Guerra de Ucrania – Día 881

Según algunas fuentes, la situación ucraniana en el área de Pokrovsk es «crítica» después de que el Ejército ruso haya logrado aprovechar en sus avances el hecho de que allí estuviesen situadas algunas de las unidades más débiles de las Fuerzas Armadas ucranianas, en una situación hasta cierto punto comparable a la vivida semanas atrás en Ocheretyne. En otro orden de cosas, desde la OTAN consideran que Ucrania está logrando volver a la relación de costes adecuada en su defensa contra los drones de largo alcance rusos. Además, se han publicado cifras interesantes respecto a la relación de disparos diarios efectuados por la artillería rusa en algunos momentos de la guerra de Ucrania. Por último, en el apartado internacional sigue siendo noticia el viaje de Dmytro Kuleba a China, mientras un tercio de los ucranianos se declara ya dispuesto a hacer concesiones territoriales a cambio de la paz.

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La guerra de Ucrania es, como todo conflicto bélico, también una guerra de cifras. A lo largo de casi novecientos informes hemos hablado, una y otra vez, sobre las relaciones de costes y cómo estas han condicionado el rendimiento de uno y otro ejército a lo largo de más de dos años de combates. También hemos hablado sobre los pasos dados por uno y otro bando por alcanzar una relación de costes más favorables, especialmente a propósito del empleo de drones de bajo coste tanto para el nivel táctico como para el operacional y el estratégico, y también del uso del «armamento barroco» frente a estos, entre otros temas.

A colación, en las últimas horas el general de cuatro estrellas estadounidense James Hecker, jefe de las Fuerzas Aéreas de Estados Unidos en Europa (USAFE), ha declarado que las Fuerzas Armadas ucranianas, a pesar del éxito inicial de Rusia empleando drones Shahed contra la infraestructura del país y como medio de trasladar los costes de la guerra a los aliados de Kiev, han logrado adaptarse a esta amenaza. Desde luego, si las tasas de derribos publicadas con regularidad por el Ministerio de Defensa del país son ciertas, cabe concluir que es así. Pese a lo cual tampoco puede perderse de vista que el daño causado hasta ahora ha sido masivo y que la situación en cuanto a capacidad de generación y distribución por ejemplo de electricidad es preocupante.

Hecker, que da datos interesantes acerca del sistema empleado por los ucranianos para detectar en vuelo los drones Shahed, describiendo un sistema distribuido basado en una malla de 9.500 torres de detección erigidas a un coste muy razonable (el sistema Skyfortress) utilizando como sensor un micrófono y como transmisor un teléfono móvil, asegura además, como es lógico, que varias naciones OTAN están considerando adoptar este tipo de tecnologías, si bien no hay que perder de vista que su aplicación es puntual, ya que otros drones que vuelen a más altura que los Shahed o que sean de otro tamaño, serán más difíciles o imposibles de detectar por este medio.

Lo relevante, en cualquier caso, es que los pasos dados por Ucrania, que van más allá de la instalación de sensores y que incluyen el uso de aplicaciones móviles para que la población pueda alertar sobre la presencia de drones, o la creación de unidades de «cazadores de Shaheds», montados sobre pick-ups y con armamento como ametralladoras o cañones antiaéreos convencionales (y, en muchos casos, muy vetustos pero perfectamente útiles) han permitido aminorar esta amenaza. Una amenaza de la que, por cierto, se desconoce todavía el coste real que tiene su producción/adquisición para Rusia por unidad.

De hecho, los Shahed han pasado a ser empleados desde hace tiempo no como forma de llevar a cabo los ataques (al fin y al cabo sus posibilidades de traspasar las defensas son cada vez menores y su carga bélica es relativamente escasa), sino de consumir recursos para Ucrania y sus aliados, mientras los misiles se encargaban, en el marco de oleadas masivas, de alcanzar los objetivos vitales, algo también cada vez más complicado a medida que Ucrania ha seguido recibiendo sistemas antiaéreos modernos. Sea como fuere, la relación de costes, según vayan trascendiendo datos, será un elemento a estudiar con detenimiento tanto en este escenario, como en el de Oriente Medio…

En otro orden de cosas, pero siguiendo con la relación de costes, tenemos que Michael Kofman ha publicado recientemente un interesante hilo en la red social antes conocida como Twitter, en el que critica algunas de las asunciones más comunes respecto al consumo ruso de disparos de artillería durante lo que va de guerra. En concreto, las cifras de en torno a 60.000 disparos diarios que se cree que el Ejército ruso pudo llegar a realizar en momentos puntuales del primer año de conflicto, como cuando se produjo la batalla por Severodonetsk y Lysychansk.

Según Kofman, habría que rebajar estas cifras de forma sustancial, de modo que hablaríamos de una cantidad de disparos sostenida durante 2022 del orden de 15.000 a 20.000 disparos diarios (por parte exclusivamente de obuses, MLRS y morteros de mayor calibre), con picos máximos de 35.000 a 40.000 disparos, totalizando un consumo de munición de entre 5,5 y 6 millones de proyectiles a lo largo de ese año. Una cifra a la que habría que sumar aquella otra munición destruida por Ucrania durante sus ataques y que podría sumar, como mínimo, entre 0,5 y 1 millón de disparos adicionales.

La explicación que da para rebajar estas cifras es que se basan en datos de sectores concretos del frente, en los que sí se habría llegado (de hecho, fueron muchos en su momento los mensajes de Telegram de los propios ucranianos) a relaciones de 10 a 1 a favor de la artillería rusa, en un momento en el que Ucrania era capaz de disparar unos 5.000 o 6.000 proyectiles por día. Es decir, que se hizo una extrapolación bastante burda según la cual se tomó la diferencia en un sector y se multiplicó por los disparos que las AFU hacían en total, concluyendo entonces que la misma situación se daba en el conjunto del frente.

A partir de ahí, además, Kofman añade que a día de hoy (incluso a pesar de la ayuda norcoreana y de haber aumentado los ratios de producción de su industria de defensa para alcanzar -supuestamente- los cuatro millones y medio de disparos producidos o reacondicionados en 2024), Rusia vendría realizando, desde mediados de 2023, aproximadamente 10.000 disparos diarios, de forma bastante sostenida a pesar de las pérdidas sufridas a mano de los drones FPV y el fuego de contrabatería ucraniano.

Sea como fuere, Rusia se ha beneficiado de las carencias ucranianas en relación con el arma de artillería, que solo ahora comienzan a revertirse aunque a duras penas. También de la entrada en servicio de las bombas planeadoras, que han permitido una solución más rentable en términos de coste/efectividad a Rusia, permitiendo un volumen de destrucción comparable al de varios obuses, con mayor precisión y a distancias mayores, si bien resulta complicado incluir estas armas en cualquier cálculo comparativo con la artillería de tubo, dado que todavía no hay demasiados datos fiables más allá de las cifras proporcionadas por Shmyhal o Zelenski, que hablan de decenas de lanzamientos diarios.

Pasando ya a las novedades sobre el terreno, tenemos en las últimas horas que Rusia ha empleado drones y misiles contra el territorio ucraniano una jornada más. Entre otros, se ha registrado un fuerte incendio en Malodolynske, en Odesa, presumiblemente causado por el impacto de un vector ruso. Por el momento no se ha publicado recuento alguno de daños o del número de drones y misiles empleados.

En el caso de Rusia, han trascendido nuevas imágenes del ataque ucraniano de ayer contra un ferry situado en el puerto de Kavkaz. Además, se han registrado ataques ucranianos contra Lugansk, Gorlóvka o Schebekino, entre otros. Según el Ministerio de Defensa ruso habrían destruido en la última jornada «tres bombas guiadas Hammer de fabricación francesa, 15 sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS de fabricación estadounidense y 151 vehículos aéreos no tripulados, incluidos 82 sobre el territorio de la Federación de Rusia».

Dicho esto, y pasando a los combates y los movimientos, tenemos que las novedades en el sector más septentrional del frente -el de Járkov-, son mínimas. Por una parte se confirma lo que explicamos ayer sobre Hlyboke y, por otra, que los ucranianos habrían retomado posiciones en las semanas pasadas en Chuhuiv.

En la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, las tropas rusas han completado la toma de la aldea de Pischane, algo que ha quedado constatado a través de un vídeo en el que se aprecia una bandera rusa ondeando en el centro de esta población.

En el sector de Siversk, por su parte, el Ejército ruso ha reclamado la captura de Ivano-Darivka, donde hace ya unos días se había visto una bandera rusa, si bien no se había constatado una presencia firme. Además, han avanzado al noreste de Rozdolivka, tras tomar una trinchera hasta ahora en poder de Ucrania.

Sin novedades de Bakhmut, el siguiente punto de interés nos lleva directamente al sector de Avdiívka, pues por parte de fuentes ucranianas se habla de una situación «crítica» en dirección a Pokrovsk después de los últimos avances rusos, que habrían sido de hasta seis kilómetros en el plazo de unas pocas semanas. Una opinión que parece diferir en mucho de la del jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas, Oleksandr Sirskyi, quien recientemente ha declarado ante la prensa británica que sabe que ucrania ganará y también el «cómo» lo hará, aunque no ha dejado de lamentar, al mismo tiempo, las diferencias materiales entre uno y otro ejército, que cifra en «1:2 o 1:3» a favor de Rusia, asegurando que el número de carros de combate o vehículos rusos se ha duplicado en los últimos tiempos. Una entrevista, volviendo sobre el tema que nos ocupa, en la que una de las declaraciones más relevantes tiene que ver con el hecho de que Sirskiy considera que los avances rusos son tácticos y no operacionales. Sea o no, lo cierto es que en las últimas horas el Ejército ruso ha seguido atacando en distintos puntos de este sector, expandiendo su área de control en torno a Prohres, así como en Novoselivka Persha.

En cuanto al sector de Vuhledar, después de los últimos ataques rusos han aparecido testimonios gráficos de las pérdidas sufridas por este ejército, contabilizándose hasta una veintena de vehículos destruidos en su mayor parte por la acción de la artillería ucraniana.

Como curiosidad, para finalizar, en la Duma rusa se ha presentado una propuesta que permitiría a los comandantes rusos sobre el terreno castigar a aquellos subordinados que empleen sus dispositivos móviles cerca del frente, en la que sería una medida de seguridad de las operaciones (OPSEC) que aunque llegue tarde, o precisamente por ello, sigue siendo necesaria para cualquier ejército que se precie.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Abrimos la sección internacional con la visita del ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania a China, la primera de un alto funcionario ucraniano desde que comenzase la invasión. Durante la jornada, Kuleba ha declarado que tiene previsto reunirse con su homólogo chino, Wang Yi, para mantener “conversaciones profundas, detalladas y sustantivas” sobre las formas de lograr una paz justa. Según el representante ucraniano, uno de los objetivo debe pasar por evitar la competencia entre planes de paz, de ahí la importancia de mantener un “diálogo directo” y del intercambio de las distintas posiciones. 

Por su parte, el presidente Zelenski ha conversado por teléfono con el nuevo primer ministro de Ucrania, Kristen Michal, en su primer día de trabajo. En particular, Michal -que sucede a Kaja Kallas tras haber sido nominada a Alta Representante de la UE dándole el relevo a Borrell en el próximo ciclo político- ha reafirmado al líder ucraniano el apoyo continuo a Kiev tanto en su integración en la UE como en la OTAN. Asimismo, han discutido de la cooperación entre ambos países en curso, pero también de sus empresas, destacando Zelenski que Estonia es uno de los aliados más comprometidos al dedicar el 0,25% de su PIB a ayudar a Ucrania. Igualmente, este compromiso a largo plazo con Ucrania también ha sido expresado en las últimas horas por el ministro de Defensa estonio, Hanno Pevkur, durante su encuentro con el secretario de Defensa estadounidense, Lloyd Austin.

Además de esto, el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, también ha conversado con Lloyd Austin, sobre los últimos desarrollos en el frente y las necesidades urgentes en el campo de batalla. El ministro ucraniano reiteró la importancia y la urgencia de levantar las restricciones a los disparos de largo alcance argumentando que Ucrania debe tener derecho a destruir los aeródromos enemigos desde donde los aviones de combate bombardean ciudades e infraestructuras críticas ucranianas.

Continuando con los intercambios con EE. UU., Andriy Yermak, jefe de la Oficina de la Presidencia de Ucrania, ha discutido con Phil Gordon, asistente del presidente y asesor de seguridad nacional de la vicepresidenta, acerca de la situación en el frente y del incremento de ataques rusos sobre ciudades ucranianas. De este modo, una vez más, ha insistido en la importancia de fortalecer la defensa aérea ucraniana con sistemas de armas occidentales modernos.

Para finalizar con las cuestiones relativas a Ucrania y Estados Unidos, la norteamericana Boeing ha firmado un memorando con Antonov para seguir colaborando en proyectos de defensa. En particular, se prevé que cooperen en materia de entrenamiento, logística y revisión de los sistemas aéreos no tripulados tácticos empleados por las Fuerzas Armadas de Ucrania, incluido el dron Scan Eagle de Insitu (filial de Boeing). Asimismo, desde Boeing explorarán las posibilidades de proporcionar apoyo de ingeniería a Antonov.

Mientras tanto, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, ha informado de que el Gobierno ha logrado una subvención por importe de 3.900 millones de dólares de EE. UU. a través del Banco Mundial para pagar salarios de médicos, personal de rescate y profesores, y programas de apoyo social. Asimismo, al contar con una evaluación positiva de la Comisión Europea sobre las reformas en los ámbitos presupuestario, aduanero, anticorrupción y energético esperan contar con la próxima partida de ayuda por importe de 4.100 millones de euros en septiembre.

Sin embargo, la actividad de Shmyhal no se ha limitado a esto, pues ha recibido en Kiev a los asesores internacionales sobre integración europea del NB8 (Nordic-Baltic cooperation), es decir, de Dinamarca, Estonia, Finlandia, Islandia, Letonia, Lituania, Noruega y Suecia. Durante su encuentro, además de agradecerles su apoyo continuo a Ucrania, incluido a la Fórmula de Paz, y la firma de acuerdos de seguridad, destacó que Ucrania será “una parte importante de la UE y de la estrategia económica europea”, especialmente en las áreas de seguridad alimentaria global, tecnologías de la información, materias primas críticas y ciberseguridad.

A colación de la seguridad alimentaria, Ucrania ha aprobado su Estrategia en este ámbito hasta 2027 fijándose tres objetivos clave: 1) estimular el desarrollo de la producción agrícola y abastecer el mercado; 2) garantizar la disponibilidad de alimentos para todos los grupos de la población y; 3) fortalecer el componente de seguridad y eliminar las amenazas.

Continuando con la actividad institucional en Kiev, la Verkohvna Rada (Parlamento ucraniano) ha aprobado por 338 votos a favor la 12ª prórroga de la ley marcial desde el 12 de agosto durante otros 90 días adicionales -esto es, hasta el 9 de noviembre. Asimismo, Kiev y Chisináu están discutiendo el regreso de los desertores del servicio militar en Ucrania que se encuentran en territorio moldavo. Aunque no hay cifras oficiales, a finales de 2023 la BBC informó que el número de hombres ucranianos que ha cruzado a países fronterizos y escapado a la movilización era aproximadamente 20.000.

Por otro lado, según una encuesta del Instituto Internacional de Sociología de Kiev, un 55% de ucranianos no está dispuesto a que su país ceda territorios bajo ninguna circunstancia, incluso aunque por ello la guerra se prolongue y haya amenazas a la preservación de la independencia. No obstante, el porcentaje de ciudadanos dispuestos a que se logre la paz y se preserve la independencia, incluyendo la posibilidad de ceder territorio, ha incrementado hasta un 32% frente al 10% del año pasado.

Del lado de Rusia, se espera que el ministro de Exteriores Serguéi Lavrov intervenga hoy en un evento de la ASEAN en Laos presentando la iniciativa de Putin para crear una arquitectura de seguridad euroasiática. A este respecto, y como ha explicado Lavrov, Rusia siente la necesidad de discutir la militarización de la región Asia-Pacífico junto con los intentos de desplegar más armas estratégicas y de aprovechar el potencial de conflicto con la OTAN.

Por otro lado, Moscú ha prohibido la entrada a Rusia a 13 ciudadanos japoneses en respuesta a las sanciones adoptadas por Tokio. Entre los sancionados se encuentran, por ejemplo, Akio Toyoda, presidente del Consejo de Administración de Toyota Motor Corporation o Hiroshi Mikitani, fundador de Rakuten Corporation.

Pasando a otros ámbitos, el medio ruso independiente Mediazona y la filial de la BBC en Rusia han identificado ya a 59.725 soldados rusos fallecidos desde el inicio de la guerra, si bien siendo conscientes de que las cifras son mayores. De hecho, estos medios calculan que hasta junio de 2024 la cifra ascendía aproximadamente a 120.000 muertos.

Por último, cabe hacer referencia una vez más a detenciones y juicios. De un lado, las autoridades rusas han anunciado que el pasado mayo se produjo la detención del abogado ruso-alemán Guerman Moïjes acusado de “alta traición”. En paricular, Moïjes prestaba servicios dedicados a ayudar a ciudadanos rusos a obtener permisos de residencia en Europa, si bien, el tribunal de Lefortovo en Moscú ha prorrogado su detención preventiva sin facilitar información acerca de los cargos de los que se le imputan. Desde Berlín, el Ministerio de Asuntos Exteriores ha lamentado públicamente que Rusia trate a los ciudadanos con doble nacionalidad “exclusivamente como ciudadanos rusos” y se esté negando el acceso consular directo a sus ciudadanos ruso-alemanes desde hace aproximadamente dos años.

De otro, un tribunal de Moscú ha condenado en rebeldía al periodista ruso exiliado Mikhail Zygar a ocho años y medio de cárcel por difundir “noticias falsas” sobre el Ejército ruso. En particular, las acusaciones se remontan a abril de 2022 cuando Zygar acusó a las tropas rusas de cometer crímenes de guerra en la localidad ucraniana de Bucha.

Adicionalmente, y a escasos tres días de que den comienzo los Juegos Olímpicos, un ciudadano de nacionalidad rusa ha sido detenido en París bajo sospecha de intentar desestabilizar la situación en el país durante el evento deportivo.


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