Donald Trump, candidato republicano a la presidencia de los Estados Unidos, ha sufrido un intento de asesinato durante un mitin, del que ha salido prácticamente ileso por cuestión de milímetros. Rusia, por su parte, ha dejado caer que las capitales europeas podrían convertirse en objetivo de sus misiles en respuesta al anuncio por parte de los Estados Unidos de que se desplegarán nuevas armas en Alemania. Macron, ante las nuevas amenazas, ha anunciado una revisión al alza del presupuesto de defensa galo de cara a los próximos años que se suma a las subidas ya previstas y que eran del orden del 40%. Mientras tanto, sobre el terreno continúan los intercambios a larga distancia, el Ejército ruso reclama la toma de Urozhaine y la situación en el sector de Avdiívka continúa empeorando para Ucrania.
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Donald Trump ha sufrido el que sería el primer intento de magnicidio en los Estados Unidos desde 1981, resultando herido leve tras un ataque en el que el tirador ha sido abatido y una persona asistente al mitin que estaba dando el candidato republicano, ha muerto. La acción, que ha copado los titulares de todo el mundo, se suma a la reciente agresión contra la primera ministra danesa, Mette Frederiksen y al intento de asesinato de su homólogo eslovaco, Robert Fico, quien recibió varios balazos hace unas semanas, si bien ya se ha recuperado.
Si bien es cierto que el de esta pasada jornada no ha sido el único acto de violencia política en los Estados Unidos de los últimos años, sí supone un nuevo hito, pues como decíamos desde principios de los 80, cuando Ronald Reagan sufrió un intento de asesinato, no se había producido nada comparable. Lo más parecido, aunque la figura atacada distaba mucho de ser un candidato a la presidencia, ocurrió en 2011 en Tucson (Arizona), cuando la congresista Gabby Giffords recibió un disparo en la cabeza en el marco de un ataque en el que fallecieron seis personas, incluyendo un juez federal.
A partir de ahí, el siguiente punto culminante en cuanto a violencia política en los Estados Unidos llegaría con el asalto al Capitolio, el 6 de enero de 2021. Un suceso en el que el propio Trump tuvo parte de responsabilidad, si bien después pidió a los manifestantes que volviesen a sus casas. Así las cosas, a la espera de más datos -pues a la hora de redacción de este informe se desconocen las motivaciones del tirador, ni su procedencia, aunque parece que no era ni un profesional, ni un arma de gran potencia (se apunta a un calibre 0.22)-, cabe entender lo ocurrido como una más de las consecuencias del clima de tensión que vive la política estadounidense desde hace unos años y que difícilmente va a encontrar solución a corto plazo, por más que Biden, como muchos otros políticos de dentro y fuera de este país, hayan condenado el ataque a Trump.
Lo que pone de manifiesto esta cadena de sucesos es que, independientemente de las filias y fobias que sujetos como Trump (el ataque está siendo investigado como intento de asesinato contra él) puedan generar, o de la relativa frecuencia con la que se registran tiroteos en los Estados Unidos, el clima de tensión política interna no solo allí, sino en muchos otros países, se ha vuelto irrespirable; un fenómeno que ha ido evolucionando a la par que se constataba el auge de los populismos y, también, de una competición estratégica entre grandes potencias que no explica lo anterior, pero sí coadyuva de diversas formas, como por ejemplo a través de las acciones de guerra política, que son una de las vías mediante las cuales algunos estados canalizan dicha competición.
La otra cara de la moneda de esta competición -si bien se extiende a lo económico o a lo tecnológico, como muestran la multiplicación de aranceles y de medidas de negación del acceso a determinados componentes-, queda reflejada en los múltiples aumentos presupuestarios en materia de defensa. El último anunciado hace apenas unas horas por parte del presidente galo, Emmanuel Macron, quien durante su tradicional discurso a las Fuerzas Armadas en la víspera del 14 de julio consideró “necesario” un “ajuste” del presupuesto de defensa en 2025.
Así, según Macron: “La aceleración del tiempo y el acercamiento de las amenazas exigen efectivamente nuevos ajustes. Por eso les pido que sigan calculando las consecuencias de la guerra tal como serán mañana y no como las imaginábamos ayer, y que preparen un ajuste de nuestra programación militar para 2025 ”, declaró el Jefe de Estado.
Por el momento, el presidente galo no ha explicado cómo se traducirá en términos prácticos ese «ajuste», aunque es posible ciertamente que solo implique una redistribución de las inversiones contempladas en su Ley de Programación Militar –recordemos que en enero de 2021 se hicieron públicas sus líneas básicas y que implicará destinar a defensa 413.000 millones de euros en 7 años-, de forma que algunas de las adquisiciones se aceleren en el tiempo, para cubrir así las carencias más apremiantes de las Fuerzas Armadas franceses.
En cualquier caso, los aumentos en Francia se sumarán a muchos otros que, desde 2018 y especialmente 2022 se vienen haciendo, si bien para ser justos hay que decir que muchos de ellos -especialmente los que se han producido en el lado europeo de la OTAN- no han servido por el momento para alumbrar nuevas capacidades (algo para lo que se lanzó en 2017 la PESCO, sin ir más lejos), sino que más bien se han destinado a reforzar las distintas industrias nacionales, como explicamos recientemente, mientras la seguridad volvía a confiarse a la Alianza.
Cambiando de tercio, para pasar a las novedades sobre el terreno, en las últimas horas se han vuelto a registrar nuevos lanzamientos de drones y misiles rusos contra Ucrania, aunque por el momento no hay un recuento oficial. En cualquier caso, se han informado de explosiones sobre Odesa, Dnipró o Jersón (en donde habrían fallecido dos civiles). Además de esto, las Fuerzas Armadas rusas habrían atacado un nuevo tren ucraniano cargado de suministros militares. En esta ocasión en Budy.
El Ministerio de Defensa ruso, por su parte, hablaba en su último informe diario del derribo de «dos misiles tácticos operacionales ATACMS, un misil guiado antiaéreo S-200 reconvertido para disparar contra objetivos terrestres, seis misiles HIMARS de fabricación estadounidense y 17 vehículos aéreos no tripulados». Eso mientras desde Ucrania, el SBU se atribuía un nuevo ataque exitoso a un depósito de combustible ruso, en esta ocasión en las inmediaciones de Tsimlyansk, en la región de Rostov, algo que quedaba posteriormente recogido en un vídeo suficientemente ilustrativo.
En cuanto a las novedades sobre el terreno, los cambios y noticias han sido mínimos en las últimas 24 horas. Comenzando como siempre por el norte, no hay ningún cambio sustancial ni en el sector de Járkov ni en el de Kupiansk (aunque en este caso algunas fuentes hablan de avances rusos en Makiívka) o el de Bakhmut.
Lo más relevante de la jornada ha ocurrido, una vez más, en el sector de Avdiívka, en donde las tropas rusas continúan avanzando hacia el interior de Novoselivka Persha, dejando Mezhove como siguiente punto desde el que los ucranianos realizarán acciones de retardo frente a los avances rusos.
Y, por supuesto, en el antiguo eje de Velyka Novosilka, concretamente en Urozhaine, en donde son varias las fuentes que dan por hecha -basándose en vídeos recientemente aparecidos- la completa retirada ucraniana de esta población, retomada durante la pasada ofensiva estival de las AFU. Desde fuentes oficiales rusas, en cualquier caso, han publicado también mensajes reclamando la toma de esta población.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El apartado internacional, como corresponde a los fines de semana, llega también parco en novedades, hasta el punto de que personajes como Andriy Yermal, el jefe de la oficina del Presidente de Ucrania ha dedicado su tiempo en redes sociales a felicitar a personas como el chef español José Andrés o el exsecretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-moon.
Entre lo más importante, las declaraciones hechas por el portavoz del Gobierno ruso, Dmitry Peskov, a propósito de la decisión estadounidense de basar en Alemania distintos tipos de misiles, tanto interceptores como de crucero, en los próximos dos años, suficientemente comentada en el informe de ayer. Al respecto, ha dicho que si bien Rusia puede compensar la decisión, ya que tiene suficiente potencial como para seguir ejerciendo disuasión, «las capitales de estos estados», en referencia a los países europeos que acojan estas armas «son víctimas potenciales».
Más allá de esto, Zelenski se ha reunido con el primer ministro de Irlanda, Simon Harris, durante una escala en ese país. Con él político irlandés ha hablado sobre la implementación de la «Fórmula de Paz», así como sobre las formas de lograr la devolución a Ucrania de los menores ilegalmente deportados a Rusia. También sobre desminado y ciberseguridad. Además, trataron sobre el proceso de negociación de la adhesión de Ucrania a la Unión Europea y prepararon la firma de un próximo acuerdo de seguridad similar a los establecidos con dos decenas de estados y organizaciones en los últimos seis meses.
Cambiando de tema, Corea del Norte ha denunciado «lo más firmemente posible» la reciente declaración conjunta de la OTAN que condenaba los supuestos envíos de armas de Pyongyang a su aliado ruso. Así lo han hecho saber a través de una nota de prensa en la agencia de noticias oficial del país.
Por otra parte, viajando hasta las Antípodas, tenemos que después de que una mujer de 40 años y su marido de 62, ambos titulares de pasaportes rusos, fueran acusados de intento de espionaje, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, ha afirmado que Rusia carece de «credibilidad» y ha acusado a este país de participar en actos de «espionaje» no solo allí, sino «en todo el mundo». Desde Rusia, por su parte, han acusado a los aussies de «paranoia antirrusa» y de intentar ocultar a través de este tipo de declaraciones los «numerosos fracasos de las políticas del gobernante partido laborista».
Pasando precisamente a Rusia, su presidente ha firmado hace unas horas una nueva ley que permitirá destituir a los diputados y senadores que abandonen el país sin autorización previa, según ha informado la agencia oficial RIA Novosti. Lo que se busca, según la nota de prensa, es evitar que los diputados rusos sean detenidos en el extranjero, como consecuencia de una orden emitida por Interpol a raíz de una decisión judicial ucraniana.
En un orden de cosas totalmente diferente tenemos que, en los Países Bajos, el proveedor de equipos de construcción Dieseko Group BV ha sido multado con casi 1,8 millones de euros (1,9 millones de dólares) por su participación en la construcción ilegal del puente de Crimea, violando las sanciones comerciales internacionales.
Dicho esto, cerramos hoy con otro tema relacionado con las sanciones, en este caso más exactamente con el «efecto boomerang» que estas acarrean. Y es que Foreign Policy ha publicado un interesante artículo en el que se explica cómo algunas empresas tanto europeas como estadounidenses que, por distintas razones, siguen poseyendo miles de millones de dólares en activos en la Federación Rusa, están comenzando a sufrir las represalias rusas a la decisión de confiscar los beneficios de los fondos que este país tiene en el extranjero y que se mantienen congelados. Entre lo más significativo, el artículo da los siguientes datos:
- «Las empresas de la Unión Europea y de Estados Unidos han retirado alrededor del 40 por ciento de sus activos rusos desde febrero de 2022. En Rusia todavía hay activos extranjeros por valor de unos 194.000 millones de dólares. De estos activos, 32.000 millones de dólares pertenecen a empresas estadounidenses, mientras que 90.000 millones pertenecen a empresas europeas».
- «El éxodo corporativo de alrededor de 1.000 empresas extranjeras de Rusia desde su invasión de Ucrania en 2022 les ha costado más de 107.000 millones de dólares en amortizaciones y pérdidas de ingresos».
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