Guerra de Ucrania – Día 850

Durante la última jornada de guerra en Ucrania, que suma la 850ª hasta el momento, además de sobre los bombardeos rusos en Járkov o los ataques ucranianos contra Rostov del Don, se ha venido hablando nuevamente del papel de la industria de defensa y de los lazos entre empresas de este sector ucranianas y extranjeras, todavía más débiles de lo que a Kiev le gustaría, a pesar de los múltiples anuncios sobre joint ventures y proyectos conjuntos anunciados hasta la fecha. También sobre supuestos espías, como los detenidos en Alemania, sobre las sanciones estadounidenses -que afectan desde ayer a una docena de empleados de la firma rusa Kaspersky- o de los avances del Ejército ruso al noroeste de Gorlóvka.

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Al albur de la guerra de Ucrania, y especialmente desde que el cambio de estrategia ruso implementado a partir de septiembre de 2022 terminase de dejar negro sobre blanco la precaria situación de los stocks y las capacidades productivas en Europa y los Estados Unidos, se ha venido hablando una y otra vez sobre la industria de defensa. Más allá de las inversiones multimillonarias derivadas de los aumentos presupuestarios, o de la aprobación de las diversas herramientas e iniciativas comunitarias (ASAP, EDIDP…), los comentaristas también han prestado atención a las oportunidades que ofrece el sector en Ucrania, al tiempo que se ha puesto en valor el atractivo de esta industria, más que nunca necesitada de personal.

El problema, en relación con esto, viene cuando se mezclan los deseos con la realidad y, también, de la mano de los periodistas, cuando se hace un uso torticero de los datos en busca del famoso clickbait. En este sentido, es cierto tanto que el sector de la defensa es de los más atractivos para cualquier ingeniero (y no solo) por muchas razones, no solo salariales. También que la elección entre «cañones y mantequilla» como demuestra el ejemplo de Suecia durante la Guerra Fría es banal. Por ello, hay que huir de los intentos de «blanquear» un sector que no necesita adornos, sino que, por el contrario, necesita que se eduque a la población acerca de sus virtudes (salarios aceptables, componente tecnológico, aportación al PIB, capacidad de arrastre…) y sobre la necesidad que los Estados tienen del mismo para mantener un nivel de disuasión y autonomía aceptable (que no para atacar a nadie).

Buen ejemplo de una forma errónea de «informar» sobre el sector lo encontramos hoy en las páginas de El Mundo, en donde se habla de «Más de 20.000 nuevos empleos a 3.500 euros mensuales: la industria de la Defensa española aspira a doblar su plantilla ante la nueva ola de inversión». Un titular engañoso, pues se basa en tergiversar o en tomar parte de los datos de un informe realizado por la consultora KPMG y la asociación sectorial TEDAE, en el que también se tiene en cuenta a la industria aeronáutica civil, cuyos altos salarios distorsionan por completo los datos, no del informe, pero sí de la noticia.

La realidad del sector en España es, por decirlo suavemente, mucho más cutre, con multitud de ingenieros cobrando menos de 1.500 euros, con las principales empresas robándose a trabajadores por aumentos mensuales de apenas 100 euros, obligando a sus trabajadores a firmar cláusulas cada vez más draconianas, aquejada de altos índices de rotación del personal como consecuencia de todo lo anterior y con ejemplos dramáticos de cómo hacer mal las cosas, como el de Escribano Mechanical & Engineering en Bruselas. En este caso, la empresa de Alcalá no solo no ha resuelto los papeles de sus trabajadores tras más de un año de implantación en la capital europea, ni terminado de legalizar su oficina allí, sino que además ha pretendido pagar a quien la dirigía muy por debajo de esos 3.500 euros mensuales de los que hablaba el titular de El Mundo, aun cuando el salario mínimo en Bélgica -al fin y al cabo, donde deben vivir y pagar sus facturas los empleados «expat»- es de más de 2.000 euros al mes. Por supuesto, EM&E ha perdido a su principal activo en la capital belga, como no podía ser de otra forma, viendo cómo el talento, una vez más, busca refugio allí en donde las condiciones sean dignas.

Lo relevante del ejemplo, que no pasa de anecdótico -por más que sea representativo de un estado de cosas-, es que ayuda a poner luz y taquígrafos sobre la realidad del sector. Una realidad que, por asépticos y bien documentados que se pretendan, los informes siempre camuflan, pues en última instancia se redactan presentando los datos de la forma más favorable en función de las necesidades del cliente (en este caso, TEDAE, que es juez y parte). Así las cosas, si bien el sector de la defensa está en pleno auge, y es de esperar que se produzcan subidas salariales en tanto deberá competir con otros sectores para captar el necesario personal, nunca hay que perder de vista que datos como la «media» pueden estar muy lejos de la «mediana» y de la «moda»… Una vez más, por tanto, recomendamos al lector que lejos de creerse cualquier cosa que lee –incluidos nuestros informes, que no están para catequizar-, se informe en diversas fuentes, medite y saque sus propias conclusiones.

Siguiendo con la realidad del sector de la defensa, y volviendo sobre la guerra de Ucrania -que es lo que realmente nos interesa-, en las últimas horas se ha vuelto a hablar sobre los acuerdos entre empresas europeas y estadounidenses por una parte, y ucranianas por la otra. Ucrania, cuya industria sigue girando en torno a la agencia estatal Ukroboronprom, ha estado como sabemos presente en la feria internacional Eurosatory, celebrada cerca de la capital gala días atrás. Una cita a la que ha acudido buscando clientes y socios que le permitan tanto exportar parte de su producción (actualmente copada por la guerra) como desarrollarse en el futuro, gracias a la inversión foránea.

Se pretende, desde Kiev, vender las bondades de un sector y unas empresas que, no obstante, presentan una enorme problemática a pesar de haber llegado a entendimiento con compañías como BAE Systems, Rheinmetall, Thales Group y otros tantos primeros espadas occidentales para abrir instalaciones en el país, crear joint ventures y, en definitiva, canalizar la inversión hacia un Estado en el que: 1) podrán producir a precios competitivos; 2) seguirá destinando una importante cantidad a adquisiciones incluso una vez acabada la guerra por la necesidad de mantener la disuasión y; 3) en el que pueden beneficiarse del enorme caudal de personal bien formado disponible(especialmente en subsectores como los de la electrónica, la ingeniería espacial o las telecomunicaciones).

Ahora bien, una vez más, las noticias, en muchos casos demasiado optimistas, no deben hacernos perder de vista cuál es la situación real de un sector muy castigado por la campaña de ataques estratégicos rusos, asolado por la corrupción -que sigue siendo un mal endémico en Ucrania-, atrasado en muchos aspectos debido a la falta de inversiones durante las tres últimas décadas y con una escasa capacidad productiva, dada la falta de máquina-herramienta, entre otros. Así las cosas, por más que en ámbitos como el de la drónica los ucranianos hayan conseguido logros impresionantes, no ocurre lo mismo con áreas no menos importantes, como la producción de vehículos blindados, carros o municiones.

Dicho esto, y aunque desde el Gobierno ucraniano y las empresas existe la necesidad -lógica-, de vender todos estos acuerdos como prácticamente algo inmediato, la implementación de los mismos es por el momento muy limitada y lo seguirá siendo en el futuro inmediato, dados los enormes problemas de seguridad (aunque no solo) que afectan al país. Lo más probable, como ocurre con la integración en la UE o en la OTAN es que la materialización de las promesas se dilate en el tiempo e, incluso, que en algunos casos nunca llegue a darse, siendo las aperturas reales de instalaciones en el país por el momento nulas, pues lo que se está haciendo es ofrecer respaldo técnico a empresas locales. Eso sí, por el camino serán varios los Estados que se beneficiarán, como ocurre con algunos de los vecinos de este país, en tanto están acogiendo en su suelo nuevas plantas de producción de municiones o de mantenimiento de vehículos cuya finalidad es la de sostener el esfuerzo bélico ucraniano.

En cualquier caso, al igual que con el caso español, conviene siempre tomarse las noticias procedentes de Ucrania (como de Rusia) o de las empresas interesadas con un mínimo de prudencia pues en estos casos, y tal y como reza el refrán, del dicho al hecho, hay un trecho…

Dicho todo lo anterior, las novedades sobre el terreno comienzan hoy en la localidad norteña de Járkov, en donde un ataque ruso con misiles (desde Ucrania aseguran haber derribado dos Kalibr) ha dejado al menos tres muertos y decenas de heridos, mientras personal civil y militar continúa buscando entre los escombros de alguno de los edificios dañados. Como respuesta tanto a este como al resto de ataques de las últimas horas, Zelenski ha vuelto a pedir que se suministren sistemas de defensa aérea a Ucrania, en un mensaje compartido a través de las redes sociales, a la vez que ha insistido en el asunto del alcance, en referencia no solo al de las propias armas, sino al permiso para utilizarlas contra objetivos en suelo ruso. En total,

Del lado contrario, se ha informado de explosiones en la ciudad rusa de Rostov del Don una vez más. De hecho, como puede verse sobre estas líneas, se ha producido un fuerte incendio que podría deberse a un ataque ucraniano contra un transformador eléctrico. Además, tres ciudadanos habrían fallecido también en un ataque contra la capital de la región de Donetsk, bajo control ruso, así como otra en la aldea de Saltykovo, en la región de Bélgorod.

Dicho esto, y antes de pasar a los combates y los movimientos, en las últimas horas ha sido especialmente polémico un vídeo en el que un soldado ruso mata a otro que ha sido víctima de un ataque ucraniano con un dron suicida y yace herido en el suelo. En varias ocasiones hemos hablado sobre cómo, ante determinadas circunstancias, los militares rusos eligen el suicidio en lugar de esperar a ser rescatados, o bien capturados o, más probablemente, enfrentarse a una larga agonía. En este caso concreto, los gestos del herido parecen efectivamente pedir a su compañero que le alivie el sufrimiento disparándole en la cabeza. Lo que sorprende es la frialdad con la que este lo hace, sin apenas detenerse ni plantearse nada, lo que nos habla de lo asumido que tienen los uniformados rusos el que no van a ser rescatados. En cualquier caso, se admiten en los comentarios interpretaciones diferentes de un vídeo –grabado al norte de Robotyne– que más allá de lo terrible, es de sumo interés por sus implicaciones.

Ahora sí, pasando a los combates y los movimientos, comenzando por el norte del frente nos encontramos con las tropas ucranianas tratando de entrar en Starytsia, localidad perdida a manos rusas semanas atrás que se encuentra al oeste de Vovchansk, en donde continúan también tratando de expulsar al Ejército ruso. Este último, además, estaría disminuyendo en los últimos días su actividad en la zona, pasando a centrarse en la región de Donetsk, aunque sigue atacando en otras zonas como Karmazynivka.

Más al sur, en el sector de Kupiansk, se han registrado también ataques rusos en las inmediaciones de Vilshana, logrando pequeños avances en los bosques aledaños a esta localidad. Además, al norte de Soledar, han atacado en dirección a Rozdolivka.

Lo más relevante, sin embargo, vuelve a ocurrir en la región de Donetsk. Allí, como quiera que los medios ucranianos son limitados y que las AFU han trasladado refuerzos tanto a la región de Járkov, como a las zonas dentro de Donetsk en las que el riesgo es más inmediato, como Chasiv Yar, el Ejército ruso está aprovechando la aparición de algunos huecos en la defensa ucraniana para lograr avances al noroeste de Gorlóvka. De esta forma, en las últimas jornadas han consolidado la conquista de Shumy, mientras continúan progresando en dirección a Druzhba, Pivnichne y Zalizne.

Además de esto, ya en el sector de Avdiívka, han continuado los ataques rusos en las direcciones habituales, si bien los avances únicamente han afectado a Sokil y, más al sur, a Yasnobrodivka, ya bajo control ruso. Dicho lo cual, pese a las pérdidas de los últimos meses, hay que reconocer que Ucrania está sabiendo defender la zona a poniente de Avdiívka mucho mejor de lo que en un principio se esperaba, ya que tras los rápidos avances rusos una vez tomada la ciudad, algunas previsiones hablaban de pérdidas mucho mayores y de un rápido repliegue a posiciones más al oeste que no se ha producido.

Por último, tenemos que en Robotyne, en donde como hemos visto al hablar del vídeo de la ejecución del soldado ruso por parte de su compañero, siguen los combates, Rusia ha logrado pese a todo avanzar en dirección a septentrión, pasando a controlar la mayor parte, si no toda, la localidad.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

Con la llegada del fin de semana, y como es lo habitual, la actividad institucional ha decaído, toda vez que, además, ya se conoce que la próxima semana tendrá lugar la apertura de las negociaciones de adhesión de Ucrania y Moldavia a la UE.

Comenzando del lado de Kiev, Zelenski ha comunicado que Barbados y las Islas Marshall han respaldado el comunicado conjunto resultante de la Cumbre de Paz, afirmando que ven un apoyo global creciente a la Fórmula de Paz y, por ende, a la Carta de las Naciones Unidas. Hasta la fecha, del total de los 90 países y organizaciones que se dieron cita en Lucerna a mediados de junio, 68 estados y 4 organizaciones ya han firmado el documento. No obstante, los grandes ausentes siguen siendo países como India, Arabia Saudí, Sudáfrica o Emiratos Árabes Unidos.

Igualmente, Ucrania espera organizar una segunda cumbre de Paz antes de que concluya el año y no cierra la puerta a participar en otra encabezada por Pekín con la presencia de Rusia, si las conversaciones se basan en la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

A colación de China, la otra noticia concerniente al país asiático llega desde Berlín. En particular, Robert Habeck, ministro de Asuntos Económicos y Acción Climática, ve las puertas “abiertas para discusiones” con Pekín sobre los aranceles en la UE. En particular, espera que las conversaciones entre ambas partes sean inminentes y defiende que los aranceles de hasta el 38% sobre los vehículos eléctricos chinos no son de carácter punitivo. No obstante, Habeck sí criticó las exportaciones de China a Rusia subrayando que aumentaron en un 40% el año pasado y que, si bien la energía constituye una gran parte de este porcentaje, no hay que obviar el papel de los bienes de doble uso con posibles aplicaciones militares que supondrían aproximadamente la mitad del total.

Continuando con el sector energético, los últimos datos de Gazprom confirman que la compañía ha suministrado gas para Europa a través de Ucrania en un volumen de 42,4 millones de metros cúbicos por día a través de su estación sita en la región rusa de Kursk.

Antes de pasar a otras cuestiones, conviene destacar un último punto acerca de las exportaciones; en este caso de las de munición. En particular según el Financial Times alrededor de 800 millones de euros se han destinado a exportaciones de munición serbia que han llegado a Ucrania a través de terceros. En este sentido, el presidente del país, Alexander Vucic, ha manifestado en más de una ocasión que no pueden exportar directamente a Ucrania o Rusia, pero que su gobierno “no se opone” a que el país venda munición a intermediarios.

Del lado de Rusia, la portavoz del Ministerio de Exteriores, Maria Zajarova, ha declarado, que, al no confiar “en el régimen de Zelenski”, Rusia tomará todas las medidas necesarias para para privar a Ucrania de la oportunidad de realizar ataques contra su infraestructura energética. De este modo, pone como ejemplo los ataques contra la central nuclear de Zaporiyia y otras instalaciones energéticas cuya naturaleza consideran “bastante establecida y deliberada encaminada a infligir un daño irreparable a la economía rusa y crear el riesgo de un desastre provocado por el hombre que pondrá en peligro la seguridad de todo el continente europeo en riesgo”.

Por su parte, el asesor presidencial Nikolai Patrushev en un artículo para la revista Defensa Nacional ha señalado que la población de Ucrania es abrumadoramente Rusia, pero que el régimen de Kiev está encargándose de suprimir los lazos familiares obligándoles “a ir al matadero”. Asimismo, considera que Occidente ha promovido mentiras sobre Rusia durante siglos e “historias de terror” para mantener a ciertos círculos en el poder, lo que ha ocasionado que las élites europeas y luego estadounidenses cultiven el odio hacia su país, incluido el “rechazo genético a una civilización basada en la igualdad de las personas, los valores familiares y el respeto por la sociedad y la patria”.

Mientras tanto, el presidente Putin ha tenido entre sus principales actos el de acudir a la ceremonia ante la Tumba del Soldado Desconocido en el Día del Recuerdo y del Dolor para rendir homenaje a los militares fallecidos de la URSS durante la Gran Guerra Patria.

Por último, y cambiando de tercio, el político británico Nigel Farage continúa la estela de comentarios polémicos tras su entrevista en la BBC en la que declaró que Rusia fue provocada por la UE y la OTAN de cara a iniciar la invasión en Ucrania. Esta vez publicando un artículo en The Telegraph titulado “Los errores de Occidente en Ucrania han sido catastróficos. No me disculparé por decir la verdad” en el que se defiende de la oleada de críticas alegado que no es ni ha sido nunca un apologista ni un partidario de Putin. Así, considera que la invasión “fue inmoral, escandalosa e indefendible” y considera que el presidente ruso “se equivocó por completo al invadir la nación soberana de Ucrania”. De esta forma, Farage defiende que nunca ha tratado de justificar a Putin, pero que ello no cambia el hecho de que viese venir lo que iba a suceder en Ucrania hace una década y lo advirtiese, ya que Occidente “le ha hecho el juego a Putin, dándole la excusa para hacer lo que quería de todos modos”. Asimismo, el líder de Reform UK ha señalado que el apoyo a Ucrania ni siquiera ha sido un tema durante la campaña electoral el estar todos los viejos partidos de acuerdo con ello.


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