Durante la última jornada de guerra, desde Ucrania han reclamado el derribo del bombardero Tu-22M caído ayer en Stavropol. Al mismo tiempo, Zelenski ha vuelto a señalar que las AFU están en una situación límite, a horas de la crucial votación en el Congreso estadounidense. Además, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha dado respuesta a las acusaciones de Donald Trump en relación con el apoyo europeo a Ucrania, dejando claro que los Veintisiete, en conjunto, han invertido una suma sustancialmente mayor a la estadounidense en apoyo de su aliado. Todo ello en una jornada en la que han vuelto a acusar a Rusia de utilizar tácticas híbridas contra Finlandia, empleando para ello inmigrantes y en el que desde la OTAN se ha anunciado un acuerdo entre varios de sus miembros para suministrar sistemas antiaéreos adicionales a Kiev.
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Durante nuestro informe de ayer hicimos referencia a la caída de un bombardero estratégico Tu-22M («Backfire-C» según Código OTAN) sobre Stavropol, a más de 300 kilómetros de la frontera ucraniana, cuando estaba de regreso de una misión de lanzamiento de misiles contra territorio ucraniano. Como explicamos, según el Ministerio de Defensa de la Federación de Rusia, la pérdida (de cierta importancia, dado el limitado número de estos aparatos y las bajas recientes) se había producido como consecuencia de un fallo técnico, que había llevado a la tripulación de eyectarse mientras, como se podía ver en un vídeo de amplia difusión en redes sociales, el aparato caía en barrena.
Apenas unas horas después, desde la Dirección Principal de Inteligencia (GUR) del Ministerio de Defensa de Ucrania su responsable, Kirilo Budanov, aseguraba que el bombardero ruso no había caído fortuitamente, sino que había sido derribado por Ucrania, utilizando para ello un misil lanzado por un sistema antiaéreo de largo alcance S-200 (SA-5 «Gammon» en Cógigo OTAN). Un modelo muy antiguo, de herencia soviética y que habría logrado todo un hito de ser cierto el derribo, en tanto Ucrania nunca se había anotado un tanto de este tipo contra un bombardero estratégico ruso.
En este caso, no se trata de que el derribo sea imposible, aunque hay que decir que sí es improbable. Si recordamos, hace apenas unas horas, a raíz de la pérdida por parte de Rusia de varios componentes de una batería S-400 «Triumph» (que integraba a su vez elementos más antiguos procedentes de sistemas S-300) en Dzhankoi, hablamos sobre la organización de las defensas antiaéreas rusas. El S-200 es, como cabe suponer, el antecesor de las anteriores, siendo un desarrollo de los años 50 que posteriormente entraría en servicio en multitud de variantes en diversos ejércitos, produciéndose centenares de baterías.
El problema, en el caso del derribo del Tu-22M3, por lo demás un aparato de un tamaño considerable y, por lo tanto, con una firma radar significativa, no es tanto que no pudiese ser localizado e iluminado por los radares del sistema ucraniano, como que la distancia del derribo estaría muy en el límite de las variantes más capaces de los misiles antiaéreos empleados por las baterías S-200. En este sentido, no sería el primer derribo importante por parte de una batería de este tipo –los ucranianos aseguran que el A-50 «Mainstay» abatido en febrero sería también obra de uno de estos sistemas-, pero sí el logrado a mayor distancia, hasta el punto de que cabe poner al menos en duda el suceso.
En cualquier caso, según la versión ucraniana, se habría utilizado un misil cuyo sistema de guiado habría sido modificado con ayuda de los socios del país y cuyo alcance máximo sería de hasta 345 kilómetros según algunas fuentes. En este caso, el derribo se habría logrado a 308 kilómetros, es decir, dentro de rango según ha declarado Budanov ante las cámaras de la BBC británica, volando el aparato varias decenas de kilómetros supuestamente antes de terminar por caer en la zona de Krasnogvardeysky, a unos 400 kilómetros del frente.
Mientras tanto lo que tenemos son tanto varios vídeos del momento de la caída del avión y de este ya sobre el suelo, así como otro vídeo publicado por los ucranianos en el que se muestra el interior de un puesto de mando de un sistema S-200, aunque lo cierto es que no se enseña nada que permita utilizarlo para confirmar el derribo. Ahora bien, los ucranianos han logrado ya varios derribos en el área del Mar de Azov y nada de lo que se dice es físicamente imposible, aunque sí complicado, con lo que al menos hay que dar cierta dosis de credibilidad a la posibilidad de esta acción.
En cualquier caso, harán falta más derribos para despejar por completo las dudas que ha generado un incidente que, de ser tal y como cuentan desde Ucrania, plantearía un problema a futuros a la aviación rusa, en tanto suelen acercarse a distancias inferiores para lanzar misiles como los Kh-22, que son los que parece que acababa de lanzar la pareja de Tu-22M de la que el aparato perdido formaba parte.
En cuanto a lo ocurrido sobre el terreno, obviando la cuestión del Tu-22M3, tenemos que Ucrania reclama además el derribo, en las últimas horas, de 2 misiles de crucero Kh-101/555, 14 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), 11 misiles Kh-59/69 y otros 2 Kh-22 del total de 2 misiles de crucero Kh-101/555, 14 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), 12 misiles Kh-59/69, 2 misiles balísticos Iskander-K y 6 misiles de crucero Kh-22 supuestamente empleados por Rusia. Derribos a los que se habrían sumado, pocas horas después, los de dos misiles Kh-59/69 adicionales y tres drones Orlan.
Lo anterior no ha servido para evitar que se produzcan explosiones en localidades como Dnipró y Zaporiyia, o contra Odesa, en donde ha vuelto a ser atacada la infraestructura eléctrica ucraniana. En el primer caso, han fallecido al menos nueve personas tras impactar un misil ruso contra una zona residencial. Además de esto, en el caso de Járkov, un empleado ferroviario ucraniano ha fallecido y siete más han resultado heridos también a consecuencia de un ataque ruso.
En el caso contrario, las Fuerzas Armadas ucranianas, empleando drones, han logrado alcanzar al menos una subestación eléctrica en Vygonichi, en la región de Briansk, así como un depósito de petróleo perteneciente a la empresa Lukoil situado en Kardymovo, en la región de Smolensk. De hecho, se han registrado según el Ministerio de Defensa ruso lanzamientos masivos de drones por parte ucraniana, asegurando haber derribado al menos medio centenar en las últimas horas en diversas de las regiones colindantes con Ucrania.
En cuanto a los combates en tierra, que siguen arrojando altas cifras de pérdidas, tenemos en las últimas horas que la mayor parte de la acción se ha concentrado por una parte al noroeste de Avdiívka, en dirección una vez más a Ocheteryne y la cercana Keramik, aunque no parece haber cambios de posición de relevancia.
Además de esto, se han registrado también intensos combates más al sur, en torno a Novomykhailivka, en donde el Ejército ruso está sufriendo intensas pérdidas desde hace semanas, lo que no basta ni para que cese en su empeño sobre esta localidad, ni para que deje de intentar acciones por ejemplo más al sur, en el área de Solodke.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En las últimas horas se ha desarrollado el Consejo OTAN-Ucrania de manera virtual junto a los ministros de Defensa de la Alianza y el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski. El objetivo era el de abordar las necesidades militares urgentes de Ucrania en cuanto a defensa aérea principalmente, pero el líder ucraniano también informó sobre la situación en el campo de batalla.
En su intervención desde Dnipró donde se encontraba visitando a las tropas, el presidente Zelenski se ha dirigido a los ministros de defensa poniendo el acento en que “no es justo resistir las bombas simplemente con valentía” y que no se está pidiendo a los países de la OTAN que manden a sus soldados al campo de batalla, sino ayuda. En este sentido, ha subrayado que “Este año no puede ser simplemente un año de más debates, necesitamos decisiones de nuestros socios”. Así, considera que solo “un número suficiente de sistemas de defensa aérea y aviones de combate pueden ahuyentar a la aviación rusa”, pero también en la necesidad de que se les envíe munición.
En la reunión también tomó parte el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, quien indicó que Ucrania necesita más sistemas de defensa aérea no solo para proteger a su población y hogares, sino también para “dar un soplo de aire fresco” al Ejército ucraniano en su lucha contra Rusia. Asimismo, enfatizó que el 97% de los misiles, drones y bombas rusas atacan objetivos civiles, considerándolo un auténtico genocidio contra el pueblo ucraniano.
Tras la reunión, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg anunció que los aliados han acordado brindar más apoyo militar al país en guerra expresando que “La OTAN ha mapeado las capacidades existentes en toda la Alianza y hay sistemas que podrán ponerse a disposición de Ucrania”. De este modo, cabe esperar nuevos anuncios pronto.
Asimismo, Stoltenberg acogió con satisfacción la reciente decisión de Alemania de entregar un sistema Patriot adicional a Ucrania, la iniciativa de Chequia sobre munición a la que, además, Países Bajos ha decidido contribuir con 200 millones de euros, así como los nuevos compromisos anunciados por Dinamarca y Noruega, pero no solo eso pues también se ha referido a Estados Unidos. En particular, ha dado la bienvenida a los planes de la Cámara de Representantes para programar una votación sobre un paquete de ayuda para Ucrania y cuenta con que el proyecto de ley “se apruebe sin más demora”. En este sentido, insiste en que todos los aliados deben “profundizar en sus inventarios y acelerar la entrega de misiles, artillería y municiones”. Por último, Stoltenberg subrayó que Ucrania está empleando las armas que se le proporciona para destruir las capacidades de combate rusas, lo que nos hace a todos más seguro, por lo que “el apoyo a Ucrania no es caridad”, sino “una inversión en nuestra seguridad”.
Del lado de Estados Unidos, el secretario de Defensa, Lloyd J. Austin III, enfatizó que seguirían presionando para que se tomen medidas en materia de defensa aérea y otros requisitos prioritarios para Ucrania. Asimismo, anunció que la 21ª reunión del Grupo de Contacto de Defensa de Ucrania tendrá lugar el 26 de abril, día en el que se cumplen dos años del primer encuentro en este formato.
En cuanto a la ayuda estadounidense, y mientras se está a la espera de la votación, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal ha señalado que durante su visita de trabajo al país, sí habían vistos avances en el desbloqueo de la asistencia militar y financiera, pero también en las medidas para hacer uso de los activos rusos congelados.
Por otro lado, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha refutado al expresidente estadounidense Donald Trump que pedía a Europa que se moviese para ayudar a Kiev antes de la votación sobre la ayuda estadounidense. Así, Trump expresaba que cómo era posible que EE. UU. hubiese comprometido más de 100.000 millones de dólares para la guerra, más que Europa cuando los separa un océano. Cifras rebatidas por el presidente Michel que precisó que la contribución europea asciende a 143.000 millones de euros.
Mientras tanto en Italia, el ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, se reunión con su homólogo y ex presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani al margen de la cumbre del G7 en la que los ministros expresaron su “gran preocupación” por las transferencias de material chino que ayuda a la maquinaria de guerra rusa y se comprometieron a fortalecer los activos de defensa aérea de Ucrania. En particular, discutieron medidas sobre esto último para determinar cómo Italia puede ayudar a su fortalecimiento y sobre la participación del país en la recuperación de Ucrania. Asimismo, tuvieron ocasión de discutir los preparativos de la Cumbre de Paz Global mediante la implementación de la Fórmula de Paz de Zelenski.
Una fórmula que desde Moscú se sigue viendo como “un engaño y una estafa” y no ve la necesidad de resolver la crisis de Ucrania con base en esta idea. En estos términos se expresaba el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, quien además indicaba que Rusia está dispuesta a entablar conversaciones con Ucrania “no solo para causar una buena impresión”, pero al mismo tiempo que negociar con el presidente Zelenski sería “inútil por muchas razones”. Asimismo, Lavrov subrayó que Moscú no tiene planeado suspender las operaciones militares en futuras conversaciones.
Pasando a otras cuestiones, el primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, se ha reunido con una delegación del Banco Europeo de Inversiones (BEI) encabezada por su presidenta, Nadia Calviño. Encuentro que ha finalizado con la firma de un memorándum en virtud del cual Ucrania recibirá 560 millones de euros en el ámbito de la energía, infraestructura de transporte, reconstrucción de viviendas y proyectos que apoyen la recuperación económica del país y sus empresas. Estas serán, además, las prioridades de cooperación para los próximos diez años.
Además, también se ha reunido en un formato conjunto con representantes del BEI, el Banco Europeo de Inversión y Desarrollo (EBRD), la US International Finance Corporation y el Banco Mundial, así como con la representante especial estadounidense para la recuperación económica de Ucrania, Penny Pritzker. Con todos ellos se ha discutido sobre los siguientes campos: energía, industria de defensa, logística, tecnologías de la información, agricultura y materias primas críticas.
Por otro lado, el jefe de la Oficina del Presidente, Andriy Yermak, ha conversado con el ministro de Exteriores y Comercio de Hungría, Péter Szijjártó, y ambos coinciden en los avances entre “cuestiones clave”, pero sin especificar, para las relaciones entre ambos países. De Este modo, la semana que viene tendrán una reunión a nivel bilateral y acordaron seguir aunando esfuerzos para que tenga lugar una reunión entre Zelenski y el primer ministro húngaro, Viktor Orban. Asimismo, Yermak participó en la conferencia de presidentes de las principales organizaciones judías estadounidenses, ante quienes expresó que Ucrania e Israel están del mismo lado frente a países que están interconectados.
Para concluir, dos noticias. De un lado, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, durante su visita a Finlandia ha afirmado que Putin concentra sus ataques híbridos en este país para tratar de desestabilizarlo tras haber mostrado un fuerte apoyo a Kiev y haberse unido a la OTAN. De otro, y cambiando diametralmente de tercio, cumpliendo con su promesa de contar con una mayor presencia diplomática en África, Ucrania ya ha inaugurado oficialmente su Embajada en la República de Ruanda.
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