Guerra de Ucrania – Día 884

Con la atención internacional puesta sobre la espectacular y polémica ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos de 2024, marcada tanto por los sabotajes a las líneas de alta velocidad, como por la detención de supuestos espías rusos, la guerra de Ucrania ha continuado su curso con intensos combates en el este del país. Por otra parte, destaca la decisión de la Unión Europea de transferir a Ucrania los primeros 1.500 millones de euros procedentes de los intereses de los activos rusos congelados, mientras una Rusia que ha prometido respuesta aumenta sus tipos de interés para combatir la inflación derivada del esfuerzo bélico. Por último, cabe hacer una mención especial al plan presentado por David J. Urban y Mike Pompeo para poner fin a la guerra de Ucrania, si bien en los términos en que ha sido propuesto, resulta inviable.

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Aunque es un tema que se aleja de estos informes, lo ocurrido en los últimos días en Francia es digno de mención en varios aspectos. La ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos celebrada ayer en París vino precedida, por una parte, por un sabotaje muy bien ejecutado a las líneas de alta velocidad galas, afectando a las cuatro que confluyen en la capital del país. También, dos días antes por la detención de un supuesto espía ruso que tendría la misión de «desestabilizar» los Juegos Olímpicos. Es decir, que como era de esperar, los Juegos Olímpicos no han escapado al clima de tensión internacional que vive el mundo. Al fin y al cabo, lejos de lograrse la ansiada «tregua olímpica», han sido utilizados desde el inicio de la guerra por rusos y ucranianos como campo de batalla político y simbólico.

Lo simbólico, precisamente, tuvo un papel destacado en la ceremonia de apertura. Está, que fue espectacular y por primera vez abandonó el limitado espacio de un estado olímpico para abrirse a la enormidad y belleza de la capital francesa -conscientes los galos de que era una oportunidad de oro para vender sus activos turísticos al mundo-, fue una ceremonia particularmente polémica. Muy en la línea de Eurovisión, un mensaje un tanto forzado de diversidad e inclusión terminó opacando todo lo demás y, lo que es peor, robando hasta cierto punto la atención a los que deberían ser los verdaderos protagonistas: los atletas y los valores del olimpismo.

Sin embargo, no se puede olvidar -y lo visto ayer en París tiene mucho que ver-, que en Europa y buena parte del mundo están luchando dos formas de entender la sociedad, los valores, la libertad, los derechos y muchos otros asuntos, en lo que es una batalla a ultranza que no deja de retroalimentarse constantemente y en la que los defensores de cada una de estas visiones se radicalizan a cada nuevo paso del contrario.

Una guerra de la que ayer se libró una nueva batalla, al igual que se hizo anteriormente en Eurovisión y de la que el público participa a través de las redes sociales, alabando unos lo que consideran un canto a la diversidad y la libertad y criticando otros lo que piensan es una concepción mal entendida de los derechos y una actitud que tiene más que ver con el libertinaje que con la libertad. Todo entre críticas recurrentes a ciertas transgresiones que, según entienden muchos, no se dirigen contra todo tipo de credos y valores por igual, sino que atacan específicamente los de raíz cristiana, evitando hacer lo mismo con otros como el Islam, por sus posibles consecuencias.

En otro orden de cosas, también fue ayer noticia un artículo publicado por dos primeros espadas de la política exterior y la defensa estadounidenses, David J. Urban y Mike Pompeo (este último fue secretario de Estado norteamericano durante la Administración Trump). En el escrito, publicado en el Wall Street Journal, se proponía una posible forma de poner fin a la guerra de Ucrania si Trump vuelve a la Casa Blanca, ofreciendo algunas posibilidades interesantes, aunque difícilmente aplicables.

Más exactamente, la idea de estos autores, es que Trump fuerce una salida a la guerra poniendo a Putin en la tesitura de retirarse de Ucrania o de ver cómo la ayuda a este país se multiplicaría, a la par que las medidas tomadas contra Rusia, incluyendo nuevas sanciones o una revitalización de la OTAN. Dicho esto, el apoyo a Ucrania, que sigue siendo defendido por la mayoría del electorado estadounidense, como hemos explicado en alguna ocasión, difícilmente se cortará en seco si Trump accede a una nueva presidencia. Ahora bien, el «plan» de Pompeo y Urban tiene pocas posibilidades de implementarse tal cual ha sido esbozado.

Dicho esto, lo más probable es que Trump, en su línea habitual, efectivamente utilice la amenaza de aumentar el apoyo a Ucrania para intentar que Rusia rebaje sus ambiciones de cara a una futura negociación. Sin embargo, aspectos como el de «Crear un programa de “préstamo y arriendo” de 500.000 millones de dólares para Ucrania. En lugar de cargar a los contribuyentes estadounidenses con más facturas, permitir que Ucrania se endeude tanto como necesite para comprar armas estadounidenses con las que derrotar a Rusia» parecen casi imposibles de llevar a la práctica. Es más, cuando esto se hizo, en la Segunda Guerra Mundial, fue en realidad en forma de donaciones, con lo que la carga para el contribuyente fue la misma. Otros como «Levantar todas las restricciones sobre el tipo de armas que Ucrania puede obtener y utilizar» conducirían a una escalada inasumible.

Por lo tanto, más allá de globos sonda, lo más factible es que una victoria de Trump, en relación con Ucrania, no supusiese un cambio inmediato, manteniéndose el apoyo en un primer momento, fijándose fechas claras a Kiev para que este país logre mejorar su posición y amenazando a Rusia con aumentar la ayuda si no accede a negociar apartándose de su postura de máximos, pero no adoptando un plan tan extremo como el propuesto por Pompeo y Urban, de ahí que en Twitter hablásemos de algún tipo de «híbrido» entre esta propuesta y otras mucho más razonables… y viables.

Pasando a la actualidad sobre el terreno, en las últimas horas si bien se han registrado diversas alertas aéreas en varios puntos de Ucrania, no ha habido noticia, a la hora de redacción de este informe, de impactos. Eso sí, desde el Ministerio de Defensa de ucrania han publicado un gráfico en el que se recogen los misiles y drones que supuestamente habrían logrado derribar en las últimas horas, 17 en total, sumando los modelos de ataque y los de observación y reconocimiento.

Del lado contrario, Rusia ha denunciado una vez más el lanzamiento de decenas de drones contra su territorio. De hecho, aseguran que durante la semana, han derribado «un helicóptero Mi-8 de la Fuerza Aérea de Ucrania, 10 misiles tácticos ATACMS fabricados en EE. UU., dos misiles tácticos Tochka-U, nueve bombas guiadas Hammer fabricadas en Francia, 36 misiles HIMARS fabricados en EE.UU., así como 623 vehículos aéreos no tripulados». Dicho esto, se ha registrado un ataque contra la base aérea de Diáguilevo (54.65079944062426, 39.57206456330763) y contra una refinería, ambas situadas en Riazán. Además, desde fuentes proucranianas se han publicado varias imágenes de los supuestos efectos del ataque de hace unas horas a la base aérea de Saki que, en realidad, corresponden a un ataque de 2022. Un ataque que, como puede verse sobre estas líneas, tuvo lugar, que posiblemente implicó el empleo de misiles ATACMS, pero del que no obstante por ahora se desconocen las consecuencias.

Mientras tanto, en lo relativo a los combates, comenzando por el sector de Járkov se continúa luchando en el centro de esta ciudad, en donde los enfrentamientos siguen siendo calle por calle, con algunos avances mínimos por parte de Ucrania en las últimas jornadas.

Más al sur, en la antigua línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, el Ejército ruso ha seguido presionando en la zona de Pishchane, en esta ocasión intentando expandir el saliente del que hablábamos ayer en dirección norte, logrando de paso ganar algo de terreno en dicha dirección.

Lo más relevante, mientras Rusia adopta algunos cambios organizacionales, sigue ocurriendo en el sector de Pokrovsk (antiguo sector de Avdiívka), en donde el Ejército ruso sigue empujando a caballo de la vía del ferrocarril, atacando en dirección a Ivanivka, Lysychne y Vesele, mientras intenta progresar algo más al norte hacia Vozdhyzenka y, al sur, por toda la orilla oriental del río Vovcha.

En el sector de Gorlóvka, las tropas rusas han continuado lanzando ataques tanto en dirección a Toreskt desde Pivnichne y Zalizne, como hacia el norte y oeste de Niu-York, siguiendo con lo visto ayer. No hay apenas cambios, no obstante.

Por último, en el sector de Mariínka nos encontramos con que las tropas rusas ya controlan alrededor de tres cuartos de la localidad de Krasnohorivka, habiendo quedado las tropas ucranianas relegadas a la parte noroccidental de esta ciudad, si bien algunas fuentes son más conservadoras en relación con los avances rusos.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Durante la jornada 884 de la guerra, como se ha explicado, los ojos del mundo estaban puestos principalmente en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de París. Dicho lo cual, desde Ucrania han sido varias las muestras de orgullo y ánimo al su equipo olímpico, empezando por el mensaje del presidente Zelenski. El mandatario señalaba que están orgullosos de su equipo que, pese a la guerra, han podido prepararse y demostrar lo que motiva a todos los ucranianos.

Siguiendo con los Juegos Olímpicos, hay que recordar una vez más que los atletas rusos y bielorrusos competirán bajo bandera neutral en estos Juegos, debido a las restricciones impuestas por el Comité Olímpico Internacional derivadas de la guerra en Ucrania. De esta forma, aplicando las “estrictas condiciones de elegibilidad” -por ejemplo, que no hayan apoyado abiertamente la guerra o hayan estado afiliados a organizaciones militares o de seguridad de Rusia o Bielorrusia- únicamente 15 atletas rusos se han clasificado para competir en esta edición; siendo la cifra más baja en 30 años cuando en 1994 Rusia compitió en los Juegos Olímpicos de Invierno por primera vez separada de la Unión Soviética y del “United Team”.

Pasando a otras cuestiones, Ucrania ha recibido buenas noticias desde la UE en las últimas horas. La Comisión Europea ha confirmado que el primer tramo de intereses derivado de los activos rusos congelados por un importe de 1.500 millones de euros se ha puesto a disposición de Ucrania. En palabras de la presidenta del Ejecutivo europeo, Ursula von der Leyen, “no hay mejor símbolo ni mejor uso para el dinero del Kremlin que hacer de Ucrania y de Europa un lugar más seguro para vivir”. Un hecho interesante, toda vez que ha llegado unos días antes de lo esperado. De hecho, durante la rueda de prensa que siguió al Consejo de Asuntos Exteriores del pasado lunes 22 de julio, el Alto Representante Josep Borrell expresó que se esperaba que esto sucediese a principios de agosto y por un importe de 1.400 millones.

Asimismo, la Comisión Europea ha reiterado que estos fondos se canalizarán a través del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz (EPF) y del Fondo para Ucrania y se emplearán tanto para apoyar las capacidades militares del país, así como su reconstrucción. Ha sido Borrell quien ha precisado que con los 1.400 millones de euros asignados al EPF van a financiar la adquisición de equipos militares prioritarios, en particular, defensa aérea y munición de artillería. Además, esto también se realizará a través de adquisiciones a la industria de defensa ucraniana.

Siguiendo con la actividad de la UE, Borrell se ha reunido con Laos con el ministro de Exteriores Wang Yi, horas después de que el representante chino haya conversado con sus contrapartes ucraniana y rusa. El jefe de la diplomacia europea ha aprovechado la ocasión para instar a China a aprovechar su influencia y persuadir a Rusia para que cese su guerra contra Ucrania, apoyar el proceso de paz y detener la exportación de bienes de doble uso a Rusia.

Por su parte, el asesor del presidente Zelenski, Mikhailo Podolyak insistía en que la presión diplomática, especialmente la de China, es muy importante para explicar al Kremlin que escalar el conflicto va en detrimento de todos los participantes en la economía global. Incidía igualmente en que “al parecer” China tiene bastante claro el papel que desempeña a día de hoy en el mundo y está definitivamente interesada en respetar el Derecho internacional.

De otro lado, Podolyak subrayaba que el único agresor es Rusia, si bien están preparados para un “proceso de negociación en condiciones justas” pero considera que Moscú aún no está lista y que “solo está preparada para la guerra, la escalada y la expansión”. A colación del proceso de paz, hay rumores de que el primer ministro de India, Narendra Modi, podría ofrecer la mediación de Nueva Delhi para resolver el conflicto durante su visita prevista a Ucrania el próximo agosto.

En otro orden de cosas, el Ministerio de Agricultura ucraniano ha confirmado que han logrado cosechar más de 22 millones de toneladas de cereales y semillas oleaginosas, y han transportado 60 millones de toneladas a través del corredor marítimo desde los puertos de Gran Odesa en los últimos 11 meses. Cabe recordar que tras fracasar los intentos por renovar el Acuerdo de la Iniciativa de Grano del Mar Negro adoptado a finales de julio de 2022 y que expiró prácticamente un año después, Ucrania estableció un corredor marítimo temporal para poder continuar exportando sus productos agrícolas.

Del lado de Rusia, hay que destacar en primer lugar que se espera una nueva aparición pública del presidente Putin en las próximas horas. En particular, durante la jornada dominical en la que se prevé que asista al desfile con ocasión del día de la Armada rusa en San Petersburgo.

Por otro lado, el encargado comercial de la embajada de Rusia en Bucarest fue convocado por el Ministerio de Exteriores rumano tras haberse encontrado restos de un dron ruso en Tulcea, cerca de la frontera con Ucrania, que había sido empleado por las tropas rusas para atacar las infraestructuras portuarias ucranianas. Así pues, el representante del Ministerio de Exteriores de Rumanía expresó “la enérgica protesta de las autoridades rumanas y condenó los repetidos ataques de las fuerzas rusas contra la infraestructura civil ucraniana, exigiendo su cese de inmediato” y “recordó que atacar objetivos civiles constituye un crimen de guerra”.

Además de esto, y como adelantábamos en la entradilla, el Banco Central Ruso ha anunciado la revisión de su tipo de interés oficial del 16 al 18% con el objetivo de contener la inflación; siendo esta una preocupación expresada anteriormente por Dmitry Peskov en nombre del Kremlin. De este modo, el Banco considera que para que la inflación caiga, es necesario “endurecer aún más” la política monetaria.

Asimismo, un día más es obligado hacer referencia a las últimas detenciones y condenas en Rusia. De un lado, el ex viceministro de Defensa de 2008 a 2022 Dmitri Bulgakov, ha sido detenido bajo sospecha de haber cometido delitos de corrupción y se encuentra en prisión preventiva. De otro, cinco personas acusadas de alta traición o terrorismo han sido condenadas a largas penas de prisión en Rusia. Concretamente, un activista transgénero acusado de transferir dinero a Ucrania por cuenta del ejército, dos hombres por “participar en una organización terrorista”, un hombre sospechoso y otro acusado de traición por intentar unirse a la Legión Rusa de la Libertad que lucha junto al Ejército ucraniano.

Por último, las autoridades rusas han extraditado desde Turquía a un sospechoso del atentado con coche bomba en Moscú el pasado miércoles 24 de julio, si bien no se ha desvelado su identidad al haber rumores de que puede tratarse de un oficial ruso perteneciente al GRU. Según el vídeo difundido por la agencia de noticias TASS, el sospechoso afirmaba haber actuado en nombre del Servicio Especial Ucraniano (SBU) para “liquidar a un oficial ruso” a cambio de “la ciudadanía ucraniana y una bonificación de entre 10.000 y 20.000 dólares”.


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