Después de una votación que era en cierto modo un trámite, el Senado de los Estados Unidos ha aprobado definitivamente la ayuda tanto a Ucrania como a Israel y Taiwán. Superado el proceso en el Legislativo, se prevé que la firma del presidente Joe Biden se estampe en el documento a lo largo del miércoles, llegando a Ucrania los primeros suministros durante esta misma semana, ya que buena parte de los mismos están ya en Europa. Mientras tanto, la situación sobre el terreno sigue complicándose para las Fuerzas Armadas ucranianas, que han perdido el control de Ocheretyne, un viceministro ruso de defensa ha sido detenido por corrupción y Ucrania ha anunciado la suspensión temporal de los servicios consulares para aquellos hombres en edad de combatir, a la vez que esperan aprobar de forma inminente medidas para devolver al país a aquellos que residen en el extranjero y que deberían estar empuñando las armas.
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En informes pasados hemos explicado cómo Ucrania, para tener posibilidades militares en los próximos meses, necesitaba de varios elementos. Uno de los fundamentales, el de la ayuda militar estadounidense, parece ya solucionado, siendo cuestión de horas que el presidente Joe Biden sancione el documento aprobado por el Congreso. Otro, el del aumento de producción en la Unión Europea y la entrega masiva de municiones, está en trance de solucionarse, aunque todavía requerirá de meses llegar a niveles adecuados, mientras comisarios como Breton continúan hablando de «economía de guerra», por más que en nada lo parezca. El tercero, fundamental, es el de la movilización, de cara a la cual en Ucrania han comenzado a tomarse medidas cada vez más decididas, a la espera de que se demuestren efectivas.
Abundando un poco más en lo anterior tenemos, para el primer caso, que una vez Biden estampe su firma en la nueva legislación, que acaba de superar el trámite en el Senado, se concederá de forma inmediata un primer paquete de ayuda militar a Ucrania que podría tener un valor de mil millones de dólares, a sumar a los que se anuncien en las próximas semanas. De hecho, es de esperar que, después de meses sin hacer ningún anuncio oficial de nueva ayuda (aunque los EEUU han seguido ayudando a Ucrania de distintas formas), en los próximos dos o tres meses se agolpen los anuncios y las entregas, de forma que se sitúe a las Fuerzas Armadas ucranianas en la mejor posición posible de cara a frenar la ofensiva rusa en marcha; ofensiva que todo indica que se recrudecerá durante el verano, y para la que Ucrania se viene preparando desde hace un tiempo.
Para hacer esto posible, se cuenta con la ventaja de que buena parte del material que se suministrará a los ucranianos está ya en suelo europeo, concretamente en Alemania y Polonia, según han explicado recientemente funcionarios estadounidenses. Al menos en el caso de la mayor parte de vehículos de todo tipo y disparos de artillería, quizá los dos elementos que Ucrania necesita con mayor premura. Además, parece poco a poco confirmarse que serán entregados a este país variantes más modernas de los misiles balísticos ATACMS (y, por tanto, con mayor alcance), sin que por el momento se haya deslizado lo importante, esto es, si llegarán con cambios en las reglas de uso.
Ahora bien, para que Ucrania pueda hacer frente con garantías a la ofensiva de una Rusia que continúa acumulando fuerzas en lo que cada vez más parece un órdago, necesitará también que los europeos logren alcanzar sus objetivos en cuanto a producción. Al respecto, en una cita que recientemente se ha producido en Bruselas y en la que estuvimos presente, se pronunciaron tanto Von der Leyen como Breton. La primera llamando a Europa a estar «a la altura del desafío». El segundo, explicando que el sector de las municiones está en «economía de guerra» (después de que él mismo pidiese pasar a este supuesto modo hace ya casi un año).
El problema aquí es que siguen sin definir un término que no deja de ser, como casi todo en el continente, un eslogan político, con muy poco sustento. Al fin y al cabo, los aumentos presupuestarios y las inversiones han sido mínimas comparadas con las realizadas precisamente en periodos de guerra. Además, tampoco parece haber nadie en Bruselas que tenga mínimamente claros temas clave, como cuál debe ser la relación con la industria de defensa ucraniana, y cómo gestionar su futura integración en la Base Tecnológica e Industrial de la Defensa comunitaria.
En cuanto al tercer aspecto, el de la movilización ucraniana, como sabemos el país sigue enfrentándose a la escasez de tropas, lo que lastra sus posibilidades defensivas por una parte al no contar con la densidad de defensores apropiada y, por otra, al no estar en disposición de hacer todas las rotaciones pertinentes o de suplir las bajas en condiciones. Todo lo cual implica un importante coste para Ucrania no solo a nivel militar, por las continuas cesiones de terreno que se vienen haciendo desde hace meses, sino más allá, incluso en términos de sociedad, por la percepción de que las cargas de la guerra están siendo asumidas por unos pocos.
De ahí que Ucrania haya venido adoptando medidas en los últimos tiempos, la más importante la aprobación de la nueva -y polémica- ley de movilización, que ha requerido desde que comenzara a negociarse, más de 4.000 enmiendas y cambios de todo tipo hasta lograr el acuerdo político necesario para salir adelante. Ahora bien, una cosa es aprobar una ley y otra muy diferente implementarla a posteriori, algo que suele hacerse a través de distintos reglamentos que sirven como desarrollo al texto original. Además, y como ya se sabía, no todas las disposiciones de la Ley nº 10449 sobre movilización iban a entrar en vigor al mismo tiempo, ya que algunas requerían un desarrollo adicional.
En el caso que nos ocupa, en las últimas horas ha sido el Ministerio de Exteriores ucraniano el que ha anunciado distintas medidas destinadas a mitigar uno de los mayores problemas a los que se enfrenta el país en relación con el reclutamiento: el hecho de que buena parte de los varones en edad de combatir y que, por lo tanto, podrían ser llamados a filas, residen desde el inicio de la invasión en el extranjero. Así las cosas, Ucrania suspenderá los servicios consulares en el extranjero para hombres de entre 18 y 60 años. Se calcula que la norma podría afectar a alrededor de 860.000 varones y es que, según Dmytro Kuleba: «Permanecer en el extranjero no exime a un ciudadano de sus deberes para con su patria».
Por el momento, parece que consulados como los de Polonia y España han dejado ya de tramitar estos expedientes, anunciando la empresa estatal Dokument, que facilita la expedición de documentos ucranianos, anunció el martes en su sitio web que «suspenderá» los procedimientos en el extranjero por «razones técnicas». De esta forma, todo indica que los únicos expedientes que se tramitarán por parte de los empleados consulares serán aquellas que sirvan para expedir documentos de identidad para el regreso a Ucrania.
No está del todo claro que la medida vaya a ser efectiva, pues incluso sin poder renovar visados, permisos de conducción y otros tantos documentos, es previsible que muchos de los ucranianos actualmente en el extranjero opten por no regresar a sus países, a pesar de los problemas legales o las incomodidades que esto pueda suponer. Con todo, es de esperar también que se sigan no solo aprobando medidas adicionales por parte ucraniana sino también solicitando la colaboración de los gobiernos de los países en los que residen sus nacionales, pues buena parte de lo que ocurra en los próximos meses dependerá de la capacidad no solo de llevar tropas al frente de forma inmediata, sino de entrenar nuevas unidades que permitan retomar la ofensiva en algún momento de la segunda mitad del año o, al menos, poner a Ucrania en disposición de hacerlo, como argumento de presión ante una hipotética negociación.
En las últimas horas, cambiando ya de tercio, se han seguido produciendo ataques rusos contra distintos puntos de Ucrania empleando tanto misiles como drones. De esta forma, las defensas aéreas del país se han mantenido activas en regiones como Dnipró, así como en Zaporiyia o Poltava. Por otra parte, se han registrado daños en el centro de Járkov tras el impacto de un misil S-300 ruso.
En el caso de Rusia, han vuelto a denunciar el uso de vehículos aéreos no tripulados por parte ucraniana contra la región de Bélgorod, asegurando haber derribado dos en sendos comunicados. No han hecho referencia al ataque, que puede verse en el tuit sobre estas líneas, a una serie de depósitos de hidrocarburos en las inmediaciones de la ciudad de Smolensko, concretamente en Yartsevo (55.07033112531777, 32.66555447433576), cuyos efectos son a la hora de redacción de este informe perfectamente visibles en la herramienta FIRMS de la NASA. De hecho, podría no ser la única instalación atacada en la zona, pues la misma herramienta muestra un incendio en otra localización no muy lejana, también un depósito de hidrocarburos, en este caso en Talashkino (54.67190229921127, 32.19493761236233). Además, se habla de otro ataque en Lipetsk, del que todavía no hay demasiada información, aunque habría afectado a su zona industrial.
Lo curioso del caso es que a pesar de las peticiones por parte estadounidense a Ucrania para que frente este tipo de acciones, justo en el momento en que la ayuda norteamericana ha echado a andar, se han recrudecido. No queremos decir con esto que desde Washington hayan cambiado de opinión, pero cuesta no creer que el tema se haya hablado entre ambos gobiernos, ya que los EE. UU. siempre podrían presionar de realmente querer hacerlo y más ahora que la ayuda ha sido aprobada y se puede jugar con esa baza.
Dejando de lado los ataques a larga distancia, toca hablar de la realidad en el frente. Comenzando por el sector de Bakhmut, nos encontramos con que los ucranianos han seguido logrando resultados gracias al contraataque lanzado ayer entre Ivanisvke y Klischiívka, consiguiendo recuperar posiciones adicionales en las últimas horas.
Completamente distinta es la situación más al sur, en el sector de Avdiívka. Allí, al noroeste de la ciudad, las tropas rusas han seguido progresando en la toma de Ocheretyne, que podría haberse visto facilitada por errores en la rotación de las unidades a cargo de su defensa, como ya explicáramos. Todo indica que la retirada ucraniana se completará en las próximas horas, habiendo fuentes que dan por hecha la toma completa del centro de esta localidad por parte rusa. Al mismo tiempo, las tropas rusas han seguido presionando también algo más al noreste, sobre Novokalynove, así como ya más al sur, sobre Berdychy y Semenivka, logrando pequeños avances.
En el sector de Mariínka, se han registrado avances rusos en dirección a Heoriivka, en una posición también cada vez más comprometida.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
El apartado internacional, las noticias más relevantes han tenido todas que ver, en su mayoría, tanto con los avances en cuanto a la ayuda que se han producido en los Estados Unidos, como con el paquete y medidas adicionales anunciadas por el primer ministro británico, Sunak, quien además ha hablado sobre incrementos en la inversión en defensa de su país, que se mantendrá durante los próximos años en el 2,5 por ciento del Producto Interior Bruto. Esto supondrá, para los británicos, gastar 75.000 millones de libras más de lo inicialmente planeado desde aquí a 2030, en línea con otros países europeos que también han anunciado incrementos drásticos en este apartado.
De hecho, incluso desde los medios oficialistas rusos han hecho referencia a la próxima firma, por parte de Biden, del proyecto de ley, algo que generalmente solo hacen cuando entienden que sirve a su propósito de mantener a la población en estado de alerta.
Por otra parte, como es lógico, desde Ucrania se han producido numerosas reacciones a lo ocurrido en el Senado norteamericano. Así, tanto el primer ministro, Denys Shmyhal, como el presidente de la Rada Suprema, Stefanchuk o el propio presidente, Zelenski, han hecho referencias a una decisión que saben que mejora considerablemente la posición de su país, así como sus perspectivas futuras.
Dicho esto, han ocurrido más cosas en las últimas horas. En primer lugar, siguiendo con Zelenski, el político ucraniano ha vuelto a hablar sobre la futura cumbre de paz, a celebrar en Suiza en junio. Lo ha hecho para agradecer a los líderes políticos y a la sociedad civil la ayuda prestada, así como para anunciar que ha mantenido recientemente nuevas reuniones preparatorias. Según Zelenski: «Haremos más sobre esto en los próximos días y semanas. Juntos, todos nosotros en el mundo debemos obligar a Rusia a hacer la paz». A propósito, desde Suiza el actual ministro de Exteriores de la Confederación Helvética, Ignazio Cassis, insistía en la necesidad de que Rusia se una a la cumbre «para encontrar una solución pacífica».
El jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak, ha dedicado las últimas horas por su parte a reunirse con una delegación del conglomerado internacional CHR, fabricante de materiales de construcción con implantación tanto en los Estados Unidos como en la Unión Europea que tiene un amplio interés en participar de la reconstrucción de Ucrania. Claro está, en Ucrania también están interesados en atraer la inversión extranjera, de ahí que las palabras de Yermak hayan sido: «Por nuestra parte, el Presidente, la Oficina, el Gobierno de Ucrania, estamos dispuestos a brindarles todo el apoyo. Estamos interesados en que inversores tan grandes trabajen en nuestro país en un entorno óptimo. El hecho de que ustedes estén aquí y listos Es muy importante continuar su trabajo a pesar de la guerra».
Mientras tanto, consciente de la delicada situación que vive Ucrania en este aspecto, el primer ministro Shmyhal llamaba a los habitantes del país a moderar su consumo eléctrico, ayudando así al sector a resistir hasta que puedan acometerse las necesarias reparaciones. Según el primer ministro: «Hemos sufrido grandes pérdidas a nivel de generación y ahora, con la bajada de temperatura, esto está afectando al sistema eléctrico. Durante varios días consecutivos hemos registrado un déficit de energía, que estamos cubriendo con la ayuda de nuestro Socios europeos. Al igual que al comienzo de una guerra a gran escala, debemos unirnos para ser resistentes».
En otro orden de cosas, desde los Estados Unidos el embajador ruso ante este país ha vuelto a denunciar las sanciones de los EEUU a Rusia, alegando que «No se trata de aspiraciones míticas de resolver el conflicto en Ucrania, sino de ambiciones banales, oportunistas y depredadoras». A lo que ha añadido que, como los estadounidenses «no pueden ganar» en una competición económica leal, recurren a las sanciones.
Siguiendo con Rusia, se ha publicado que el viceministro de Defensa ruso, Timur Ivanov, ha sido detenido por presunta corrupción. Así lo ha anunciado el Comité de Investigación de la Federación Rusa, sin facilitar más detalles. Dicho esto, y según el canal de televisión independiente Dozhd, Ivanov era «responsable de la adquisición de productos militares y supervisó la construcción, reconstrucción y renovación de las instalaciones del Ministerio de Defensa «.
Por último, cerramos hoy el informe volviendo sobre la ayuda militar, en este caso procedente de la Fundación Poroshenko, que ha entregado distintas embarcaciones, drones, vehículos y otros equipos a las Fuerzas Armadas ucranianas, como parte de un paquete por valor de 18 millones de grivnas (427.000 euros).
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