Los Estados Unidos habrían estado proporcionando a Ucrania misiles balísticos ATACMS durante los últimos meses, como parte del paquete de ayuda militar aprobado por su presidente el pasado 12 de marzo. Además, una vez Biden ha estampado su firma en la ley que permitirá suministrar a Ucrania hasta 61.000 millones de dólares en ayuda durante los próximos meses, se ha anunciado también que en breve se enviarán más de estos ingenios, posiblemente en sus variantes más modernas, aunque no se han despejado las dudas en torno a si se mantendrán o no las limitaciones de empleo. Todo en una jornada en la que se ha dado a conocer el contenido del primero de los nuevos paquetes de ayuda militar estadounidense, Scholz se ha negado una vez más a enviar misiles Taurus a Ucrania, la UE ha desembolsado 1.500 millones de euros más en ayuda macrofinanciera a Ucrania y se ha anunciado un acuerdo para intercambiar hasta 48 menores entre Rusia y Ucrania.
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En las últimas horas se ha conocido que los Estados Unidos habrían estando suministrando a Ucrania una cantidad indeterminada de misiles balísticos ATACMS como parte de un paquete de ayuda militar aprobado por Biden el pasado 12 de marzo. Se habla de un «número significativo» de unidades (hasta entonces habrían sido muy pocas decenas y ahora hay fuentes que hablan de más de un centenar) así como de la voluntad de enviar más en fechas próximas, incluyendo posiblemente variantes avanzadas de los mismos, aunque se desconoce tanto el tipo de cabeza de guerra como si tendrán o no limitaciones relativas al alcance.
Es pues un buen momento para hacer aunque sea un breve repaso de la historia del envío de los ATACMS a Ucrania, que se viene gestando, ni más ni menos, que desde el verano de 2022, pero que tardó más de un año en materializarse, llegando además los misiles a Ucrania con cuentagotas y sujetos a ciertas reglas de uso. Así las cosas, tenemos que:
- Agosto de 2022: Comenzaron a aparecer noticias y mensajes en distintas redes sociales que sugerían que Ucrania podría recibir –o incluso estar recibiendo– misiles ATACMS con un alcance de hasta 300 km para ayudar en su futura contraofensiva en el sur del país, algo que desde Kiev habían pedido desde meses atrás.
- Octubre de 2022: Fue entonces cuando administración Biden habría comenzado a considerar seriamente opciones para proporcionar armamento más contundente a Ucrania, incluidos los misiles ATACMS, como forma -esta vez sí- de facilitar la preparación de la contraofensiva ucraniana, toda vez que Rusia había introducido distintas adaptaciones para hacer frente al impacto de los cohetes guiados de los M270 MLRS y M142 HIMARS.
- Febrero de 2023: Estados Unidos no estaba todavía preparado para proporcionar a Ucrania misiles ATACMS alegando, por ejemplo, una supuesta escasez en sus inventarios. Por supuesto, el asunto de fondo seguía siendo el control de la escalada.
- Junio de 2023: El Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó una resolución bipartidista en la que se pedía al Gobierno que se suministrase de forma inmediata misiles ATACMS a Ucrania.
- Julio de 2023: La administración Biden informó que el diálogo sobre el suministro de misiles de largo alcance, incluidos ATACMS, estaba en curso al más alto nivel. Sin embargo, seguían siendo reacios a dar ese paso, aunque para entonces las cosas en el frente ya habían comenzado a torcerse para Ucrania, optando eso sí por enviar municiones tipo clúster.
- Septiembre de 2023: Fue a lo largo de este mes cuando comenzaron a aflorar con mucha más fuerza que hasta entonces los rumores relativos al futuro envío de misiles ATACMS. Para entonces ya era evidente que los fondos estadounidenses podrían agotarse en breve y, a tenor de la complicada situación política, finalmente se decidió dar el paso, teniendo en cuenta también lo que estaba ocurriendo en el frente, en donde la ofensiva ucraniana estaba fracasando. A finales de mes Biden comunicaría a Zelenski que los Estados Unidos enviarían los ansiados misiles.
- Octubre de 2023: se reveló que Estados Unidos había entregado en secreto alrededor de 20 misiles ATACMS con municiones de racimo (variante M39 con un alcance de 165 km y que transportaban 950 submuniciones cada uno) a Ucrania en las últimas semanas. El primer uso se reportaría entonces, con Ucrania anunciando que había utilizado misiles ATACMS contra aeródromos y helicópteros rusos en Lugansk y Berdiansk.
- Febrero de 2024: Comenzó a rumorearse que la administración Biden estaba considerando proporcionar a Ucrania versiones modernas de los ATACMS, esto es, con alcance de hasta 300 kilómetros y posiblemente con cabeza unitaria, lo que en principio permitiría conducir ataques incluso contra los puntos más alejados de la península de Crimea (incluyendo el puente sobre el estrecho de Kerch), algo que hasta entonces no era posible. Por entonces la situación comenzaba a ser crítica para Ucrania, a la vez que el bloqueo político en los Estados Unidos persistía.
- Abril de 2022: Una vez desbloqueada la situación política en los Estados Unidos y sancionado por el propio Biden el proyecto de ley que permitirá destinar hasta 61.000 millones de dólares a Ucrania no solo se ha desvelado que desde este país habían estado suministrando misiles ATACMS a su aliado en los últimos meses (y, además, de las variantes modernas), sino que se ha anunciado que serán proporcionados más misiles (como se ve, los impedimentos relativos al inventario han desaparecido misteriosamente, lo que apoya la tesis de que el elemento central en la decisión ha sido siempre el control de la escalada) en el corto plazo.
Una vez explicado lo anterior, conviene volver sobre el tema de la escalada, pues si bien la entrega de misiles balísticos ATACMS a Ucrania supuso, en su momento, un grado de escalada notable, al igual que ocurriera con misiles de largo alcance como los Storm Shadow y SCALP, esta fue mitigada por las distintas limitaciones que acompañaban al suministro de estos sistemas. Entre estas, cabría citar (aunque aquí reconocemos que hay cierto grado de especulación):
- Limitaciones geográficas: Tanto Estados Unidos como Ucrania ofrecieron en su momento garantías de que los misiles ATACMS no se utilizarían para atacar objetivos en territorio ruso, prohibiendo de hecho su uso más allá de las fronteras de Ucrania. Algo parecido ocurrió en el caso de los Storm Shadow, recibiendo el Reino Unido garantías de Ucrania de no se utilizarían para atacar objetivos en territorio ruso (Reino Unido considera, obviamente, tanto Crimea como las regiones del Donbás ,parte de Ucrania)
- Limitaciones en cuanto al tipo objetivos: Si bien en ningún momento se ha mencionado explícitamente ningún tipo específico de objetivos a los que se prohíba atacar tanto con los misiles balísticos ATACMS como con el resto de armas de precisión de largo alcance, estas deben destinarse a ser utilizadas contra objetivos militares legítimos y no contra zonas o infraestructuras civiles, de conformidad con los principios del derecho internacional humanitario.
- Salvaguardas técnicas: para curarse en salud, los aliados de Ucrania han enviado en todo momento (al menos hasta ahora) variantes con un alcance limitado. De esta forma, los misiles balísticos M39 suministrado tenían un alcance de 165 kilómetros frente a los 300 de las variantes más modernas, mientras que en el caso de los Storm Shadow y SCALP este se limitaba a 250 kilómetros según varias fuentes, es decir, mucho menos del alcance máximo teórico.
Pese a ello, los ataques llevados a cabo con armas de precisión de largo alcance, al igual que ocurriera en su día con las municiones GMLRS, han obligado al Ejército ruso a reubicar parte de sus activos (por ejemplo los helicópteros de combate) más lejos de las líneas del frente, reduciendo su eficacia en el apoyo a las operaciones terrestres. Además, obviamente, han complicado tanto la logística como el Mando y Control (aunque ni los ATAMCS ni los SCALP/Storm Shadow han sido los únicos en hacer esto), al amenazar tanto puestos de mando como concentraciones de tropas y suministros.
Ahora bien, llegada la fecha en la que estamos, y una vez los Estados Unidos han demostrado que mantendrán su compromiso con Ucrania durante los próximos meses (el silencio de Trump al respecto -e incluso su posible cambio de opinión- podría ser muy significativo, aunque por el momento no están claras las razones del mismo), es posible que se den las condiciones para asumir el riesgo de una nueva escalada. Queremos decir que con la vista puesta en la Cumbre de junio, a sabiendas del enorme desgaste que está sufriendo Rusia, de las limitaciones que tarde o temprano mostrarán sus stocks y de la inevitabilidad de su próxima ofensiva, es posible que sea el momento adecuado no solo para dotar a Ucrania de un número mayor de ATACMS, de proporcionar también variantes de cabeza unitaria e incluso de eliminar algunas de las restricciones a su empleo, aunque difícilmente se les permitirán dirigirlos contra objetivos en territorio ruso.
Mientras esto se debate en los Estados Unidos, curiosamente el canciller alemán ha vuelto a mantenerse firme en las últimas horas en su negativa a suministrar a su aliado misiles Taurus, demostrando que la visión germana de los riesgos de la escalada sigue siendo sustancialmente diferente de la de buena parte de sus aliados, al igual que su visión de la política exterior.
Mientras lo anterior se decide, Ucrania ha vuelto a ser blanco de ataques rusos con misiles y drones, aunque a la hora de redacción de este informe no se ha publicado ningún recuento oficial por parte de las autoridades ucranianas. En cualquier caso, se habrían registrado explosiones tanto en la región de Sumy y en la de Cherkassy como en Synelnykove, en la región de Dnipró.
Del lado contrario, tenemos que el Ministerio de Defensa ruso ha denunciado los intentos ucranianos «de llevar a cabo una serie de ataques terroristas» contra las regiones de Kursk, Bélgorod, Voronezh y Smolensk. Lo que no han reconocido en ningún caso es el resultado de los mismos, que sabemos que en el último caso afectaron a distintos depósitos de hidrocarburos.
Dicho esto, y pasando a las novedades en el frente, en donde continúan produciéndose numerosas pérdidas, tenemos comenzando por el sector de Bakhmut que se ha reportado el uso de fósforo por parte rusa contra Chasiv Yar, aunque lo cierto es que no se han registrado movimientos de consideración en las últimas horas, aunque Rusia continúa al ataque en la zona.
Situación muy distinta se vive en el sector de Avdiívka, donde Rusia parece estar concentrando sus ataques tras haber detectado posibilidades de explotación en el área de Ocheretyne y hacia Berdichy, en donde han conseguido tomar la mayor parte de esta pequeña población. De hecho, en esta zona, además de haber logrado conquistar también mayor parte de estas localidades, han hecho lo propio con la cercana Novobakhmutivka, situada ligeramente al sur y que también habría sido abandonada aparentemente por las tropas ucranianas con relativamente poca resistencia.
Todo mientras se sigue discutiendo acerca de si las razones por las que Ucrania ha perdido la estratégica Ocheretyne residen en un problema con las rotaciones o en un error en el mando que habría consistido en destinar a la zona muchas menos tropas de las recomendables para su defensa, dada la superioridad tanto numérica como en potencia de fuego del Ejército ruso. Por el momento, parece haberse enviado como refuerzo a la zona la 100ª Brigada, a la espera de más noticias y de las consecuencias que pueda tener la retirada ucraniana de Ocheretyne para la situación general en esta zona, ahora mismo bastante complicada para las AFU.
Por otra parte, en el sector de Mariínka nos encontramos con que el Ejército ruso ha logrado tomar impulso en la zona, avanzando hacia Heorhiívka nuevamente en la última jornada. Además, está logrando hacerlo a ambas orillas de las masas de agua que separan esta población de Mariínka, situada al este.
Además de todo esto, tenemos que Ucrania sigue lanzando a sus operativos al sur del Dniéper, con constantes incursiones e incluso habiendo logrado ampliar en los últimos tiempos el área que está bajo su control en la zona de Krynky.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
La sección internacional no puede sino comenzar por la firma por parte de Joe Biden de la ley anteriormente aprobada por el Legislativo estadounidense. Respecto a esto, Biden se ha referido al tema asegurando que la aprobación de la ayuda a Ucrania, Taiwán e Israel: «Hará que Estados Unidos sea más seguro. Hará que el mundo sea más seguro. Y continuará el liderazgo de Estados Unidos en el mundo». Además, ha añadido, ya en relación con la ayuda a Ucrania que «Me estoy asegurando de que los envíos comiencen de inmediato. […] En las próximas horas -literalmente, unas pocas horas- vamos a comenzar a enviar equipos a Ucrania para municiones de defensa aérea, artillería, sistemas de cohetes y vehículos blindados».
Además, se ha aprobado también un paquete por valor, como se esperaba, de 1.000 millones de dólares, que si se cumple lo dicho por Biden permitirá a las AFU contar, en cuestión de horas, con una gran cantidad de municiones, nuevos misiles antiaéreos y aire-aire, vehículos de combate de infantería Bradley, MRAPS y nuevas armas contracarro, entre otros. El contenido de este paquete de ayuda militar puede verse a continuación:
Las reacciones no se han hecho esperar, una vez más, comenzando por la presidencia ucraniana, desde donde han agradecido la ayuda (resultado, por cierto, de una larga y compleja labor de zapa) a la vez que han dicho que lo que se ha decidido enviar es exactamente lo solicitado por Ucrania. Eso sí, al mismo tiempo ha seguido el presidente ucraniano diciendo que, después de recibir un reciente informe por parte del Jefe de Estado Mayor, el país y sus fuerzas armadas necesitan más apoyo en todos los sentidos, tanto en número de unidades, como en formación como en dotación de armamento.
Además de Zelenski, también se han pronunciado desde el Ministerio de Defensa ucraniano, cuyo máximo responsable ha celebrado en redes el paso dado por su aliado norteamericano, lo mismo que el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, entre muchos otros. Es más, no solo en Ucrania se han producido reacciones, pues los demás aliados de este país también se han mostrado aliviados una vez los Estados Unidos han superado su bloqueo político.
No ha sido, en cualquier caso, la única ayuda recibida por Ucrania en las últimas horas. Desde la Unión Europea, como ha anunciado la presidenta de la Comisión, Úrsula von der Leyen, se ha desembolsado un nuevo tramo de la ayuda financiera a Ucrania por valor de 1.500 millones de euros. Una cantidad que, como el resto del fondo de 50.000 millones aprobado hace unos meses, será destinado a asegurar la estabilidad macrofinanciera ucraniana ayudando a sostener las cuentas públicas y permitiendo abonar por ejemplo salarios funcionariales.
No ha sido esta tampoco la única ayuda europea, pues el Consejo de Europa ha concedido al país un total de 100 millones de euros que tendrán como destino restaurar el sector sanitario ucraniano, muy afectado por la guerra.
En otro orden de cosas, después de anunciar Zelenski que los líderes mundiales recibirán en breve una invitación para participar en la Cumbre de Paz Global del próximo mes de junio, desde la Presidencia ucraniana han acusado a Rusia de estar tratando de perturbar la celebración de este evento.
Pasando a Rusia, como es lógico, han criticado el envío de ATACMS a Ucrania, asegurando que no tiene justificación ninguna. Así, el embajador ruso en los Estados Unidos, Anatoly Antonov, al mismo tiempo que negaba que estas u otras armas puedan ayudar a Ucrania a derrotar a Rusia, decía que «Es obvio que la transferencia de ATACMS al régimen de [el presidente ucraniano Vladimir] Zelensky aumenta la amenaza a la seguridad de Crimea, incluyendo Sebastopol, las nuevas regiones rusas y otras ciudades rusas». También criticaba las garantías de no utilización contra objetivos en Rusia calificándolas de «particularmente cínicas».
Por otra parte, también en Rusia, está teniendo lugar el 12º Encuentro de Representantes de Seguridad, en el que los asistentes analizan la seguridad global y los desafíos a la misma. Un encuentro que ha sido inaugurado por Putin por vía telemática, mediante una pequeña charla en la que ha hecho referencias entre otros a los atentados al Crocus City Hall.
Cerramos hoy con el tema humanitario, pues se ha producido una reunión entre funcionarios rusos y ucranianos en Qatar que ha servido para acordar el regreso a Ucrania de 29 niños desplazados por la guerra, mientras que 19 lo harán a Rusia. Reunión, por cierto, de la que habría actuado como coordinadora por parte rusa María Lvova-Belova, a pesar de ser buscada por la justicia internacional tras la orden emitida por la Corte Penal Internacional.
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