Guerra de Ucrania – Día 807

Tal y como venían alertando desde Ucrania, finalmente el Ejército ruso ha iniciado operaciones en la región de Járkov, abriendo así un nuevo frente. Por el momento, aunque hay fuentes que hablan de intensos combates, todo indica que Rusia únicamente ha empleado unidades de reconocimiento. Dada la cantidad de tropas que acumula en la zona -y que hay quien cifra en dos cuerpos de Ejército-, tendría sin embargo los medios para sostener las operaciones durante largo tiempo contra una región en la que las defensas ucranianas, aunque densas, tampoco han sido completadas. Las dudas estriban, en cualquier caso, en si lo que desde Moscú pretenden es: 1) avanzar en esta región buscando un objetivo mayor; 2) crear una zona de seguridad que impida ataques como los llevados a cabo por los grupos de voluntarios anti-kremlin, o; 3) obligar a Ucrania a enviar más tropas a la misma, dejando desguarnecidas, Lugansk, Donetsk o Zaporiyia.

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Finalmente, después de numerosas advertencias por parte de distintas instancias ucranianas –las últimas hechas por el general Skibitsky, segundo al mando de la inteligencia militar, en su famosa entrevista con The Economist-, unidades rusas han cruzado la frontera desde la región de Bélgorod a la de Járkov, a la par que se producían intensos bombardeos contra las posiciones ucranianas más cercanas a Rusia. Bombardeos que seguían, por cierto, a los que en los últimos meses han afectado a la región -y, especialmente, a la ciudad- de Járkov, una de las más castigadas del país en lo que desde Kiev entendían que, junto a la acumulación de tropas que se había venido registrando, era un preludio de una reapertura de este frente por parte rusa (al fin y al cabo, los grupos de voluntarios opuestos al Kremlin habían venido haciendo incursiones en la región Bélgorod desde hace muchos meses).

Por el momento, a pesar de la espectacularidad de algunas imágenes –tomadas incluso desde la propia capital regional– todo parece indicar que se trata de un ataque limitado y que no supone ninguna sorpresa estratégica, pues desde Ucrania, por más que no hayan completado sus fortificaciones en la zona, hace tiempo que daban por descontada esta acción y, en cualquier caso, han tenido plazo sobrado para establecer una intrincada red de defensas, por más que sin terminar. En este sentido, la hipótesis más obvia pasa porque Rusia simplemente esté buscando «estirar» a las Fuerzas Armadas ucranianas, obligando en un momento en el que las dificultades en cuanto a personal son importantes, a desviar valiosos recursos al norte del frente, generando nuevas oportunidades de avance hacia Chasiv Yar o en el área de Avdiívka.

En el siguiente mapa hemos marcado, en rojo, los ejes rusos que consideramos están destinados a provocar que las Fuerzas Armadas ucranianas se vean obligadas a divertir recursos. En verde, los puntos en los que se han venido produciendo los principales esfuerzos rusos y por los que este país tendría más interés en avanzar. Mapa: @Majakovsk73.

Dicho esto, no es la única opción posible. Otra de las posibilidades -que podría ser complementaria de la anterior, matando dos pájaros de un tiro- pasa porque Rusia esté intentando esta acción sobre Járkov no tanto para hacerse con esta región -que alberga la mayor ciudad rusófona de Ucrania- como para crear un área de seguridad al sur de la frontera con Bélgorod que permita limitar tanto los ataques ucranianos con drones, cohetes o artillería, como las incursiones de los grupos de voluntarios rusos opuestos al Kremlin. De hecho, el propio Putin había dicho en marzo que pretendía crear una «zona sanitaria» en Járkov en respuesta a los raids que la región de Bélgorod había sufrido.

Para hacer eso posible, hace unas semanas lo que no eran sino fuerzas destinadas a guardar las fronteras de la región fueron agrupadas bajo el mando del general Lapin en el nuevo Grupo Operacional Norte, cuyo Cuartel General se encontraría situado en la región de Kursk, vecina de la de Bélgorod. Respecto a la entidad de Fuerza de la que Rusia dispone, se especula mucho, ofreciéndose cifras en algunos casos equivalentes a dos cuerpos de ejército (hay que tener en cuenta que la composición en cuanto a efectivos de sus unidades es sensiblemente diferente de la occidental), esto es, cuatro divisiones más diversas unidades de apoyo, totalizando quizá del orden de 40.000 efectivos; muchos menos de los que se estiman necesarios para hacerse con la región al completo y algo menos de una décima parte de las que podría tener ahora mismo asignadas a lo que siguen denominando «Operación Militar Especial».

En amarillo, las defensas ucranianas en torno a Járkov. Autor: Clément Molin.

Fuerzas, las que Rusia tiene disponibles en Bélgorod, que además carecerían de experiencia o bien se habrían generado a partir de restos de unidades laminadas por los combates anteriores y sin la debida preparación y homogeneidad, al no haber culminado los procesos de R&R. Lo que no quita para que esté a su alcance lograr esa zona de seguridad, que podría ser de decenas de kilómetros de profundidad, aprovechando que la zona inmediatamente junto a la frontera ucraniana está desguarnecida, lo que permitirá a las tropas rusas hacerse con algunas posiciones con relativa facilidad, al no tener que soportar demasiados combates cuerpo a cuerpo, aunque sí el fuego artillero ucraniano, que ya ha provocado algunas bajas, como puede verse bajo estas líneas.

Ucrania, en relación con esto, apenas dispone de efectivos junto a la frontera, que ha sido más bien una zona gris en los últimos meses, vigilada constantemente por los drones de una y otra parte, que servían además para hostigar al contrario. De hecho, sus unidades despliegan en zonas más retrasadas, con lo que deberán ser movidas más cerca del área atacada, aunque no está del todo claro que el mando ucraniano vaya a entrar al trapo, buscando expulsar a Rusia de la totalidad de Járkov si los ataques se agravan (el ataque inicial, según aseguran, ha sido rechazado) restableciendo la situación anterior y divirtiendo así recursos de las zonas críticas del frente.

Hay que tener en cuenta que las defensas en torno a la ciudad de Járkov, que Rusia no logró tomar ni cuando contaba con la sorpresa estratégica, son densas y que hablamos de una urbe de gran tamaño que Rusia no está en disposición de tomar, con lo que la amenaza no es inmediata. En cuanto a los poblados junto a la frontera, en algunos casos habían sido o están siendo evacuados, buscando minimizar las bajas civiles.

Ahora bien, dicho todo lo anterior, y aunque a priori parece claro que Rusia no intentará un ataque en profundidad que busque tomar la ciudad de Járkov o algún tipo de envolvimiento, las evaluaciones de ucranianos y estadounidenses, por ejemplo, varían respecto a las intenciones y entidad del ataque llevado a cabo por el Ejército ruso. Así, mientras que desde Ucrania, como hemos visto, llevaban tiempo adelantando un gran ataque, desde los Estados Unidos John Kirby entiende que la ofensiva rusa se intensificará e intentará crear una zona de seguridad a lo largo de la frontera -y no descartan que los rusos puedan dirigirse contra la propia ciudad Járkov-, pero no prevén ningún avance importante. Por si acaso, eso sí, los Estados Unidos han aprobado a la par que los ataques rusos se producían, un nuevo paquete de ayuda militar, sobre el que abundaremos en la segunda parte del informe.

En resumen, por el momento lo que tenemos es que Rusia ha lanzado incursiones limitadas al sur de la frontera con Ucrania en la región de Járkov. Habría logrado posiblemente capturar varias aldeas a costa de numerosas bajas. Además, se ha registrado la destrucción del puente de Staryi Saltiv, aunque no está claro cuál de los dos bandos es el responsable. Pese a todo, este primer ataque parece tener únicamente la intención de tentar las defensas ucranianas y reconocer la zona en preparación de acciones mayores en el futuro con una doble intención. Por una parte, complicar la defensa del Donbás a unas AFU que todavía sufren escasez de personal y también de armamento. Por otra, crear una zona de seguridad en torno a Bélgorod.

Como además de lo ocurrido en la frontera de Járkov, por importante que sea, han sido más las noticias relacionadas con la guerra, cabe también hacer una referencia a los ataques que Ucrania ha llevado a cabo en las últimas horas. Ataques que han afectado, por ejemplo, a Bélgorod. También a Kursk, al norte de esta. El más espectacular, en cualquier caso, ha tenido lugar contra un depósito de combustible en Lugansk, atacado mediante un misil balístico ATACMS.

Siguiendo con los combates y movimientos, y dejando al margen Járkov, durante la última jornada las fuerzas rusas, de norte a sur, han lanzado nuevos ataques en el sector de Kupiansk, en el área de Synkivka y, además, han logrado nuevos avances en el área de Svatove, en dirección a Stelmakhivka.

Sin novedades procedentes del sector de Bakhmut -recordemos que el ataque ruso más contundente podría llegar en los próximos días o semanas contra Chasiv Yar-, pasamos al sector de Avdiívka. Allí, el Ejército ruso continúa presionando desde los alrededores de Ocheretyne, al norte, hasta Netailove y Nevels’ke, al sur, consiguiendo ganar terreno tanto en la zona al norte y noreste de esta última localidad, como también en los alrededores de la más septentironal Umanske.

Por último, en el sector de Mariínka siguen produciéndose enfrentamientos calle por calle en Krasnohorivka, localidad en la que el Ejército ruso continúa estrechando el cerco de los defensores ucranianos, lanzando ataques nuevamente por el sur y el noreste de la urbe.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

El apartado internacional, como no podía ser de otra forma, comienza con el nuevo paquete de ayuda militar aprobado por los Estados Unidos y por valor de 400 millones de dólares. Nueva ayuda que hace hincapié en las defensas antiaéreas, con el envío de nuevos misiles para Patriot y Nasams, así como de MANPADs Stingers, que deberían complicar la acción de los aviones de ataque a tierra rusos que hemos visto operar en las últimas semanas por ejemplo en el sector de Bakhmut.

El paquete, que procede del retiro presidencial, sirve además para aumentar el número de blindados Bradley y M113 que se suministrarán a Ucrania y que, en total, será sumado a paquetes anteriores, de varios centenares en cada caso.

Este nuevo paquete, como es habitual en estos casos, ha sido rápidamente agradecido desde Ucrania, tanto por el ministro de Defensa, Rustem Umerov, quien la considera vital, como por Zelenski, quien asegura que permitirá defender mejor «nuestras ciudades y comunidades de los continuos ataques aéreos terroristas contra infraestructuras e instalaciones energéticas críticas de Ucrania». A la vez, el presidente ucraniano valoró que «Estados Unidos mantiene su papel de liderazgo en el apoyo a Ucrania y esto tiene un significado histórico. Al frustrar los planes ofensivos de Rusia, acercamos una paz justa en Ucrania y una estabilidad a largo plazo en la comunidad euroatlántica».

Pasando a la diplomacia, y siguiendo precisamente con Zelenski, tenemos que durante la última jornada ha mantenido una conversación telefónica con el presidente argentino, Javier Millei, quien además de apoyar la «Fórmula de Paz» ucraniana y de recibir una invitación para asistir a la Cumbre de Paz Global, ha tratado con Zelenski acerca de la forma de estrechar la colaboración entre ambos países.

Precisamente, sobre la citada cumbre, Zelenski ha tratado también con el recién nombrado primer ministro de Islandia, Bjarni Benediktsson, y el patriarca ecuménico Bartolomé, quienes también han sido invitados a asistir, al igual que muchos otros dirigentes, una tarea para la que, aunque la cara más visible es la del presidente, en el día a día está siendo gestionada por su jefe de Gabinete, Andriy Yermak.

Pasando al primer ministro del país, se ha visto hoy con la presidenta de Eslovaquia, Zuzana Čaputová, con quien ha hablado sobre cooperación económica, a quien ha agradecido la recaudación de cuatro millones de euros que se destinarán a la compra de municiones y con quien ha discutido también sobre la implementación de la «Fórmula de Paz». Además de esto, Shmyhal ha anunciado que el gobierno ucraniano permitirá a dos bancos ucranianos recibir hasta 30 millones de euros de subvención por parte del Banco Europeo de Inversiones, que serán utilizados para «seguir apoyando a las pequeñas y medianas empresas ucranianas mejorando las condiciones para los préstamos en condiciones favorables». También ha hecho público que el Gobierno ucraniano ha destinado más de 166 millones de euros para restaurar el sistema energético, aunque reconoce que la situación del mismo es «muy difícil».

Para terminar con Ucrania, haremos una referencia al presidente de la Rada Suprema, Ruslan Stefanchuk, pues se ha reunido con representantes del Comité de Finanzas del Parlamento de Suecia, con quienes ha hablado sobre las necesidades defensivas de Ucrania, acerca de las sanciones a Rusia y de la integración europea y euroatlántica de Ucrania, entre otros temas.

Pasando a Rusia, tenemos que se han producido ya las primeras reacciones al nuevo paquete de ayuda militar estadounidense, en esta ocasión por parte del embajador ruso en Washington, Anatoly Antonov. Este considera que el anuncio estadounidense responde al éxito de Rusia en el campo de batalla, afirmando que: «El otro envío de armas al régimen de Zelensky es una reacción al éxito de las Fuerzas Armadas rusas en la línea del frente. Nuestros soldados y oficiales continúan liberando el territorio ruso con sus heroicos esfuerzos. Estados Unidos reconoce este hecho».

En cuanto a Putin, quien viajará a China a lo largo de este mes, en un viaje que pretende estrechar la relación entre ambos países y en el que seguramente se trate el tema de la Cumbre de Paz Global, por más que Rusia rechace de lleno la «Fórmula de Paz», podría también visitar aprovechando el mismo tanto Corea del Norte como Vietnam, otros dos países que mantienen estrechos lazos con Moscú.

Por último, cerramos tanto con más ayuda internacional, ya que Chequia ha donado 750.000 euros a Ucrania para que puedan mejorar el control y la protección de sus áreas boscosas, acercándose en este aspecto a los estándares de la UE, como con industria de defensa. Respecto a esto último, el fabricante de blindados Roshel ha anunciado que planea localizar parte de su producción en Ucrania. Así lo ha afirmado en una entrevista el CEO de esta empresa canadiense, que ha entregado centenares de blindados a Ucrania desde el inicio de la guerra.


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