Guerra de Ucrania – Día 828

Rusia ha lanzado, una vez más, una oleada masiva de drones y misiles contra territorio ucraniano, compuesta según fuentes de este país por un centenar de vectores. Un ataque que se ha producido tras confirmarse el levantamiento parcial del veto estadounidense al empleo de armamento de este país contra territorio ruso, pero también tras noticias en el mismo sentido, procedentes de Alemania, Reino Unido, Francia, Dinamarca o Finlandia. Es más, son los aliados europeos de la OTAN los que se están mostrando, una vez más, más dispuestos a asumir un mayor nivel de escalada en el marco de la guerra de Ucrania, al tiempo que el secretario general de la organización cifra en 40.000 millones de dólares al año el apoyo necesario para mantener a Ucrania en el conflicto y que desde Turquía se niegan a que la Alianza tome parte en la guerra.

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Tal y como veíamos ayer, después de un largo debate, desde Washington han autorizado el empleo de las armas suministradas a Kiev sobre territorio ruso. Eso sí, lo han hecho con limitaciones, circunscribiendo dicho permiso únicamente a determinados sistemas y a una zona concreta del frente: Járkov. Un gesto que ha sido agradecido desde Ucrania, con Zelenski saludando este «paso adelante» hacia el objetivo de «defender a nuestra gente que vive en los pueblos situados a lo largo de la frontera».

Más interesante si cabe, la actitud tibia de la Administración Biden -que no solo se circunscribe a Ucrania, sino a otros escenarios como el gazatí, en donde intenta hacer encaje de bolillos entre el apoyo a Israel y la reducción del sufrimiento palestino, con un resultado bastante deficiente- parece no ser compartida por sus principales aliados. De hecho, desde estados como Francia, Finlandia, Dinamarca, las repúblicas bálticas o, más interesante si cabe, Alemania, han concedido permiso expreso a Ucrania para emplear su armamento contra el territorio ruso, incluyendo en el caso danés, y de cara al futuro, el que se emplee desde los F-16.

Ahora bien, no hay que olvidar algunos detalles importantes, pues se diría que los Estados miembros europeos de la OTAN están más dispuestos a asumir el coste de una escalada que los Estados Unidos y, si bien esto es así, al menos debe matizarse. En primer lugar, porque los aliados europeos, al tratarse de una guerra proxy y por razón de cercanía, siempre han estado dispuestos a asumir un mayor precio derivado de esta guerra que Washington. De hecho, no solo han aportado más fondos en términos absolutos, sino que, además, han corrido con el coste de asumir a los refugiados ucranianos y, por supuesto, con la mayor parte de los efectos derivados de las acciones rusas en la zona gris.

En segundo lugar, porque aunque se esté generando la impresión de que los aliados europeos, o al menos parte de ellos, han concedido un permiso incondicional a Ucrania de cara al empleo de su armamento contra territorio ruso, esto no es exactamente así. Y cuando lo es –salvo quizá en el caso francés y británico, que son los dos países que han suministrado misiles capaces de infligir un daño sustancial a una distancia significativa– es porque el efecto de dicho armamento sería anecdótico, con lo que la apuesta quedaría notablemente aminorada en cuanto a riesgos.

Este es el caso, por ejemplo, de países como Lituania, que no tienen reparos en animar a que se permita a Ucrania golpear el interior de Rusia, a sabiendas de que el material entregado por ellos, salvo puntualmente a través de la artillería y en zonas muy cercanas a la frontera, carece de dicha capacidad. En relación con esto, y en el caso de Alemania, dado que no ha entregado misiles Taurus, ocurre poco más o menos lo mismo, ya que la posibilidad de infligir daño a Rusia en su territorio mediante el armamento suministrado por los teutones se circunscribe básicamente al alcance de la artillería.

Incluso hay serias dudas de que el Reino Unido, pese a las palabras de políticos como su secretario de Exteriores, Cameron, haya concedido un permiso total. De hecho, hay testimonios que aseguran que no se ha concedido un «100 por cien de permiso» a Ucrania en este sentido (recordemos que los británicos han enviado misiles Storm Shadow, con un alcance de centenares de kilómetros) y que esta posición no ha cambiado. Es decir, que permitirían a los ucranianos atacar las bases desde las que despegan los aviones que lanzan bombas planeadoras sobre Ucrania, pero poco o nada más, limitando así el alcance de la decisión.

Tenemos pues una gradación al milímetro de la posibilidad de escalada por parte de los aliados de Kiev –lo que obviamente está teniendo consecuencias para las posibilidades ucranianas– mientras Rusia lanza avisos como el de esta pasada jornada, en la que sus fuerzas armadas han empleado un centenar de vectores contra distintos objetivos dentro de Ucrania, al tiempo que desde Moscú aumentan también la intensidad de sus acciones en la zona gris y el grado de preparación para una guerra a largo plazo –incluyendo cambios políticos de calado– como respuesta a la mayor implicación o disposición a asumir riesgos por parte de los aliados de Kiev.

Es decir, que hay una gradación por ambas partes muy cuidadosa al tiempo que en Rusia siguen produciéndose debates entre los principales expertos sobre armas estratégicas y hay quien ha vuelto a pedir un uso «demostrativo» de las armas nucleares; una posibilidad que desde la OTAN habrían intentado aminorar siendo claros, como lo fueron en otoño de 2022, dejando clara la posible respuesta a cualquier acción de este tipo (recordemos que las tres patas de la disuasión son: mensaje, medios y voluntad).

Es más, no debemos olvidar que, a falta de medios estratégicos propios y creíbles, la disposición europea -o, al menos, por parte de ciertas naciones europeas- a asumir más riesgos continúa dependiendo de la existencia de una disuasión extendida estadounidense. Algo que se confirma incluso en el caso de los dos Estados de este lado del Atlántico que disponen de un arsenal nuclear propio (no en régimen de doble llave), esto es, Reino Unido y Francia, ya que los pasos que dan son igualmente tibios, a pesar de una mayor disposición -especialmente en el caso francés y de un tiempo a esta parte- a comprometerse en la defensa de Ucrania de forma más contundente.

Es decir, que disponer de un arsenal (para una disuasión mínima, del débil al frente), no confiere a Francia, ni a Reino Unido, el grado de libertad estratégica que muchos creen que otorga, sino que simplemente les permite un mínimo adicional a sumar a la seguridad que ofrece la disuasión extendida norteamericana. Una lección, por cierto, para una Unión Europea que invierte más en defensa (si lo hace mejor, ya es otro debate), pero que sigue sin atreverse a abrir el «melón nuclear»…

Cambiando de temas, y retomando los ataques rusos a Ucrania a los que hemos hecho referencia ya, durante las pasadas horas este país habría empleado un centenar de drones tipo Shahed-131/136 (Geran 1/2) y misiles de diversos tipos contra distintos puntos de la geografía ucraniana. Las defensas antiaéreas ucranianas aseguran haber derribado 46 de los 53 drones y 47 de los drones, lo que no ha evitado que puntos importantes hayan sido alcanzados. Por ejemplo, hay fuentes que afirman que la central eléctrica de Zaporiyia ha sufrido cuatro impactos por parte de misiles de crucero Kh-101. También instalaciones eléctricas en Kirovohrad y puntos de Odesa se habrían visto afectados, entre otros.

Al mismo tiempo que esto ocurría, desde Ucrania se han lanzado misiles y cohetes contra distintos puntos de la óblast de Bélgorod, fronteriza con la región de Járkov y desde donde proceden buena parte de los ataques contra la misma. Las autoridades rusas hablan de cuatro muertos, además, en las regiones ocupadas de Donetsk y Lugansk a causa de ataques ucranianos, que consideran «crímenes de guerra».

En cuanto a los combates y los movimientos, estos siguen produciéndose al norte del frente, en el sector de Járkov, si bien de forma en su mayor parte marginal, con cambios mínimos de posiciones. Así, se continúan enfrentando ambas fuerzas en la localidad de Vovchansk, intensamente bombardeada por parte rusa.

En el sector de Bakhmut, se han registrado avances rusos en los bosques entre Ivanivske y Chasiv Yar, zona en la que se están produciendo intensos combates, mientras el Ejército ruso intenta controlar toda el área al este del canal de agua dulce, por el momento teniendo por delante la toma tanto de Kalinivka, al norte, como del «Microdistrito del canal», en donde las AFU resisten a pesar del enorme grado de destrucción acumulado.

Pasando al sector de Avdiívka, los cambios han sido mínimos, produciéndose eso sí, algunos avances rusos en dirección a Novoprokovske, al sur de Ocheretyne que se unen a los logrados en dirección a Sokil y, al sur del sector, nuevamente en Netaylove, en torno al estanque.

Por último, en referencia ya al sector de Mariínka, tenemos que las tropas rusas se han hecho con el ayuntamiento de la localidad, publicando el preceptivo vídeo. Pese a ello, los combates continúan en el centro de la localidad.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

El mes de mayo ha finalizado con una intensa actividad institucional y diplomática por parte de Ucrania, pero también de sus socios. Actividad que se espera que incremente a medida que se aproximen la Cumbre de Paz Global o la Cumbre de la OTAN en Washington.

Empezando por el presidente Zelenski, tras visitar esta semana España, Portugal y Bélgica durante esta última jornada del mes se ha dirigido a Estocolmo para celebrar la tercera Cumbre Ucrania-Países Nórdicos. Allí se ha reunido con sus homólogos de Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia con quienes ha podido discutir principalmente sobre los últimos paquetes de ayuda militar anunciados por estos países y continuar preparando la Cumbre de Paz Global. No obstante, como fruto de la Cumbre han firmado una Declaración en la que reafirman su apoyo Ucrania a nivel militar, financiero y humanitario, subrayando que el hecho de haber firmado acuerdos de seguridad con todos los países nórdicos supone una manifestación del compromiso para con Ucrania a largo plazo. Esto último es así en tanto que en el marco de esta Cumbre Ucrania ha podido concluir acuerdos bilaterales de seguridad con Suecia, Noruega e Islandia.

En primer lugar, Zelenski se ha reunido por separado con el anfitrión de la reunión, el primer ministro Ulf Kristersson -pero también con la realeza sueca en una audiencia privada– para discutir sobre el acuerdo bilateral de seguridad, pero también sobre el papel activo de Suecia en la próxima Cumbre de Paz o el fortalecimiento de la cooperación bilateral en áreas prioritarias incluyendo la posibilidad de producir conjuntamente equipos de defensa. En lo que concierne puramente al acuerdo bilateral, en el caso de Suecia se trata de una ayuda por un importe de 6.500 millones de euros para el periodo 2024-2026, si bien su vigencia será de diez años como en el caso de otros acuerdos ya firmados como el de España. En este caso, las áreas prioritarias serán la aviación, los sistemas de defensa aéreas, los vehículos blindados, sistemas de artillería o asistencia para la remoción de minas y UAVs. Asimismo, el acuerdo permite que Ucrania se haga con una aeronave de control y alerta temprana ASC 890.

En segundo lugar, el acuerdo firmado con Noruega establece que el país proporcionará a Ucrania aproximadamente 1.200 millones de euros en asistencia militar, pero también ayudará al país a desarrollar capacidades avanzadas de combate aéreo y donará F-16 a Kiev. Complementariamente, Noruega realizará una contribución significativa al desarrollo de las capacidades marítimas ucranianas en el Mar Negro y Mar de Azov, continuará entregando sistemas NASAMS, equipamiento y entrenamiento. De igual modo, está previsto que Ucrania y Noruega trabajen para profundizar la cooperación entre sus industrias de defensa.

En tercer y último lugar, en virtud de este acuerdo Islandia prestará especial atención al apoyo y equipamiento de las mujeres ucranianas en la AFU, aunque de manera separada también se incluyen disposiciones relacionadas con el apoyo a la Fórmula de Paz, las sanciones contra Rusia, la compensación por daños, el fortalecimiento de la infraestructura social y civil (incluida la educación y la seguridad energética), pero también el compromiso de mejorar su representación diplomática en Kiev.

Asimismo, la ocasión ha sido aprovechada para que Ucrania y Suecia concluyesen su acuerdo de seguridad bilateral, pero no solo pues también lo han firmado con Noruega e Islandia.

El presidente ucraniano también mantuvo una audiencia con los reyes de Suecia.

Pasando a la actividad del Ministerio de Exteriores, Dmytro Kuleba ha conversado con el secretario de Estado de EE. UU., Antony Blinken, por teléfono tras su reciente visita a Ucrania. En particular, esta ha sido una llamada de agradecimiento por la decisión de Washington de permitir que Ucrania se defienda mejor de los ataques rusos pudiendo emplear el material donado en territorio ruso. Asimismo, han tenido ocasión de discutir sobre las entregas de los próximos sistemas Patriot y que estas se produzcan lo antes posible, pero también sobre los preparativos de la inminente Cumbre de Paz en Suiza en junio y la próxima Cumbre de la OTAN en la capital estadounidense en julio.

En otro orden de cosas, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, mantuvo una reunión con los embajadores de la UE en Kiev a fin de discutir temas urgentes y prioridades gubernamentales, a saber: la apertura de las negociaciones de adhesión de Ucrania a la UE en junio, la implementación de reformas, la confiscación de activos rusos, la Fórmula de Paz, cuestiones energéticas y el equipo militar que las AFU necesitan. Sobre este último punto, Shmyhal destacó que necesitan fortalecer su defensa aérea y que, al menos 7 sistemas Patriot y aviones F-16 ayudarían significativamente a la hora de proteger a su población e infraestructura crítica.

Asimismo, Denys Shmyhal, de un lado, ha anunciado que Ucrania y el Fondo Monetario Internacional (FMI) han llegado a un acuerdo sobre la cuarta revisión del “Extended Fund Facility (EFF) Programme” por un importe de 15.600 millones de dólares para apoyar la estabilidad de Ucrania y la recuperación, así como promover el crecimiento económico del país. De otro, que el Gobierno ha aprobado un proyecto de acuerdo con Estados Unidos que les permitirá recibir casi 7.900 millones de dólares en apoyo financiero y económico. Asimismo, han aprobado la decisión para poder atraer hasta 100 millones del Banco Europeo de Inversiones para otorgar préstamos a pequeñas y medianas empresas.

Por su parte, la Coalición europea de IT ha logrado recaudar un total de 58 millones de euros para apoyar las capacidades de IT y ciberseguridad de Ucrania. En particular, las últimas aportaciones que sumaban 22 millones de euros proceden de Luxemburgo, Islandia, Estonia y Bélgica.

Por cierto, que en relación con la ayuda militar necesaria para que Ucrania se mantenga en la lucha, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenber, ha cifrado esta cantidad, de forma un tanto torticera, en 40.000 millones de dólares al año, algo que no coincide en demasía con lo que ha sido necesario aportar hasta el momento. Y siguiendo con la OTAN, tenemos también que en las últimas horas desde Turquía han rechazado la participación de la Alianza, como ente, en la guerra de Ucrania. De hecho, según ha declarado el ministro turco de Asuntos Exteriores, Hakan Fidan: apoyar a Ucrania para garantizar su integridad territorial y liberar sus territorios es una cosa. Pero la participación de la OTAN en la guerra es otra».

Desde la Unión Europea, el Consejo ha adoptado sanciones adicionales contra 6 personas y 3 entidades de Irán, incluido su ministro de Defensa, con base en: 1) su papel en la transferencia de UAVs a Rusia en apoyo de su guerra de agresión contra Ucrania; 2) la transferencia de UAVs o misiles a grupos y entidades armados que socavan la paz y seguridad en Oriente Medio y la región del Mar Rojo, o; 3) estar involucrado en el programa de UAVs iraní. En particular, los sancionados estarán sujetos a la congelación de sus activos, así como a una prohibición de viajar a la UE, pero también se prohíbe la provisión de fondos o recursos económicos, directa o indirectamente, a o en beneficio a aquellas personas y entidades que conforman la lista negra. 

En relación con las sanciones, según Bloomberg, el G-7, incluida la UE, están discutiendo medidas para dirigirse contra los bancos de terceros países que ayudan a los bancos rusos a eludir las sanciones. Para ello, están tratando de atacar al “SWIFT ruso”, es decir, el sistema de mensajería financiera del Banco de Rusia que reemplazó a SWIFT cuando a Moscú se le sancionó apartándole del sistema. Pese a que el objetivo sea el de adoptar estas medidas en la próxima cumbre del G-7 en Italia en junio, aun se encuentran en fase de discusión; también en la UE cuyos Estados miembros pretenden adoptar antes de dicha cumbre el 14º paquete de sanciones contra Rusia pero no cuentan con un acuerdo unánime sobre esta nueva medida contra el sistema bancario por las posibles implicaciones para las relaciones con países terceros.

Siguiendo con el G7, han denunciado «transferencias ilegales de armas» desde Corea del Norte a Rusia, mostrando su «profunda preocupación» y pidiendo al régimen juche que detenga estas prácticas. Curiosamente, y al mismo tiempo, desde Rusia un medio oficialista como Tass publicaba en portada unas declaraciones del Alto Representante de la UE, Josep Borrell, en las que decía que desde los Veintisiete no tenían evidencias, en este caso del suministro de armas chinas a Rusia.

Siguiendo con Rusia, se ha producido una reunión entre Putin y la comisionada presidencial para los Derechos del Niño, María Lvova-Belova, ambos perseguidos por la justicia internacional por su papel en la deportación ilegal de menores ucranianos a Rusia. En este caso, el motivo del encuentro pasaba por poner al día al presidente ruso sobre la situación de la infancia en el país en vísperas de la celebración del Día Internacional del Niño.

Por último, desde Ucrania también ha sido un día de celebraciones, pues han logrado que 75 miembros de las AFU, la Guardia Nacional y el Servicio Estatal de la Guardia de Fronteras, así como civiles -incluidos 29 funcionarios del Ministerio de Interior- capturados por parte de las fuerzas rusas, regresen a sus hogares.


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