Guerra de Ucrania – Día 866

Una nueva jornada de ataques rusos sobre Ucrania ha dejado decenas de muertos, incluyendo varios menores. Con la particularidad, además, de que un misil Kh-101 ha impactado en un hospital pediátrico de Kiev, provocando la condena internacional, la convocatoria de una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y promesas de nueva ayuda militar, en forma de defensas aéreas, por parte estadounidense. Además de esto, los líderes europeos y norteamericanos se preparan para la Cumbre de Washington, que dará comienzo el miércoles, una decena de esposas de soldados rusos se han manifestado en Moscú, a donde ha llegado de visita el primer ministro indio Narendra Modi y Ucrania y Polonia han sellado su acuerdo de seguridad bilateral, que incluye la posibilidad de que este país derribe misiles y drones rusos sobre territorio ucraniano.

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Durante la última jornada las Fuerzas Armadas rusas habrían lanzado -según cifras proporcionadas por el Ministerio de Defensa de Ucrania- un total de 38 misiles de crucero y balísticos contra este último país, en uno de los ataques más sangrientos, al menos por número de víctimas, en muchos meses. Del total, los ucranianos aseguran haber derribado una treintena de misiles. Además, durante la jornada habrían abatido también distintos drones de observación rusos, incluyendo 3 Zala, 1 Supercam y 1 Orlan-10.

Más allá de los múltiples impactos -con los ucranianos reconociendo la dificultad creciente de abatir los misiles rusos-, destaca por encima de todos el ataque a un hospital pediátrico en la capital ucraniana, Kiev, que ha dejado un saldo -por el momento- de más de 40 civiles muertos y de 149 heridos, así como imágenes dantescas, todo lo cual ha provocado que incluso desde las Naciones Unidas tanto el secretario general, Antonio Guterres, como Volker Türk, Alto Comisionado para los Derechos Humanos, condene «enérgicamente» la acción. Y es que, según las palabras de Türk: «Entre las víctimas se encontraban los niños más enfermos de Ucrania. Mi equipo visitó poco después del ataque y observó a niños recibiendo tratamiento contra el cáncer en camas de hospital instaladas en parques y en las calles, donde el personal médico estableció rápidamente áreas de clasificación, en medio del caos, el polvo y los escombros».

El ataque al hospital Okhmatdyt (50.45138189201807, 30.480719307620934), el centro médico infantil más grande de Ucrania, pese a las dudas iniciales -las cuentas prorrusas achacaban la responsabilidad incluso a misiles de crucero estadounidenses- ha sido llevado a cabo empleando para ello un misil de crucero Kh-101 (para cuya fabricación, por cierto, se han venido empleando componentes electrónicos occidentales incluso a pesar de las sanciones). Lo que no está del todo claro es si se ha tratado de un ataque intencionado o si, por el contrario, el impacto se ha debido a un problema de guiado del misil o a cualquier otro factor. Como siniestra curiosidad, el impacto contra el hospital ha coincidido con las celebraciones en Rusia del Día de la Familia, el Amor y la Fidelidad.

En este sentido, hay fuentes que hablan de lo extraño que resulta que un único misil se haya dirigido contra una infraestructura de este tipo, cuando -al parecer- la mayor parte de los restantes lanzados contra Kiev habrían tenido como objetivo una instalación situada más al norte, concretamente la Sociedad Anónima Estatal «Artyom» (50°27’03.1″N 30°28’52.2″E), una empresa ucraniana dedicada a la fabricación de misiles aire-aire y a prestar mantenimiento tanto a misiles como a aeronaves. Además, se ha registrado un impacto contra un segundo hospital, en este caso una maternidad privada situada al este de Kiev (50.44907651704095, 30.589267722521765)y se habrían registrado también impactos sobre una empresa de servicios de telecomunicaciones e informática denominada Vortmann Ukraina (50.42314931236368, 30.440922627675057) y sobre lo que se diría que es un edificio residencial, al noroeste de la ciudad (50.47859745141607, 30.43660916088247).

Por supuesto, hay también quienes apuntan -en la mayor parte de los casos como parte de las acciones de desinformación rusas, cuyas tácticas hemos explicado en diversas ocasiones– a que ha sido perfectamente intencional, teniendo además que ver bien con la próxima Cumbre de la OTAN en Washington, bien con la firma de un acuerdo de seguridad entre Ucrania y Polonia que, como veremos, implica que los polacos podrán derribar misiles rusos incluso sobre el espacio aéreo ucraniano. Sea como fuere, el resultado ha sido el mismo, a la espera de que se haga una evaluación completa de daños y se conozca el número final de víctimas.

Como respuesta, desde los Estados Unidos el presidente Joe Biden ha prometido -en vísperas de la Cumbre de Washington- incrementar la ayuda militar a Ucrania, especialmente en forma de nuevas defensas antiaéreas, a la espera de que lo contemplado en el último paquete de ayuda militar -que incluía la adquisición a la industria de centenares de misiles AA- se implemente. En este sentido, cabe recordar que, pese a la importancia del anuncio, mucho de lo recogido en el nuevo paquete tardará meses en obrar en poder ucraniano, con lo que lo más factible es que, incluso a pesar de las últimas entregas, los problemas de las defensas antiaéreas ucranianas se sigan perpetuando.

A colación, los militares ucranianos reconocen que las oleadas de misiles rusos -recordemos también que con el tiempo han ido perfeccionando sus tácticas, incluyendo las direcciones de aproximación o la combinación de vectores empleados en cada acción- son cada vez más difíciles de detectar y destruir. Así, según Yuri Ihnat, portavoz de la Fuerzas Aérea ucraniana «Los misiles enemigos están equipados con nuevas características, incluidos radares y señuelos térmicos. En el ataque de hoy, los misiles de crucero volaban a altitudes extremadamente bajas, a veces tan bajas como cincuenta metros, lo que por supuesto puede tener consecuencias terribles en tierra».

Por cierto, que el ataque al hospital infantil ha generado una ola de solidaridad sin precedentes, de tal forma que en cuestión de horas la plataforma ucraniana de donaciones United24, de la que hemos hablado en varias ocasiones, había logrado recaudar más de 100 millones de grivnas (2,3 millones de euros) con las que reconstruir el hospital pediátrico Okhmatdyt en Kiev y ayudar a los pacientes, dado que se trata de una instalación crucial en la que cada año reciben tratamiento decenas de miles de niños.

El ataque a Kiev no ha sido, pese a haber copado los titulares por razones obvias, el único sufrido por Ucrania en las últimas horas, ya que como consecuencia de la oleada de misiles, se han registrado explosiones en otras localidades como Dnipró (en donde ha fallecido al menos una persona) y Sloviansk, en este caso en la región de Donetsk, al igual que la vecina Kramatorsk, que también habría resultado atacada.

Del lado contrario, los ucranianos habrían lanzado un nuevo ataque contra Bélgorod, dejando como muestra de ello una densa columna de humo. Los medios rusos, que no han publicado una sola referencia a lo ocurrido en Kiev, denunciaban eso sí la muerte de cuatro personas en esta localidad. Además, habrían atacado también instalaciones portuarias fluviales -al parecer depósitos de combustible- situados en la localidad de Kalach-del-Don, en la región de Volgogrado.

Más allá de esto, los movimientos han sido relativamente escasos en las últimas horas. De esta forma, comenzando por el sector de Kupiansk, ya que no hay novedades de consideración procedentes de Járkov, lo que tenemos son fuertes bombardeos rusos al oeste de Synkivka, así como ataques más al este, a la altura de Vilshana.

En el caso del sector de Bakhmut, se ha venido hablando durante esta jornada de la recuperación por parte de las AFU de algunas posiciones perdidas en las inmediaciones de Chasiv Yar, localidad de la que han aparecido nuevos documentos gráficos en los que se demuestra el nivel de destrucción alcanzado, recordando en este sentido a otras como Mariínka que prácticamente han quedado borradas del mapa. Pese a lo cual, obviamente, continúan tanto los combates entre infantería, como las acciones con drones.

Más allá de esto, y pasando a la zona de Gorlóvka, parece que a pesar de que los ataques rusos se mantienen, en las últimas horas no se han producido cambios, aunque sí se han seguido intercambiando bombardeos.

Más al sur, en el sector de Avdiívka, los combates más importantes estarían afectando a Novoselivka Persha, localidad atacada por el este y por el norte, mientras las tropas ucranianas intentan que el río Vovcha -con poca agua en estas fechas- se convierta en una barrera efectiva tanto en esta zona como más al sur del sector, en dirección a Karlivka.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, en relación con las reacciones al ataque ruso contra el hospital infantil de Kiev -que también se han producido desde distintos estamentos del gobierno ucraniano, como es lógico-, estas se han producido desde las Naciones Unidas, como hemos visto, pero también desde la Unión Europea, en boca del Alto Representante, Josep Borrell, quien ha condenado la acción y ha pedido más defensas aéreas para Ucrania.

Ucrania, por su parte, ha utilizado lo ocurrido para que los diplomáticos extranjeros conozcan de primera mano la situación en el país, moviendo a 33 delegaciones extranjeras hasta el hospital Okhmatdyt, a donde también se ha dirigido el ministro de Exteriores, Kuleba y el viceministro Yechen Perebyinis. Además, de la mano de Francia, Gran Bretaña, Ecuador, Eslovenia y Estados Unidos, Ucrania ha solicitado una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. También, al mismo tiempo, han anunciado que enviarán todas las pruebas que puedan recolectar a la Corte Penal Internacional, de forma que los hechos puedan ser juzgados.

En el caso de los Estados Unidos, y más allá del anuncio hecho por el presidente Biden, quizá lo más destacado sean las declaraciones del asesor de Seguridad Nacional norteamericano, Jake Sullivan, de las que se deduce que este país no ha cambiado, pese a ataques como este, su postura respecto de la posibilidad, por parte ucraniana, de emplear las armas suministradas contra el interior de Rusia. Eso sí, mientras Sullivan decía esto, desde el Pentágono publicaban una nota de prensa previa a la Cumbre de la OTAN en la que se decía que «el ataque ruso al hospital de Kiev pone de relieve las necesidades de Ucrania» mientras adelantaba que «lo que veremos en la cumbre de esta semana es una demostración de la fuerza, la unidad y la determinación de la alianza de la OTAN, particularmente en lo que se refiere a ayudar a Ucrania a defenderse a sí misma y a su soberanía». Además, el portavoz de la Casa Blanca, John Kirby, decía que «Estados Unidos y varios de sus aliados harán varios anuncios importantes en la cumbre de esta semana respecto al fortalecimiento de sus asociaciones militares y políticas con Ucrania».

En cualquier caso, y por dramático que sea, lo ocurrido en Kiev no ha sido la única noticia de la jornada. De hecho, lo más relevante en realidad ha tenido que ver con la firma de un acuerdo de seguridad entre Ucrania y Polonia, suscrita por el primer ministro de este último país -Donald Tusk- y por Zelenski. Un acuerdo que cuenta con la particularidad, a diferencia de la casi veintena de textos que ligan la defensa ucraniana con otros Estados y con organizaciones como la Unión Europea, de que permitirá que las Fuerzas Armadas polacas derriben misiles y drones rusos en vuelo sobre el espacio aéreo ucraniano. Una medida que desde Rusia será vista como escalatoria, por lo que supone de participación polaca, pero que en realidad en puramente defensiva, con lo que no debería provocar un cambio de actitud por parte de Moscú.

Además de esto, el acuerdo prevé las cláusulas habituales en este tipo de documentos, que hemos repasado a propósito de ejemplos como el firmado en su día con los Estados Unidos o con Japón. Esto incluye, por ejemplo, la formación de personal militar, que en este caso servirá -entre otros- para formar una nueva unidad de voluntarios que se ha denominado «Legión Ucraniana» y que estará compuesta por ucranianos residentes en la Unión Europea. Además, los polacos irán más allá de proveer seguridad a Ucrania en términos militares, pues han anunciado no solo un nuevo paquete de ayuda militar, sino también otras medidas destinadas a garantizar la seguridad energética de Ucrania.

Dicho esto, además de escenificar la firma del acuerdo con Tusk, Zelenski, -quien también se ha reunido con el presidente polaco, Andrzej Duda, informándole sobre la situación en el frente o las necesidades militares ucranianas-, ha mantenido una conversación telefónica con el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau. Durante la misma, habrían hablado sobre el tipo de respuestas que podrían darse a Rusia y, además, han coordinado posiciones de cara a la próxima Cumbre de Washington, que dará lugar el próximo miércoles en la capital estadounidense.

Siguiendo con la diplomacia, el presidente de la Rada Suprema ucraniana, Ruslan Stefanchuk, se ha reunido con la presidenta del Congreso de los Diputados de España, Francina Armengol, a quien ha agradecido la ayuda prestada por este país y ha pedido que considere el posible envío futuro de un sistema antiaéreo Patriot.

Por lo demás, lo más relevante de la jornada tiene que ver, lógicamente, con los preparativos de la Cumbre de Washington, a la que ya hemos hecho varias referencias tanto hoy como en los últimos días y sobre la que los medios especulan acerca de lo que cabe esperar. También sobre las formas en que lo que allí se decida, podría repercutir sobre el futuro de Ucrania, si bien es complicado -por no decir imposible- que se den el tipo de pasos que desde Kiev desearían, como prometer una fecha de posible adhesión. También con las especulaciones acerca tanto de lo que podría ocurrir en el futuro si Trump llega a la Casa Blanca como por el papel que el auge del populismo en la UE podría tener sobre el futuro de la Alianza. Incluso se ha hablado sobre los problemas físicos de Biden y cómo podrían afectar a la celebración de la propia Cumbre.

En cuanto a Rusia, se espera con atención la reunión entre el presidente del país, Vladímir V. Putin y el primer ministro indio, Narendra Modi, a la que seguirán reuniones entre distintas delegaciones de ambos estados. Se espera que se traten temas relacionados en su mayor parte con la cooperación bilateral, pero también con la situación internacional. En cualquier caso, a pesar de que el encuentro oficial está por celebrarse, ambos mandatarios ya han mantenido un encuentro informal en la residencia de Putin en Novo-Ogaryovo.

Además de esto, en las últimas horas Putin ha mantenido una conversación telefónica con el recién elegido presidente de Irán, Masoud Pezeshkian, a quien ha felicitado por su victoria en las elecciones. Las relaciones bilaterales, en cualquier caso, se mantendrán tan estrechas como lo han sido hasta ahora, ya que no se prevé ningún cambio en su línea exterior por parte del gobierno iraní.

Para terminar, aunque siguiendo con Rusia, allí una decena de mujeres de militares rusos se ha manifestado frente a la sede del Ministerio de Defensa del país, en Moscú, exigiendo su regreso del frente, logrando finalmente ser recibidas por un representante de esta institución, que les ofreció asistencia social.


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