Guerra de Ucrania – Día 886

Jornada de continuidad en Ucrania, con rusos y ucranianos lanzando ataques con drones sobre el territorio del contrario y el Ejército ruso logrando nuevos avances en el este de Ucrania, mientras aprovecha su actual superioridad de fuerzas para agotar progresivamente a unas AFU con problemas para cubrir un frente tan amplio. Además, han vuelto a ser noticia el más de un centenar de cazabombarderos F-16 prometidos a Kiev, de los que solo una fracción serán entregados este año y sobre los que los medios estadounidenses descartan que puedan tener verdadera influencia sobre el devenir del conflicto. Mientras tanto, en la arena internacional, a la vez que Putin sigue utilizando la amenaza nuclear para mantener el control de la escalada, arrecian las críticas contra la colaboración a nivel militar entre Moscú, Bejing y Pyongyang y las disputas en el seno de la Unión Europea por el papel disruptor de la Hungría de Orban.

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La guerra de Ucrania sigue su curso, falta de noticias en los últimos días, toda vez que otros eventos internacionales como la celebración de los Juegos Olímpicos de París o el último ataque de Hezbollah a Israel, entre otros, han copado la atención internacional y que se aprecia un importante hartazgo respecto a este conflicto. De hecho, cualquiera que haya seguido con regularidad la actualidad de la guerra verá cómo el número de informaciones y su posición dentro de las principales cabeceras ha ido decayendo, al mismo tiempo que el número de periodistas destinados a cubrir el conflicto.

Sin embargo, continúan ocurriendo cosas, con una Rusia que mantiene su impulso y que si bien ciertamente avanza de forma muy lenta y gradual, logrando pequeños objetivos tácticos, se acerca cada vez más a los que parecen ser sus dos únicos objetivos estratégicos: 1) crear una zona de amortiguación en torno a Donetsk que permita que esta ciudad quede en el futuro fuera del alcance de los ataques de la artillería ucraniana de tubo y; 2) convencer a Ucrania y sus aliados de que no hay ninguna posibilidad de victoria militar, forzándoles a aceptar una negociación en sus términos.

Para ello no solo no dudan en poner más «carne en el asador», supliendo la relativa falta de de blindados -que ya comienzan a escasear en algunos casos- con medios de fortuna, como hemos explicado en alguna ocasión, destinados a que el coste de las operaciones sea el más contenido posible (el elemento humano no parece entrar en la ecuación), sino que una y otra vez recurren al «ruido de sables nuclear» para influir sobre la toma de decisiones por parte de los aliados de Ucrania, preocupados por el control de la escalada desde el día 1 de la invasión; un tema en el que, por cierto, los Estados Unidos siguen actuando como agente moderador frente a los ímpetus ucranianos.

Además, y al mismo tiempo, Rusia continúa conduciendo ataques dirigidos a minar no sólo la infraestructura energética y eléctrica ucraniana -que estaría ya en un estado crítico en cuanto a capacidad de generación, según algunas fuentes- (para lo que utiliza nuevos modelos de drones, además de los conocidos Shahed), sino también a hacer mella en la logísticas militar de las AFU, golpeando gracias a sus renovadas capacidades de observación y reconocimiento, objetivos muy por detrás de la línea de frente; lo mismo que los ucranianos, que también han incrementado sus ataques de este tipo en los últimos meses de forma notable.

Todo mientras desde fuentes ucranianas se continúan poniendo grandes esperanzas en la llegada de los prometidos F-16, de los que se han comprometido más de un centenar, si bien apenas un puñado estarán en poder de las AFU antes de que acabe el año y, por el momento, no se dispone ni de armas suficientes para que causen un gran efecto ni, al parecer, de un número adecuado de pilotos. Sea como fuere, cada vez son menos los que defienden ya que la llegada de estos aparatos, en las condiciones en que parece que se va a producir (esto es, con cuentagotas), pueda suponer un antes y un después en la guerra, pensando muchos como defendíamos desde hace más de un año que tendrán un papel relevante de cara a la disuasión, cuando la fase militar del conflicto llegue a su fin.

Así las cosas, en una jornada en la que Putin ha presidido el tradicional desfile naval en San Petersburgo, se han registrado nuevos ataques rusos contra Ucrania, aunque desde el Ministerio de Defensa de este país no se ha ofrecido por el momento un recuento oficial. Dicho lo cual, las defensas antiaéreas han estado activas nuevamente en la región de Odesa, se han registrado impactos en el aeropuerto internacional de Kiev, en donde ha sido atacado un radar, y también se ha informado de explosiones en Lyman. Además, Zelenski ha hablado, una vez más del lanzamiento por parte de Rusia de «alrededor de 700 bombas aéreas guiadas y más de 100 drones tipo Shahed para atacar Ucrania sólo durante esta semana«.

Ucrania, por su parte, ha lanzado varios ataques con drones contra infraestructuras rusas en las regiones fronterizas, provocando el incendio de una subestación en Tomarovka y dañando una central eléctrica en Glazunovka. Desde Rusia, además, aseguran que dos drones han sido derribados en la región de Nizhniy Novgorod al tiempo que denuncian el incendio de un depósito de combustible en la región de Kursk que habría afectado a tres de los tanques de dicha instalación. Además, el Ministerio de Defensa ruso ha hablado de la supuesta destrucción de «diecinueve vehículos aéreos no tripulados (UAV) sobre Kursk, nueve sobre Belgorod, tres sobre Voronezh, cinco sobre Bryansk y tres sobre las regiones de Leningrado».

En cuanto a los combates y los movimientos, una jornada más las novedades procedentes de los sectores más septentrionales del frente son casi nulas, no así de los de Donetsk y Zaporiyia. Eso sí, hay fuentes que aseguran que Rusia ha logrado consolidar una primera cabeza de puente al oeste del canal de agua dulce, en Chassiv Yar, aunque estamos a la espera de confirmación.

En el área al noroeste de Gorlóvka, apenas se han registrado cambios, si bien no ha faltado la actividad, con nuevos ataques rusos contra Pivnichne, en donde han logrado controlar algunas calles adicionales.

El grueso de la actividad continúa produciéndose al oeste de Avdiívka, en donde las tropas rusas están ensanchando el saliente a poniente de Ocheretyne dirigiéndose contra Vesele, Zhelanne y Serhiívka, logrando avances según algunas fuentes de hasta un kilómetro diario, algo que en otros contextos sería una cifra ridícula (hablamos de apenas 54 kilómetros cuadrados ganados en la última semana), pero que en términos de la guerra de Ucrania supone una cifra significativa y habla a las claras de las dificultades ucranianas para defender un frente tan amplio, que Rusia se ha preocupado de ensanchar con acciones como la de Járkov.

Más al sur, en Krasnohorivka, el Ejército ruso continúa también logrando pequeños avances y consolidando su posición en esta ciudad, de la que ya controla la mayor parte.

En el sector de Vuhledar, después de los últimos reveses, el Ejército ruso continúa probando con ataques sobre puntos poco habituales, buscando una grieta en las defensas ucranianas en dirección a la carretera T-0524, que en realidad controla ya por el fuego, dada la cercanía del frente respecto a esta.

Por último, ya en Zaporiyia, las tropas rusas han logrado avanzar unos metros al norte de la localidad de Robotyne, tomando una serie de trincheras ucranianas en la zona tras un reciente ataque.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Durante la jornada dominical, las nuevas noticias en el plano internacional relacionadas con la guerra han sido mínimas tanto del lado de Rusia como de Ucrania.

Empezando por la que es quizá la noticia más llamativa, se espera que Ucrania empiece a recibir pronto los primeros F-16 comprometidos por Bélgica, Dinamarca, Países Bajos y Noruega según informaba el Washington Post. Aún hay que esperar para conocer el número exacto que llegarán a Ucrania próximamente, esperando que no más de 20, siendo, además, solo 6 el total de pilotos que habrán terminado su formación durante el verano. En total, se comprometieron a enviar un total de 80 aparatos, pero la mayoría tardarán años en entregarse. A este respecto, el medio estadounidense ha incidido en que “los funcionarios ucranianos y occidentales advierten ahora que es poco probable que los aviones, alguna vez presentados por Kiev como un elemento de cambio, tengan un impacto inmediato en el campo de batalla, donde Rusia avanza lentamente”. Un asunto, sobre en el que en nuestros informes hemos hablado largo y tendido en más de una ocasión.

Por otro lado y pasando a las declaraciones más destacadas de la jornada, Estados Unidos y Japón han condenado en las últimas horas la creciente cooperación militar de Rusia con China y Corea del Norte durante la cumbre del Quad en Tokio. En particular, destacaron “con preocupación la creciente y provocadora cooperación militar estratégica de Rusia” con China refiriéndose a maniobras militares conjuntas cerca de Japón y denunciando el presunto apoyo de Pekín al esfuerzo bélico ruso. Asimismo, “condenaron enérgicamente la profundización de la cooperación entre Rusia y Corea del Norte” relacionado directamente por la adquisición de misiles balísticos y otros equipos norcoreanos por parte de Rusia.

Asimismo, al margen de la Cumbre, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se ha reunido con su homólogo indio, Subrahmanyam Jaishankar, para discutir, entre otros, una “paz justa y duradera” en Ucrania antes de que el primer ministro Narendra Modi viaje a Kiev en agosto.

Continuando con EE. UU., el medio de noticias ruso TASS realizó una pregunta al Pentágono acerca de si haría comentarios al respecto sobre las últimas declaraciones de Putin durante el desfile naval en San Petersburgo relativas al despliegue de misiles de alcance intermedio si Estados Unidos despliega misiles en Europa. No obstante, por el momento la respuesta fue a la pregunta fue “no” y, por el momento, no se han realizado comentarios adicionales desde Washington.

Desde la UE, han destacado las declaraciones del viceministro de Exteriores de Polonia, Wladyslaw Teofil Bartoszewski, quien, tras las últimas declaraciones controvertidas del primer ministro húngaro, Viktor Orban, que recogimos en nuestro informe anterior y en las que, entre otros, acusaba a Polonia de cambiar el equilibrio de poder en Europa debilitando el eje París-Berlín favoreciendo el integrado por Londres-Varsovia-Kiev-Estados bálticos y escandinavos, ha expresado sus dudas sobre la membresía de Budarest tanto en la UE como en la OTAN.

El representante polaco calificó el discurso de Orban como “un ataque a Polonia, Estados Unidos, la UE y la OTAN” y se preguntó públicamente el por qué Hungría quiere seguir siendo de organizaciones que “tanto le desagradan y supuestamente le tratan mal” y “por qué no forma [Orban] una alianza con Putin y algunos estados autoritarios de este tipo”. En esta línea, subrayó que “el principio es que si no quieres ser miembro de un club, siempre puedes retirarte. Sin duda, en estos momentos se trata de una política antieuropea, antiucraniana y antipolaca.

Asimismo, Bartoszewski mencionó que Hungría está bloqueando también el reembolso de equipos militares entregados a Ucrania a través del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (EPF) por importe de 509 millones de dólares. Del mismo modo, ha insistido en que Polonia, a diferencia de Hungría, no hace negocios con Rusia.

Hay que recordar que desde el pasado día 1 de julio Hungría ostenta la presidencia rotatoria del Consejo y que, desde el primer momento, no ha estado exenta de polémicas, pero las medidas por parte del resto del bloque contra Budapest aún no han sido contundentes. Por el momento, se han limitado a “boicotear” la reunión de la próxima reunión informal del Consejo de Asuntos Exteriores que debería haber tenido lugar en suelo húngaro, pero finalmente la sede será Bruselas.

Cambiando de tercio, Malasia ha solicitado unirse a los BRICS enviando su petición a Rusia, dado que en estos momentos ostenta la presidencia del grupo. Serguéi Lavrov, ministro de Exteriores ruso, prometió que Moscú ayudará a Kuala Lumpur a promover su interés en unirse a la organización. Igualmente, en el marco de la próxima cumbre de los BRICS en Kazán (Rusia) en octubre se espera que el presidente Putin se reúna con el nuevo presidente iraní, Masoud Pezeshkian.

Pasando al plano humanitario, se cumplen dos años de la explosión en Olenivka, en el óblast de Donestk, en la que fallecieron al menos 50 prisioneros de guerra ucranianos e hiriera a 151, siendo uno de los “crímenes rusos más horribles de esta guerra” y por el que Rusia debe rendir cuentas según el presidente Zelenski.

Sin embargo, hasta la fecha nadie ha rendido cuentas y un reciente informe de las Naciones Unidas confirma que Rusia ha bloqueado los esfuerzos de investigación no permitiendo, por ejemplo, el acceso a los observadores de la ONU ni se ha realizado ningún otro análisis por expertos independientes, pero también ha contaminado y alterado las pruebas en el lugar de los hechos. Asimismo, la ONU afirma que la falta de rendición de cuentas y las lesiones en el caso de Olenivka se inscribe en el “contexto más amplio de la tortura generalizada y sistemática de los prisioneros ucranianos” subrayando que las autoridades rusas siguen sometiendo a los prisioneros “a condiciones de detención deplorables, privándolos de atención médica y permitiéndoles un contacto limitado o nulo con la familia y el mundo exterior”. De este modo, una vez más, realiza un llamamiento para que se rindan cuentas y se respete el Derecho internacional humanitario.

Por último, y yéndonos hasta París, los organizadores de los Juegos Olímpicos supuestamente habrían retirado las acreditaciones de prensa a tres periodistas y un fotógrafo de la agencia de noticias TASS, si bien el comité organizador aún no ha hecho comentarios al respecto. TASS no dudó, además, en afirmar en su comunicado que anteriormente los organizadores habían negado la acreditación a varios periodistas por temor a “posibles actividades de espionaje”.

Según la portavoz del ministerio de Exteriores ruso, Maria Zakharova, para el presidente francés, Emmanuel Macron, todo va según el plan “el triunfo del liberalismo” y dirigiéndose a los periodistas afectados en los siguientes términos: “Al menos, no os picarán las ratas, no cogeréis un virus intestinal en el Sena ni os volverás locos los espíritus dementes”.


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