Guerra de Ucrania – Día 853

Jornada de noticias más políticas que militares en relación con la guerra de Ucrania. Si por una parte han dado comienzo las negociación de adhesión de este país a la Unión Europea, por otra Rusia ha bloqueado a su ciudadanía el acceso a 81 medios de comunicación europeo, en lo que desde la Comisión Europea califican de una «represalia absurda» por el veto europeo, dos años atrás, a vectores de desinformación como Sputnik. Por otra parte, el Tribunal Penal Internacional ha dictado órdenes de detención por crímenes de guerra contra Serguéi Shoigú y Valery Guerásimov, a horas de que en Ekaterimburgo comience el juicio contra el periodista estadounidense Evan Gershkovich. Además de esto, por primera vez en un año, los responsables de defensa estadounidense y ruso han mantenido una conversación telefónica, Zelenski espera firmar el próximo jueves el acuerdo de seguridad con la UE y se ha producido un nuevo intercambio de prisioneros que ha permitido el regresos a sus países de 90 militares ucranianos y otros tantos rusos.

Sin ti, este sitio no podría seguir funcionando. Ayúdanos mediante una pequeña donación a través del siguiente enlace:

Dentro de lo agotador que resulta tener que escribir cada día un informa de entre 2.000 y 3.000 palabras sobre una guerra – hablamos en términos psicológicos, ya que no es solo la responsabilidad de no fallar o la presión de tener que leer docenas de fuentes cada mañana, sino también el desgaste que implica ver de continuo cierto tipo de imágenes y vídeos-, este particular compromiso que hemos asumido nos ha permitido ir más allá de la propia guerra y poder explicar a los lectores conceptos básicos que, sin embargo, la mayoría desconocen.

A propósito de esto, en las últimas horas y después de más de un año, secretario de Defensa estadounidense, Lloyd J. Austin III, y el ministro de Defensa ruso -ahora Andre Belousov, quien ha sustituido recientemente a Serguéi Shoigú-, han mantenido una conversación telefónica. La noticia es ciertamente importante, independientemente de que la charla no haya servido demasiado para acercar posiciones, sino más bien para todo lo contrario, afianzándose cada uno en sus posiciones previas.

De esta forma, Belousov «señaló el peligro de una mayor escalada de la situación debido a los continuos envíos de armas estadounidenses a las fuerzas armadas ucranianas», mientras que Austin se centró en la importancia que tiene mantener en todo momento abiertas las líneas de comunicación entre Rusia y los Estados Unidos. No se esperaba mucho más de una conversación que, además, llega apenas unas horas después de que Rusia acusara a los Estados Unidos de estar detrás de los ataques a Crimea de los últimos días, y entre rumores de que Biden podría autorizar la llegada a Ucrania de contratistas privados, no para combatir, sino para hacerse cargo del mantenimiento de algunos sistemas, además de instruir a los ucranianos en su uso, algo que ciertamente en Moscú solo podrían entender, precisamente, como una escalada.

Precisamente, retomando lo que decíamos al inicio del informe, la conversación entre ambos responsables, aunque no haya permitido avanzar en términos de acercar la paz a Ucrania o de limitar la intensidad del conflicto, ni parece haber servido tampoco para acercar posiciones sobre otros de los muchos temas relacionados con la seguridad y la defensa que ligan a los Estados Unidos y a Rusia (algo que no debe descartarse, ya que rara vez trasciende la totalidad del contenido de estas reuniones), es importante en sí misma.

A colación, cuando Austin recordaba a su homólogo ruso la necesidad de mantener vías de comunicación abiertas, lo que en realidad estaba haciendo era tratar de afianzar una de las tres «patas» de la disuasión. Disuasión que es importante tanto para garantizar la estabilidad estratégica, como para controlar la escalada, evitando que una situación de crisis como la de Ucrania pueda degenerar en algo peor, trasladándose más allá de este escenario.

En este sentido, las «patas» de la disuasión, son tres, como decíamos, y conviene tenerlas siempre claras:

  • Medios: No es posible ejercer un grado adecuado de disuasión sin disponer de los medios necesarios para ello, tanto en número (cuantitativos) como en cuanto a capacidades (cualitativos). De hecho, los analistas pasan largas horas intentando escudriñar la información disponible acerca de los medios del adversario para actuar en consecuencia, haciendo posible el desarrollo de otros propios que los compensen adecuadamente, lo que liga la disuasión con otro concepto relevante y muy mal entendido: el de carrera de armamentos.
  • Voluntad: Independientemente de los medios, los actores que tratan de disuadir deber ser capaces, llegado el caso, de utilizarlos. Esto afecta tanto a los medios convencionales como a los estratégicos y a la disuasión por negación y a la disuasión por represalia. Es más, no solo se trata de tener la voluntad de emplear dichos medios, sino que el contrario debe percibir claramente la disposición a «llegar a las manos» en caso necesario, lo que nos lleva al tercer elemento de esta ecuación.
  • Claridad en el mensaje: La disuasión es un ámbito que se presta a la confusión, a los malentendidos y, como consecuencia, a las escaladas incontroladas. La mejor forma de evitar este extremo es, como decía Austin, mantener los canales de comunicación abiertos -de ahí el famoso «teléfono rojo» de la Guerra Fría-. Ahora bien, el asunto va todavía más allá, pues además de poder hablar siempre que sea necesario, los dos antagonistas deben compartir un mismo lenguaje o, al menos, ser capaces de entender el del otro. Y no hablamos aquí del idioma, sino de la necesidad de entender cuáles son los parámetros intelectuales, en términos de cultura estratégica y de doctrina, en los que se mueve el contrario. Por poner un ejemplo sencillo, los occidentales solemos hacer una clara distinción entre las armas convencionales y las nucleares. Para los rusos, sin embargo, hay una continuidad entre las convencionales y, al menos, las nucleares tácticas. No entender este tipo de cuestiones puede conducir, como decíamos, a malentendidos de consecuencias funestas.

Por supuesto, la cuestión en la práctica es bastante más compleja. El corpus teórico sobre disuasión es ingente y son muchos los teóricos que invierten sus horas en desarrollar modelos de comportamiento en función de los escenarios –aquí es donde entra la teoría de juegos– así como en desentrañar las múltiples paradojas que afectan a este tema. Por otra parte, en el aspecto puramente técnico, se necesita no solo conocer el arsenal del contrario, sino desarrollar las respuestas de forma que contribuyan a la estabilidad en lugar de hacerla saltar por los aires, lo que implica el esfuerzo de cientos de ingenieros y analistas a jornada completa.

Explicado esto, toca pasar a la realidad del terreno, que hoy llega sin información relativa a nuevos ataques rusos con misiles y drones sobre Ucrania -lo que no obsta para que se hayan producido ataques aéreos sobre localidades como Járkov o Toresk– on datos de recuento publicados por el Ministerio de Defensa de este último país. De esta forma, según la información oficial -que cada cual es libre de creerse o no-, desde el 1 de enero de 2024 la Federación de Rusia habría lanzado 2.277 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) contra Ucrania, de los que las defensas aéreas habrían derribado 1.953 o, lo que es lo mismo, alrededor del 86%. Si bien son cifras importantes, estarían todavía muy lejos de las que se esperaba que Rusia pudiese llegar a alcanzar, especialmente tras poner en marcha una línea de producción de este tipo de drones en Alabuga, pues llegó a hablarse de 2.000 unidades, sí, pero al mes…

Del lado contrario, el Ministerio de Defensa ruso habla del derribo, en las últimas horas, de «79 vehículos aéreos no tripulados ucranianos y cuatro sistemas de lanzamiento múltiple de cohetes HIMARS de fabricación estadounidense». Sea o no cierto, se habría declarado la situación de emergencia en el distrito de Olkhovatka, sito en Voronezh, debido a las explosiones tras la llegada de drones ucranianos, en un ataque dirigido contra un depósito de municiones ruso. Además, recientemente y como puede verse sobre estas líneas, ha trascendido un vídeo de un curioso incidente ocurrido en Crimea, cuando lo que parece ser un misil ATACMS interceptado por un sistema antiaéreo ruso ha dejado caer parte de su carga -en este caso submuniciones-, sobre una playa de Crimea. Pese a los múltiples mensajes denunciando que se ha tratado de un ataque deliberado contra los civiles en las redes sociales, lo cierto es que la dispersión y efecto de las bombetas, que caen más separadas de lo normal, no se corresponde con la suelta voluntaria de la carga.

En cuanto a las novedades sobre el terreno, como explicábamos en la entradilla, han sido realmente escasas en esta última jornada. Sin apenas noticias del sector de Járkov, más allá de que continúan los combates en Vovchansk, con Ucrania retomando posiciones, el siguiente punto de atención es el sector de Kupyansk. Allí las tropas rusas han conseguido avanzar nuevamente al sur de Vilshana, acercándose por el noreste a la ciudad sobre el río Oskil.

En el sector de Siversk , por su parte, el Ejército ruso ha vuelto a atacar Rozdolivka, así como las alturas entre esta localidad y Vyimka, al noreste. Por otra parte, ya más al sur, en el sectord e Bakhmut, se han seguido librando combates en las inmediaciones de Chasiv Yar, concretamente en Kalinina, que es el principal objetivo de las tropas rusas en estos momentos, por ofrecer paso sobre el canal de agua dulce. Además de esto, las tropas rusas han logrado avanzar unos metros hacia el interior del «microdistrito del canal».

Por último, en el sector de Avdiívka las tropas ucranianas habrían lanzado un contraataque local al norte del mismo, a la altura de Oleksandropil, con la intención tanto de frenar los avances rusos en esta dirección, como de comprometer el esfuerzo que están llevando a cabo más al oeste, hacia Novooleksandrivka.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

El apartado internacional comienza una vez más por la Unión Europea, pues esta vez sí, han dado inicio oficialmente las negociaciones de adhesión tanto de Ucrania, como de Moldavia. Como ya explicáramos, es extremadamente difícil que desemboquen en un acuerdo a corto plazo, con lo que harán falta años para que este se concrete, si es que llega a ocurrir. Ahora bien, como también es lógico, desde Ucrania no han dudado en hablar de «momento histórico» -en palabras de Smyhal- y de «sueño» -según Zelenski-, mientras el Alto Representante felicitaba a ambos países por el hito.

A colación, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, ha escrito un breve artículo que entrará a formar parte de «El informe Schuman sobre Europa, Estado de la Unión 2024» en el que explica las razones por las que, a su juicio, la entrada de Ucrania en el seno de la organización no solo sería una cuestión de «justicia histórica», sino que además aportaría valor añadido. Zelenski, por su parte, se ha comprometido a implementar todo lo necesario para avanzar en cada capítulo de las relaciones entre la UE y Ucrania.

En otro orden de cosas, la batalla legal de Ucrania contra Rusia continúa, en este caso a través de la Corte Penal Internacional, organismo que ha emitido sendas órdenes de detención contra el anterior ministro de Defensa de Rusia, Serguéi Shoigú, así como contra el jefe de Estado Mayor de las Fuerzas Armadas Rusas, Valery Guerásimov. Órdenes que se unen a la emitida en su día contra el propio presidente ruso, Vladímir Putin y que tienen las mismas escasas opciones de terminar con ninguno de ellos el banquillo, todo sea dicho.

Además, siguiendo con la justicia, pero de vuelta a la UE, el el Tribunal Europeo de Derechos Humanos se ha pronunciado sobre la responsabilidad de Rusia en los crímenes cometidos en la Península de Crimea, dictaminando que Rusia cometió «múltiples» violaciones de los derechos humanos en esta región ucraniana.

La otra noticia del día, en relación con el tema judicial, tiene que ver con el inicio del juicio en Ekaterimburgo contra el periodista estadounidense Evan Gershkovich, detenido en Rusia desde hace quince meses por cargos de espionaje que él niega. Un juicio que se celebrará a puerta cerrada y que seguramente termine en una larga condena para el acusado, que es parte de los elementos de presión que Rusia tiene en su mano utilizar en el marco de unas negociaciones más amplias destinadas a dirimir el futuro de varias personas más retenidas en uno y otro páis.

Y continuando una vez más con la Unión Europea, desde la Comisión se ha tildado de «represalia ridícula» la decisión por parte de Rusia de limitar el acceso a sus ciudadanos hasta a 81 medios de comunicación europeos, incluyendo varias conocidas cabeceras españolas. Es, en parte, una respuesta rusa al bloqueo, meses atrás, de varios de los vectores de desinformación rusos, aunque hay obvias diferencias entre organizaciones controladas por el Estado y con una función concreta, caso de Russia Today o Sputnik, y los medios de comunicación vetados por Rusia, por más que cada uno tenga su orientación.

Por último, para finalizar con la UE, se ha prorrogado  una vez más el martes la protección temporal concedida a unos 4,2 millones de refugiados ucranianos hasta el 4 de marzo de 2026. De esta forma, se mantiene en vigor el estatuto que les permite quedarse, trabajar y acceder a apoyo institucional.

Pasando al Reino Unido, continúa la polémica en torno a Nigel Farage, quien lejos de amilanarse ante las críticas ha vuelto a protagonizar sonoras declaraciones, asumiendo uno de los elementos fundamentales del discurso ruso al pedir a Zelenski que mantenga conversaciones de paz antes de que la guerra mate a todos los jóvenes de Ucrania. El asunto aquí, como puede suponerse, no es tanto que Farage pueda tener o no razón en sus declaraciones, ya que efectivamente resulta muy dudoso, como dice el político inglés, que Ucrania pueda recuperar todo su territorio, sino que sus palabras chocan de lleno con la línea oficial en Reino Unido y que, de hecho, ha empleado como decíamos una frase literal repetida hasta la saciedad por Rusia.

En cuanto a la ayuda militar, desde Praga se ha anunciado la llegada a Ucrania del primer lote de municiones adquirido a través de la iniciativa checa. En total, recordemos, esta iniciativa perseguía la compra de hasta 800.000 disparos de 155 y 105mm, mientras el país centroeuropeo continua buscando socios que se unan al proyecto.

Finalizamos el informe de hoy con una noticia positiva, pues en las últimas hora se ha producido un intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania, mediante el cual hasta 90 uniformados de cada una de las partes han podido regresar a sus hogares. Llama la atención, por cierto, la discreción con la que se conducen estas noticias en Rusia, mientras que en Ucrania cada nueva devolución es celebrada por parte de todas las principales instituciones y cargos políticos.


Comentarios

3 respuestas a «Guerra de Ucrania – Día 853»

  1. Avatar de asdasdasdas
    asdasdasdas

    Mucho animo, lo hacéis muy bien.

    1. Avatar de luis enrique montes perez
      luis enrique montes perez

      pienso igual ,excelente informacion diaria.Gracias

      1. Gracias a usted. Un saludo.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *