Zelenski, en una reciente rueda de prensa, ha vuelto a mostrar su disposición a hablar con Rusia en el marco de una segunda Cumbre de Paz. Además, de sus declaraciones se desprende que el marco temporal de la guerra sigue extendiéndose al menos hasta el primer cuarto de 2025 y, también, cierta rebaja en los objetivos de máximos, de la que ya habláramos semanas atrás. Todo en una jornada en la que España ha confirmado el envío a Ucrania de los primeros diez de los diecinueve carros de combate Leopard 2A4 prometidos en este segundo lote, en la que desde Estados Unidos han confirmado que las restricciones al empleo del armamento de largo alcance sobre territorio ruso se mantienen y en la que las autoridades rusas han condenado a la conocida periodista ruso-estadounidense Masha Gessen en rebeldía.
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Los ingenieros rusos estarían buscando la forma de aumentar el alcance de las bombas planeadoras basadas en las FAB-3000 (las más potentes en servicio con sus Fuerzas Armadas), incrementándolo hasta los 70-75 kilómetros frente a los 45-50 actuales, según se desprende de varios mensajes aparecidos en fecha reciente en distintos canales de Telegram y cuentas de Twitter rusas. De hecho, hay quien va más allá y sostiene que este esfuerzo no afectaría solo a las FAB-3000 sino que aplicaría a todos los kits UMPK en servicio, en lo que es una noticia preocupante para las AFU.
La intención rusa, como cabe suponer, es doble. Por una parte, estarían buscando alejar más si cabe a sus bombarderos tácticos de los sistemas de defensa antiaérea ucranianos, ahora que la llegada de nuevas baterías Patriot y NASAMS está cerca de ser una realidad, tras los anuncios al respecto hechos durante la reciente Cumbre de Washington. Por otra, se busca que puedan operar lo más al interior posible de las fronteras rusas, como forma de defenderse también de los cazabombarderos F-16, de los que algunos de los primeros ejemplares prometidos a Ucrania habrían comenzado a entregarse.
Resulta interesante, en relación con esto, ver cómo ambos bandos intentan contrarrestar también en el nivel técnico (recordemos la clasificación de niveles de la estrategia hecha en su día por Edward Luttwak) los esfuerzos del contrario, en ambos casos con una intención operacional y estratégica clara, pues se están preparando para llegar a unas posibles negociaciones con cuantos más argumentos, mejor.
Así, si la «teoría de la victoria» rusa busca el agotamiento de Ucrania y sus aliados, a la vez que seguir arañando pequeñas franjas de territorio aunque sea a un coste ingente, los ucranianos juegan tanto con la posibilidad de una futura ofensiva (en este sentido los F-16 serían fundamentales para no repetir los errores del pasado verano) y, también, con el hecho de que sus aliados -al menos los principales- se han comprometido a seguir prestando apoyo económico y militar durante los próximos diez años, a través de los numerosos acuerdos de seguridad firmados.
Al respecto, no debe olvidarse que desde Ucrania ya dejaron caer, días atrás, que tras la reciente Cumbre de Paz Global celebrada en la localidad suiza de Lucerna, sería necesaria una segunda reunión al menos, esta ya sí con presencia rusa. Este país, sin embargo, dejó claro que no tiene intención de participar en un encuentro en el que se persiga imponer la «Fórmula de Paz» de Zelenski, si bien han mostrado una y otra vez su intención de negociar, siempre que se reconozca «la realidad sobre el terreno», es decir, las ganancias territoriales logradas desde 2014.
Un mensaje, el de Ucrania, que ha sido repetido hace unas horas por un Zelenski pretende presentar un plan para una «paz justa» en noviembre, de forma que a partir de ahí pueda organizarse una nueva cumbre, esta vez sí con presencia rusa. De hecho, según sus palabras, pronunciadas en una rueda de prensa celebrada en Kiev tras una reunión mantenida con las autoridades militares: «Me he fijado el objetivo de que en noviembre tengamos un plan totalmente listo», a lo que añadió «creo que los representantes rusos deberían participar en esta segunda cumbre».
Lo que se desprende de las palabras de Zelenski es algo que ya habíamos venido anunciando semanas atrás, a raíz de otras declaraciones, en aquel caso de su ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, rebajando el nivel de ambición ucraniano al identificar «victoria» con «paz justa» en lugar de con una expulsión total del Ejército ruso del territorio ucraniano. Una idea que parece quedar constatada con las últimas respuestas de Zelenski en la citada rueda de prensa y que no por casualidad han llegado apenas unas horas después del intento de asesinato contra el candidato republicano a la Casa Blanca, Donald Trump; y es que todos parecen dar por descontada su victoria en las próximas elecciones presidenciales de otoño.
De hecho, al respecto Zelenski también se ha pronunciado, dejando claro que «si Donald Trump llega a ser presidente, trabajaremos juntos. No tengo miedo». Todo a la vez que se mostraba convencido de que «Quiero decirles que «la mayoría del Partido Republicano apoya a Ucrania y al pueblo ucraniano». Eso al tiempo que adelantó que al menos una última ofensiva tendrá lugar más temprano que tarde, dejando caer que «Estamos recuperando la confianza porque las armas han empezado a llegar, pero la entrega tiene que acelerarse. Nuestros soldados tienen que aprender a usar las armas y se entrenan en el extranjero, y todo eso lleva tiempo».
Así las cosas, todo apunta a que el marco temporal de la guerra sigue manteniéndose, siendo extremadamente difícil que ésta de paso a negociaciones -sin que eso implique necesariamente un alto el fuego- antes del primer cuarto de 2025. Todo mientras la ciudadanía ucraniana, a pesar de haber ido variando sus porcentajes de apoyo, sigue oponiéndose -o al menos una mayoría de la misma a tenor de una reciente encuesta- a las demandas de Rusia, que consideran poco razonables.
Como quiera que en el mejor de los casos faltan varios meses hasta que las palabras de Zelenski se materialicen, tanto en forma de ofensiva como, en su caso, de negociaciones, toca pasar a la realidad sobre el terreno. En esta última jornada, y en relación con esto, desde el Ministerio de Defensa ucraniano han asegurado haber derribado dos drones ZALA y seis drones Orlan-10. Sea o no cierto, resulta interesante que, cada vez más, los ucranianos publiciten los derribos de este tipo de aparatos, que son los que más daño están haciendo a sus Fuerzas Armadas en los últimos tiempos. Más allá de esto, las defensas antiaéreas habrían estado activas sobre Dnipró, Járkov o Mikolaiv, entre otros. Además, se han publicado noticias recientemente relativas al efecto de los últimos ataques rusos sobre la infraestructura eléctrica ucraniana que no apuntan al optimismo de cara al próximo invierno, pues una buena parte del país tiene serios problemas de suministro mientras se libra una carrera contra el tiempo por solucionarlos y reforzar la red.
Del lado contrario los ataques ucranianos han sido múltiples. Así las cosas, por ejemplo en Crimea se ha hablado de una acción exitosa contra un sistema antiaéreo ruso S-300/400 al sur de la península, concretamente en el cabo Fiolent. Además, se ha visto humo salir del aeródromo de Belbek. No han sido los únicos objetivos alcanzados, pues en Mariúpol se han registrado también importantes incendios, lo mismo que en Korenevo, en la región de Kursk. Pese a ello, desde el Ministerio de Defensa ruso afirman haber derribado «un avión MiG-29 de la Fuerza Aérea de Ucrania, 36 vehículos aéreos no tripulados y cinco sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS de fabricación estadounidense».
Respecto a los ataques ucranianos contra objetivos rusos en Crimea, por cierto, en fechas recientes se ha estado especulando acerca de si se llevan o no a cabo con apoyo en forma de inteligencia por parte de medios estadounidenses, como los drones Global Hawk. Si bien no se ha registrado un aumento en el número de vuelos de estos aparatos, hay fuentes que apuntan a coincidencias entre los ataques y los periodos en los que estos se han mantenido en vuelo. Eso sí, desde Estados Unidos el general Pat Ryder ha vuelto a dejar claro que la postura de su país respecto del empleo del armamento de largo alcance suministrado a Ucrania contra el interior del territorio ruso, no ha cambiado un ápice.
Más allá de esto, las novedades en cuanto a combates y movimientos de las últimas horas son francamente escasas. Comenzando por el norte, por el sector de Járkov, allí continúan los combates, que están dejando enormes destrozos en particular en la localidad de Vovchansk, como puede verse en el vídeo enlazado a continuación, en el que se aprecia el efecto de los constantes bombardeos.
Más allá de esto, sin noticias relevantes procedentes ni de la línea Kupyansk-Svatove-Kreminna, ni tampoco del sector de Bakhmut, el siguiente punto de interés lo encontramos al noroeste de Gorlóvka, en donde prosiguen los intentos rusos por alcanzar el centro de Niu-York y por legar a Toretsk, en lo que parece cada vez más un intento de pinza.
En el sector de Avdiívka, por su parte, los combates más importantes continúan teniendo lugar en torno a la localidad de Novoselivka Persha, en algunas de cuyas primeras edificaciones ya ha logrado entrar el Ejército ruso, tal y como explicamos ayer y como confirman los documentos gráficos.
Por último, también se han producido novedades en el sector de Mariínka, en la localidad de Krasnohorivka, pues a pesar de los contraataques ucranianos de los que habláramos ayer, el Ejército ruso habría conseguido avanzar al noroeste de esta población, amenazando cada vez más las posiciones ucranianas en el centro de la misma.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El apartado internacional nos lleva directamente -una vez más-, a los Estados Unidos, pues allí todo el mundo sigue pendiente de Donald Trump, no solo por su reciente intento de asesinato, sino también porque debía elegir candidato a vicepresidente –algo que ya ha hecho en la persona de JD Vance, durante mucho tiempo opuesto al propio Trump– y porque estaba pendiente una decisión judicial relativa a una serie de documentos clasificados que se había llevado tras finalizar su mandato como presidente y que finalmente ha sido desestimada, en lo que supone una importante victoria para el republicano.
Todo mientras siguen apareciendo datos que apuntan a un clamoroso fallo de seguridad por parte del servicio secreto estadounidense, pero también de las autoridades locales, en tanto habían sido advertidas por los asistentes de la presencia del francotirador (del que continúa sabiéndose bastante poco). Por el momento, si bien Biden anunció que habría una investigación, no se han depurado responsabilidades. Lo que sí ha hecho Trump es pedir protección para el polémico candidato independiente Robert F. Kennedy Jr., algo que Biden finalmente ha ordenado.
Así las cosas, Trump, que ha aparecido en la Convención de su partido con la oreja derecha vendada, continúa despejando su camino a la Casa Blanca que, como hemos visto, incluso Zelenski parece dar prácticamente por descontada, lo que sin duda obligará a los ucranianos a contemporizar y adaptarse (máxime conociendo además la postura del probable vicepresidente). A colación, por cierto, ha sido una vez más noticia el primer ministro húngaro, Viktor Orban, quien ha declarado que, en caso de ser elegido, Trump exigirá la celebración de conversaciones de paz entre Ucrania y Rusia, algo a lo que el propio Trump se ha negado en realidad a responder, aunque ha sido interrogado sobre ello por el medio ruso TASS a la salida de la Convención.
Pasando a la ayuda militar, la noticia del día la ha protagonizado España, pues el Ministerio de Defensa ha publicado una nota de prensa que confirma que parten hacia Ucrania los primeros diez carros de combate Leopard 2A4 de los diecinueve comprometidos hace unos meses. De esta forma, una vez lleguen a su destino, España habrá entregado ya una veintena de estos sistemas de armas a las AFU, todos ellos reparados y actualizados por GD-SBS en sus instalaciones de Alcalá de Guadaira (Sevilla).
Siguiendo con la ayuda, aunque en este caso financiera, tenemos que el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, se ha reunido hace unas horas con una delegación del Banco Mundial, con la que ha hablado sobre las necesidades de su país, sobre la recuperación de su economía y del sector energético, pero también sobre el empleo de los activos rusos congelados.
En cuanto a Zelenski, ha invertido su día, además de en lo ya explicado en la primera parte del informe, en asistir a parte de los eventos que se han celebrado en todo el país en conmemoración del Día del Estado ucraniano y el Día del Bautismo. De esta forma, Zelenski se ha dirigido a Pechersk Lavra, en Kiev, para asistir a un acto religioso y ha publicado varios mensajes en redes sociales por ejemplo agradeciendo la lealtad y sentido del deber de todos aquellos que protegen a Ucrania.
En otro orden de cosas, y siguiendo con Ucrania, su ministro de Exteriores ha sido invitado a hablar en la reunión anual de embajadores de Lituania por parte de su homólogo del país báltico. La invitación, que ha sido agradecida por Kuleba, permitirá seguir estrechando lazos con un país con el que mantienen una «asociación estratégica», según el diplomático ucraniano.
Pasando a Rusia, su ministro de Exteriores Serguéi Lavrov ha llegado a Nueva York, en donde participará en la reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, del que ostenta la presidencia. Un viaje que le ha llevado más de doce horas, al tener que evitar «países hostiles» y en el que está previsto también que mantenga varias reuniones bilaterales sobre temas como Oriente Medio y, por su puesto, Ucrania.
Continuando con este país, ha sido noticia la condena en rebeldía de la conocida periodista ruso-estadounidense Masha Gessen, muy crítica con Vladimir Putin y que ha sido sentenciada a ocho años de prisión por «comentarios engañosos sobre el Ejército ruso», según la fiscalía de este país. En cualquier caso Gessen, autora de uno de los mejores libros publicados hasta la fecha sobre Putin, entre otras obras, no cumplirá condena en tanto reside en los Estados Unidos.
En relación con lo anterior, además, un proyecto de ley del Gobierno ruso presentado hace unas horas a la Duma Estatal propone criterios más amplios sobre bajo qué condiciones los ciudadanos rusos pueden ser añadidos a la lista de terroristas y extremistas del país. De aprobarse, las nuevas medidas también incluirían disposiciones amplias para el «vandalismo» motivado por el odio político según los criterios considerados terroristas o extremistas, además de «otros delitos» no definidos.
Finalizamos hoy con la Unión Europea, pues por una parte tenemos que la Comisión Europea ha dado los primeros pasos firmes para boicotear la presidencia de turno de Hungría. Por otra, que en apenas unas horas se elegirá a los líderes del Parlamento Europeo, en una votación en la que el español Javi López tiene posibilidades de ser elegido vicepresidente. En cualquier caso, respecto al Parlamento Europeo, cabe recordar que ha sido la institución, pese a carecer de poder en materia de defensa, que más activa se ha mostrado contra la invasión rusa de Ucrania.
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