Guerra de Ucrania – Día 820

Durante la última jornada, coincidiendo con la llegada de Putin a Bielorrusia, se ha producido uno de los mayores ataques que se recuerdan, en el marco de la guerra de Ucrania, contra la península de Crimea, registrándose explosiones en Alushta, Perevalne, Saky y Simferopol, aunque por el momento no hay una evaluación de daños. Además, se ha producido también un ataque en el interior de Rusia, contra una unidad militar situada en Krasnodar. Al margen de esto, y mientras los combates continúan en buena parte de la línea de frente, en Rusia han continuado produciéndose detenciones relacionadas con la corrupción, se ha producido un incidente fronterizo con Estonia y Putin ha autorizado la confiscación de activos vinculados a los Estados Unidos mientras la secretaria del Tesoro de este país ha pedido a los integrantes del G7 que sean «más ambiciosos» a la hora de utilizar los activos rusos congelados.

Ayuda a mantener este sitio haciendo una donación:

Hoy vamos a apartarnos ligeramente de la guerra de Ucrania, en esta primera parte del informa, para hablar sobre algunas de sus consecuencias y de las lecciones identificadas a nivel industrial. Como sin duda los lectores saben, si nos han estado siguiendo, desde prácticamente el día 1 de la invasión, tanto desde la Unión Europea como desde los Estados Unidos se han estado tomando medidas destinadas a reforzar lo que se da en llamar la Base Industrial y Tecnológica de la Defensa (BTID). Al principio, de forma indirecta, a través de aumentos en los presupuestos de defensa que implicaban, tanto compras de municiones y pertrechos como nuevas adquisiciones de plataformas y sistemas. Posteriormente, cuando quedó claro que los stocks eran absolutamente insuficientes, al igual que la capacidad de producción, interviniendo directamente sobre la citada BTID.

Los esfuerzos, en cualquier caso, no son ni eran nada nuevo. En realidad, en 2013 y en algunos aspectos, se pedían acciones de este tipo, algo que un año después, tras la invasión rusa de Crimea y el inicio de la guerra del Donbás, se incrementaron. Una tendencia que, tras la invasión de Rusia a gran escala, llegó al paroxismo, multiplicándose las iniciativas relacionadas en lo que, en última instancia es una sopa de letras de acrónimos (ASAP, EDIS, EDIP, EDIDP…) sobre la mayoría de las cuales hemos ido tratando en diversos informes de forma pormenorizada, incluyendo análisis específicos sobre el futuro de PESCO o la propuesta de Estrategia Industrial de Defensa, entre otros.

Esto en lo que concierne a la Unión Europea, pues a título individual son muchos los países que han tomado medidas en el mismo sentido, comenzando dentro de los Veintisiete por Francia, el Estado miembro que se ha mostrado más activo; incluso drástico. Es más, Francia, más allá de los esfuerzos comunitarios, está llegando a acuerdos bilaterales con otros socios para solucionar algunas de sus carencias, como ha hecho recientemente con Bélgica.

Y, por supuesto, por los Estados Unidos, país que ha adoptado la primera Estrategia Industrial de Defensa de su historia y que, además, está haciendo un esfuerzo considerable para, desde todos los ángulos posibles, encontrar formas de incrementar su producción y de asegurar sus cadenas de suministro. De hecho, son plenamente conscientes de que la guerra de Ucrania y la situación en Taiwán (y en otras latitudes) guardan relación; de que ambos conflictos son derivadas del nuevo escenario de competición entre grandes potencias y; de que sea como sea la próxima guerra, no se puede llegar a ella en la misma situación que a febrero de 2022, esto es, con capacidades mínimas de producción militar.

En el caso de España, aunque se están tomando medidas y, desde luego, el Ministerio de Defensa está inmerso en el plan de adquisiciones más ambicioso de nuestra democracia, no está del todo claro que esto vaya a surtir efecto sobre las capacidades reales de las fuerzas armadas pues, más allá de disponer de plataformas y sistemas, es necesario darles apoyo, mejorar la operatividad de las unidades y un sinfín de aspectos más.

En este sentido, nos gustaría al menos compartir las conclusiones de un estudio que hemos tenido la oportunidad de realizar recientemente para el grupo político Renew Europe, con amplia representación en el Parlamento Europeo y publicado bajo el título «La industria española de Defensa en la Unión Europea«, pues se enumeran algunos de los problemas que, como país, debemos afrontar con urgencia:

(Observaciones: 1) Rogamos a los lectores que disculpen los fallos de maquetación, pues no tenemos responsabilidad alguna al respecto, habiéndose encargado dicha tarea a terceros; 2) Por supuesto, como publicación no nos identificamos con ningún partido político).

«Dados los desafíos globales, internacionales y nacionales, presentes y futuros, el progreso de la industria española de defensa pasa por una mejora de su competitividad, lo que supone, por un lado, consolidar empresas de mayor tamaño e internacionalizadas y, por otro, escapar de lógicas burocráticas e institucionales profundamente arraigadas, así como otras consideraciones políticas ajenas a la política industrial que han definido decisiones empresariales y políticas en las últimas dos décadas.

En este sentido, la industria española de defensa sigue, a pesar de los intentos por dotar al país de “campeones nacionales”, aquejada de un tamaño insuficiente como para competir en igualdad de condiciones con las de otros Estados miembros de la UE, especialmente si hablamos de aquellos que forman el “Grupo de los 4”, con el que aspira a compararse. A esto se suma que se trata de un sector descompensado, en el que destaca la importancia de un pequeño número de empresas, en su mayoría de capital extranjero, pero capaces de influir sobre la política de adquisiciones del Ministerio de Defensa. Además, su distribución geográfica desigual hace que, dada la importancia que tienen para comarcas enteras, cuenten con un ascendiente real sobre los gobiernos regionales y locales.

Obligada a sobrevivir en un escenario condicionado por la mínima inversión en Defensa que España viene haciendo desde los años 90 y que sigue por niveles muy por debajo de los marcados por los compromisos asumidos por el país, la industria española de defensa ha buscado en el exterior los contratos que le han permitido sobrevivir estos años. Esto ha llevado a exportar más del 80% de su producción y a ocupar durante años el puesto de séptimo mayor exportador mundial. Pese a ello, en los últimos años el país ha perdido posiciones en este ranking, mientras al mismo tiempo ve cómo estados como Polonia están logrando que los equilibrios de poder en la Unión Europea cambien, a la vez que se dotan de una industria acorde a su inversión en defensa. Hasta el punto de que a medio plazo, la posición española como integrante del “Grupo de los 4” podría quedar en entredicho, si no se toman medidas para evitarlo.

Entre estas se encuentran la nueva Estrategia 2023, que sin embargo no parece aportar soluciones claramente definidas, tratándose de un documento genérico que necesita de un desarrollo profundo en varios aspectos y en un tiempo breve. Sumado a lo anterior, el Estado deberá seguir favoreciendo la formación de consorcios nacionales, susceptibles de compensar en parte el mayor tamaño de las empresas de otros países, así como fomentar el acceso a otros mercados, ofreciendo para ello el imprescindible apoyo político y diplomático. Algo, esto último, que estamos lejos de conseguir, toda vez que recientemente se ha recortado el número de agregados militares, lo que demuestra la miopía de un ministerio que continúa sin tener una política industrial clara, ordenada y con instrumentos adecuados, como lo sería un lobby potente en Bruselas, capaz de apoyar a las empresas en su aventura europea. Lo mismo es aplicable al caso de Iberoamérica, región que por distintas razones debería constituir una prioridad y para la que, sin embargo, no hay una estrategia comercial.

Un asunto en el que la DGAM, por sus prerrogativas, debería tener un papel principal, equiparándose así a organizaciones del mismo tipo, como la DGA francesa. De hecho, este organismo debería incrementar y definir sus cometidos para ofrecer un mayor soporte a la industria de defensa y contar con mayor capacidad de decisión. Pasaría así a ser la autoridad que de instrucciones y pautas tanto a los Ejércitos como a la industria de defensa, proceder a su armonización y evitar la competencia que, en ocasiones, se produce dentro del sector, tanto en programas nacionales como internacionales; y ello de acuerdo con las necesidades de capacidades estratégicas del país. Además, siempre sin reducir la transparencia y respetando la directiva comunitaria sobre contratación en el mercado de defensa de 2009, podría analizarse una mayor flexibilización en el sector, incluso promoviendo una modificación de la citada normativa europea. En todo caso, desde DGAM debería prestarse un mayor apoyo tanto a las grandes empresas como a las pymes en los procedimientos de contratación pública de defensa.

Todo lo anterior, en cualquier caso, no será nunca posible sin la reclamada Ley de Programación y Financiación de la Defensa. Ley que debería tener en cuenta la participación en proyectos europeos, y en los proyectos multinacionales y bilaterales, así como facilitar presupuestariamente la tarea de la industria nacional que debe satisfacer exigencias internas e internacionales. Algo que no pasa tan solo por la exigencia cuantitativa de incrementar los presupuestos de defensa, sino también, cualitativamente, por definir el proceso de transformación de las fuerza armadas de final del s. XXI, y el consecuente Objetivo de Fuerza a Largo Plazo. Solamente a partir de esta planificación y decisión, junto a la estabilidad presupuestaria, puede adecuarse la industria de defensa a las necesidades así definidas y planificar su producción para el mercado nacional, sin descuidar el internacional.

Para que esto sea posible, será imprescindible a su vez acometer cambios en la fiscalización parlamentaria de los presupuestos de defensa, incluida la financiación de los programas de armamento, quizá inspirándose en el sistema norteamericano, si bien ello requeriría de una sólida cultura de defensa ciudadana, también de los parlamentarios y de las fuerzas políticas en las que se integran. Al fin y al cabo, se trata de una labor que debiera de considerar tan solo el interés nacional y no los meramente partidistas.

Dicho lo anterior, no podemos olvidar el actual contexto, marcado por la guerra de Ucrania. Una situación, lamentable por su origen, pero que ha potenciado la percepción de la ciudadanía sobre los misérrimos presupuestos de defensa y que debe ser aprovechada para que la industria europea de defensa y, en particular la española, utilicen todos los instrumentos nacionales y comunitarios disponibles para acabar con sus cuellos de botella e impulsar su eficiencia, su tamaño y su utilidad para la defensa de España y para satisfacer sus compromisos internacionales».

Cambiando ya de tema, y como adelantábamos en la entradilla, durante la última noche se han registrado múltiples explosiones en la península de Crimea, atacada presumiblemente por drones y misiles ucranianos. Entre otros lugares, como puede verse sobre estas líneas, ha sido alcanzada Alushta, aunque se habla también de actividad antiaérea e impactos en varias localidades más, incluyendo Sebastopol, Simferopol, Saky y Perevalne. Además de esto, se habla en Telegram de un ataque ucraniano contra una instalación militar rusa en en el Krái de Krasnodar, concretamente el Centro Radiotécnico Independiente 818, sin que se conozca por el momento el resultado de ninguno de los ataques.

En el caso contrario, Ucrania, que tampoco ha publicado reportes oficiales, ha recibido también un ataque por parte de drones y misiles rusos, registrándose al parecer explosiones en localidades como Dnipró y Járkov y que se unen a los que ayer dejaron varios muertos en esta última localidad. Además, la central nuclear de Zaporiyia ha tenido que ser nuevamente desconectada de la red principal.

En otro orden de cosas, un tres apuntes relativos en primer lugar, al material, pues Boeing ha informado que le llevará meses solucionar las vulnerabilidades que las GLSDB están demostrando tener frente a los sistemas de guerra electrónico rusos. Mala noticia para Ucrania, pero buena para los Estados Unidos, que verán sus sistemas mejorados gracias a las lecciones de esta guerra. En segundo lugar, en relación con la corrupción en el Ministerio de Defensa ruso, que sigue dejando titulares, con varios arrestos en las últimas horas que forman parte de la campaña de limpieza que lleva en marcha desde hace unas semanas. En tercer y último lugar, a la formación de los pilotos ucranianos, pues la primera hornada de estos ha culminado su adiestramiento en F-16 en Arizona (Estados Unidos), con lo que a partir de ahora continuarán con su aprendizaje en Europa.

En cuanto a los combates y los movimientos, comenzamos nuevamente por Járkov, en la parte más septentrional del frente. Allí continúan los enfrentamientos especialmente en la localidad de Vovchansk, en donde la 82ª Brigada ucraniana ha llevado a cabo un contraataque en las últimas horas que ha servido para reducir el grado de control ruso sobre el sector más oriental de la ciudad.

En el caso de Bilohorivka, después de los últimos ataques rusos, que hemos ido contando en jornadas previas, Ucrania ha estado intentando restablecer la situación. Si bien la localidad nunca ha estado bajo control ruso, a pesar de las reclamaciones desde este bando, las AFU han logrado además retomar algunas de las posiciones al norte del poblado perdidas semanas atrás.

Distinta es la situación en el sector de Bakhmut, en donde han perdido el control sobre la localidad de Andriívka, logrando de hecho el Ejército ruso dar un paso más en dirección al canal de agua dulce por la parte sur del sector.

Además de lo anterior, también ha logrado el Ejército ruso avanzar en el sector de Avdiívka, concretamente en Umanske, que podría estar en su mayor parte ya bajo control ruso.

Por último, aunque en este caso se trata de cambios menores, el Ejército ruso ha seguido presionando tanto en el sector de Mariínka, como en Urozhaine y Staromaiorske, al sur.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional comenzamos hoy por el Fondo Monetario Internacional, organismo a través del cual Ucrania ha recibido 8.000 millones de dólares en lo que va de guerra, como ha recordado el primer ministro del país, Denys Shmyhal. El caso, para lo que hoy nos concierne, es que todo indica que el FMI concederá a Ucrania tres tramos de ayuda adicional en 204, por un total de 4.500 millones de dólares. Una ayuda que se extenderá hasta 2027, totalizando durante el periodo 2023-2027 15.600 millones de dólares.

Pasando a Zelenski, este ha hablado recientemente con el primer ministro de Noruega, Jonas Gahr Støre, a quien ha agradecido los esfuerzos por aislar a Rusia. Además de esto, han tratado sobre la situación en el campo de batalla, la cooperación en materia de defensa, los preparativos de cara a la firma de un acuerdo de seguridad bilateral y, por supuesto, la participación del noruego en la Cumbre de Paz Global, que este último ha confirmado.

También ha hablado con Gordana Siljanovska-Davkova, nueva presidenta de Macedonia, con quien ha hablado acerca de la cooperación bilateral y la forma de reforzarla. Además, ha hecho lo propio con el primer ministro griego, quien ha confirmado su presencia el próximo mes en la Cumbre de Paz Global.

En otro orden de cosas, el Primer Viceministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, se reunió con el Secretario Ejecutivo de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (OTPCE), Robert Floyd, quien llegó hace unas horas a Ucrania. La cuestión no es baladí, pues Ucrania se opone firmemente a las pruebas nucleares, al tiempo que utiliza cualquier mecanismo de presión que esté en su mano para tratar de impedir que se produzca una proliferación que le perjudicaría enormemente. Es por ello por lo que, uno de los temas tratados, ha sido la retirada de la ratificación rusa del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares.

Por otra parte, en cuanto a la ayuda militar, el antiguo primer ministro ucraniano, Petro Poroshenko, ha donado a las Fuerzas Armadas más de 2.000 drones tipo FPV, con un coste que podría haber ascendido, en conjunto, hasta más de un millón de dólares.

Pasando a Rusia, este país, después de amagar con cambiar las fronteras marítimas en el Báltico, ha protagonizado un curioso incidente con Estonia, que la pequeña república báltica ha denunciado. Concretamente, la Guardia de Fronteras rusa habría retirado las boyas que, en el río Narva, marcan la frontera entre ambos estados, en lo que han denominado un «comportamiento provocativo».

Esto ha ocurrido escasas horas antes de la llegada de Putin a Bielorrusia, en la que se espera que el presidente ruso y su homólogo bielorruso, Lukashenko, traten sobre temas de seguridad, aunque no solo. Eso sí, entre estos temas tendrá un lugar importante el ejercicio nuclear táctico que Rusia está llevando a cabo. Recordemos que, precisamente en Bielorrusia y desde hace unos meses, Rusia despliega también sus armas nucleares, con lo que este país se ve afectado por todo lo que tenga que ver con maniobras, cambios de postura o niveles de alistamiento nucleares rusos.

Además de esto, el presidente Putin ha tenido tiempo para firmar nuevas medidas encaminadas a «Compensar los Daños Causados a Rusia y al Banco de Rusia por Acciones Hostiles de los Estados Unidos», que es el título de la Orden Ejecutiva que recoge lo que sería parte de la retorsión rusa en respuesta al uso por parte de EEUU de los activos rusos. Así las cosas, Putin ha ordenado al Gobierno que establezca un procedimiento especial para compensar los daños causados ​​a la Federación de Rusia o a su Banco Central si se producen confiscaciones injustificadas por decisión de las autoridades estadounidenses.

Al mismo tiempo, desde Washington, la secretaria del Tesoro estadounidense, Janet Yellen, pedía a los países del G7 que sean más “ambiciosos” a la hora de utilizar los beneficios generados por los activos rusos congelados en Occidente para apoyar a Ucrania…

Por cerrar con una nota positiva, se ha anunciado por parte ucraniana que a la media docena de menores deportados ilegalmente a Rusia y cuya vuelta se conoció ayer, se han sumado siete más en las últimas horas, siendo por tanto trece los niños que se han reunido con sus familias en los dos últimos días. Un hecho al que se ha referido el Alto Representante de la UE, Josep Borrell, quien agradece a Catar su mediación y asegura que el regreso de los niños ilegalmente deportados continúa siendo una «prioridad absoluta para la UE».


Comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *