Guerra de Ucrania – Día 830

En las últimas horas han vuelto a recuperar fuerza las discusiones en torno al uso, por parte de Rusia, de armas atómicas en el marco de la guerra de Ucrania, no tanto con fines tácticos como demostrativos. Además, se ha hablado también sobre el empleo de UGVs por parte de ambos bandos, se han publicado noticias aparentemente falsas sobre la supuesta destitución del ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, y Zelenski y Umerov se han reunido con el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Austin, en Singapur, para luego dirigirse a Filipinas. Por último, ha sido también noticia la situación de las negociaciones entre China y Rusia a propósito del gasoducto «Power of Siberia II», estancadas por las exigencias de Pekín en cuanto a precios del gas.

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Los vehículos terrestres no tripulados (UGV) o robots terrestres son en cierto sentido los grandes olvidados de este conflicto. Es cierto que hemos hablado de ellos en varias ocasiones, pero estas son muchísimas menos que aquellas en las que nosotros mismos o cualquier otro medio nos hemos referido a los drones aéreos o navales, ya que el impacto de los anteriores ha sido mucho mayor. Sin embargo, la guerra de Ucrania también está sirviendo de laboratorio, provocando una evolución acelerada de este tipo de ingenios.

Así las cosas, los UGVs están desempeñado un papel cada vez más importante en el conflicto en curso entre Rusia y Ucrania y, especialmente de unos meses a esta parte, ambos bandos han recurrido a sus capacidades robóticas para una variedad de funciones, desde el reconocimiento y la logística hasta las operaciones de combate. De hecho, a medida que la guerra ha evolucionado, también lo han hecho las características y el despliegue de estos sistemas, que no han sido empleados por ambos ejércitos de la misma manera, sino que existen matices interesantes entre el uso dado por unos y otros. Así, en el caso ruso, los empleos han sido en su mayor parte para:

Mientras que en el caso de los ucranianos, los usos principales han sido:

Lo más interesante -y no nos cansaremos de recalcar esto- es que, lejos de interesarse por el desarrollo de modelos como el archiconocido THEMIS o como los Uran-9, unos y otros han ido derivando hacia la experimentación con sistemas UGV extremadamente simples y baratos, cuyo coste los convierte en fungibles. En el caso de Ucrania, particularmente, adoptando plataformas pensadas para uso agrícola en origen, aunque no solo. El caso es que, de esta forma, unos y otros se evitan tener que proteger un sistema que, de ser más caro, necesitaría entrar en la misma dinámica en la que han entrado los carros de combate y vehículos blindados y -aunque esto es anecdótico- recientemente y al parecer, incluso algunas motocicletas. Hablamos de la dinámica de aumentar la protección para defenderse de los UGVs, carrera que nos está dejando desarrollos cada vez más rocambolescos.

Dicho esto, los drones terrestres están permitiendo de forma cada vez más efectiva llevar a cabo algunas misiones con un riesgo de bajas casi nulo, desde reconocimiento a evacuación de heridos y entrega de suministros o apoyo a la artillería y la infantería tanto en entornos urbanos como contra trincheras. Más interesante si cabe, ya que su impacto no parece que vaya a ser ni operacional ni estratégico en los próximos meses o años -y puede que en lustros o décadas, si es que llega a pasar- están ayudando a redefinir algunas tácticas terrestres. Todo, por cierto, mientras en otras latitudes, aunque lo que trasciende tiene más valor propagandístico por ahora que otra cosa, no dejan de buscar sus propias soluciones…

Cambiando radicalmente de tema, para pasar a lo nuclear, en las últimas horas, una vez más, ha vuelto a debatirse sobre una posible escalada rusa en este sentido y, más interesante si cabe, sobre los motivos y dinámicas que podrían conducir a ella. En relación con esto, y aunque sea brevemente, conviene intentar desmontar un error común: de producirse un uso nuclear por parte rusa, aunque sea demostrativo, difícilmente será una represalia por algo que pueda ocurrir en el frente.

Es decir, que aunque muchas veces se hable de «líneas rojas» (una idea, al fin y al cabo, muy asequible) o de cómo por ejemplo ante la posibilidad de perder Crimea –o de sufrir ataques cada vez más contundentes contra la península-, desde Moscú podrían optar por escalar o, incluso, de cómo podría ser la respuesta por ejemplo al empleo de armamento más potente contra (o sobre) su territorioun debate ahora en pleno auge-, en última instancia podríamos llegar a la misma situación por otros factores.

Al fin y al cabo, los intelectuales y las élites rusas tienen sus propias dinámicas y las peticiones que a Putin se hacen para un uso demostrativo –como vimos hace un par de días-, apenas guardan relación con ningún peligro inminente para la integridad rusa, ni nada por el estilo. De hecho, si llega a ocurrir, es mucho más probable que la motivación rusa sea de orden interno.

Dicho lo cual, los factores que evitan y seguirán evitando que se alcance este punto, siguen siendo los mismos, dependiendo de la capacidad técnica, voluntad y gestión de la escalada por parte de Occidente el que Rusia llegue o no a dar el paso, por mucha que sea la presión interna para que esto ocurra. Y dentro de esto, tal y como explicamos hace unas horas, lo más relevante seguirá siendo lo que hagan o dejen de hacer los EE. UU., lo que implica que este país, a pesar de los cambios en su política respecto al empleo de su armamento contra Rusia, seguirán manteniendo un control exquisito sobre cualquier posible escalada… pero también progresando aunque sea a regañadientes y previsiblemente abriendo cada vez más la mano a Ucrania.

En cuanto a los combates y los movimientos, ya que en las últimas horas los reportes sobre nuevos ataques con drones o misiles han sido mínimos por ambas partes (a pesar de los datos, muy poco creíbles, proporcionados por el Ministerio de Defensa de Rusia), pasamos directamente a lo ocurrido sobre el frente. Eso sí, hablando de datos, desde Ucrania han dado también una cifra sorprendente, ya que según Zelenski durante la última semana el país habría sufrido casi mil ataques con drones y misiles rusos, lo que no casa con los datos oficiales salvo que se incluyan en la ecuación también las bombas planeadoras.

En cuanto a las noticias relativas a cambios de posición, son también escasas. De hecho, no hay apenas ninguna que haga referencia a avances por ninguna de las partes en el sector más septentrional del frente, el de Járkov. De hecho, lo más relevante de la jornada en relación con este frente tiene que ver con la aparición de un vídeo en redes sociales en el que los militares rusos se mofan de los prisioneros ucranianos capturados, lo que ha motivado la queja, a nivel internacional, por parte del comisionado ucraniano para los Derechos Humanos. También con la destrucción de un depósito de municiones en Shebekino, en la región de Bélgorod, por parte ucraniana, presumiblemente empleando armamento occidental ahora que Ucrania puede hacerlo en esta zona. Por último, con los mensajes aparecidos en torno a la situación de las unidades ucranianas enviadas como refuerzo a Vovchansk, que sería peor de lo que se suponía.

Distinta es la situación en el sector de Bakhmut. Allí, los combates siguen produciéndose esencialmente en las inmediaciones de Chasiv Yar, en localidades como Kalinina, en las que no está claro dónde termina el área bajo control de cada uno de los ejércitos, a pesar de que algunas fuentes den por hecho que Rusia ha alcanzado el canal de agua dulce en esta zona y otorguen, por tanto, su control al Ejército ruso.

En el sector de Bakhmut, lo más relevante ha vuelto a ocurrir en torno a Umanske, localidad que Rusia ha reclamado como tomada por su ejército y en cuyos alrededores continúan logrando pequeños avances, por ejemplo en dirección a Yasnobrodivka. Además, también se han registrado cambios favorables a Rusia al norte de Kalinina y en dirección a Sokil.

Por otra parte, se siguen produciendo combates en el sector de Orijiv, como informábamos recientemente, tanto en Robotyne y la vecina Urozhaine como, también, en zonas más alejadas de la parte central de ese sector, caso de la zona entre Myrne y Luhivske.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, y como suele corresponder a los fines de semana, las noticias se cuentan con los dedos de la mano. Comenzamos un día más por el Diálogo de Shangri-La, que ha tenido lugar en Singapur, y en concreto por la reunión mantenida tanto por el presidente ucraniano, Zelenski, como por su ministro de Defensa, Umerov, con el secretario de Defensa de los Estados Unidos, Lloyd Austin III. Una reunión que Zelenski ha calificado de «muy buena» y en la que se han tratado, entre otros temas, los próximos paquetes de ayuda estadounidenses, pero también los parámetros exactos de las limitaciones que los EE. UU. impone al empleo de su armamento contra el territorio ruso.

Respecto a Austin, por cierto, estaba en Singapur, entre otros, con la misión de seguir estrechando lazos con los países de la zona en términos de cooperación militar e industrial-militar, de forma que siga reforzándose el bloque que la potencia norteamericana está tejiendo en Indo-Pacífico en oposición a China (y Rusia). Una política que es muy anterior al inicio de la guerra de Ucrania pero que, desde el inicio de esta, ha venido acelerándose.

No ha sido, en cualquier caso, volviendo sobre Zelenski, la única reunión mantenida por el presidente ucraniano, quien también se ha visto con su homólogo filipino tras viajar a este país, Ferdinand R. Marcos Jr, en el que ha sido el primer encuentro entre ambos mandatarios. Durante esta reunión Zelenski ha expresado su gratitud a Filipinas por el apoyo prestado desde el inicio de la guerra, han hablado sobre la cooperación bilateral, se ha anunciado la próxima apertura de una embajada ucraniana en Manila y, además, Marcos ha confirmado a Zelenski su participación en la próxima Cumbre de Paz Global.

Pasando al ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, en las últimas horas han aparecido en redes sociales algunos post haciendo referencia a cómo habría sido destituido. Desde luego, a la hora de redacción de este informe no había ninguna noticia oficial al respecto y, en cualquier caso, esta sería una medida que carecería de sentido en estos momentos, cuando estamos a apenas días del inicio de una Cumbre de Paz Global que supone el mayor esfuerzo diplomático por parte de Ucrania desde el inicio de la invasión.

Precisamente, a colación de la intervención de Zelenski en Shangri-La y la futura Cumbre de Paz Global, sobre esta se ha pronunciado el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, quien ha alabado la intervención del presidente ucraniano al respecto en el foro de Shangri-La y ha declarado que «El momento de actuar es ahora. Todos debemos hacer más y más rápido. La amplia participación de la comunidad internacional en la cumbre será un paso crucial hacia una paz justa en Ucrania».

Pasando a Rusia, en las últimas horas han sido noticia las negociaciones entre este país y la República Popular de China relativas a la construcción de un nuevo gasoducto que sirva para transportar gas natural desde la región de Altai a China, siguiendo una ruta de 2.800 kilómetros. Este, que ha sido uno de los temas tratados por Putin y Xi en su último encuentro, parece haber quedado congelado -una vez más, pues lleva discutiéndose desde 2006- de forma que el proyecto «Power of Siberia 2» estaría nuevamente en el alambre en tanto ambos países no se ponen de acuerdo en torno a los precios del gas. El problema de fondo aquí es que China cuenta con una ascendencia y capacidad de presión cada vez mayor frente a una Rusia con una dependencia creciente respecto de un país que no está dispuesto en absoluto a abonar los precios que países como los de la UE sí pagaban a Rusia. Todo en un contexto en el que Gazprom ha estado acumulando pérdidas y en el que Rusia necesita dar salida a su producción.


Comentarios

2 respuestas a «Guerra de Ucrania – Día 830»

  1. Avatar de Gonzalo Rodríguez Taibo
    Gonzalo Rodríguez Taibo

    ¿Jarkov o Kharkiv?
    Si la etimología de Jarkov se corresponde con su origen ruso y dado que en esta guerra se están dilucidando conceptos que van más allá de la mera pervivencia de Ucrania como país y que se sustancian en la cultura y la religión propias de Ucrania, no podemos tampoco olvidarnos de la lengua.
    Ergo, hoy por hoy deberíamos decir Kharkiv.

  2. Tu eres gilipollas, Gonzalij, etimológicamente hablando 🙂

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