Guerra de Ucrania – Día 835

Según la Comisión, Ucrania cumple con todos los requisitos para iniciar negociaciones de adhesión a la Unión Europea. No todos los Estados miembros comparten este punto de vista, no obstante, con Hungría amenazando con bloquear un proceso que, en cualquier caso y en vista de los problemas endémicos que arrastra el país, podría demorarse años. Mientras tanto, muchos de los mismos países que deberán decidir en el futuro sobre la entrada de Ucrania en el seno comunitario están buscando la mejor forma de posicionarse de cara a la reconstrucción, caso de Francia. Al tiempo que esto sucede, sobre el terreno han continuado los combates, así como los ataques contra la población, después de que maya haya sido el peor mes en cuanto a víctimas civiles en casi un año, según la ONU.

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La Comisión Europea considera que Ucrania -al igual que Moldavia- cumple con todos los requisitos exigidos de cara al inicio de negociaciones de adhesión, recomendando por tanto que estas comiencen lo antes posible. Como es lógico, el fallo de la Comisión ha sido recibido con alegría y esperanza por parte del Gobierno ucraniano, pronunciándose el primer ministro Senys Shmyhal en este sentido a través de las redes sociales. Sin embargo, el de la Comisión, por muy buena voluntad que esconda, no deja de ser un paso más simbólico que efectivo, con lo que no conviene adelantar acontecimientos.

En realidad, el inicio de las negociaciones no supone ninguna garantía de acceso y, en cualquier caso, mientras Ucrania siga estando en guerra, resulta imposible que esta entrada se produzca. No hay que olvidar que hay países como Hungría que se oponen abiertamente a esta posibilidad y que otros, como Eslovaquia, tienen un parecer similar. Y dado el funcionamiento de la UE, sin unanimidad entre los Estados miembros, es imposible dar un paso de este calado.

Además, tampoco hay que perder de vista que el pronunciamiento por parte de la Comisión se ha producido justo en el momento en el que comenzaban unas Elecciones al Parlamento Europeo cuyo resultado, para muchos Estados miembros, tendrá una lectura a nivel interno, más que a nivel comunitario, caso de España. Pese a lo cual, en términos globales, si se confirma el esperado auge de la extrema derecha (buena parte de la misma afín a Putin), será más difícil si cabe implementar cualquier medida de apoyo a Ucrania, aunque solo sea porque incluso a los líderes más favorables a seguir apoyando a este país, el parecer de los votantes debería importarles.

Por último, en relación con este tema, hay que considerar de qué se habla cuando se habla de la integración europea de Ucrania, un país que no solo arrastra graves problemas de seguridad (que deberían ser resueltos antes), sino también altísimos índices de corrupción, una creciente (aunque todavía manejable) crisis de legitimidad, una enorme destrucción económica y un problema demográfico que a día de hoy es difícil de cuantificar pero que puede haber supuesto la pérdida de entre un cuarto y un tercio de su población desde 1991, así como un notable envejecimiento. Dicho lo cual, si ya la «gran ampliación» supuso un reto mayúsculo y una enorme fuente de problemas muchos de ellos todavía sin resolver, «absorber» un Estado como Ucrania podría suponer la puntilla en términos de gobernabilidad o convergencia.

Como quiera que hay cosas «más importantes» que la integración de Ucrania en el seno europeo, en donde sí se está avanzando a toda velocidad es en la carrera por posicionarse de cara a la reconstrucción del país y en la que busca aprovechar las necesidades de equipos militares de todo tipo que tiene Kiev, para abrir empresas conjuntas, llegar a acuerdos para apertura de nuevas fábricas e instalaciones, ectétera.

En relación con esto, en las últimas horas la empresa francoalemana KNDS, que nace de la unión de Nexter y KMW, ha formalizado la creación de una nueva filial en Ucrania. Un anuncio que ha seguido de forma casi inmediata al acuerdo entre los líderes de los dos países, Macron y Scholz, relativo a la producción local de repuestos, municiones y, en última instancia, de sistemas militares completos, aunque es previsible que esto tarde en suceder. Anuncio, a su vez, que sigue al de hace unas semanas por parte de otra gran empresa alemana de defensa, en este caso Rheinmetall, relativo a la futura apertura de una planta dedicada a dar mantenimiento y producir componentes de sistemas de defensa aérea.

No son, ni mucho menos, los únicos. Británicos y estadounidenses han hecho anuncios similares, conscientes de que Ucrania será, durante mucho tiempo, un jugoso mercado, pero también de que el país cuenta con un número ingente de ingenieros bien formados dispuestos a trabajar por un salario muy inferior al de sus contrapartes en dichos países y, por supuesto, de que la experiencia directa que les está permitiendo la guerra permitirá mejorar sus productos atendiendo a lecciones reales y no a ejercicios planeados en el vacío como ocurren con algunas empresas españolas que aseguran maravillas sobre las capacidades, por ejemplo, de sus sistemas antidrón.

Precisamente, a colación de España, cabe suponer que una de las razones del reciente compromiso de ayuda -más allá, obviamente, de la voluntad de sostener a un aliado, sobre la que no se puede dudar- está en no quedar por completo fuera del reparto, permitiendo a las empresas patrias (no solo de defensa) participar en la reconstrucción de Ucrania. Dicho lo cual, y como quiera que en estos casos suele obtenerse un retorno (no negamos en absoluto la importancia de los valores, pero última instancia nadie debe engañarse respecto al funcionamiento del sistema internacional) directamente proporcional a lo aportado, podría decirse que llegamos a esta carrera tarde y mal.

Pasando ya a la actualidad sobre el terreno, desde Ucrania han denunciado nuevos lanzamientos de misiles y drones por parte rusa en las últimas horas. En concreto han hablado de 13 drones Shahed-131/136 (Geran-1/2) y 1 misil de crucero Kh-59, habiendo derribado supuestamente 9 y 1 respectivamente. Dicho esto, se ha registrado un herido en Poltava, tras uno de los ataques rusos.

En el caso ruso, las autoridades de ocupación de Jersón hablan de hasta 22 muertos y 15 heridos como consecuencia de un ataque ucraniano contra la aldea de Sadove, al sur del Dniéper. Un ataque que se atribuye a los HIMARS, pero sobre el que momento no hay más detalles. Fuentes en este caso ucranianas hablan, además, de diversos objetivos atacados en Crimea, sin que por el momento haya trascendido tampoco más información.

A colación, el último mes habría sido el más penoso para los civiles desde hace casi un año, registrándose según las Naciones Unidas 174 muertos y 690 heridos entre la población civil ucraniana. Así las cosas, el número de civiles muertos habría aumentado en un 31 por ciento respecto al mismo mes del año anterior. La mayor parte de las víctimas (92%) y destrucción material (96%) se habrían producido además en las zonas controladas por el Gobierno ucraniano y no en las ocupadas por Rusia.

En cuanto a los combates y los movimientos, comenzando por el norte del frente, una jornada más son escasas las novedades. La mayor parte de los enfrentamientos continúan produciéndose en Vovchansk, pero el frente allí se mantiene en lo básico estático a pesar de los ataques y contraataques a muy pequeña escala que se han registrado. No ha ocurrido lo mismo en Kupiansk, en donde sí se han registrado nuevos avances rusos en los últimos días.

En el sector de Bakhmut hay señales que indican que el Ejército ruso habría conseguido, al menos, afianzarse en algunas de las zonas industriales al este del «Microdistrito del Canal» de Chasiv Yar. Todo mientras continúan lanzando ataques en dirección al canal de agua dulce a norte y sur de esta barriada.

En cuanto al sector de Avdiívka, allí se han seguido produciendo intentos rusos a lo largo y ancho del frente, logrando alcanzar la localidad de Sokil, aunque por el momento parece que sin lograr hacerse fuertes en la misma.

Por último, antes de pasar al plano internacional, cabe hacer una referencia a las últimas declaraciones de Putin, que según algunos son la base de la nueva «teoría de la victoria rusa» (que en realidad tiene poco de nueva, ya que hemos hablado de ella en varias ocasiones) consistente, en lo básico, en seguir avanzando de forma indefinida en el marco de una guerra de desgaste.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En lo relativo a la arena internacional, comenzamos al igual que ayer por el nuevo paquete de ayuda estadounidense, agradecido por el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov y del que, ahora sí, se ha conocido el contenido exacto, sin que este suponga ninguna sorpresa.

Más allá de esto y de la decisión de la Comisión europea, sobre la que ya hemos hablado, lo más relevante de la jornada tiene que ver con la serie de acuerdos firmados entre Ucrania y Francia en el marco de las celebraciones por el 80º aniversario del desembarco de Normandía. Son, en concreto, cuatro textos, a saber:

  1. Acuerdo de subvención para apoyar infraestructuras críticas y sectores prioritarios de la economía ucraniana.
  2. Acuerdo relativo a la creación de una representación de la Agencia Francesa de Desarrollo y de sus actividades, así como de su filial destinada al sector privado, Proparco, y Expertise France en Ucrania.
  3. Intercambio de cartas entre París y Kiev destinado a reanudar la cooperación entre ambos países para el desarrollo de usos pacíficos de la energía nuclear.
  4. Declaración de intenciones entre el Ministro de las Fuerzas Armadas de Francia y el Ministerio de Industrias Estratégicas de Ucrania sobre cooperación en el ámbito de la industria de defensa.

Y es que, como decíamos en la primera parte, Francia es uno de los países que mejor se está posicionando de cara a tener un papel relevante en la Ucrania del futuro.

Desde Alemania, por su parte, se están planteando dar un paso más en su apoyo a Ucrania, enviando un nuevo sistema Patriot. Una actitud muy diferente respecto a la de los primeros días de una guerra que ha trastocado por completo algunas de las alineaciones alemanas y que, si bien no van a evitar que este país siga siendo un «verso suelto» en términos de política exterior, sí ha servido para anclar firmemente a Berlín al bloque occidental.

Siguiendo con la ayuda, Países Bajos ha anunciado que participará en la iniciativa danesa y sueca destinada a enviar vehículos de combate de infantería CV90 a Ucrania, para lo que aportará financiación, asignando alrededor de 400 millones de euros a este proyecto.

Volviendo sobre Ucrania, aunque en este caso pasando a su ministro de Exteriores, Kuleba ha mantenido una reunión online con sus ocho homólogos de los estados del Báltico, con la lógica excepción de Rusia. Durante su charla, han tocado temas como la mejora de las capacidades defensivas de Ucrania o la cooperación multilateral, entre otros.

Más allá de esto, el primer ministro del país, Denys Shmyhal, sigue volcado en su campaña de captación de financiación mediante la que reconstruir la economía ucraniana. En las últimas horas, ha logrado nuevos compromisos por parte del Banco Mundial, con cuya vicepresidenta ha firmado un memorándum de entendimiento.

Respecto a Macron, quien se ha reunido con directivos de las empresas de defensa galas, ha tenido también durante su visita a Francia la oportunidad como se esperaba de dirigirse tanto a los parlamentarios de este país, como a una delegación bipartidista estadounidense procedente tanto del Senado como del Congreso. A todos ellos ha informado sobre la situación en el frente, los preparativos de la próxima Cumbre de Paz Global y sobre la necesidad de emplear el armamento suministrado contra objetivos en Rusia.

En otro orden de cosas, desde la OTAN se está valorando la posibilidad de crear la figura de enviado especial para Ucrania, en lo que sería un nuevo puesto permanente con base en Kiev que tendría como finalidad intensificar la cooperación con este país y, además, demostrar el compromiso a largo plazo de la Alianza con la seguridad ucraniana.

También, en este caso apartándonos ligeramente de Ucrania, es obligado hacer una referencia a la agresión sufrida por la primera ministra de Dinamarca, quien recibió hace unas horas un puñetazo por parte de un hombre que ya ha sido detenido. Un suceso, que si bien no reviste el mismo grado de gravedad que el ataque hace unas semanas contra Robert Fico, sí habla sobre el grado de tensión y división de las sociedades europeas, que ha venido magnificándose desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania.

En cuanto a Rusia, para finalizar, mientras su presidente ha asegurado que se están analizando todos los escenarios de lo que siguen llamando «Operación Militar Especial» ante expertos como Serguéi Karaganov (del que hemos hablado en más de una ocasión pues es una de las voces que pide una escalada) durante su intervención en el Foro Económico de San Petersburgo (Putin nació en dicha localidad), la preocupación principal estos días es la organización de la próxima cumbre de los BRICS, que tendrá lugar en Kazán y a la que la mayor parte de líderes de los países que forman la organización ya han confirmado su asistencia.


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