Guerra de Ucrania – Día 801

La justicia rusa ha colocado al presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en la lista de personas buscadas, aunque no ha hecho público el motivo. Además, desde su Ministerio de Defensa, y mientras lanzan una nueva oleada de drones contra distintos puntos de Ucrania, aseguran haber derribado cuatro misiles balísticos ATACMS cuando supuestamente intentaban alcanzar Crimea. Sobre el frente, continúan los avances, que han llevado a tomar Kotlyarivka y la mayor parte de Arkhangels’ke en las últimas horas, mientras se debate tanto sobre el número real de bajas que arrastra Rusia en lo que va de guerra, como una vez más sobre la situación de sus inventarios. Todo en una jornada en la que Francia se prepara para la llegada de Xi Jinping y en la que desde Moscú han calificado de «muy peligrosas» las declaraciones de Macron respecto a un hipotético envío de tropas.

Ayuda a mantener este sitio haciendo una donación:

Hace un par de días Novaya Gazeta publicaba una entrevista al ministro de Exteriores de la República de Francia, Stéphane Séjourné. Este medio, originario de Rusia, es conocido por su orientación contraria al Kremlin y sus artículos de investigación sobre temas sociales y políticos y, una vez más, no ha decepcionado, al incluir entre las preguntas temas como la desinformación, la libertad de prensa, la utilización de los activos rusos congelados, la permanencia de determinadas empresas francesas en Rusia, o bien relativas a la marcha de la guerra y a las recientes declaraciones del presidente galo, Macron, respecto a un posible envío de tropas a Ucrania.

Esto último, por cierto, ha dado pie a Séjourné a una interesante respuesta a la pregunta del periodista ruso, en la que se aclara parte del trasfondo de la «ambigüedad estratégica» gala: «¿Por qué los europeos deberían jugar de forma transparente con una potencia impredecible e irresponsable? Rusia necesita entender que cuando la paz en Europa está amenazada y cuando la seguridad de nuestros ciudadanos está en juego, no hay límites y todas las opciones están sobre la mesa».

Lo más interesante de la entrevista, en cualquier caso -no hay que olvidar que Novaya Gazeta es un medio opuesto a Putin- tenía que ver con las cifras dadas en relación con las bajas rusas, hablando el ministro francés de medio millón de bajas rusas desde el inicio de la invasión a gran escala de Ucrania, en febrero de 2022. La frase exacta ha sido: «Calculamos que Rusia ha sufrido 500.000 pérdidas militares, incluidos 150.000 muertos. ¿Y para qué? Bastan dos palabras: para nada».

La cifra puede resultar chocante, y de hecho han sido muchos los diarios que se han hecho eco de la misma en las últimas horas, pero hay que recordar que no está demasiado lejos de la que ofrecían otros países, como el Reino Unido. En este caso, a principios de marzo de este año hablaban ya de 355.000 muertos y heridos rusos, esto es, 983 por día de media. Una cifra que, a finales de abril, elevaban ya a 450.000 muertos y heridos, no muy lejos de la estimación dada por Séjourné, sumando además decenas de miles de supuestos desertores a las pérdidas rusas. Al mismo tiempo, eso sí, los funcionarios occidentales consideran que la cifra de bajas ofrecida por Zelenski en su día -31.000 fallecidos-, no es ni la mitad de la real, aunque en este caso y por razones obvias hay mucho menos interés en produndizar.

Sin ser en absoluto imposible la cifra de bajas rusas -aunque por el momento solo se ha conseguido confirmar la muerte de algo más de 51.500 uniformados con nombres y apellidos por parte de Mediazone-, lo interesante del caso es ver cómo un ministro occidental, en este caso Séjourné, y a través de un medio opuesto al Kremlin, juega el mismo juego que hace habitualmente Rusia mediante vectores como Sputnik, pero también algún medio occidental, intentando en este caso impactar sobre la opinión pública rusa, que es en buena medida a quien se dirige el mensaje.

Más preocupante para Rusia, en cualquier caso, que las pérdidas humanas -al fin y al cabo ni hay contestación social, sino un fuerte apoyo al régimen, ni están teniendo problemas de reclutamiento- son las pérdidas materiales. Desde el inicio de la guerra, asumiendo que incluso los mejores análisis basados en fuentes abiertas tienen un porcentaje de error, Rusia habría perdido más de 15.600 vehículos de todo tipo, incluyendo casi 3.000 carros de combate (hay fuentes que hablan de más de 3.000). Es decir, una fracción más que sustancial de los que llenaban tanto sus filas como sus depósitos antes del inicio de la invasión.

En total, según algunos analistas, y en el caso de los blindados de transporte, Rusia podría haber perdido en lo que llevamos de guerra hasta el 32,40 por ciento de sus stocks iniciales. Una cifra que debe ser matizada, en tanto del 67,70 por cierto restante no todos los vehículos podrían, en razón de su estado, ser devueltos al servicio. Por otra parte, buena parte del material consiste en modelos muy antiguos, cuya valía incluso con modificaciones es escasa, ya que ni añadiéndoles protección adicional ofrecen demasiadas garantías.

El caso de los carros de combate sería más delicado, con algunas fuentes hablando de una Rusia con entre 1.300 y 1.750 carros en servicio frente a los más de 3.000 de que disponía al comienzo de la guerra, mientras que en el caso de los almacenados, esta cifra seguiría en el entorno de las 4.000 unidades. Eso sí, muchos de ellos modelos tan antiguos que no es que no tengan valor militar, sino que difícilmente podrán ser recuperados para el servicio.

Con todo, conviene siempre poner los datos en cuarentena. Hay que tener en cuenta que en muchos casos cuando se lleva a cabo un análisis, se ofrecen varios escenarios posibles, de los que no siempre trascienden todos. De hecho, en relación con las supuestas estrecheces materiales que Rusia podría afrontar en los próximos meses hay cálculos de lo más variados, desde los que aseguran que su Ejército podría quedarse prácticamente sin carros a lo largo de este año, a los que consideran que podría aguantar varios años de guerra al ritmo actual de pérdidas, siendo de hecho un peaje que estarían perfectamente dispuestos a pagar.

Dicho todo esto, lo observado hasta el momento no hace pensar que las pérdidas materiales o humanas per se sean lo que vaya a doblegar la voluntad de seguir la guerra que parecen tener en el Kremlin. No queremos decir que las bajas no sean importantes o que Rusia disponga de medios ilimitados, pues al menos esto último no es así. Más bien que lo que de verdad podría obligar a Rusia a sentarse en la mesa de negociaciones -además de la presión internacional, de ahí la importancia del papel de Xi Jinping- es la percepción de que por más «carne» que ponga en el asador, el resultado final no va a cambiar; eso es lo que hace tan importante para Ucrania que los EEUU y Europa hayan redoblado su apoyo y tan necesario que el resultado de la movilización sea el que Kiev espera.

Pasando a la actualidad sobre el terreno, Ucrania se habría enfrentado durante la última noche a la llegada de una nueva oleada de drones rusos, compuesta según el Ministerio de Defensa del país por hasta 24 Shahed-131/136 (Geran-1/2), de los que habrían derribado 23. No se ha hablado de misiles de ningún tipo. A pesar de lo anterior, se han registrado daños en Dnipró, posiblemente debidos a la caída de restos de algún dron y varias explosiones en Járkov, atribuidas a un ataque con misiles.

En el caso ruso, su Ministerio de Defensa asegura haber derribado en las últimas horas 15 misiles balísticos ATAMCS, 17 bombas planeadoras Hammer, 6 GSLDB y 201 drones de distintos tipos. Lo curioso del caso es que, a tenor de las cifras que Occidente puede suministrar a Ucrania de unos y otros, las afirmaciones rusas suponen poco menos que decir que Ucrania se quedaría sin existencias de este tipo de materiales en cuestión de días. Al menos en el caso de los ATAMMS y Hammer, suministrados en cantidades mínimas (Francia espera poder suministrar a lo largo de todo el año y en el mejor de los casos, 600 Hammer).

Pasando a los combates y movimientos, y comenzando por el sector más septentrional del frente, se confirma la retirada ucraniana de Kotlyariva, en el sector de Kupiansk.

En el sector de Bakhmut, tenemos que los ataques rusos han continuado produciéndose con la vista puesta en controlar no solo los alrededores de Chasiv Yar (se está bombardeando con fuerza el «microdistrito del canal»), sino también con la intención de alcanzar en diversos puntos el canal de agua dulce.

La mayor parte de los movimientos continúan correspondiendo al sector de Avdiívka, en donde el Ejército ruso ha completado la toma de Arkhangerls’ke y Keramik, además de avanzado en dirección a Sokil, en este caso al sur de la línea ferroviaria. En esta última zona, además, ha avanzado también hacia Novopokrovs’ke. En conjunto, la situación en esta zona continúa degradándose para Ucrania que, no obstante, está logrando ceder terreno de forma controlada mientras refuerza sus defensas al oeste.

Por último, ya en el sector de Mariínka, las tropas rusas habrían logrado entrar en las primeras edificaciones de Paraskoviívka, a poniente de Novomykhailivka.

Contexto internacional, diplomacia y sanciones

En el apartado internacional, y como corresponde a los fines de semana, la actualidad se ha reducido al mínimo. La noticia más comentada tiene que ver con la inclusión, por parte de Rusia, del presidente ucraniano Zelenski en el listado de personas en busca y captura. Por el momento, no han especificado de qué se le acusa exactamente, mostrando un aviso genérico.

En relación con esto, y como no podía ser de otra forma, desde el Ministerio de Exteriores de Ucrania han publicado una breve nota de prensa en la que aluden a la «la desesperación de la maquinaria estatal y la propaganda rusas, que no saben qué más inventar para llamar la atención» mientras recuerdan a la comunidad internacional que «a diferencia de los inútiles anuncios rusos, la orden de arresto del dictador ruso Vladimir Putin por crímenes de guerra de la Corte Penal Internacional es real y ejecutable en 123 países».

Zelenski, mientras todo esto se producía, estaba más centrado en seguir hablando sobre el deseo de resistencia del pueblo ucraniano frente al «mal ruso», apareciendo hace escasas horas ataviado con ropa tradicional, para desear a los habitantes del país un feliz día de Pascua.

Lo mismo, lógicamente, que hacía Putin, quien no se ha vestido con atuendos tradicionales, pero sí ha atendido a los servicios religiosos y felicitado a todos los ortodoxos (el detalle es importante, por la consideración que tienen respecto del papel de la Iglesia Ortodoxa rusa como cabeza de las demás) la Pascua.

Dicho todo esto, la noticia más relevante de la jornada tiene que ver con los preparativos ante la inminente visita del presidente chino, Xi Jinping, a París, en donde será recibido por su homólogo galo, Macron para hablar sobre comercio, pero también sobre Ucrania. A pesar de que este había extendido una invitación al canciller germano, Scholz, para participar en la cumbre, este ha declinado la misma, lo que no hace sino crear suspicacias, toda vez que el alemán se vio con Xi recientemente en una visita de estado muy criticada por la posición teutona respecto a la República Popular de China. Eso sí, a pesar de la ausencia de Scholz, hay que tener en cuenta que este se ha visto con Macron hace apenas un par de días, con lo que es previsible que, al menos, hayan coordinado posiciones y se hayan informado mutuamente.

Por cierto, que a pesar de los recientes encontronazos y de la elevación en el tono de las declaraciones, Macron ha dicho respecto a Rusia que el diálogo con este país debe continuar, en referencia a hipotéticas negociaciones. Las palabras de Macron han sido: «Estamos haciendo lo correcto al dejar las puertas abiertas para las negociaciones con Rusia».

En otro orden de cosas, una jornada más ha seguido hablándose sobre las actividades llevadas a cabo por Rusia en Europa, con advertencias de la inteligencia de varios Estados Miembros de la UE relativas a las supuestas intenciones del Kremlin de llevar a cabo sabotajes por todo el continente. Se habla, específicamente, de: «bombardeos encubiertos, ataques incendiarios y daños a la infraestructura en suelo europeo, directamente y a través de representantes, con poca preocupación aparente por causar muertes civiles».

También sobre la exhibición en Moscú de material occidental capturado, como parte de los fastos que rodean a la celebración, el próximo día 9 de mayo, del «Día de la Victoria». Así las cosas, desde hace unos días se pueden ver en la capital rusa diversos carros de combate y blindados de procedencia europea y norteamericana que han sido apresados durante los combates y que serán la atracción principal de una jornada en la que el Kremlin no ha podido, a pesar de que se especulaba con ello hace unas semanas, presentar a su población la captura de alguna nueva localidad importante.


Comentarios

Una respuesta a «Guerra de Ucrania – Día 801»

  1. Avatar de Marcelino Rodríguez Maldonado
    Marcelino Rodríguez Maldonado

    Yo creo que el trofeo para el 9 de mayo era Avdiivka, pero en un giro inesperado de los acontecimientos, los orcos la tomaron antes de lo esperado (sorprendiendo a propios y extraños). Probablemente, antes de esa fecha, tomarán Robotybe por su carácter simbólico (no tiene otro valor) para poder vender algo nuevo a su opinión pública.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *