Con el canciller alemán, Olaf Scholz en la República Popular de China, se han redoblado los llamamientos a este país para que presione a Rusia de cara a poner fin a la guerra de Ucrania. Al mismo tiempo, en los Estados Unidos la Casa Blanca todavía no se ha posicionado claramente respecto al plan de Mike Johnson destinado a votar la ayuda militar a Ucrania e Israel. Sobre el terreno, mientras las Fuerzas Armadas ucranianas logran alcanzar nuevamente el aeródromo de Dzhankoi, en Crimea, el Ejército ruso ha continuado logrando pequeños pero consistentes avances, a la espera de que la nueva ley de movilización ucraniana, que ha entrado en vigor hace unas horas, deje sentir su efecto y de que el medio millón de disparos de artillería que varios estados europeos pretenden adquirir fuera de la UE vaya llegando a su destino.
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La guerra de Ucrania continúa su curso un día más, pendiente de las medidas que se tomen fuera de este país, de cara a garantizar la capacidad de las AFU de seguir luchando con ciertas garantías. Zelenski, mientras prepara al país para continuar la guerra sin el apoyo estadounidense, por lo que pueda pasar, públicamente ha vuelto a afirmar que Ucrania no tiene ninguna posibilidad de imponerse en el campo de batalla sin que el paquete de ayuda de 60.000 millones de dólares bloqueado en el Congreso norteamericano, sea aprobado, algo que podría ocurrir en las próximas horas si la votación propuesta por Mike Johnson prospera. Una votación en relación con la cual la Casa Blanca ha evitado por el momento posicionarse claramente, pues afirman desconocer todos los detalles del plan concreto del republicano.
Precisamente, el portavoz de la Casa Blanca, Joh Kirby, ha vuelto a ser interrogado acerca de la posibilidad de que los aliados de Ucrania defiendan los cielos de este país como han hecho recientemente con Israel. De hecho, nuestros lectores recordarán que hace unas horas Zelenski mostró públicamente su frustración, pues el grado de ayuda concedido a unos y otros, al menos en esta materia concreta, no era igual. El caso es que Kirby ha sido tajante: «Sabía que esta pregunta también vendría. Mire, diferentes conflictos. Diferentes conflictos, diferente espacio aéreo, diferente panorama de amenazas». A lo que añadió, citando a Biden, que: «ha sido claro desde el comienzo del conflicto en Ucrania: Estados Unidos no participará en ese conflicto en un papel de combate, y no lo hemos hecho».
La ayuda que Ucrania necesita más urgentemente, en cualquier caso, sigue siendo en forma de municiones, algo en lo que el plan presentado meses atrás por la República Checa parece estar prosperando. Según el primer ministro de este país, Petr Fiala, una veintena de países de han comprometido ya en diferentes grados, lo que ha hecho posible adquirir en el exterior de la Unión Europea hasta medio millón de disparos, aunque no ha quedado claro si todos ellos de 155mm o si será una combinación de disparos de 155mm y 122mn, pues en un primer momento se hablaba de 500.000 y 300.000 respectivamente. En cualquier caso, la adquisición se ha cerrado, el checo espera que se proporcionen un millón de disparos adicionales en los próximos 12 meses -se entiende que sumando los envíos de munición producida en la UE- y se está a la espera de que los primeros lotes lleguen a Ucrania en cuestión de semanas.
El otro punto crucial para Ucrania es el del personal. Si bien la nueva ley de movilización, tan polémica, ha entrado oficialmente en vigor hace unas horas, aquí hay que tener en cuenta que solo con esto no es suficiente. Incluso aunque logre, lo que es complicado, reclutar a un número suficiente de uniformados, estos deberán recibir un entrenamiento adecuado y no solo a nivel individual o de pequeñas unidades, hasta el escalón compañía, como viene siendo habitual. Al respecto, como sabemos, hay diversas iniciativas en marca. Es más, recientemente hemos dedicado un artículo a la Operación Interflex británica en el que se explica cómo se organiza el entrenamiento, qué módulos de formación se incluyen, qué instalaciones hay a disposición de los ucranianos, etcétera. Está por ver si Ucrania realiza una aproximación del estilo de la rusa en su día, enviando directamente al frente, con poca o ninguna formación, a parte de los movilizados, pues se necesitan refuerzos inmediatamente, mientras con ello gana tiempo para formar en condiciones a otra parte de los nuevos reclutas, poniendo así los cimientos para las operaciones del futuro.
Dicho todo lo anterior, la guerra de Ucrania nos lleva una vez más al reciente ataque de Irán contra Israel. Más allá de cómo pueda evolucionar la situación, pues se está a la espera de un ataque de represalia israelí, al tiempo que las distintas potencias, desde los Estados Unidos a Rusia, llaman a la moderación (Putin ha hablado por teléfono con Ebrahim Raisi), lo interesante aquí son las lecciones. Especialmente porque comienzan a trascender nuevos datos relativos a la relación de costes entre el ataque y la defensa en esta particular «guerra de salvas» a la que hemos asistido. Así las cosas, los cálculos en el caso del coste del ataque iraní varían entre los menos de 50 millones de dólares de las estimaciones más bajas, hasta los 200 o 300 de las más altas, con varias fuentes situándose en una horquilla media, del orden de los 100 a 200 millones.
Lo mismo ocurre respecto al coste para Israel y sus aliados de haber hecho frente al ataque iraní, que podría ascender a más de 1.000 millones de dólares e incluso hasta los 1.500 millones en total si se suman tanto los misiles interceptores, como el coste de poner en el aire cazabombarderos, mover buques a la zona, etcétera. Es cierto que no hay datos del todo fiables y que no es posible hacer un cálculo perfectamente exacto, pero en cualquier caso, el coste de la defensa en relación con el ataque se habría movido en una relación que podría ir de 2:1 a 10:1, siendo lo más probable algún rango intermedio del tipo 5:1. Por supuesto, una vez más, insistimos en que el coste económico de los vectores de ataque en relación con los utilizados para la defensa no es el único cálculo a realizar, pero sí es un dato a tener en cuenta.
También hay dudas respecto a la efectividad real de las defensas israelíes. Si bien esta ha sido en cualquiera de los casos muy alta, hay que tener en cuenta que una buena porción de los misiles iraníes falló antes de llegar a territorio israelí, pese a lo cual podrían haber llegado a impactar en total entre 10 y 15 de estos. Es decir, que si tomamos por buenas las cifras que dicen que gasta el 50 por ciento de los misiles fallaron, llegando a territorio israelí unos 60 en total (se lanzaron 120) y de estos fueron capaces de superar la defensa antiaérea entre 10 y 15, lo que tenemos es una tasa de efectividad por parte de esta más cercana al 75 u 85 por ciento que no al 99 por ciento del que presumían los israelíes.
Todo lo anterior es interesante, porque como suele decirse, el diablo está en los detalles. Aplicado a este caso, hay que tener en cuenta que para que la disuasión que proporcionan sistemas como David’s Sling y demás funcione, se calculaba tiempo atrás que deberían ser capaces de abatir alrededor del 90 por ciento de las amenazas entrantes. Obviamente el ataque, y la respuesta aliada, ha demostrado que es posible hacer frente, al menos puntualmente, a este tipo de acciones, tanto desde el punto de vista técnico como, al menos a corto plazo -es decir, si la campaña de ataques no es sostenida en el tiempo durante meses- desde el económico. Sin embargo, en función de cuáles sean los porcentajes reales de intercepción, los costes del ataque y los de la defensa -es decir, los tres parámetros de los que hemos hablado-, las conclusiones serán muy diferentes. Por el momento, Irán parece haber extraído alguna, toda vez que ha anunciado que cuentan con una nueva estrategia frente a Israel, por más que no hayan dicho nada respecto a cómo cambia respecto a la doctrina estratégica hasta ahora en vigor. Sea como fuere, habrá que estar muy atentos a los nuevos datos que puedan aparecer, en tanto afectarán no solo al escenario de Oriente Medio, sino también al grado de ayuda que pueda concederse a Ucrania al menos en términos de defensa antiaérea, o a otros escenarios como Indo-Pacífico, en los que se espera que cualquier conflicto entre potencias pueda convertirse en parte en una «guerra de salvas».
Hablando de salvas, de defensa antiaérea y demás, y pasando a lo ocurrido sobre el terreno ucraniano en las últimas horas, tenemos en primer lugar que no hay datos sobre nuevos ataque rusos con misiles o drones, o al menos no hay recuento oficial alguno. Sí, del lado contrario, se ha registrado un ataque ucraniano contra el aeródromo ruso de Dzhankoi, como puede verse sobre estas líneas. Por el momento es difícil hacer una evaluación de daños, aunque está claro como muestran las imágenes de FIRMS que las instalaciones han sido alcanzadas en varios puntos, algo refrendado por los diversos documentos gráficos que han aparecido en las redes sociales en las últimas horas.
Más allá de lo anterior, los combates continúan, con un intenso ritmo de pérdidas especialmente por parte de Rusia, que se mantiene a la ofensiva. Sin novedades procedentes del sector de Siversk, después de las ya compartidas en informes pasados, la atención sigue centrada en primer lugar, en el de Bakhmut, concretamente en dirección a Chasiv Yar. En este caso, se han vuelto a ver aviones de ataque a tierra rusos sobrevolando Bakhmut y lanzando sus cohetes haciendo tiro parabólico contra las posiciones ucranianas en Chasiv Yar. Si bien su efectividad es muy reducida, sirviendo más para hostigar que para otra cosa, el hecho de que se estén reportando vuelos es indicativo de la situación de la artillería antiaérea ucraniana, que a costa de concentrarse en proteger ciudades e instalaciones críticas, no puede ofrecer el mismo grado de negación que antes frente a los aparatos rusos. Dicho lo cual, no se han registrado nuevos avances rusos -después de que llegasen recientemente al microdistrito del canal- en la zona, a la espera de que comiencen los ataques a gran escala contra Chasiv Yar, que continúa siendo castigada por las bombas de aviación y la artillería.
Pasando al sector de Avdiívka, después de los últimos avances rusos en la zona de Semenivka y más al norte, en Berdychi, se ha venido hablando de un contraataque ucraniano en esta última zona que habría permitido o bien recuperar parte del terreno perdido, o bien evitar que los avances rusos se consolidaran.
Más al sur, en el sector de Mariínka, tenemos que en Krasnohorivka Rusia ha continuado logrando ganancias. Además, ha trascendido un curioso vídeo en el que ha podido verse de nuevo en acción el ya famoso «carro tortuga» ruso, el cual ha logrado llegar a zonas céntricas de Krasnohorivka aparentemente sin problemas, después de recorrer los accesos a la localidad desde el sur. Si bien es difícil confirmarlo todavía, podría ser indicativo de que las tropas ucranianas se habrían retirado hacia posiciones más al norte, dentro de esta población, concretamente hacia la zona industrial.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, aunque en la primera parte del informe ya hemos hecho referencia a alguno de los temas candentes, como la adquisición de municiones por parte de una coalición liderada por la República Checa, siguen siendo varias las noticias interesantes. Comenzamos hoy por la República Popular de China, en donde se encuentra de visita el canciller alemán, Olaf Scholz, quien está allí para hablar con el presidente chino, Xi Jinping, por encima de todo sobre economía. Sin embargo, también dedicará al menos parte de su encuentro a la situación en Ucrania, tema respecto al cual habría pedido a Xi que contribuya a una «paz justa en Ucrania», añadiendo que “La guerra de agresión rusa contra Ucrania y el rearme de Rusia han tenido un impacto negativo muy significativo en la seguridad en Europa. Afectan directamente nuestros intereses fundamentales”.
Al respecto, y desde la prensa oficialista rusa, se ha hechor referencia a los cuatro principios propuestos por el líder chino para poner fin a la crisis ucraniana y que supondrían un cambio respecto al plan propuesto meses atrás, y que fuera mal recibido por Ucrania y sus aliados. Así, según Xi Jinping: «En primer lugar, debemos priorizar el mantenimiento de la paz y la estabilidad y abstenernos de buscar ganancias egoístas. En segundo lugar, debemos enfriar la situación y no echar más leña al fuego. En tercer lugar, debemos crear condiciones para el restablecimiento de la paz y abstenernos de exacerbar aún más las tensiones. Cuarto, debemos reducir el impacto negativo en la economía mundial y abstenernos de socavar la estabilidad de las cadenas industriales y de suministro globales». Un plan, como se ve, bastante vago, pero que puede servir de base al debate.
En cuanto a Ucrania, desde este país, su presidente, Zelenski, ha anunciado que en breve solicitarán una reunión del Consejo OTAN-Ucrania para tratar la protección de los cielos y el suministro de defensa aérea y misiles. Es más, ha vuelto a hablar sobre «igualdad en la protección contra el terrorismo», lo que es sin duda una clara referencia a la protección que han ofrecido países como Estados Unidos, Francia o Reino Unido a Israel. Sin embargo, como hemos visto, la posición estadounidense respecto a la posibilidad de intervenir en los cielos ucranianos, aunque sea en formas puramente defensivas, es clara.
Pasando a su Ministerio de Exteriores, tenemos que en las últimas horas la viceministra de Asuntos Exteriores de Ucrania, Iryna Borovets, se reunió con el embajador de la República de Azerbaiyán en el país, Seymour Mardaliyev. Durante su encuentro, Borovets agradeció a Azerbaiyán la ayuda humanitaria prestada, principalmente para el sistema energético de Ucrania y la reconstrucción de la infraestructura civil. Además, las partes prestaron especial atención a la cooperación en el marco de las organizaciones internacionales, en particular al apoyo de las iniciativas proucranianas y la condena de los crímenes de guerra por parte de la Federación de Rusia.
Por otra parte, el el viceministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Andrii Sybiha, mantuvo una conversación telefónica con el Viceministro de Asuntos Exteriores de Polonia, Robert Kupiecki, en la que ofreció al polaco información actualizada sobre las necesidades de defensa del ejército ucraniano, entre otros temas.
En cuanto al primer ministro ucraniano, Denys Shmyhal, se encuentra de visita en los Estados Unidos, buscando el apoyo, entre otros, del sector privado de estados como Illinois, para reconstruir la economía de Ucrania. Según el político ucraniano: «Espero que Chicago y otras comunidades de Illinois estén dispuestas a asumir el patrocinio de las ciudades ucranianas afectadas por la guerra. Esta será otra importante manifestación de solidaridad que Ucrania tanto necesita». Todo mientras insistía en que la economía ucraniana necesita inversiones para crecer y ponía en valor el esfuerzo que están acometiendo de cara a crear una situación favorable de cara a los inversores foráneos.
Pasando a la Unión Europea, comisionado para los Derechos Humanos está de visita en Ucrania y se ha reunido con el presidente de la Rada Suprema, tenemos que comienza la cumbre extraordinaria del Consejo Europeo en el que uno de los temas destacados en la agenda será Ucrania. Así, los líderes europeos discutirán sobre los continuos ataques aéreos y con misiles de Rusia contra la población y las infraestructuras críticas de Ucrania y, en particular, sobre los ataques contra el sector energético. Sin embargo, Ucrania no será el único punto destacado pues también lo será Oriente Medio tras el ataque con drones y misiles de Irán a Israel. Este asunto, además, se debatió ayer por los ministros de Exteriores de la Unión Europea tras haber sido convocados el fin de semana a mantener una reunión extraordinaria online.
Finalizando con el ministro de Exteriores de la Federación Rusa, Serguéi Lavrov, este ha hablado sobre lo que considera una preocupación, por parte de los estados occidentales, en relación con el hipotético desarrollo por parte de los miembros del BRICS de herramientas financieras propias. Según Lavrov, «Estos planes – lo sabemos – preocupan cada vez más a los Estados Unidos y sus aliados, que entienden que si tienen éxito y lo logramos, cuestionarán seriamente los mecanismos de globalización que actualmente están funcionando bajo la dirección de Occidente»
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