Jornada marcada tanto por los avances rusos en Ocheretyne y Krasnohorivka como por el discurso del presidente de la República Francesa, Emmanuel Macron, en el que se ha referido a la guerra de Ucrania como «el principal peligro para la seguridad europea». También por los anuncios de países como Polonia según los cuales ayudarán a Ucrania en el proceso de repatriación de los hombres en edad de combatir, por las nuevas sanciones a la industria de drones de Irán, la futura visita de Putin a Xi en mayo y los debates en torno al tipo y cantidad de la ayuda estadounidense y a si es la que Ucrania necesita para dar un vuelco a la compleja situación que se vive en el campo de batalla.
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El Ejército ruso, a pesar de sus ingentes bajas, está logrando poco a poco avances en el campo de batalla del este de Ucrania, sobre la base de lograr una superioridad local tanto de fuerzas como de poder de fuego, mientras en el resto de sectores del frente mantiene al menos fuerzas suficientes como para obligar a las AFU a mantener allí un número importante de recursos, especialmente humanos. En lo relativo a su poder de fuego, tiene mucho que ver en su aumento el uso cada vez más regular de las bombas planeadoras, disponibles en cantidades crecientes.
Después de unos inicios alto tímidos, según han transcurrido los meses el número de bombas planeadoras utilizado por Rusia ha ido creciendo de forma que estaban en disposición, a mediados de marzo, de emplear según algunas fuentes hasta un centenar de ingenios por día. Pasado un mes, esta cifra es muy probable que haya aumentado y al mero número, hemos de sumar el hecho de que muchos de estos ingenios son de una potencia mayor que la de sus predecesoras, logrando en resumen una potencia de fuego que supera por el momento en mucho a la disponible en manos ucranianas.
De esta forma, la Fuerza Aérea rusa ha pasado de emplear bombas de 250 kilos a las de 500 kilos (denominadas por algunas cuentas prorussas en las redes sociales jocosamente como «JDAM ortodoxas» y de ahí a las mucho más potentes de 1.500 kilos. Estas son, en los últimos meses, cada vez más comunes, siendo numerosos los ejemplos de uso registrados contra localidades como Krasnohorivka y siendo previsible que su protagonismo siga creciendo de aquí en adelante.
Además con la particularidad de que su defensa antiaérea, bajo mínimos, está centrada en la defensa de las ciudades, lo que impide negar el espacio aéreo a la aviación rusa que, a pesar de algunas pérdidas, lo cierto es que utiliza este tipo de ingenios casi a placer y desde una distancia segura, logrando ventanas de oportunidad para las fuerzas terrestres tanto por las bajas que causan como por el desconcierto. Un proceder además metódico y previsible, pero no por ello menos efectivo, toda vez que cada bombardeo anuncia el lugar en el que se producirá el próximo reconocimiento en fuerza y, tras este, de haber oportunidades, el siguiente intento de asalto.
Un ciclo que repiten cuantas veces sea necesario hasta tomar una posición, aprovechando de paso que si bien en campo abierto no tienen las mismas oportunidades ni de avanzar con un mínimo de seguridad, ni de «pegarse» al terreno, en las ciudades las fuerzas se igualan, lo que permite a los operativos de Wagner encastrados en las unidades rusas (en próximos informes hablaremos de cómo han vuelto a ganar importancia, ahora sí bajo la batuta del Ministerio de Defensa) y al propio ejército regular ganar día a día pequeñas parcelas de terreno urbano.
Por tierra, una vez la artillería y la aviación rusa han hecho su trabajo, los infantes bien a pie, bien como hemos visto en quads e incluso en motocicletas, o cada vez más empleando ingenios solo hasta cierto punto sorprendentes, se acercan lo más rápido posible a las posiciones ucranianas cuando hay que «saltar» terreno abierto, o avanzan de calle en calle y de casa en casa cuando están ya enfrascados en combate urbano, que es el que se está demostrando más importante en esta de guerra de Ucrania desde sus inicios, pues se lucha por las poblaciones más que por el territorio.
Un escenario muy particular que está dando lugar al desarrollo de una serie de medios, como los «carros tortuga» que seguramente al inicio de la invasión rusa de Ucrania nadie pensaba que fuesen a hacer su aparición en este conflicto, pero que cada vez están teniendo mayor difusión. Son, en cualquier caso, una novedad relativa, ya que en alguno de los conflictos de Oriente Medio en los últimos años, como la guerra de Siria, habíamos podido ver diseños parecidos, todos ellos de fortuna, construidos con los materiales a disposición de tropas que debían maximizar su protección para lograr pequeños avances, pues no se trata de diseños capaces de recorrer grandes distancias, sino pensados para unos centenares de metros durante los cuales se emplean como punta de lanza.
Es más, si nos remontásemos casi un siglo en el tiempo, veríamos cómo en la Guerra Civil española también se multiplicó el uso de todo tipo de camiones protegidos, por ejemplo, seleccionando para ello diversos tipos de chasis. Eso por no hablar sobre diseños como los diversos carros «Trubia», «Bilbao» o «Landesa», en algunos casos con el mismo aire steampunk que tiene los «carros tortuga» rusos y cuya aparición vino motivada, como en este caso, por la necesidad de dar respuesta a las necesidades del combate, en un periodo en el que muchas de las amenazas eran nuevas y el ciclo de iteración altísimo.
Ingenios relativamente sencillos, consistentes en montar sobre un carro de combate una estructura de vigas de acero a la cual se acoplan planchas metálicas, mallas y cuanto se considere necesario para hacer frente con un mínimo de garantías a los drones FPV ucranianos (en algunos casos incluyen sistemas EW). Dicho lo cual, cabe decir también que al menos por el momento, la experiencia se está demostrando aceptablemente exitosa para las fuerzas rusas, que han aumentado su empleo y han dejado de paso algunos curiosos vídeos.
Ahora bien, que nadie se lleve a engaño. Siguen siendo soluciones temporales a problemas en constante evolución y, por más impacto mediático que puedan tener y por más imagen de éxito que se intente transmitir por parte de ciertas cuentas, son también muy vulnerables a las armas contracarro y a las minas. De hecho, precisamente lo preocupante del caso es la relativa ausencia de estas en comparación con otros escenarios. Incluso los drones tipo FPV, que actualmente parecen no dañarlos en demasía, se adaptarán seguramente modificando su carga para ello. En términos generales, lo importante aquí es que los bombardeos rusos son los que están concediendo a este tipo de ingenios una ventana de oportunidad y no la ingeniería tras ellos, siendo eso lo que Ucrania debe contrapesar de alguna forma si pretende contener los avances rusos.
En cuanto a la actualidad sobre el terreno, se han vuelto a registrar una jornada más ataques rusos con drones y misiles contra territorio ucraniano. Así las cosas, se habrían registrado explosiones en localidades como Krivói Rog. Desde instancias oficiales, en cualquier caso, un día más han continuado sin publicar un recuento oficial, lo que es indicativo -sumado a la falta de noticias-, de que la actividad rusa se ha reducido en este ámbito en las últimas jornadas.
Del lado contrario, más allá de las denuncias de Rusia, que ha hablado sobre intentos de ataque ucranianos con drones sobre Bélgorod, lo que destaca es la aparición de las imágenes de una avioneta Skyranger (a pesar de que muchos hablaban de una A-22 «Foxbat») como las empleadas en ataques anteriores que, posiblemente por problemas mecánicos, ha terminado cayendo sobre un descampado. Lo interesante, como puede verse en las imágenes sobre estas líneas, es que permiten no solo ver en detalle la carga bélica que se le ha adosado, sino también el sistema optrónico.
En cuanto a los combates y los movimientos, tenemos que Rusia continúa empujando con fuerza, conscientes de que la situación podría cambiar en cuestión de semanas, según la ayuda estadounidense comience a afluir (se habla de paquetes masivos en preparación y Biden ya ha dejado caer que podría ser necesario otro esfuerzo presupuestario en el futuro) pero también de que es muy complicado que el terreno que conquisten sea retomado por Ucrania en el futuro, especialmente si hablamos de localidades de cierta entidad.
Así las cosas, por una parte en sector de Avdiívka nos encontramos con las tropas rusas ampliando sus avances en Ocheretyne (de la que controlarían ya más del 75%) y sus alrededores (llegando a Soloviove), sin que esté del todo claro dónde serán frenados (ver mapa bajo estas líneas), al tiempo que Rusia crea un saliente cada vez mayor a caballo de la línea férrea que complicará la defensa de las líneas ucranianas más al sur, entre Berdichy, Semenivka, Umanske y Netailove, en las que también avanza Rusia.
El otro punto en el que se están concentrando los esfuerzos rusos es Krasnohorivka, al norte del sector de Mariínka. En las últimas horas las tropas rusas han logrado también avances hacia el interior de esta localidad, uno de los puntos precisamente en los que se ha registrado el empleo de «carros tortuga» por parte rusa. Por el momento, han alcanzado ya zonas céntricas.
Por último, comentar que las Fuerzas Armadas ucranianas siguen construyendo y perfeccionando líneas defensivas al sur del país, en Zaporiyia, en previsión de que la ofensiva estival rusa pudiese llegar por esta zona. Exactamente lo mismo que hacen en el área de Járkov, sobre la que Rusia ya ha manifestado en más de una ocasión su interés.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, comenzamos hoy por el discurso pronunciado por el presidente galo, Emmanuel Macron, en la Sorbona. Un discurso anunciado con antelación y muy esperado, en el que expuso cuál es su visión sobre diversos temas, en especial en relación con el futuro de la Unión Europea, a la que considera en peligro.
Si bien no es nuestra intención profundizar demasiado –el lector puede ver el discurso en la Red-, sí al menos es importante señalar que volvió a insistir -en lo relativo a lo que aquí nos concierne- en: 1) la necesidad de estrechar lazos y avanzar en lo que denomina «intimidad estratégica» (un término al que ha hecho referencia en varias ocasiones en los últimos años y que consiste en superar las diferencias en cuanto a concepción de los intereses estratégicos entre socios; 2) de impulsar la defensa europea (entendida como un complemento del «pilar OTAN» y no un sustituto); 3) en que la guerra de Ucrania es «el principal peligro para la seguridad europea» en estos momentos y; 4) en que la Unión Europea «es mortal» y está en peligro».
Tras las palabras de Macron, y en una reacción un tanto poco habitual ya que la relación entre ambos mandatarios nunca ha sido la mejor, el canciller alemán, Scholz, ha compartido un mensaje en redes apoyando al presidente francés y «por una UE soberana e innovadora».
El siguiente punto del día es el de la ayuda militar, con Dinamarca aprobando la ampliación de la misma en 590 millones de euros para este año, algo que han agradecido desde la presidencia ucraniana a través de las redes sociales. Un anuncio que ha sido hecho por el ministro de Defensa del país nórdico y que llega apenas unas horas antes de que se produzca la próxima reunión del grupo de Ramstein, en la que Ucrania una vez más expondrá cuáles son sus necesidades concretas de cara a las próximas semanas y meses.
En otro orden de cosas, el ministro de Exteriores ucraniano, Kuleba, ha celebrado la publicación de un informe por parte de la OSCE en el que se hace sonar la voz de alarma, según el diplomático, sobre la «campaña sistemática y generalizada de Rusia de tomar rehenes civiles en los territorios ocupados de Ucrania». El informe está disponible online para su consulta en la web de la organización. Al respecto se pronunciará en breve también el secretario de Defensa estadounidense, pudiendo seguirse sus declaraciones a través de las redes.
Mientras tanto, aunque la presión es máxima, países como Grecia ya han dejado claro que no están en disposición de enviar sistemas Patriot a Ucrania y que no lo harán. Algo parecido podría estar ocurriendo con España, que tiene un tercio de los suyos ya desplegados, aunque por el momento no hay declaraciones oficiales al respecto.
Al mismo tiempo, desde Estados Unidos están anunciando avances importantes en algunos aspectos cruciales de cara a abastecer a Ucrania, como la capacidad de producción de munición, que podría triplicarse en cuestión de meses si se cumplen los objetivos, según fuentes oficiales, alcanzando una tasa de 100.000 disparos al mes frente a los 30.000 actuales y a los 15.000 anteriores a febrero de 2024.
Por otra parte, y para finalizar con los Estados Unidos, desde este país se han aprobado nuevas sanciones contra la industria de drones iraní. Si bien son consecuencia de los recientes ataques a Israel, hay que tener en cuenta también que impactarán sobre la guerra de Ucrania, como cualquier medida que pueda dificultar la fabricación de drones por parte del régimen chií. En este caso, las sanciones se han dirigido contra 16 personas y 2 entidades vinculadas a la producción de drones, según el Tesoro estadounidense.
Otro aspecto polémico sobre el que se ha hablado en las últimas horas y acerca del cual ya comentamos algo al tocar el tema de las nuevas medidas introducidas por el Ministerio de Exteriores ucraniano es el de la colaboración de otros estados europeos a la hora de forzar el regreso a Ucrania de los hombres en edad de luchar. Pues bien, por el momento Polonia y Lituania ya se han pronunciado en esta dirección, asegurando que ayudarán a Ucrania a repatriar a los sujetos susceptibles de ser movilizados, a la espera de que otros países europeos decidan hacer lo mismo.
En cuanto al primer ministro, Shmyhal, se ha reunido en las últimas horas con el Canciller de Hacienda del Reino Unido, Jeremy Hunt, a quien ha agradecido el apoyo británico a Ucrania tanto en términos financieros como militares y con quien ha hablado sobre las necesidades en materia energética, así como sobre el empleo de los activos rusos confiscados.
Por otra parte el presidente de la Rada Suprema ucraniana, Stefanchuk, ha celebrado la adopción por parte del Parlamento Europeo (esta semana había pleno en Estrasburgo) de una resolución en la que se condenan por ilegítimas las elecciones presidenciales rusas y su celebración en los territorios ucranianos ocupados.
Pasando a Rusia, la noticia más importante del día es el anuncio de la próxima visita de Putin a su principal socio comercial (ver el gráfico sobre estas líneas y aliado político, China, que tendrá lugar el próximo mes de mayo y que llega acompañada de acusaciones por parte del secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, relativas al apoyo del país asiático al esfuerzo de guerra ruso, especialmente en el ámbito tecnológico. Según el danés: «El año pasado, Rusia importó el 90% de su microelectrónica de China, utilizada para fabricar misiles, tanques y aviones.
Siguiendo con Stoltenberg, por cierto, ha dicho también que la ayuda estadounidense a Ucrania será importante de cara a la defensa de las actuales posiciones, pero también insuficiente para revertir la situación, permitiendo a este país pasar al ataque. Ha lamentado, además, que los aliados de Ucrania no hayan estado a la altura en los últimos meses, a la vez que ha dicho puesto su confianza en que Ucrania pueda prevalecer, aunque es consciente de que requerirá de un largo esfuerzo preparar una futura ofensiva.
Volviendo a Moscú, tenemos también que la portavoz del Ministerio de Exteriores, María Zajárova, ha asegurado que Ucrania estaría violando la convención sobre relaciones diplomáticas al reclutar mercenarios desde el extranjero, según ellos a través de sus embajadas en el exterior. Según ha asegurado Zajárova: «En cuanto a las acciones de la propia Ucrania, es evidente que el reclutamiento de mercenarios va más allá de la función normal de las misiones diplomáticas. Me gustaría recordarles que, según las disposiciones de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas de 1961, la protección de los Los intereses del país en el Estado anfitrión deben llevarse a cabo dentro de los límites permitidos por el derecho internacional».
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