La última jornada de guerra en Ucrania ha estado plagada de noticias. A los avances rusos al noroeste de Avdiívka se suman ataques como el llevado a cabo contra la mayor antena de comunicación de Járkov. Los ucranianos, por su parte, no solo están respondiendo a los ataques rusos mediante el empleo de drones y misiles, sino también de globos. En otro orden de cosas, a la espera de que la ayuda estadounidense se materialice, desde Kiev han asegurado haber comenzado las negociaciones de cara a la firma de un acuerdo de seguridad entre ambos países. Además, el primer ministro británico, de visita en Polonia, anunciará en breve un aumento «masivo» en la ayuda a Ucrania, que comenzará con un nuevo paquete de ayuda militar valorado en 500 millones de libras esterlinas (579,5 millones de euros).
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En los últimos más de dos años hemos tenido noticias del empleo de drones y misiles de las formas más variadas. Desde el uso de vetustos drones Tu-141 ya en los primeros meses, por parte ucraniana hasta la irrupción de los drones suicidas tipo Shahed del lado ruso y desde el recurso a misiles antiaéreos en función de ataque a tierra al de la modificación de armas antibuque para este mismo cometido. En realidad, nada de esto es anormal; no en una guerra larga en la que unos y otros deben tirar de imaginación para aprovechar cuantos recursos encuentran a su alcance. Lo que no habíamos visto por el momento, era el empleo de aerostatos, un tipo de ingenios que tienen una larga historia de empleo militar a sus espaldas pero que, hasta ahora, se habían mantenido ajenos al escenario ucraniano.
Como curiosidad, los lectores deben saber que la primera utilización de aeronaves con fines de inteligencia, vigilancia y reconocimiento (ISR) se realizó con aerostatos, es decir con vehículos aéreos menos pesados que el aire, categoría que incluye a cualquier aeronave que, para mantener el vuelo, dependa de un recipiente relleno de un gas más ligero que el aire. En España su utilización con fines bélicos se remonta a la Campaña de Melilla en 1909, donde sus tripulaciones “confeccionaron planos, croquis e hicieron fotografías del campo propio y del enemigo a la vez que dirigían el tiro de la artillería. En muchas ocasiones sus servicios fueron de gran importancia para el desarrollo de las operaciones”.
Pese a ello, desde el final de la Segunda Guerra Mundial los aerostatos fueron perdiendo su importancia, quedando relegados a un segundo plano, generalmente para fines publicitarios o recreativos; Incluso como transporte fueron quedando marginados tanto por el impacto de la tragedia del Hindenburg como por su lentitud, todo a pesar de los numerosos intentos por recuperarlos, adoptando para ello nuevas tecnologías que aportan mayor seguridad. Sin embargo, nunca desaparecieron por completo, como demuestra la multiplicación, en tiempos recientes, en el empleo de globos cautivos con fines militares.
Es más, recientemente -hemos llegado a tratar el tema en algunos informes-, sin duda nuestros lectores recordarán la polémica levantada por el empleo de globos espía por parte de China contra los Estados Unidos, sucesos que en algunos casos dejaron espectaculares imágenes al ser derribados mediante cazas F-22A de la Fuerza Aérea estadounidense. Sin embargo, por el momento y como decíamos, el escenario ucraniano no nos había dejado muestra alguna del empleo de globos.
No hasta ahora, pues en las últimas horas se ha comenzado a hablar, tras aparecer algunas imágenes tanto de globos en vuelo, como de restos de otros aerostatos caídos, de la posibilidad de que unos y otros estén empleando este tipo de ingenios para diferentes misiones, desde bombardeo a decepción.
En primer lugar, la experiencia histórica demuestra que realizar bombardeos con un mínimo de precisión utilizando aerostatos es extremadamente difícil. Al menos en el caso de los aparatos no tripulados y que no incluyen ningún tipo de propulsor que permita modificar su rumbo de forma que puedan situarse sobre el objetivo a batir. Hay precedentes, por supuesto, siendo el más conocido el de los Fu-Go japoneses que protagonizaron el único ataque sufrido por este país en territorio continental durante la Segunda Guerra Mundial, aunque con un resultado bastante mediocre. Sin embargo, como decimos, la dificultad de situarlos sobre un objetivo concreto era tan alta, que terminaron descartándose.
En segundo lugar, tenemos que la capacidad de carga de explosivos suele ser limitada, salvo que se recurra a modelos de gran tamaño, lo que dificulta su empleo masivo en razón del precio.
Ahora bien, no todo son contras. Además, hay que tener en cuenta cómo ha evolucionado la tecnología en algunos aspectos clave. El caso de los globos espía chinos, que eran capaces de aprovechar las corrientes de aire para variar su rumbo en la dirección deseada gracias al uso de algoritmos de big data climático es muy esclarecedor en este sentido, ya que permite solventar la mayor limitación a la que se han enfrentado tradicionalmente. En el caso de los globos ucranianos, se sabe que cuanto menos están equipados con un módulo de recepción GPS y con un sistema de transmisión.
Otro aspecto en el que se ha mejorado es el de los costes, ya que ya no se trata de aparatos al límite de la técnica, como en los comienzos de la aeroestación -y, en consecuencia, extremadamente caros-, sino que muchos componentes son de uso común y se puede recurrir a gran cantidad de elementos COTS y a la impresión 3D, como en este caso. Lo mismo ocurre con el tema de las municiones, ya que parece estar empleándose la misma solución que con algunos drones comerciales, esto es, usar granadas convencionales a las que se adosa una cola impresa en 3D que ayuda a estabilizarla en su caída, maximizando las posibilidades de hacer blanco.
Lo que no está tan claro es cuál es el uso final de estos aparatos, pues pese a todo no parece que el bombardeo sea su misión principal, sino que en el mejor de los casos podría ser algo secundario, para blancos de oportunidad -aunque en este caso serían necesarias cámaras y equipos de transmisión más caros- o, más probablemente, para provocar daños y generar terror de forma no indiscriminada -ya que llevan un receptor GPS y el operador conoce al menos su posición con cierta exactitud-, pero sí sin posibilidad de atacar blancos concretos sino más bien genéricos, como ciudades o bases.
Dicho todo esto, y dado que se han encontrado elementos que hacen pensar que se utilizan para maximizar su firma -en lugar de usar los globos precisamente por su discreción, como hacían los chinos-, lo más probable es que sean un medio destinado a erosionar o confundir las defensas antiaéreas enemigas. De esta forma, tomándolos por drones o por otro tipo de amenazas, quienes los localizan se verían obligados a derribarlos y, en cualquier caso, a dedicarles parte de su atención, lo que tendría varias consecuencias interesantes desde el punto de vista militar, desde el consumo de municiones a delatar la posición de los antiaéreos y a facilitar el paso de drones y misiles, al estar la defensa antiaérea, como decíamos, centrada en parte en los globos.
Además de lo anterior, también se ha hablado de otros usos, empleando los globos como plataforma bajo la cual situar equipos de guerra electrónica y sensores de distintos tipos, volviendo a su uso clásico como medios de observación, aunque en este caso en el espectro electromagnético.
Más allá del tema de los aerostatos, y mientras aparecen más datos que permitan hacer un análisis más preciso tanto de la tipología de los mismos como del empleo que se les da, la guerra ha seguido su curso, incluyendo nuevos ataques rusos con drones sobre Ucrania, país que asegura haber derribado 15 de los 16 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) supuestamente lanzados en las últimas horas. Dicho lo cual, se han registrado explosiones en Kiev, en Nikopol y en Odesa (en donde han resultado heridas siete personas), así como en Járkov. En esta ciudad, como puede verse en el vídeo sobre estas líneas, Rusia ha destruido la mayor antena de comunicaciones de esta ciudad de 1,3 millones de habitantes, provocando el colapso de la estructura.
Del lado contrario, tenemos una fuerte explosión en Mariúpol, localidad ucraniana bajo control ruso en la costa del mar de Azov, de la que se desconocen por el momento las consecuencias. Además de esto, desde el Ministerio de Defensa de Rusia han hablado sobre el empleo de misiles tácticos Tochka-U contra Bélgorod, así como de cohetes Vilkha.
En cuanto a los combates y los movimientos, tenemos que en las últimas horas se han seguido produciendo enfrentamientos en el sector de Bakhmut, en donde las tropas rusas intentan llegar a Chasiv Yar por el noreste, mientras los ucranianos han logrado lanzar con éxito un contraataque al sur de Ivanivske, recuperando parte de las posiciones perdidas en los últimos días.
En el sector de Avdiívka, la atención continúa concentrada en los intentos rusos sobre Ocheretyne, al noroeste, por donde intenta flanquear las posiciones ucranianas (ver mapa bajo estas líneas), siguiendo el trazado de la línea de ferrocarril. Al mismo tiempo, en la parte más meridional de este sector continuan buscando la forma de romper las defensas ucranianas hacia Umanske y Netailove, por el momento sin éxito.
Más al sur, en el sector de Mariínka, nos encontramos con las tropas rusas intentando expulsar a los ucranianos de algunos puntos en las inmediaciones de la localidad de Novomykhailivka, buscando avanzar hacia Kostyantynivka (que como nudo de comunicaciones es su objetivo principal) tras hacerse con las últimas casas al oeste de esta población. Al m ismo tiempo, han vuelto a lanzar ataques más al sur, presionando en dirección a Vodiane.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
Comenzamos hoy el aparato internacional con las noticias relativas al incremento de la ayuda militar británica a Ucrania. Desde el Reino Unido, ahora que los Estados Unidos parece que han superado definitivamente el bloqueo político, han juzgado razonable volver a aumentar su implicación en la guerra de Ucrania y el grado de apoyo a su aliado. Así, se espera que en breve Sunak -de visita en Polonia- anuncie un nuevo paquete de ayuda que sería el mayor hasta la fecha, suponiendo un dispendio de 500 millones de libras esterlinas o, lo que es lo mismo, de 579,5 millones de euros al cambio. El paquete incluirá:
- 60 embarcaciones de distinto tipo, incluyendo lanchas de asalto;
- Más de 1.600 misiles tanto para la defensa aérea de ataque, incluyendo una cantidad indeterminada de Storm Shadow;
- Más de 400 vehículos, entre ellos 160 vehículos ‘Husky’, 162 vehículos blindados sin determinar y 78 vehículos todo terreno;
- Casi 4 millones de cartuchos para armas ligeras.
De esta forma, el Reino Unido elevará su aportación a la defensa ucraniana en 2024 hasta los 3.000 millones de libras.
No ha sido sin embargo la única noticia relacionada con ayuda a Ucrania, pues ya comienza a hablarse sobre el contenido de los primeros paquetes estadounidenses, a la espera de que se superen los trámites pendientes en el Senado, algo que debería ocurrir en cuestión de horas. Así las cosas, se espera que el primer paquete supere de largo a los últimos concedidos por Washington, del orden de 300 millones de dólares cada uno, incluyendo vehículos blindados M113, VLTT Humwees, vehículos de combate de infantería Bradley, munición y muchos otros pertrechos que Ucrania necesita con urgencia.
Mientras esto se concreta, Zelenski ha agradecido en el curso de una llamada telefónica a Biden su «apoyo inquebrantable» a Ucrania. Además, ha recibido a una delegación bipartidista enviada por el Congreso norteamericano, con cuyos miembros ha hablado sobre ayuda militar y financiera, pero también sobre los preparativos de la Cumbre de Paz Global que se celebrará en verano en suiza, o sobre la pertenencia a la OTAN. Tan interesante o más que el probable contenido de la futura ayuda estadounidense es el hecho de que Ucrania y los Estados Unidos habrían comenzado a negociar un posible acuerdo de seguridad del estilo de los que ligan al primer país con el Reino Unido, Alemania, Dinamarca, Francia o España entre otros.
Para terminar con Zelenski, es obligado señalar que en las últimas horas ha recibido las credenciales de los nuevos embajadores de Polonia, Australia, Tailandia, Ghana y Uganda, en el marco de una ceremonia celebrada en Santa Sofía de Kiev.
Desde la Unión Europea, en cuya capital se han reunido los ministros de Exteriores de los Veintisiete, no solo han tratado la situación en Ucrania, sino que han prometido no depender de los Estados Unidos para seguir ayudando este país. La referencia no es baladí, pues aunque ahora se haya despejado la situación política, a este lado del Atlántico no olvidan que podría volver a dar un vuelco tras las elecciones de noviembre. Además, el Alto Representante ha vuelto a solicitar a los Estados miembros el envío de sistemas Patriot a Ucrania, por el momento sin conseguir un compromiso por parte de aquellos que todavía disponen de alguna batería, caso de España.
Además de lo anterior tenemos que el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania, Yermak, se ha reunido con el asistente del secretario de Estado de los Estados unidos para asuntos europeos y euroasiáticos, con quien ha hablado sobre el curso de la guerra, intereses comunes y a quien ha agradecido su apoyo.
El Jefe de Estado Mayor de las AFU, Syrsky, por su parte, se ha reunido con la cúpula militar de Lituania, informando a los generales Rupshis y Steponiavičius de la situación en el campo de batalla, así como de las necesidades ucranianas.
Pasando a Rusia, en este país las noticias que tienen que ver directa o indirectamente con la guerra de Ucrania se relacionan, en las últimas horas, con temas como la solicitud por parte de Polonia de albergar armas nucleares estadounidenses, algo que desde Moscú han critica, a la vez que han anunciado cambios en su planificación nuclear para adaptarse a este posible nuevo escenario. En palabras de la portavoz de Exteriores rusa, «Parece que Varsovia está buscando deliberadamente atraer más atención de aquellos que se ocupan de la planificación militar en el Estado Mayor ruso. Sería lógico suponer que una vez que las armas nucleares estadounidenses aparezcan en Polonia, las instalaciones relevantes serán inmediatamente incluidas en la lista de armas nucleares legítimas. objetivos en caso de una confrontación armada directa con la OTAN».
Putin, por su parte, se ha reunido recientemente con el presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliyev, con quien ha tratado sobre diversos temas comunes, como la economía o los transportes, mientras invitaba a este país y a otros interesados a sumarse a un proyecto de construcción de un corredor de transporte internacional Norte-Sur que se convierta en un «ejemplo de la más amplia cooperación internacional». Rusia intenta de esta forma reforzar su relación con Azerbaiyán en detrimento de Armenia, como parte de una nueva estrategia para un Caúcaso en el que cada vez ve cómo su posición está más disputada debido al interés que la Unión Europea o los Estados Unidos tienen en la región, por no hablar de Turquía.
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