúa atacando en sectores como el de Pokrovsk especialmente, pero también en dirección a Chassiv Yar o en Toresk. Todo a la espera de que pueda finalmente producirse una segunda movilización a nivel nacional (algo que no debe descartarse) que siga a la recientemente convocada para rellenar las filas del BARS-Kursk.

Por supuesto, que Rusia cuente a priori con mejores cartas (que al final se resumen en disponer de una industria de defensa propia más potente, de más personal y recursos y de la voluntad de sacrificarlos sin miramientos) no implica que el resultado del conflicto esté determinado. De ahí que los ucranianos perseveren en su campaña de ataques contra objetivos el interior del territorio ruso, formando unidades o trabajando en futuras operaciones (ya hemos explicado que acciones similares a la de Kursk, incluso a mayor escala, no son descartables en el futuro), sino que sigan presionando a sus aliados para que levanten el veto al empleo del armamento suministrado y, también, para que envíen más del mismo ya que algunos aliados como Alemania parecen haberse «relajado» en este aspecto; todo ello sin menoscabo de la actividad diplomática, que continúa su curso en paralelo.

En relación con esto, según fuentes estadounidenses y como adelantábamos en la entradilla, los militares ucranianos estarían preparando un listado pormenorizado de objetivos en el interior de Rusia cuya destrucción consideran vital para garantizar sus posibilidades en esta guerra. La intención, una vez establecidas las prioridades pasaría por presentar dicho listado ante los funcionarios de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, de forma que estos aprobasen si no todos, sí al menos la mayoría, una vez determinado el riesgo de escalada de cada uno de ellos; aspecto que sigue siendo (junto a la posible falta de una estrategia clara de salida al conflicto) el elemento central que vertebra las decisiones de la Administración Biden en relación con Ucrania. Sea como fuere, desde Kiev saben que para llevar en una buena posición a la mesa negociadora, han de devolver el dinamismo a este conflicto, algo que han hecho en parte con Kursk, pero que necesitará de entrar con más fuerza si cabe en el intercambio de golpes estratégicos, pues de lo contrario Ucrania se verá condenada a sufrir un largo y penoso invierno sin poder responder a la previsible continuidad de los ataques estratégicos rusos y sin poder alcanzar algunos de los puntos claves para limitar la efectividad del Ejército de este país en los niveles operacional y táctico.

Dicho todo lo anterior, Ucrania habría seguido implementando también sus propios ataques a larga distancia, aunque en este caso no está clara la autoría del ataque contra una refinería de GazProm (55.062576468703114, 73.2494035974376) en la localidad rusa de Omsk. Sí se sabe, a tenor de las imágenes y las declaraciones de los locales que se ha producido un importante incendio en las instalaciones. Sin embargo, hablamos de una acción que, en caso de ser responsabilidad ucraniana, se habría producido a una distancia de unos 2.500 kilómetros desde la línea de frente. También que Ucrania tiene importantes argumentos para atacar esta instalación en concreto, ya que está destinada a abastecer el mercado doméstico, refinando más de 441.000 barriles de petróleo crudo al día, por lo que lo que allí ocurra repercutirá sobre la sociedad rusa. Y, además de esto, se habría producido también un corte eléctrico en la región de Crimea, debido a un cierre de emergencia de las redes de distribución, sin que por el momento estén claras las causas.

Más allá de los ataques a larga distancia, la guerra continúa desarrollándose sobre el terreno. Así, comenzando una jornada más por el sector de Kursk, en donde la ofensiva ucraniana pese a haberse visto ralentizada, continúa adelante, tenemos que las AFU se han hecho con nuevos terrenos al norte de Russkoe Porechnoe, además de tomar Krasnooktyabr’skoe, junto al río Seym. Otras fuentes hablan, al mismo tiempo, de la retoma de las aldeas de Zhebolovka y Durovka por parte rusa, así como de choques en Olgovka.

Pasando al sector de Chassiv Yar, las informaciones procedentes del mismo hablan de cómo las tropas rusas estarían logrando no solo afianzar sino ampliar una cabeza de puente en la orilla occidental del canal de agua dulce. Los combates y la acción de los drones ucranianos serían intensos, pese a lo cual el número de efectivos rusos que habrían conseguido cruzar el canal habría crecido en las últimas horas, mientras en algunos canales de Telegram se habla de la evacuación de civiles en algunos puntos entre Chassiv Yar y Konstyantinivka, aunque esto no está en absoluto claro y podría ser simple desinformación.

Más al sur, en el sector de Gorlóvka, se han seguido registrando combates en algunos puntos de Toretsk, máxime tras hacerse el Ejército ruso con el control completo de la escombrera y avanzar en dirección oeste y sudoeste desde Pivnichne.

Pese a todo esto, lo más importante continúa ocurriendo en el sector de Pokrovsk, en donde los avances rusos se han venido acelerando en los últimos días, extendiéndose a partes de Mykhailivka, de Kalynove y especialmente en dirección oeste, en donde ya se encuentran a menos de una decena de kilómetros de Pokrovsk según los mapas de Deep State, tras avanzar en su control de localidades como Novohrodrivka y su entrada en Krasnyi Yar.

Lo que es peor para las AFU, además de los avances en dicho sector, se confirma que más al sur, en el de Vuhledar, las tropas rusas también han logrado progresar hacia Vodyane, logrando hacerse con el control de algunas secciones de la carretera T-00532 y, en cualquier caso, imposibilitando que las AFU utilicen esta vía de comunicación.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Durante la jornada todas las miradas han estado puestas en el último ataque masivo de Rusia contra la infraestructura energética ucraniana, explicado en la sección anterior.

De este modo, desde Ucrania se pide un día más que se levanten las restricciones al uso de capacidades de largo alcance suministradas por los socios (EE. UU., Reino Unido y Francia) para poder atacar objetivos en suelo ruso. El presidente Zelenski, además de señalar los daños ocasionados, ha subrayado que “no se puede limitar la capacidad de largo alcance de Ucrania cuando los terroristas no se enfrentan a tales limitaciones” argumentando además que Rusia despliega todo su arsenal, incluidos los misiles balísticos proporcionados por Corea del Norte y drones Shahed. Ante esta situación pide que se tomen decisiones por parte de los socios que tienen el poder de ayudarles, ya que opina que está claro que Putin “solo puede hacer lo que el mundo le permite hacer” y que “las debilidades y la falta de decisión a la hora de responder alimentan el terrorismo”.

Por su parte, Rustem Umerov, ministro de Defensa ucraniano, ha comentado que “Ucrania está preparando sus propias respuestas” y con armas propias de producción ucraniana, si bien también considera que para “alcanzar la victoria” es necesario “levantar la restricción de ataques contra instalaciones enemigas”. En esta misma línea, el jefe de la Oficina de la Presidencia ucraniana, Andriy Yermak, ha reiterado que lo que necesitan es permiso y que lo harán ellos mismos, aunque defiende que dicha decisión de los socios “acelerará el fin del terrorismo ruso”.

El ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, considera que hay dos decisiones que ayudarían a poner fin al terror ruso antes: 1) que Ucrania pueda llevar a cabo ataques de largo alcance contra objetivos militares legítimos en territorio ruso y; 2) acordar el uso de las capacidades de defensa aérea de los socios para derribar misiles y drones que sobrevuelen próximos a su espacio aéreo.

Asimismo, el Ministerio de Exteriores ha publicado un mensaje en X en el que pide que Ucrania tenga el poder para “tratar no solo los síntomas”, sino también la enfermedad entendida como el terror y amenaza global planteada por Rusia bajo el hashtag #LetUkraineStrikeBack.

En cuanto a los daños sufridos, el ministro de Energía ucraniano, German Galushenko, ha confirmado que “la situación es difícil” en estos momentos, habida cuenta de que el operador de la red de transmisión activó urgentemente los apagones de emergencia. Asimismo, ha señalado que las consecuencias de los ataques son concretas y que ya hay operadores trabajando para repararlas.

No obstante, también desde la UE el Alto Representante, Josep Borrell, ha insistido en que Ucrania necesita más sistemas de defensa aérea “ahora”, siendo uno de los temas que abordará con el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, y los ministros de Exteriores de la UE en el Consejo informal de Asuntos Exteriores del próximo jueves 29 de agosto. Asimismo, Borrell ha reiterado su postura sobre el levantamiento de las restricciones al uso de capacidades de largo alcance defendiendo que su empleo, “de conformidad con el derecho internacional, fortalecería la autodefensa ucraniana, protegería vidas y reduciría la destrucción en Ucrania”.

Desde Washington, el presidente Biden ha condenado los ataques y los esfuerzos de Rusia de sumir al pueblo ucraniano en la oscuridad, y ha reiterado que EE. UU. seguirá liderando la coalición internacional en apoyo de Ucrania a través del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania. En particular, a colación de la ayuda que este Grupo suministra a Kiev, Biden ha recordado que EE. UU. y otros aliados han proporcionado a Ucrania el equipo para cinco sistemas de defensa aérea adicionales (Patriot) y afirmado que ha reordenado las prioridades de las exportaciones estadounidenses de defensa aérea para que se envíen primero a Ucrania. No obstante, también están aumentando el suministro de equipos energéticos para que los ucranianos puedan reparar sus sistemas dañados y fortalecer la resiliencia de la red energética del país.

Por su parte, John Kirby, asesor de comunicaciones de Seguridad Nacional, ha manifestado durante una rueda de prensa que el ataque es un movimiento clásico de Putin ahora que el tiempo va a cambiar, así como que el uso de capacidades de largo alcance sin restricciones no es “un deseo nuevo del presidente Zelenski”. De este modo, señala que seguirán manteniendo conversaciones al respecto con las autoridades ucranianas, pero que permanecerán en privado y afirma que no hay cambios en las políticas estadounidenses con respecto a sus armas ni directrices de las que hablar.

Asimismo, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, ha conversado con el subsecretario de Estado de EE. UU. y representante especial en funciones para la recuperación económica de Ucrania, Richard Verma, sobre los daños a la infraestructura civil. De este modo, hablaron sobre necesidades energéticas urgentes, proyectos a largo plazo, seguros contra riesgos de guerra, así como el uso de los activos rusos congelados y el recibir recursos adicionales que apoyen a Ucrania.

Moviéndonos hasta Rusia, de un lado, el portavoz del Kremlin, Dmytro Peskov, ha defendido que habrá una respuesta rusa a la incursión ucraniana en Kursk alegando que “Este tipo de acciones hostiles no pueden quedar sin una respuesta adecuada”. Asimismo, ha expresado que la idea de negociar un alto al fuego con Kiev ha perdido su relevancia. En relación con esto último, una vez más desde Moscú se ha negado que haya habido algún tipo de negociaciones entre ambas partes.

A colación de la situación en Kursk, el director del Organismo Internacional de la Energía Atómica (IAEA), Rafael Mariano Grossi, ha confirmado que durante la próxima jornada encabezará una misión a la central nuclear de Kursk para evaluar personalmente la “grave situación”.

Por otro lado, cabe destacar que durante los días 27 y 28 de agosto, Moscú acogerá el VI Foro Municipal Internacional BRICS en el que se espera que participen delegaciones de 126 países junto con representantes de las distintas regiones rusas. Según el Departamento de Relaciones Económicas Exteriores y Relaciones Internacionales de Moscú, en este foro los representantes gubernamentales y del sector empresarial compartirán sus experiencias y debatirán sobre asuntos clave objeto de cooperación municipal, así como sobre problemas económicos actuales, tecnologías digitales, medio ambiente, transporte, infraestructuras municipales, sanidad, educación y cultura.

Por último, es obligado hacer referencia a la evolución de la situación relativa a la detención del cofundador de Telegram, Pavel Durov, en Francia. La fiscalía francesa ha comentado que la detención de Durov está relacionada con 12 cargos que incluyen, entre otros, delitos relacionados con pornografía infantil, tráfico de drogas o transacciones fraudulentas en la plataforma.

Dos días después de su detención, el presidente Emmanuel Macron se ha pronunciado sobre el asunto. En un mensaje en X ha afirmado que ahora hay “información falsa sobre Francia” y que el arresto de Durov no ha sido una decisión política al haber una investigación judicial previa en curso. En particular, ha subrayado que “Francia está comprometida profundamente con la libertad de expresión y comunicación, la innovación y el espíritu emprendedor” y que “seguirá siendo así”. En consecuencia, considera que corresponde a los jueces decidir al respecto.

Moviéndonos hasta Bielorrusia, el Ministerio de Asuntos Exteriores sostiene que Ucrania aún no ha presentado una solicitud oficial para que Minsk retire sus tropas de la frontera y que solo vieron “este mensaje en Internet”. Una declaración que llega un día después del comunicado ucraniano en el que se insta a que Bielorrusia retire tanto sus efectivos como equipos militares de la frontera y a una distancia mayor que el alcance de tiro de los sistemas bielorrusos.

Por último, una auditoría encabezada por el Ministerio de Defensa ucraniano y el Servicio Estatal de Aduanas ha revelado que entre los meses de marzo y julio, varias unidades militares no recibieron la ayuda humanitaria asignada por un valor aproximado de 4,2 millones de dólares. Más concretamente, determinaron que hubo bienes importados como “ayuda humanitaria” -casi 500 toneladas de mercancías transportadas en 424 vehículos- que nunca llegaron a su destino probablemente porque fuesen etiquetados incorrectamente de manera deliberada para evitar el pago de tasas aduaneras.


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