Guerra de Ucrania – Día 847

La Federación de Rusia y Corea del Norte han firmado un tratado de asistencia militar que incluye la defensa mutua en caso de agresión, sellando la alianza entre ambos Estados que supone, además, un nuevo paso en la confrontación de un bloque abiertamente antioccidental. Desde Ucrania, por el contrario, anuncian la próxima firma de un nuevo acuerdo de seguridad, en este caso con una Unión Europea que tiene dinero, sí, pero no una estrategia clara, ni los medios militares, ni la capacidad de disuasión que ofrecen las armas nucleares. Al mismo tiempo, sobre el terreno han continuado los intercambios de golpes a larga distancia, los combates en sectores como el de Bakhmut y, en general, las pérdidas, con cambios mínimos en la línea de frente, una jornada más.

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La Federación de Rusia y Corea del Norte han dado un paso más a la hora de profundizar una relación hasta cierto punto simbiótica, con la firma del anunciado «documento fundamental», que ha tomado como se esperaba la forma de una alianza militar en toda regla. Un Tratado de Asociación Estratégica Integral que debe servir, según el presidente ruso, para luchar juntos «contra las prácticas hegemónicas y neocolonialistas de Estados Unidos y sus satélites» y que incluye una cláusula de asistencia mutua en caso de agresión, algo más significativo si cabe por tratarse de dos estados dotados de un arsenal nuclear, si bien con capacidades y enfoques diferentes.

El acuerdo, si bien podría haberse gestado en otras circunstancias, no deja de ser una consecuencia directa de la guerra de Ucrania y, en términos más generales, de los intentos por parte de Rusia por llevar a buen puerto el órdago contra un sistema internacional que consideran que está diseñado exclusivamente a favor de los Estados Unidos (y por extensión, del resto de Occidente) y que han tratado de revertir por la fuerza desde 2008, con una intensidad creciente, como se viera en 2014 y, posteriormente, desde febrero de 2022.

Dicho esto, los principales puntos del acuerdo son los siguientes, generando algunos de ellos importantes dudas, pues se cuestiona por ejemplo de la capacidad de Rusia para prestar asistencia técnica y suministrar a Corea del Norte la ayuda necesaria en ámbitos como el espacial o el de la Inteligencia Artificial, sin ir más lejos. Son, además, puntos que si bien suponen un cambio sustancial para una Corea del Norte por lo demás aislada de la escena internacional, siguen siendo en algunos casos muy vagos, aunque lo cierto es que se desconoce tanto la letra pequeña como si el acuerdo incluye cláusulas secretas de algún tipo:

  • Asistencia mutua inmediata en caso de agresión contra cualquiera de los países;

  • En caso de amenaza de agresión, los países acuerdan medidas para coordinar sus posiciones, cooperar para eliminar la;

  • Moscú y Pyongyang se comprometen a no celebrar ningún acuerdo con terceros países que pueda amenazar su soberanía y seguridad;

  • Rusia y Corea del Norte harán esfuerzos para impulsar el comercio bilateral y crear condiciones favorables para la cooperación económica;

  • Moscú y Pyongyang acuerdan desarrollar la cooperación en el ámbito de la exploración espacial, el uso pacífico de la energía nuclear, la inteligencia artificial y las tecnologías de la información;

  • Los países reforzarán la cooperación en el ámbito de los medios de comunicación para combatir la desinformación y las provocaciones informativas;

  • Rusia y Corea del Norte crearán un sistema de medidas para fortalecer el potencial de defensa para prevenir la guerra y garantizar la paz.

Se constata pues un cambio que se venía advirtiendo desde tiempo atrás en relación con la posición rusa respecto de Corea del Norte y cuyas consecuencias prácticas para ambos podrían no ser tantas, aunque en el primer caso Moscú gana un apoyo más a su causa y se asegura el suministro de las armas que necesita y en el segundo Pyonyang logra que su economía se abra a un socio que no solo adquirirá productos norcoreanos, sino que está en situación de asegurar la estabilidad del país en términos nutricios, gracias a su producción agrícola.

En relación con esto, lo más relevante del cambio que se ha producido tras el encuentro entre Kim Jong-Un y Putin tiene que ver con la situación de Corea del Norte en tanto potencia aislada del sistema internacional, tanto por tratarse de una dictadura brutal como, particularmente, por haber puesto en marcha un programa nuclear y un programa de misiles que lo complementa y que suponen en conjunto una notable amenaza para sus vecinos. Esto, que es especialmente cierto para Corea del Sur y Japón, aplica en general a todo Occidente, dado el creciente alcance de sus Hwasong.

Así las cosas, Vladímir V. Putin ha pedido abiertamente que se ponga fin al régimen de excepcionalidad de Corea del Norte, que ha venido acompañado desde 2006 de un importante conjunto de sanciones que Rusia en su día avaló, pero que ahora le interesa que desaparezcan, en tanto Moscú ha cambiado de parecer incluso a propósito del programa nuclear norcoreano, que sus vecinos han venido considerando una importante amenaza desde que en 2003 se retirasen del Tratado de No Proliferación, motivando una serie de conversaciones en el marco del Grupo de los Seis que, tras la prueba nuclear llevada a cabo el 9 de octubre de 2006, permitieron un acuerdo y la imposición de las citadas sanciones.

Dicho lo cual, aunque obviamente Moscú se anota un tanto, hay que valorar las cosas en su contexto, y es que no ha logrado nada parecido por ejemplo en países como Vietnam. En este caso, también un régimen de corte comunista al que se ha dirigido tras abandonar Corea del Norte y del que ha alabado su posición «equilibrada» hacia Ucrania. Posición que no se moverá un ápice, en tanto son el crecimiento de su economía economía vietnamita y el temor hacia China (aliada de Rusia) los dos ejes que vertebran su política exterior, mientras los EEUU condenaban el encuentro de Putin con los gobernantes norvietnamitas. Un país que, a pesar del pasado, está en muchos aspectos cada vez más cerca de Estados Unidos, país con el que recientemente selló una asociación estratégica integral «con fines de paz, cooperación y desarrollo sostenible».

Así las cosas, lo que queda a Putin en su intento de cambiar por completo el orden internacional (esfuerzo en el que hace en buena medida sin pretenderlo el trabajo sucio a una China que debe equilibrar la competición con la cooperación y la apertura de los mercados) es apoyarse por una parte en regímenes como el norcoreano o el cubano y, por otra, aprovechar en lo posible las necesidades o particularidades de los países menos desarrollados. Todo mientras sigue la competición y la delimitación de bloques y desde Rusia se intenta cortejar a todo aquel que pueda tener una posición más o menos dubitativa o que, por posición geográfica, como ocurre con Turquía, tenga intereses divididos, lo que le lleva a interesarse, sin ir más lejos por el grupo de los BRICS.

Y mientras la política internacional sigue un curso, la guerra sigue otro, en las últimas horas con una nueva oleada de misiles y drones rusos que ha alcanzado distintos puntos de Ucrania. Oleada compuesta según el Ministerio de Defensa de este país por 9 misiles de distintos tipos y 27 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), de los que aseguran haber derribado 5 y 27 respectivamente, si bien se han registrado explosiones por ejemplo en Odesa o en Dnipró, a la espera de una evaluación de los daños que todavía no se ha completado.

Los ucranianos tampoco han estado precisamente con los brazos cruzados, pues en las últimas horas han atacado con drones unas instalaciones de almacenamiento y refino de hidrocarburos pertenecientes a la empresa Lukoil y situadas en Krasnodar. Además, se ha hablado de explosiones en Tambov, en donde habría sido alcanzada otra instalación del mismo tipo, registrándose también un incendio.

En cuanto a los combates y los movimientos, comenzando por el norte del frente, concretamente por el sector de Járkov, tenemos que Ucrania ha lanzado en las últimas horas una serie de contraataques en Hlyboke, retomando algunas de las posiciones perdidas en las jornadas previas. Lo mismo, además, ha ocurrido en Vovchansk y sus alrededores, en donde han recuperado parte de la ciudad en los últimos días.

En el caso del sector de Bakhmut, donde se registran bombardeos constantes en dirección a Chasiv Yar, así como combates continuados, según el alto mando ucraniano, lo más relevante de las últimas horas ha seguido ocurriendo en Klischiívka, con las AFU afianzándose en el centro de la localidad. Además, el Ejército ruso ha vuelto a realizar un intento sobre Kalinina, intentando cruzar el canal de agua dulce a través del único paso franco en la zona, siendo repelidos sus carros y blindados por las tropas ucranianas.

Más al sur, en el sector de Avdiívka, continúa una ofensiva rusa que les ha llevado recientemente a lograr tomar algunas de las posiciones defensivas ucranianas que guardan por el norte la aldea de Sokil, al oeste de Ocheretyne. No ha sido en cualquier caso el único combate en la zona, pues también se han registrado cambios algo más al norte, en las inmediaciones de Gorlóvka, con intentos de avance rusos hacia Druzhba desde la vecina Maiorsk.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, dado que se ha tratado ya lo correspondiente a Corea del Norte, comenzamos por Ucrania, país que ha seguido –mientras denunciaba el acuerdo entre los dos países citados, asegurando que «Corea del Norte coopera hoy activamente con Rusia en el ámbito militar y proporciona deliberadamente recursos para el asesinato en masa de ucranianos» con su actividad, en pos de lograr apoyos a la implementación de la Fórmula de Paz de Zelenski.

Con este objetivo han hablado el presidente ucraniano y sudafricano, tratando temas como el resultado de la reciente Cumbre de Paz Global, celebrada el pasado fin de semana en Suiza. Además, Zelenski, como muchos otros líderes y altos cargos internacionales, ha felicitado a Cyril Ramaphosa por su reciente toma de posesión.

A colación de esto, en las últimas horas se han unido como signatarios de la Declaración publicada tras la Cumbre de Paz Global tanto Antigua y Barbuda, como la Organización de Estados Americanos, algo que el presidente ucraniano, Zelenski, ha agradecido en las redes sociales y a lo que ha hecho mención en su discurso diario, a la vez que decía: «Consideramos al mundo entero como iguales y ésta es nuestra diferencia ideológica con Rusia en las relaciones internacionales. Respetamos a cada nación y valoramos cada voz en la cooperación global. Así es como se construye la Carta de las Naciones Unidas: para que todos los países importen. Putin, sin embargo, quiere que sólo importe su voz, o la de la que él elija. Se trata de una visión del mundo típicamente colonial que nosotros, junto con todos nuestros socios, debemos romper».

Además, en las últimas horas los ucranianos han recibido al presidente del parlamento de Polonia, quien se ha visto tanto con Zelenski, como con su ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, entre otros, incluido el primer ministro, Denys Shmyhal. Hay que recordar que aunque Polonia sea un estrecho aliado de Ucrania, durante el último año se han vivido varios momentos de tensión a propósito por ejemplo de la llegada al primer país de productos agrícolas ucranianos y las protestas de los agricultores y transportistas polacos para evitarlo. Desde la llegada al poder de Tusk la situación ha mejorado, aunque este y otros temas han seguido copando la agenda bilateral, más allá de la necesidad ucraniana en cuanto a ayuda militar o sus perspectivas de integración euroatlántica.

Por otra parte, desde Ucrania han anunciado la próxima firma de un acuerdo de seguridad similar a los cerrados con Estados Unidos y otras naciones recientemente (hasta 16), pero en este caso con la Unión Europea. Será, de finalmente cerrarse, un incentivo más para Ucrania, que verá así estrechado y consolidado un punto más su relación con los Veintisiete si esto ocurre, pero no debería a priori tener mucho más recorrido toda vez que la Unión Europea, que además carece de una estrategia clara, no tiene medios con los que proteger a Ucrania; ni tan siquiera para ejercer una disuasión efectiva. Eso sí, continuará ofreciendo su apoyo a Kiev en términos económicos, políticos y materiales, permitiendo el acuerdo fijar un marco temporal para ello y seguramente incluyendo alguna referencia a la futura pertenencia.

En cuanto a la ayuda militar, han llegado a Ucrania, procedentes precisamente de la Unión Europea, una docena de perros especialmente entrenados para la localización de minas terrestres, según ha publicado el servicio de prensa del mando de las Fuerzas de Apoyo de las Fuerzas Armadas ucranianas.

Además de esto, los ucranianos siguen también presionando para que se vaya más allá del uso de los activos rusos congelados para avalar y sufragar, gracias a los intereses generados, las cuotas de los préstamos concedidos al país. Así, a través por ejemplo de think tanks, intentan diseminar el mensaje de que esto, que supuso un importante paso por parte del G7, no es suficiente, y que se debe proceder con la confiscación total de los activos.

En otro orden de cosas, han publicado desde el Ministerio de Exteriores ucraniano un comunicado a propósito del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los conflictos, recordando de paso las «atrocidades cometidas por las fuerzas de ocupación rusas» que, según esta institución, «merecen una enérgica condena por parte de toda la comunidad internacional y acciones concretas para restablecer la justicia para las víctimas y el orden internacional en su conjunto: el fortalecimiento del apoyo a Ucrania, incluido el apoyo militar, y la ampliación de la coalición internacional en apoyo a la Fórmula de la Paz».

Por otra parte, desde Rusia han afirmado que están esperando una respuesta estadounidense a propósito de la propuesta rusa en relación con el intercambio de prisioneros. Por el momento, aunque se llevan meses de negociaciones por ejemplo respecto al periodista Evan Gershkovich, desde Washington no parecen haber tomado una decisión ya que siguen considerando que en este ámbito Rusia está en una posición de fuerza y su imagen podría verse deteriorada.

Por último, cerramos con un tema más amable, pues han llegado a España dos belugas procedentes de un delfinario de Járkov en lo que ha sido definida como una exitosa «operación internacional de alto riesgo». Los animales, un macho de 15 años llamado Plombir y una hembra de 14 años llamada Miranda, llegaron el martes por la tarde al acuario del Oceanogràfic de Valencia «en condiciones de salud delicadas tras un largo viaje desde la zona del conflicto».


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