En las últimas horas, Zelenski, junto al Syrskiy, ha visitado la región de Donetsk tanto para conocer de primera mano la situación sobre el terreno, como para presentar a las tropas al general Andri Hnatov, nuevo comandante de las Fuerzas Conjuntas dentro de las AFU. La noticia del día, sin embargo, ha sido el nombramiento oficial del neerlandés Mark Rutte, como nuevo Secretario General de la OTAN. Además de esto, la Unión Europea ha aprobado nuevas sanciones contra Bielorrusia, en cuestión de horas Zelenski llegará a Bruselas para firmar un acuerdo de seguridad con los Veintisiete, el Kremlin ha calificado de «absurdas» las órdenes de detención contra Shoigú y Guerásimov a la vez que considera «poco probable» que Rutte pueda imprimir una cambio de dirección a la OTAN y se ha producido la primera reunión directa entre rusos y ucranianos sobre los prisioneros de guerra.
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La guerra de Ucrania ha estado protagonizada, por encima de todo, por la evolución de los drones, al menos en términos materiales, si bien la disposición de munición y bocas de fuego de artillería parece ser el elemento fundamental a la hora de explicar el rendimiento de uno y otro bando en función de cada fase de este conflicto. Drones todo tipo, además, aunque el desarrollo de los terrestres por razones ya explicadas va un paso por detrás del de los navales y los aéreos. Más allá de esto, aunque íntimamente relacionado, uno de los aspectos más interesantes de este conflicto tiene que ver con la forma en que han mejorado los sistemas de mando y control encargados, entre otros, de sacar partido a esos mismos drones y a la artillería de la que hablábamos, con la que actúan en conjunción. El otro, es la evolución que han sufrido, en un espacio de tiempo relativamente corto, las cargas empleadas por estos vectores para maximizar su letalidad, adaptándose al objetivo a batir.
Como se ha explicado en alguna ocasión, por más que el tipo de amenazas que presentan los drones de bajo coste sea temporal, ahora mismo y al menos a tres o cinco años vista plantean un problema superlativo, alterando la relación básica de costes entre la defensa y el ataque. Una de las razones por las que esto es así, es que a la plataforma, que tiene un coste asumible y además mejora constantemente para hacer frente a las contramedidas, se une la disponibilidad de cargas de guerra igualmente baratas y eficaces, que también han vivido su propia evolución y se han beneficiado de un ritmo de iteración casi tan rápido como el del vector que las transporta.
Inicialmente, estas plataformas se utilizaban principalmente para soltar granadas sin guía ni sistemas de estabilización, proporcionando un medio rudimentario pero efectivo para atacar objetivos al descubierto y, generalmente «blandos», es decir, sin ningún tipo de protección o una protección mínima. La generalización de las defensas pasivas, incluyendo el blindaje reactivo o las «Cope Cage» -que excede ya el marco ucraniano- ha forzado también una evolución en cuanto a cargas, lo que ha llevado al desarrollo de municiones más sofisticadas capaces de perseguir diversos efectos adaptados a diferentes tipos de objetivos.
En las primeras etapas de la guerra, los pequeños cuadricópteros, incluyendo modelos comerciales, a menudo se equipaban con las granadas de mano disponibles, como la RGD-5 o la RG-42, aseguradas con bridas de plástico u otros medios improvisados. Si bien estas cargas carecían de precisión y estaban sujetas a los caprichos del viento y otros factores ambientales, demostraron ser efectivas contra vehículos ligeramente blindados y personal en áreas abiertas. Incluso se podía ver cómo, con un poco de suerte y habilidad, se introducían por las escotillas abiertas, provocando la pérdida de blindados y carros. A medida que el conflicto se intensificaba, se hizo evidente la necesidad de municiones más precisas y especializadas, impulsando el desarrollo de sistemas de guía y mecanismos de estabilización y detonación.
Con el paso del tiempo, sin embargo, se ha generalizado el empleo de cargas en tándem contra los medios blindados mejor protegidos, en tanto fueron, diseñadas para penetrar el blindaje de los carros de combate. Ahora bien, esto ha obligado a cambiar también las tácticas y perfeccionar la formación de los pilotos, que deben buscar el impacto directo, a ser posible en las zonas más expuestas, que son cada vez menos. Además, se han empleado proyectiles termobaricos, aprovechando los efectos de sobrepresión de los explosivos de aire-combustible para infligir daños en estructuras fortificadas y al personal que se refugia en ellas. Además, las cargas útiles también se han diversificado buscando efectos concretos, para lo que han recurrido a minas Claymore, proyectiles de mortero, granadas de 40 mm, cócteles Molotov e incluso a bombetas extraídas de municiones de racimo.
Además de las mejoras en las cargas y su diversificación, se han implementado mecanismos de estabilización para contrarrestar los efectos del viento y otros factores ambientales, mejorando la precisión y, con ello, la tasa de éxito, que es uno de los parámetros fundamentales en la ecuación que determina la relación de costes. En este sentido, además de integrarse aletas de cola en las granadas de caída libre, se han evolucionado los sistemas de guía y control de los propios drones, lo que ha jugado un papel crucial en el aumento de la precisión y exactitud de las cargas empleadas. De esta forma, si bien en las primeras iteraciones dependían de la visión directa del operador y su pericia, los avances cuanto a la visión por computadora y los algoritmos de seguimiento de objetivos han permitido mecanismos de guía más sofisticados. Así las cosas, algunos drones incorporan ahora sistemas de reconocimiento y seguimiento de objetivos, lo que les permite perseguir blancos en movimiento o atacar vulnerabilidades específicas en objetivos estacionarios.
Así las cosas, y si bien la evolución de las plataformas ha sido impresionante en estos dos años largos -aunque para el profano y al menos en su exterior, parezca que han cambiado poco- sin una evolución en paralelo de las cargas, difícilmente los drones habrían marcado esta guerra como lo han hecho, compensando en el caso ucraniano, por ejemplo, el déficit en cuanto a artillería en relación con Rusia. Lo más interesante, dicho esto, es que la evolución de las cargas ha seguido el mismo patrón que la de las plataformas, siendo el elemento determinante también aquí el coste. De esta forma, se han recurrido a todo aquel elemento que se tuviese a mano -granadas de mano y de mortero, disparos de artillería…-, así como a la impresión 3D y materiales baratos cuando se trataba de producir los mecanismos de estabilización.
En síntesis, esta guerra ha sido un catalizador para la rápida iteración y adaptación de las cargas útiles empleadas por los drones de bajo costo. Es más, a medida que el conflicto continúe su curso, es probable que veamos aún más avances en la precisión, potencia y variedad de estas municiones pues, como se ha visto recientemente en Eurosatory, son varias las empresas que trabajan, a escala cada vez más industrial, en soluciones de todo tipo. Problema distinto será, al igual que ocurre con los sistemas C-UAS o con los propios drones, cómo se traslade toda esta experiencia al fuerzas armadas distintas de las rusas o las ucranianas, dadas las dificultades orgánicas y doctrinales y la incapacidad, por el momento, de producir en masa fuera de estos países y de China. Dicho lo cual, una de las soluciones que hemos propuesto en más de una ocasión para porque instituciones como el Ministerio de Defensa firmen acuerdos marco con empresas especializadas que permitan no comprar en masa, sino iterar y producir pequeñas cantidades para pruebas de cada nuevo modelo de drone (y de carga), a la vez que se disponen planes de contingencia para poder escalar la producción llegado el caso.
Siguiendo con el informe, pero pasando a la actualidad sobre el terreno, en las últimas horas fuentes ucranianas han hablado de un ataque masivo por parte rusa en el que habrían intervenido hasta seis misiles de distintos tipos y veintitrés drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), de los que aseguran haber derribado cinco y veintitrés, respectivamente. Si bien por el momento no hay una evaluación oficial de daños, cinco personas han resultado heridas en Pokrovsk, mientras que ocho más han tenido que ser atendidas en Derhatchi, en la región de Járkov, por otro ataque ruso, según el Ministerio de Interior ucraniano.
En el caso de Rusia, aunque no parece que en las últimas horas se hayan producido ataques como en jornadas anteriores contra su infraestructura eléctrica y energética, sí que se ha hablado sobre una acción ucraniana destinada a minar, mediante drones navales, la bahía de Sebastopol. A colación, las imágenes por satélite demuestran que las unidades de la Flota del Mar Negro que se habían trasladado a Novorossiysk, lejos de concentrarse en las instalaciones militares, se han dispersado a lo largo y ancho de la zona portuaria, más por razones de seguridad que de espacio. Por otra parte, pasando de los dominios físicos al «quinto dominio», las autoridades rusas han denunciado un ataque de denegación de servicio (DDoS) dirigido contra operadores locales en la península de Crimea.
En cuanto a los combates y movimientos, una jornada más no hay novedades importantes procedentes del norte del frente, esto es, del sector de Járkov, si bien las autoridades ucranianas reconocen que la situación allí es «volátil» y los choques continúan tanto en Vovchansk, como en dirección a Lyptsi.
Donde sí se han vuelto a producir cambios en más al sur, en el sector de Kupiansk, en donde las tropas rusas han seguido presionando en dirección a esta ciudad desde la localidad de Vilshana, situada al noreste, aunque los avances son por ahora contenidos. Además, a la altura de Svatove, se han registrado también intentos rusos en dirección a Stelmakhivka, localidad de la que, según algunas fuentes, habrían alcanzado las primeras construcciones.
En el sector de Bakhmut, los avances rusos más recientes han afectado a Rozdolivka, al norte, y al «Microdistrito del Canal», al este de Chasiv Yar y del canal de agua dulce que, por el momento, sigue siendo un muro infranqueable. El castigo ruso sobre Chasiv Yar, en cualquier caso, continúa siendo considerable.
Por último, ya en el sector de Mariínka, se han reportado nuevos avances rusos en el interior de Krasnohorivka, localidad de la que ya controlan aproximadamente el cincuenta por ciento del núcleo urbano.
Dicho todo esto, Zelenski se ha dejado ver en las últimas horas en la región de Donetsk, con la intención tanto de conocer de primera mano la situación en la zona más comprometida del frente, como de entregar condecoraciones y de presentar a las tropas al nuevo comandante de las Fuerzas Conjuntas, el recién nombrado Andri Hnatov, quien sustituye al depuesto Yuri Sodol. Preocupante el lenguaje corporal tanto de Zelenski como de Syrskyi, quien le ha acompañado.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El apartado internacional nos lleva hoy irremediablemente a la OTAN, pues ha sido oficialmente nombrado como nuevo secretario general de la organización el neerlandés Mark Rutte, quien sustituirá durante los próximos años al noruego Jens Stoltenberg, previsiblemente manteniendo la misma línea de apoyo a Ucrania. Además, al holandés le tocará lidiar con los últimos preparativos de la vital cumbre de Washington, que se celebrará en cuestión de semanas. Dicho esto, su nombramiento ha sido bienvenido tanto desde la Casa Blanca, como desde Ucrania y desde varias capitales europeas, así como desde las instituciones comunitarias.
Desde Moscú, como por otra parte era previsible, se han pronunciado únicamente para decir que no esperan que la llegada de un nuevo secretario general suponga cambios importantes en la línea de la OTAN hacia Rusia o en relación con la guerra de Ucrania. Además, y casi al mismo tiempo, han considerado «absurdas» las órdenes de detención por parte de la Corte Penal Internacional contra su anterior ministro de Defensa, Serguéi Shoigú y contra el Jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Rusas, Valerii Guerásimov.
Además, también desde Rusia, la portavoz de Exteriores, María Zajárova, ha dejado claro que las aspiraciones rusas siguen siendo de máximos en cuanto a la nueva arquitectura de seguridad para Eurasia, yendo más lejos si cabe que en enero de 2022, cuando lanzó un ultimátum a la OTAN que, como se ha explicado en reiteradas ocasiones, era imposible de cumplir. Así las cosas, lo que Rusia parece pretender es que se llegue a una situación en la que no haya tropas extranjeras (en referencia a las estadounidenses) acantonadas en Eurasia.
En otro orden de cosas, Zelenski, quien también ha felicitado a Rutte por su nombramiento, así como a los jugadores de fútbol de la selección ucraniana, pese a haber sido eliminados de la Eurocopa, una vez abandonada la región de Donetsk se dirigirá hacia Bruselas, en donde espera firmar el acuerdo de seguridad con la Unión Europea en las próximas horas. Un acuerdo del que no hay demasiados datos hasta el momento, pero que se espera abarque nueve áreas diferentes, desde la cooperación en materia industrial de defensa a la entrega de municiones y el desminado.
Continuando con la UE, los Veintisiete han reforzado sus sanciones contra Bielorrusia, buscando que estas estén alineadas con las que se han impuesto contra Moscú. Es decir, que se han aprobado nuevas medidas para que el régimen encabezado por Lukashenko no pueda eludir las sanciones ya en vigor, tal y como ha anunciado la presidencia de turno belga de la UE.
Al mismo tiempo, el primer ministro Shmyhal y la ministra de Promoción de Exportaciones, Comercio Internacional y Desarrollo Económico de Canadá, Mary Ng, analizaron los beneficios del nuevo Tratado de Libre Comercio entre ambos países, que ha sido revisado recientemente y que entrará en vigor el próximo día 1 de julio. Un Canadá que, por cierto, se ha convertido en el principal suministrador de combustible nuclear para Ucrania, toda vez que los acuerdos con Rusia se rompieron al inicio de la invasión y que Francia, que era el candidato más probable, experimenta problemas con sus propias centrales.
Cambiando de tercio, en las últimas horas ha sido noticia una llamada telefónica falsa por parte de unos humoristas rusos al secretario de Exteriores británico y ex primer ministro, David Cameron. Más allá de la broma, lo sorprendente han sido algunas de las declaraciones de Cameron a propósito tanto del partido laborista -que afirma sería tan duro como el conservador en relación con Rusia de llegar al poder-. Además de esto, siguiendo con Cameron, ha visitado recientemente Kazajistán, buscando estrechar lazos con los países de Asia Central en lo que sería una continuación del «Gran Juego» de siglos anteriores, si bien el actual Reino Unido dista mucho del antiguo Imperio Británico.
Por último, cerramos una vez más con el tema humanitario, y, nuevamente, con una buena noticia, pues por primera vez en lo que va de guerra representantes ucranianos y rusos se han reunido en persona, en el marco del último intercambio de prisioneros, sobre el que informamos ayer. Según ha declarado el comisionado de derechos humanos de Ucrania, Dmytro Lubinets, habría sido una iniciativa ucraniana que Rusia habría aceptado y que ha permitido dar un paso importante frente a lo ocurrido hasta ahora, ya que los intercambios se negociaban a través de terceros, como los Emiratos Árabes Unidos.
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