Guerra de Ucrania – Día 896

Las últimas horas han sido de las más apasionantes -si es que esta expresión caber ser aplicada al contexto de una guerra- desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania. A pesar de las muchas dudas que siguen existiendo en relación con la acción de las Fuerzas Armadas ucranianas en la región de Kursk, ya hay indicios suficientes como para pensar que no se trata de una incursión puntual como las llevadas a cabo por los voluntarios contrarios al Kremlin en otras ocasiones. Del lado ruso, a la espera de que el país despliegue unidades previsiblemente del DMO, se han vivido momentos de pánico, basándose la reacción por el momento en pequeños contraataques y en ataques con armas de largo alcance, mientras Putin, informado de la situación por Gerásimov, no ocultaba su enfado y malestar.

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Como decíamos en la entradilla, las últimas horas han sido apasionantes, si bien sobrecargadas de información, lo que complica el análisis de lo que realmente está ocurriendo en Kursk desde que, hace unas horas, las tropas ucranianas cruzaran la frontera rusa. En las próximas líneas, en la medida de lo posible, trataremos de poner orden y mesura, exponiendo las principales opiniones relativas a lo que está ocurriendo, las intenciones ucranianas, la posible respuesta rusa, cómo podría evolucionar la situación y varios temas más. Como de costumbre, lo haremos intentando abstraernos del día a día de las redes, lleno a partes iguales de entusiasmo, de odio, de esperanza y de ganas de revancha y buscando quedarnos con lo esencial por encima de lo accesorio.

Desde hace meses, nuestros seguidores han podido leer, en varios informes, que una de las razones por las que Ucrania estaba sufriendo tanto en Donetsk tenía que ver con la ausencia del campo de batalla de toda una serie de unidades y materiales que, entendíamos, se estaban reservando para una futura ofensiva que tendría lugar más adelante, si bien considerábamos que esta seguramente no tendría lugar hasta principios de 2025, cuando un número suficiente de equipos clave –incluyendo los cazabombarderos F-16– hubiese sido recibido. De hecho, decíamos textualmente, el pasado 20 de julio, que:

«Ha de tenerse en cuenta que en la defensa ucraniana no se están poniendo en juego muchos de los materiales donados a este país, como los centenares de Bradley y Stryker o las decenas de carros de combate modernos de los que solo unos pocos fueron destruidos desde el pasado verano. Así las cosas, la impresión es la de que Ucrania está aceptando sacrificar territorio (también medios y vidas, obviamente) de forma controlada, mientras prepara con más calma y detalle que hace un año su futura ofensiva. Además, hay otros elementos que hacen sospechar que la defensa ucraniana, pese a las pérdidas, es más firme de lo que algunos suponen (al menos ahora mismo). Por ejemplo, el hecho de que las tropas rusas no logren ni bien ni mal cruzar las masas de agua, por pequeñas que sean».

Apenas cuatro días más tarde, en una entrevista al medio británico The Guardian, el general Syrskyi se mostraba muy seguro de las opciones de victoria ucranianas, asegurando ante los periodistas que «Sé que vamos a ganar – y cómo». Lo que hacía a muchos preguntarse sobre una posible ofensiva ucraniana, aunque pocos la esperaban tan pronto.

Dicho esto, parece que Ucrania, de forma sorpresiva, ha comenzado a utilizar estas unidades y medios antes de lo esperado y en un lugar también en principio poco probable, no porque no ofrezca posibilidades, sino por los enormes riesgos que implica incluso en términos de apoyo internacional. De hecho, nuestras «apuestas» internas, iban más en la dirección de Lugansk, de ahí el empeño ucraniano en mantener la cabeza de puente en Kupiansk, a sabiendas de que las defensas allí son mucho más débiles (tanto en términos de construcción como de número de defensores y calidad de las tropas) que en otras zonas del frente. Además, en este caso todo ocurriría en territorio ucraniano, evitándose algunas de las consecuencias más embarazosas de hollar el territorio ruso, que luego abordaremos.

Efectivamente, como decimos, después de que en las primeras horas hubiese serias dudas sobre la entidad de la acción ucraniana, hablándose de apenas 300 soldados por parte de algunas fuentes, todo indica que nuevas unidades se han ido sumando al esfuerzo, buscando la explotación tras las muestras de debilidad dadas por Rusia. Es decir, que en absoluto estamos ante una acción como las llevadas a cabo por las unidades de voluntarios rusos opuestos al Kremlin en el pasado, sino que asistimos a una operación militar ucraniana en toda regla, de la que por el momento se desconoce el objetivo último.

Una operación que ha permitido, en el plazo de unas pocas horas, que las AFU penetren más de una decena de kilómetros (hay fuentes que hablan de bastantes más, incluso rusas, pero hay que entender que hay un notable lag entre que la información llega y las acciones se producen, por lo que preferimos pecar de prudentes)en algunos puntos de la región de Kursk, sin que esto signifique -por el momento- que hayan consolidado sus posiciones allí o que tengan un control efectivo de todas las localidades de la zona, especialmente de Sudzha, en donde las fuentes todavía difieren respecto de si está o no en poder ucraniano, aunque todo apunta a que sí. Todo ello a la espera de que se produzca algún tipo de reacción por parte de las fuerzas rusas, que habrían lanzado recientemente su primer contraataque en Novoivanovka, aunque de forma puntual, consistiendo su reacción en su mayor parte en el uso de los drones, la aviación (de ala fija y rotatoria) y de las armas de largo alcance para intentar frenar a los ucranianos.

Por el momento, lo previsible es que Ucrania continúe logrando avances en esta zona. La propia configuración del terreno y la ausencia de defensores (sin duda Ucrania debía tener datos sobrados tras semanas de observar -y atacar- con drones, tener acceso a imágenes por satélite y analizar los datos suministrados por sus aliados) que recuerdan a lo ocurrido en 2022 en Járkov, apoyan esta idea. Es a partir de aquí, no obstante, en donde comienzan las dudas.

Decimos esto porque en las últimas horas se ha hablado mucho sobre las ganancias territoriales conseguidas por Ucrania en Rusia, comparando su rapidez con los lentos y costosos avances rusos en el este de Ucrania. Es algo totalmente cierto, en tanto Ucrania habría pasado a controlar según las estimaciones más optimistas hasta varios centenares kilómetros cuadrados (otras fuentes rebajan esta cifra notablemente) en la región de Kursk en cuestión de horas, mientras que las ganancias rusas en Donetsk se medían en decenas a la semana en el mejor de los casos.

Sin embargo, las acciones rusas tenían un propósito claro, algo que todavía no es evidente en el caso de la operación ucraniana en Kursk. Rusia, sobre la que hemos dicho hasta la saciedad que parecía no tener objetivos operacionales evidentes en sus avances hacia Chassiv Yar, Toretsk o Pokrovsk, tenía sin embargo propósitos estratégicos obvios: 1) agotar a Ucrania haciendo valer su superioridad numérica; 2) crear una zona de amortiguación alrededor de Donetsk, o; 3) tomar todo el terreno posible para usarlo como herramienta de presión en una posible negociación. Incluso la acción de Jàrkov tenía una razón de ser clara: obligar a Ucrania a sacar unidades del Donbás facilitando así los avances en Avdiívka o Chassiv Yar.

Lo visto en Kursk, sin embargo, suscita muchas dudas precisamente porque nadie parece tener claros los objetivos de Ucrania, ni en qué nivel de la estrategia se encuadran exactamente. Por el momento, lo que tenemos son especulaciones de todo tipo acerca del verdadero propósito de esta operación, en la que habrían implicado a unidades bien preparadas y asumido enormes riesgos. También, como es habitual, una miríada de voces que siguen jaleando o criticando lo sucedido únicamente por quién lo lleva a cabo y sin preocuparse ni por el contexto ni por lo que sabemos sobre la relación de fuerzas o cualesquiera otros elementos a valorar de cara a juzgar adecuadamente la situación.

Entre las teorías que se barajan a propósito de los objetivos ucranianos están: 1) golpe con un objetivo puramente propagandístico, dirigido a levantar la moral de las tropas, pero sin mucho recorrido; 2) una operación destinada a cortar la vía férrea al norte de Suzdja dificultando así los suministros y la movilidad del Ejército ruso; 3) la toma de una estación de medición y bombeo de gas; 4) la toma de la central nuclear de Kursk; 5) obligar a Rusia a retirar tropas del Donbás o incluso de regiones como Jersón y Zaporiyia…

Ahora bien, todas ellas presentan problemas. Por una parte, cuesta mucho pensar que Ucrania pretenda hacerse con una central nuclear o una estación de bombeo de gas, por importantes que sean, con el objeto de ¿chantajear? a Rusia de cara a una negociación. Por otra, respecto a la reacción rusa, lo más previsible no es que saquen tropas de Donetsk, sino que utilicen en lo posible a las asignadas al Distrito Militar Occidental, las de Wagner o Kadírov o las más que están disponibles por ejemplo en Járkov y Lugansk y que sí participan de la «Operación Militar Especial» y, por supuesto y como siempre, a las VDV. Tienen todos los alicientes para ello, ya que en este caso pueden sin traba alguna recurrir a los militares de reemplazo ya que se trata de la defensa de su territorio y no de una acción en el extranjero. De hecho, por el momento Mordvichev sigue actuando como si nada y las operaciones en Donetsk se mantienen, algo lógico.

Además, hay que tener en cuenta que lo hecho por Ucrania en las últimas horas implica asumir una serie de riesgos excepcionales, tanto en relación con la posible respuesta rusa (podría dar una excusa a Putin para una segunda movilización) como con sus propios aliados, que ven con buenos ojos las acciones defensivas, pero que no han apoyado por igual -por miedo a la escalada-, los ataques ucranianos sobre territorio ruso. De hecho, hay informes que hablan de que Ucrania no notificó esta acción a los Estados Unidos y, por otra parte, hay razones para pensar que es el tipo de acción que Rusia estaba temiendo y por la que se produjo un contacto días atrás entre Belousov y Austin.

A colación de la respuesta rusa, por cierto, cabe recordar que por mucho que el riesgo de escalada esté presente, no se justificaría un ataque nuclear, como algunos han sugerido. Aunque este país haya rebajado el umbral de uso y pese a los debates entre sus académicos, o la continua amenaza de empleo de la que hablamos en nuestro tercer libro, para que lleguen a emplearse deberían juzgar que existe un riesgo vital para la existencia de Rusia, algo que la acción ucraniana en Kursk, a priori, no implica. Además, hay que tener en cuenta, como hemos explicado en varias ocasiones, incluso a través de artículos, que el uso táctico de las armas nucleares está en principio descartado, siendo el estratégico el único posible. Eso sí, sin duda habrán lanzado advertencias a los EE. UU. y demás aliados de Ucrania, aunque mientras la disuasión funcione, difícilmente se ejecutarán. Dicho lo cual, el vídeo en el que Guerásimov informa a Putin de la situación no tiene desperdicio, mereciendo la pena verlo sólo por analizar el lenguaje no verbal tanto de estos como de Shoigú, también presente. A colación, por cierto, aunque lo lógico sería una vez más defenestrar a Guerásimov, dado que tanto este como Shoigú han demostrado tener más vidas que un gato, no es del todo esperable que esto ocurra.

Dicho todo lo anterior, la impresión que la acción ucraniana nos deja por el momento es que el golpe principal debería venir más adelante y en otras coordenadas, siendo la actual una acción interesante para testar fuerzas y nuevos procedimientos (un apartado muy interesante, sobre el que hablaremos en los próximos días, tiene que ver con el uso masivo de drones por parte ucraniana para favorecer la maniobra), levantar la moral, plantear dilemas a Rusia, obligarle a desviar fuerzas si no de Donetsk, sí de otros escenarios (recordemos que Rusia tampoco tiene recursos, especialmente humanos, infinitos) y retomar en lo posible la iniciativa, tras meses de soportar enormes sufrimientos y ver cómo día a día el territorio controlado por las AFU mermaba. Además, nunca hay que olvidar otro asunto importante: el apoyo de los aliados a Ucrania ha estado siempre ligado a los éxitos en el campo de batalla, con lo que aumentar la perspectiva de una victoria contribuiría a mantener este apoyo de cara a la ofensiva principal.

Como quiera que el informe de hoy está siendo notablemente más largo de lo habitual, y dado que apenas se han producido ataques con armas de largo alcance, resumiremos al mínimo lo ocurrido en este apartado. Así, en el caso de Ucrania, se han registrado explosiones en Odesa. El Ministerio de Defensa ha hablado, por su parte, de dos misiles Kh-59 y cuatro drones Shahed derribados en vuelo, mientras que dos Iskander-M habrían traspasado las defensas.

Del lado ruso y como es lógico, las defensas aéreas han estado activas en la región de Kursk. Además, su Ministerio de Defensa asegura haber derribado «once misiles HIMARS de fabricación estadounidense, un misil guiado antiaéreo Patriot de fabricación estadounidense y 87 vehículos aéreos no tripulados, de los cuales 41 se encontraban fuera de la zona de operación militar especial».

Pasando ya a los combates y movimientos, y comenzando por Kursk -ya que en la primera parte del informe sólo hemos abordado el tema en términos abstractos-, tenemos que las AFU han atacado aparentemente en dos ejes principales, llegando al norte a Novoivanovka y, al sureste, a Sudza, ciudad en la que se han registrado combates y escenas de pánico. A propósito, los avances ucranianos no están libres de pérdidas, registrándose ya en los primeros momentos del ataque varias bajas. Por otra parte, ha sido noticia la muerte del periodista ruso Evgeny Poddubny en esta región, sin que estén claras las causas.

En el sector de Siversk, por su parte, se ha luchado después de un tiempo de relativa calma, una vez más al norte de Bilohorivka, logrando las tropas rusas retomar la planta de tratamiento de aguas. Además, más al sur, las tropas rusas han continuado lanzando ataques también al norte de Rozdolivka, en dirección a la vecina Fedorivka, logrando mínimos avances.

Más allá de esto, ya en Donetsk, tenemos que tras los recientes ataques y avances rusos en dirección a Toretsk, incluyendo la toma de buena parte de la localidad de Niu-York, se ha producido un contraataque ucraniano que ha permitido a las AFU retomar la escuela que, al norte de esta localidad, había sido empleada por Rusia para plantar su bandera horas antes. Algo parecido ha sucedido además entre Zalizhne y Pivnichne, con otro contraataque ucraniano que buscaría contener los avances hacia Toretsk desde estas localidades.

Distinta es la situación en dirección a Pokrovsk, pues allí las tropas rusas se han anotado distintos avances en las últimas horas. De esta forma, han tomado el control de la mayor parte de Zhelanne mientras avanzan también hacia Novozhelanne, siguiendo el trazado de la vía férrea. Además, al mismo tiempo que avanzan en dirección suroeste, amplían su saliente al noroeste y al oeste, desde Vesele hacia Hrodivka y desde Tymofivka hacia Lysychne. Todo mientras más al sur, en este mismo sector, van poco a poco completando la toma del territorio al este del río Vovcha.

Por último, en el sector de Vuhledar, tenemos que han continuado los ataques rusos entre Konstyantinivka y Vodyane, especialmente al norte de Mykilske. Lo que es peor para los intereses ucranianos, parecen haber consolidado posiciones frente a Vodyane, avanzando nuevamente hacia la carretera T00532.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En lo que concierne a la actividad internacional, por razón de importancia, debe comenzarse con las reacciones a la incursión ucraniana en Kursk.

Desde Moscú, el presidente Putin ha denunciado la incursión calificándola de una “provocación a gran escala” y acusado a las AFU de “disparar indiscriminadamente diferentes tipos de armas, incluidos cohetes, contra edificios civiles, viviendas y ambulancias”. Igualmente, tras haberse reunido con el gobernador de Kursk, el líder ruso se ha reunido con jefes de los órganos de seguridad, del Ministerio de Defensa, del Estado Mayor y del FSB para abordar la situación en Kursk en su residencia de Novo-Ogaryovo, cerca de Moscú.

Por su parte, Maria Zakharova, portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, considera el ataque de Ucrania a la región de Kursk como un “atisbo de actividad en medio de los constantes fracasos de sus fuerzas en la zona de conflicto”, sembrando pánico entre los habitantes de la región, si bien considera que “es evidente que las expectativas de los neonazis tampoco se cumplieron allí”. Además, el cinismo de Zakharova ha demostrado una vez más no conocer límites, pues ha pedido a la comunidad internacional que no se quede de brazos cruzados ante lo que considera un “ataque terrorista masivo” (señalando especialmente que se han empleado infantería y vehículos blindados pesados), a pesar de que dicho ataque procede de Ucrania, país cuya invasión Rusia comenzó hace más de dos años (obviando lo ocurrido en el Donbás).

Igual de paradójicas son las declaraciones de Anatoly Antonov, embajador de Rusia en Estados Unidos, que tampoco ha dudado en calificar el ataque como una “acción terrorista” añadiendo que “nadie oculta el hecho de que las armas estadounidenses se han convertido en el arma asesina de los ciudadanos rusos”. De este modo, considera que los ataques a escuelas, hospitales, ambulancias y edificios residenciales en Rusia “no pueden reconocerse como un derecho de legítima defensa”.

Desde Kiev, el presidente Zelenski se ha limitado a destacar en su discurso diario que “es importante seguir destruyendo a nuestro enemigo, con la mayor precisión que puedan nuestros soldados”, pero sin hacer referencia expresa a la situación en Kursk. Así, considera que, cuanta más presión se ejerza sobre Rusia, más cerca estará la paz. Del lado del resto de integrantes del gobierno, el silencio es sepulcral de forma que no ha habido declaraciones por el momento. Eso sí, desde la óblast de Sumy han anunciado la evacuación obligatoria de 6.000 residentes ante la intensificación de los ataques rusos, coincidiendo este anuncio con las noticias sobre la incursión.

La reacción pública de Estados Unidos por el momento ha sido mínima. No obstante, la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre afirmó ante la prensa que se pondrán en contacto con el Ejército ucraniano para saber más sobre sus objetivos. Asimismo, manifestó que desde la Administración estadounidense seguirán centrados en asegurarse de que Ucrania tenga lo que necesita para defenderse de la agresión rusa.

Asimismo, Matthew Miller, portavoz del Departamento de Estado de EE. UU., señaló que es “un poco fuerte calificar esto de provocación, dado que Rusia ha violado la integridad territorial y la soberanía de Ucrania”.

Desde la Unión Europea, Peter Stano, portavoz de la Comisión, declaró para el medio Suspilne que “Ucrania tiene el derecho legal de defenderse, incluso atacando a un agresor en su territorio”. De igual modo, reiteró que “La UE sigue apoyando plenamente el derecho legítimo de Ucrania a defenderse de la agresión rusa y sus esfuerzos por restablecer la soberanía y la integridad territorial”.

Pasando a otras cuestiones, continúan las declaraciones a raíz de los sucedido en Mali y las bajas de miembros de la PMC Wagner. Más concretamente, Zakharova ha acusado a Kiev de estar abriendo “un segundo frente” en África al apoyar a “grupos terroristas”. Cabe recordar, además, que Mali y Níger ya han anunciado la ruptura de relaciones diplomáticas con Ucrania con efecto inmediato, pero sin ofrecer pruebas de sus acusaciones.

Mientras tanto en Kiev, el jefe adjunto de la Oficina de Zelenski, Ihor Zhovkva, se ha reunido con el nuevo embajador de India en el país, Ravi Shankar. Durante su encuentro tuvieron ocasión de discutir sobre la implementación de la Fórmula de Paz y los preparativos de la segunda Cumbre, prestando también especial atención a cuestiones relacionadas con su cooperación bilateral en varias áreas (humanitaria, económica, educación y cultura). Además, hay que tener en cuenta las noticias que apuntaban a la posible visita del primer ministro de India, Narendra Modi, a Ucrania a lo largo de este mes de agosto.  

Asimismo, desde el Ministerio de Exteriores ucraniano se ha emitido una declaración con motivo del 16º aniversario de la agresión militar de Rusia contra Georgia en la que insta a que Rusia retire sus fuerzas del territorio georgiano cumpliendo con el Acuerdo de Alto el Fuego de 2008 y a que cancele el reconocimiento de las regiones de Abjasia y Osetia del sur como “estados independientes”.

Cambiando de tercio, como señalábamos en nuestro informe anterior, el presidente Putin ha sido invitado a la toma de posesión de la nueva presidenta electa de México el próximo octubre. Así, explicábamos que, de atender, el país se vería en la tesitura de arrestar al mandatario ruso al haber firmado y ratificado el Estatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, cumpliendo así con la orden de detención que pende sobre él. De este modo, durante la última jornada la Embajada de Ucrania en México se ha pronunciado en este sentido expresando que confían en que el gobierno mexicano respete la orden de arresto internacional. Asimismo, la Embajada calificó al presidente ruso de “crimen de guerra”, mientras que el futuro ministro de Exteriores, Juan Ramón, expresaba que la invitación de Putin correspondía con una “práctica protocolaria”.

Siguiendo con el tema judicial, el bloguero militar ruso Andrei Kurshin ha sido condenado a seis años y medio de prisión tras haber sido declarado culpable de “difundir deliberadamente información falsa sobre las fuerzas armadas de Rusia”. En particular, Kurkshin -quien en los primeros combates de 2014 luchó junto a los separatistas rusos en el este de Ucrania- había acusado a Rusia de cortar el acceso al agua a civiles ucranianos cerca de la localidad de Kryvyi Rih, así como de bombardear un hospital materno-infantil.

Del mismo modo, la ciudadana estadounidense Ksenia Karelina se ha declarado culpable de traición tras haber sido acusada de recaudar dinero para el Ejército ucraniano. En particular, se trató de una donación de 51,80 dólares a la ONG “Razom for Ukraine” que realizó mientras visitaba a sus abuelos en Rusia a principios de año.

Por último, y como curiosidad, finalmente el velero ruso Shtandart ha hecho escala en La Rochelle (Francia) a pesar de las sanciones que impiden su entrada a los puertos europeos con la autorización de la prefectura Charente-Maritime con el objetivo de repostar. Como muchos sabrán, se trata de una réplica de una fragata del zar Pedro el Grande que, como consecuencia de las sanciones, también se ha visto afectada para participar, por ejemplo, en diversas fiestas y encuentros marítimos. De hecho, a principios de julio se le prohibió entrar en el puerto de Brest y participar en las fiestas de la ciudad, ya que las sanciones de la UE cubren a “buques históricos” que enarbolasen bandera rusa antes de la invasión.


Comentarios

3 respuestas a «Guerra de Ucrania – Día 896»

  1. 525 km es el recorrido desde Kursk a Moscú.
    A pie aprox 5 o 6 días.

    Poca resistencia, movilización de tropas etc..

    Podría ser descabellado pensar que van a ir directamente a la capital de rusia?

    Si se plantan las tropas Ucranianas en la puerta de mosco sería a nivel publicitario una patada en los mismisimos .

    Pero en cambio estratégicamente etc..
    Se podría liar parda en varios sentidos o no?

    Se que suena descabellado pero no olvidemos que en la historia de la humanidad, hay cientos mil casos que era descabellado o un sin sentido etc.

    1. Resulta muy difícil de creer. En primer lugar, porque nadie duda de que en ese caso concreto la escalada estaría justificada. En segundo lugar, por las propias limitaciones de la logística, que en el caso ruso se han comido ejércitos enteros en el pasado.

    2. Poco le faltó al grupo Wagner para llegar a Moscú. Suena muy descabellado y loco pero yo ya creo que todo es posible

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