Guerra de Ucrania – Día 840

Los líderes del G7 finalmente han llegado a un acuerdo sobre el empleo de los activos rusos congelados de forma que puedan utilizarse para sostener el esfuerzo bélico de Ucrania. Al mismo tiempo, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha logrado arrancar a Víktor Orban el compromiso de que no utilizará su capacidad de veto dentro de la Alianza para bloquear las iniciativas del resto en relación con el apoyo a Kiev. Además, se ha anunciado que Zelenski y Biden firmarán el ansiado acuerdo de seguridad entre Estados Unidos y Ucrania coincidiendo con la cumbre del G7 el próximo jueves, en Italia: tres medidas destinadas, en conjunto, a aumentar la presión sobre Rusia previa a la Cumbre de Paz Global, que comienza el viernes. Todo mientras sobre el terreno los avances rusos continúan, en un contexto de fuerte desgaste.

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La guerra de Ucrania, como guerra por delegación que es, difícilmente alcanzará su final sin que la solución propuesta sea cómoda a los patrocinadores de uno y otro bando. Esto incluye, en el caso de Ucrania, a varios de los principales Estados miembros de la Unión Europea, el Reino Unido y los Estados Unidos principalmente. En el de Rusia, aunque este país inició el conflicto motu proprio y tiene mayor libertad en este sentido, a la República Popular de China, que actúa como sostén económico del régimen de Putin y que es quien más se está beneficiando de las acciones de Moscú encaminadas a revertir el orden internacional.

Abundando en las explicaciones dadas ayer, pero a propósito de lo ocurrido en las últimas horas, en el caso de Ucrania y sus aliados se está haciendo un notable esfuerzo para, in extremis, lograr reunir todo el capital político y diplomático posible antes de la Cumbre de Paz Global, que tendrá lugar en la localidad suiza de Lucerna durante el próximo fin de semana. De hecho, en las últimas horas hemos asistido a una serie de logros importantes en relación con este tema, básicamente en torno a tres ejes:

Acuerdo de Seguridad EE. UU.-Ucrania: Finalmente, después de meses de negociaciones, parece que se ha allanado el camino. A falta de conocer la letra del mismo, ha sido de todos los importantes (como los suscritos con Reino Unido y las principales naciones de la UE) el de negociación más compleja, en tanto que el más determinante y, también, por ser los Estados Unidos el principal sostén militar de Ucrania y el país que más presión puede ejercer sobre Kiev incluso de cara a aceptar pérdidas territoriales, entre otros temas sensibles.

Eso sí, el acuerdo, según se ha sabido, no incluirá en ningún caso el compromiso de emplear fuerzas estadounidenses en este conflicto, aunque sí el de suministrar apoyo y armamento a Ucrania a largo plazo. Queda en el aire, en cualquier caso, la cuestión de lo que podría ocurrir si en las próximas elecciones presidenciales se termina materializando un cambio en la Casa Blanca tras una victoria de Donald Trump, quien ha prometido en reiteradas ocasiones poner fin a la guerra de forma inmediata.

OTAN: Se necesitaba eliminar cualquier posible veto interpuesto por países como Hungría ante iniciativas encaminadas a dar soporte a Ucrania. Así las cosas, el secretario general de la Organización, Jens Stoltenberg, se ha reunido en Budapest con el primer ministro de Hungría, Víktor Orban, logrando arrancar un compromiso por parte de este de cara a la utilización de la «abstención constructiva», de forma que no bloquee los acuerdos alcanzados por los otros 31 aliados en relación con Ucrania.

A colación, aunque la propaganda rusa por una parte y el desconocimiento supino por otra, hagan a mucha gente pensar que la OTAN es una organización controlada por los Estados Unidos y capaz de lanzar operaciones ofensivas como si tal cosa, cabe recordar que el funcionamiento interno de la Alianza es mucho más complicado que eso, necesitándose unanimidad para decidir cualquier paso a dar, incluso el más nimio. Así las cosas, las decisiones políticas se toman en el Consejo Atlántico, en el que tienen representación todas las naciones que forman la OTAN y en el que las decisiones se toman por consenso después de largos y muchas veces penosos trabajos previos de negociación. Y es que todos y cada uno de los miembros deben estar de acuerdo en el fondo y la forma de cada decisión a adoptar y, cuando esto no es así, la negociación debe volver a iniciarse hasta que la declaración (statement) final satisfaga a la totalidad de miembros. Y además de esto, para quien lo desconozca hay también un Comité Militar, que tiene su propia organización y funcionamiento, aunque en este caso no aplica demasiado.

Uso de los activos rusos congelados: Finalmente, los miembros del G7 han llegado a un acuerdo, después en algunos casos de problemas internos para dar este paso, según el cual y tal y como se esperaba, no se financiará el apoyo a Ucrania directamente con el total de fondos rusos bloqueados en la Unión Europea, los Estados Unidos o el Reino Unido, sino que los intereses servirán para pagar los plazos de un fondo de 46.000 millones de dólares que serán desembolsados antes de finalizar el presente año. De esta forma, el capital ruso actuará, en una curiosa paradoja, como aval de un préstamo concedido a Ucrania.

Por supuesto, como hemos explicado en alguna ocasión, es previsible que Rusia implemente medidas de retorsión, que a diferencia de las de represalia sí están amparadas por el derecho internacional público y que, por lo tanto, está en su derecho de estudiar y aplicar. Como curiosidad, las medidas de retorsión pueden definirse como «Medida de autoayuda a la que pueden recurrir los Estados cuando se enfrentan al incumplimiento de una obligación internacional por parte de otro Estado
o sujeto de Derecho Internacional», siempre teniendo en cuenta que «Las medidas de retorsión consisten en acciones que no involucran la violación de ninguna norma de
derecho internacional y se ejercen como reacción o retaliación ante el incumplimiento de una de tales normas por parte del Estado al cual van dirigidas».

Y a todo lo anterior, que recordemos va dirigido a aumentar la presión sobre Rusia de cara a una negociación en vísperas de la Cumbre de Paz Global, debe añadirse que se están imponiendo en las últimas horas, como han hecho los Estados Unidos, nuevas sanciones dirigidas específicamente contra el sistema financiero ruso, pero también contra las instituciones financieras de otros países, como China, que siguen realizando negocios con Rusia, así como otras medidas complementarias, incluyendo nueva ayuda en el caso de Reino Unido, por ejemplo.

Dejando la parte estratégico-política de la guerra para pasar a la operacional y táctica, en las últimas horas han seguido produciéndose lanzamientos de drones y misiles rusos contra Ucrania, si bien no hay ningún conteo oficial hasta el momento. Eso sí, se ha producido la muerte de al menos seis civiles, mientras que otras once habrían resultado heridas, tras la explosión de un misil ruso sobre la localidad de Krivói Rog. Además, se ha publicado un vídeo en el que se muestra la destrucción de varios componentes de un sistema S-300 ucraniano en la región de Poltava que, curiosamente, estaban todos juntos, con lo que podrían ser o bien señuelos, o bien componentes fuera de servicio, o bien tratarse una vez más de un fallo garrafal, en la confianza de que Rusia no puede detectar su presencia a determinadas distancias, lo que no es el caso.

Del lado contrario, desde el Ministerio de Defensa de Ucrania insisten en haber destruido componentes, en este caso de hasta tres sistemas antiaéreos S-300/S-400 rusos, en Crimea, tras los ataques de las pasadas horas. Por el momento, se sigue a la espera de confirmación visual, mientras desde Rusia no han reconocido estas pérdidas, ni hecho referencia alguna en su parte diario. Más allá de esto, los ucranianos han atacado también la ciudad de Donetsk, capital de la región homónima, así como Schebekino, en Bélgorod, en donde se habla de un herido tras un ataque que podría estar relacionado con los apagones en parte de esta óblast rusa, aunque parece no haber sido el único ataque ucraniano contra esta región.

En cuanto a los combates y los movimientos, comenzando como casi cada día por el norte del frente, tenemos que las fuentes ucranianas reconocen avances rusos en el sector de Pokrovsk, mientras se continúa luchando por el control de la localidad de Vovchansk.

Más al sur, en el sector de Siversk, generalmente más tranquilo en cuanto a novedades, tenemos que se han vuelto a producir movimientos, con las fuerzas rusas atacando en dirección a Vrymka.

Dado que no hay novedades significativas procedentes del sector de Bakhmut, pasamos directamente al de Avdiívka, en donde el Ejército ruso, como puede verse en el tuit bajo estas líneas, ha logrado recientemente seguir progresando en la zona de Novooleksandriívka. Además, ha hecho lo propio desde el noreste y este en dirección a Novoselivka Persha, la próxima localidad que previsiblemente pase a estar bajo ataque ruso en la zona.

Por último, el otro sector en el que se han registrado movimientos ha sido el de Mariínka, concretamente hacia el interior de la localidad de Krasnohorivka, en donde las tropas rusas continúan avanzando en su eje sureste-noroeste, pero en las últimas horas también por el sur de la población, a caballo de las vías férreas.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, aunque en la primera parte del informe ya hemos tratado los movimientos por parte de los aliados de Ucrania en los últimos días, de cara a afianzar su posición antes de la Cumbre de Paz Global, comenzamos hoy por Rusia, pues después de un tiempo, un destacamento naval ruso encabezado por la fragata «Almirante Gorshkov» ha llegado al puerto cubano de La Habana, en lo que algunos han querido ver como una demostración de fuerza e incluso como una reedición de la «Crisis de los Misiles» (por la presencia de un submarino de ataque de propulsión nuclear, el «Kazan», de la clase Yasen), si bien apenas hay paralelismos en este caso concreto (aunque sí en otros más preocupantes, como ya explicamos).

Siguiendo con este país, mientras Putin da luz verde a la nueva estructura de la Oficina Ejecutiva Presidencial, que conlleva cambios interesantes y dice mucho de las prioridades de esta legislatura, desde este país han comenzado a tomarse medidas como la suspensión del comercio en dólares de Hong Kong, euros y dólares estadounidenses por parte del Banco de Rusia. Es exactamente lo mismos que ocurrirá a partir de la apertura de sesión correspondiente al día 13 de junio en la Bolsa de Moscú, en donde no se volverá a negociar (al menos por el momento) ni en dólares ni en euros en respuesta a las recientes sanciones norteamericanas.

Más allá de esto, es necesario volver de nuevo sobre uno de los temas ya tocados en la primera parte del informe: el de las sanciones estadounidenses a Rusia. Estas, que han sido agradecidas inmediatamente por parte del Gobierno de Ucrania a través, por ejemplo, de las redes sociales, han incluido a diversas entidades y particulares rusos, así como a empresas e instituciones bancarias internacionales radicadas por ejemplo en la República Popular de China (incluyendo Hong Kong), Turquía y la propia Rusia.

Además de esto, Putin ha mantenido una conversación telefónica con el líder bielorruso, Aleksandr Lukashenko, con quien ha tratado sobre la alianza estratégica entre ambas naciones a la luz del acuerdo de alto nivel derivado de la reunión mantenida en Minsk el pasado 24 de mayo.

Pasando a la ayuda militar, en cuestión de horas se abrirá la 23ª reunión del Grupo de Contacto de Apoyo a Ucrania, con el discurso de apertura, pronunciado por el secretario de Estado norteamericano, Lloyd Austin III, que podrá seguirse en directo a través de la web de dicha institución.

Además de esto, tenemos en las últimas 24 horas que el Reino Unido está preparando el anuncio de un nuevo paquete de ayuda a Ucrania por valor de unos 300 millones de euros (242 millones de libras esterlinas). Este se hará público oficialmente durante la próxima reunión del G7, que dará inicio en cuestión de horas y servirá para «apoyar las necesidades humanitarias, energéticas y de estabilización inmediatas, y sentar las bases para una recuperación a más largo plazo».

También Países Bajos aportará su granito de arena, en este caso para la reconstrucción, según anunció el primer ministro Mark Rutte, durante la conferencia de Berlín, ya finalizada. En concreto, los neerlandeses se han comprometido a apoyar 138 millones de euros para tal fin, así como -algo que ya se sabía- tres lanzadores y un radar, seguramente para los Patriot en servicio con Ucrania.

Pasando a Zelenski, este ha viajado hasta Arabia Saudí para ganar apoyos a la Cumbre de Paz Global, reuniéndose con el hombre fuerte del país, el príncipe Mohammed bin Salman, con quien ha hablado sobre la situación internacional y a quien ha agradecido su apoyo, si bien no está claro qué papel puede jugar el régimen saudí en relación con la Cumbre.

Desde la Unión Europea, y en referencia a este asunto, se ha pronunciado el Alto Representante, quien ha asegurado en las redes sociales que los Veintisiete apoyan absolutamente los esfuerzo suizos en términos diplomáticos por llevar la paz a Ucrania, a la vez que ha criticado que Rusia continúe con su guerra.

Por último, cerramos con el tema humanitario. Si por una parte los abogados de Global Rights Compliance, en colaboración con el gobierno ucraniano, sostienen que Rusia utilizó deliberadamente el hambre como arma de guerra en Mariúpol, algo que han denunciado ante la Corte Penal Internacional, por otra tenemos que el parlamente austríaco ha aprobado una resolución relativa a la devolución de los niños ucranianos ilegalmente trasladados a Rusia, algo que ha agradecido el presidente de la Rada Suprema, Ruslan Stefanchuk.

Al respecto, además, se ha pronunciado el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, en un comunicado en el que ha calificado de «espantoso» y «despreciable» el comportamiento ruso, que estaría «librando una guerra no sólo contra el ejército ucraniano, sino también contra el pueblo ucraniano», asegurando además que «Rusia está cometiendo crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad en Ucrania».


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