Ucrania ha vuelto a sufrir un ataque masivo con drones y misiles de crucero que ha afectado a buena parte de su infraestructura energética y eléctrica. Desde Moscú, además de justificar los ataques diciendo que tienen como objetivo «desmilitarizar» Ucrania, cargan contra la cumbre de paz que se celebrará en junio en Suiza, asegurando que las conversaciones, en ausencia de Rusia, «no tienen sentido». Mientras tanto, Ucrania y Letonia han alcanzado un acuerdo de seguridad a diez años que supondrá para la república báltica aportar, de forma regular, hasta el 0,25 por ciento de su Producto Interior Bruto en ayuda de su aliado. Todo ello en una jornada en la que, finalmente, la Rada Suprema ucraniana ha dado luz verde a la nueva ley de movilización, incluyendo las cláusulas más polémicas.
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En nuestro intento por ir, poco a poco, tocando todos los aspectos y novedades de la guerra de Ucrania, teníamos pendiente, entre muchas otras cosas, hablar de un ingenio que algunos han denominado jocosamente como «Ukrolancet» en referencia al conocido dron suicida ruso y cuya denominación real, según la inteligencia militar ucraniana, sería RAM X. Esta no sería otra cosa que una nueva munición merodeadora de fabricación local de la que todavía no hay imágenes de calidad que permitan examinarla en detalle, pero sí varios vídeos en los que se muestra el resultado de su empleo.
Era lógico, como ha venido ocurriendo a lo largo de toda la guerra, que Ucrania se adaptase a lo hecho por sus rivales, igual que Rusia ha venido adoptando todos y cada uno de los elementos que en un momento u otro han conferido una ventaja a las AFU. En este sentido, los drones ZALA Lancet, como sabemos, han permitido a Rusia cobrarse un buen número de bajas entre los sistemas artilleros, radares y lanzadores antiaéreos ucranianos, por citar solo unos ejemplos. Algo que afirmamos a sabiendas de que Rusia ha venido publicando los vídeos de los impactos por grupos, buscando maximizar el efecto mediático de estos sistemas y de que las tasas de éxito publicitadas por el fabricante son, cuanto menos, dudosas.
Así las cosas, desde hace unos días se viene hablando, en Telegram primero y en la red social anteriormente conocida como Twitter después, de un nuevo modelo de dron suicida de alcance medio ucraniano. Un diseño que nacería como evolución de la munición merodeadora RAM II producida por la empresa ucraniana CDET, la cual es capaz teóricamente de alcanzar objetivos a una treintena de kilómetros y de transportar una carga explosiva de hasta 3 kilogramos que podría ser tanto termobárica, como de fragmentación o de alto explosivo antitanque y del que se espera aumente el alcance al menos hasta los 50 kilómetros.
De hecho, en puridad lo que se viene en llamar «Ukrolancet» no tendría que ser, obligatoriamente, un solo modelo, sino que podrían ser al menos dos diferentes, toda vez que el ministro de Transformación Digital ucraniano, Mykhailo Fedorov anunció, hace unos meses, que el país estaba trabajando en el desarrollo de dos alternativas al Lancet. Todo mientras justificaba estos trabajar arguyendo que para Ucrania era fundamental desarrollar este tipo de ingenios, mostraba la esperanza de que a lo largo del año apareciesen «una docena de empresas» capaces de desarrollar estos productos y daba una cifra que se marcaba como objetivo: producir 100 vehículos aéreos no tripulados de este tipo al mes.
En cuanto a lo visto hasta ahora, tenemos que el primer vídeo publicado del «Ukrolancet» sería el que podéis encontrar sobre estas líneas, del pasado 9 de abril, en el que se puede observar cómo alcanza un vehículo lanzador (TELAR o Transporter Erector LAuncheR) 9A317 perteneciente a un sistema antiaéreo ruso Buk de alcance medio. De este vídeo, muy similar a los que hemos podido ver en numerosas ocasiones protagonizados por los Lancet, así como de otros que se han compartido hasta la fecha, podemos extraer varias conclusiones preliminares:
- Su velocidad, como la del Lancet, es reducida, siendo con toda probabilidad un dron propulsado a hélice y seguramente con motor eléctrico y baterías, en lugar de emplear un motor de combustión.
- Su detectabilidad es muy reducida, ya que ninguno de los sistemas antiaéreos atacados hasta la fecha –no solo el citado Buk, sino también Tor y Tunguska– ha logrado abatirlos antes de que hicieran blanco.
- Como es habitual en estos casos, vuela formando parte de un equipo, ya que los datos relativos al objetivo son suministrados por un segundo dron, posiblemente un Leleka LR de los utilizados para reconocimiento y para dirigir el tiro artillero y cuyo radio de acción es suficiente para complementar a los «Ukrolancet».
- Podría tener una importante resistencia a las contramedidas electrónicas, toda vez que ha sido empleado para atacar sistemas de jamming R-378B -parte de los conocidos sistemas «Borysoglebsk-2»-, con lo que no puede descartarse que, al menos para su fase final de vuelo, dispongan de algún tipo de sistema de identificación que les permita obviar el control manual. En este sentido, no hay que olvidar que se ha venido hablando desde hace algunas semanas de la posibilidad de que los Lancet equipen este tipo de soluciones, ni tampoco que los grupos de droneros y empresas ucranianas vienen trabajando activamente en ellas desde tiempo atrás, implementando algunas en drones tipo FPV.
Dicho todo esto, resulta difícil que, por sí mismos, estos ingenios den un vuelco a la guerra. Sin embargo sí serán, si se consiguen producir en cantidades adecuadas, un importante quebradero para Rusia, pues permitirán batir a distancia suficiente no solo sus antiaéreos -permitiendo así la acción de otras armas y plataformas ucranianas-, sino también su artillería, que sigue siendo el elemento determinante que explica -además de la disposición a asumir un número desproporcionado de bajas-, los últimos avances rusos.
Cambiando de tercio, las últimas horas han vuelto a dejarnos un ataque ruso masivo contra la infraestructura energética y eléctrica ucraniana. En total, se habrían lanzado en un primer momento, durante la jornada de ayer, hasta 82 drones y misiles, repartidos en: 20 misiles de crucero Kh-101/555; 6 misiles balísticos X-47M2 Kinzhal; 4 misiles Kh-59; 12 misiles antiaéreos S-300 en función de ataque a tierra y; 30 drones suicidas tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2). Los ataques, sin embargo, no han cesado durante la noche, pues Ucrania ha denunciado el lanzamiento de otro misil Kh-59 y 17 drones Shahed más.
De todo ello, habrían derribado supuestamente 16 misiles Kh-101/555, 55 drones Shahed y 3 misiles Kh-59, aunque no han podido evitar numerosos daños, por ejemplo en Kiev, en donde una central térmica ha quedado completamente destruida, algo que también se ha repetido en Járkov. Una región, la de Járkov en la que, además, el Gobierno ucraniano ha decretado la evacuación obligatoria de varias de las poblaciones más cercanas a la frontera rusa, al igual que en Izium por razones de seguridad.
Además, en relación con los ataques llevados a cabo por Rusia en las últimas fechas, dos apuntes. Por una parte, desde Moscú Putin ha vuelto a insistir en que el objetivo de los mismos pasa por «desmilitarizar» a Ucrania, se entiende que afectando a su capacidad de producción y de sostenimiento de las Fuerzas Armadas en base a dejar al país sin suministro eléctrico. Por otra, Edem Wosornu, actual directora de la División de Operaciones y Promoción de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios, ha criticado durante una sesión informativa ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas la práctica rusa de lanzar ataques dobles contra algunos objetivos, llegando el segundo dron o misil cuando los servicios de emergencias están atendiendo a las víctimas del primero.
Pasando a los combates y los movimientos, las novedades son escasas en las últimas horas. Comenzando por el norte, se ha venido hablando de nuevos avances rusos, mínimos, en el área de Siversk, concretamente en Verkhnokamyanske. Sin ser importantes, junto a otros movimientos recientes -y el anuncio de la evacuación de las localidades al que hemos hecho referencia- la impresión es la de que Rusia intenta reactivar la zona del recodo del Donets.
Más al sur, en el sector de Bakhmut, continúan los intentos por alcanzar Chasiv Yar por parte rusa, por el momento dejándoles a las puertas de la localidad, como vimos ayer, a costa de importantes bajas, gracias entre otras cosas a la habilidad táctica de los ucranianos, que estarían aprovechando el terreno de modo similar a como en su día hicieran en Pisky.
En cuanto a la otra área en liza, al oeste de Avdiívka, prosiguen los rumores relativos a algún tipo de contraataque ucraniano en Pervomaiske o incluso en la cercana Pisky, aunque la mayor parte de las fuentes, incluso las ucranianas, dan Pervomaiske por tomada. Además, prosiguen los ataques contra el resto de la línea defensiva ucraniana en la zona.
Por último, como hemos adelantado en la entradilla y tal y como se esperaba, cabe decir que la Rada Suprema ucraniana ha dado luz verde al texto de la movilización militar, de la que hablamos ayer y que aumenta notablemente las sanciones a quienes se resistan a ser movilizados y que ha provocado un importante escándalo tras la supresión, en el último momento, de una cláusula que preveía la desmovilización de los militares que cumplan treinta y seis meses de servicio.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En cuanto al apartado internacional, hoy es obligado comenzar por Letonia, pues Ucrania y el pequeño país báltico han formalizado un Acuerdo de Seguridad bilateral que se suma a los suscritos recientemente con España, Francia, Alemania o Dinamarca entre otros, suponiendo como ha anunciado el jefe de la Oficina del Presidente de Ucrania el noveno de este tipo alcanzado en los últimos meses. Un acuerdo que llega, además, con cifras concretas, pues prevé un apoyo militar anual de Letonia a Ucrania equivalente al 0,25% del PIB (Producto Interior Bruto) letón mietras dure el acuerdo. Además de esto, Letonia también se ha comprometido a ayudar a Ucrania durante diez años en áreas como ciberdefensa, limpieza de minas y sistemas no tripulados, así como a apoyar la membresía de Ucrania en la Unión Europea y la OTAN.
En cuanto a Zelenski, este se ha visto en las últimas horas con su homólogo húngaro, Tamás Sulyok, con quien ha tratado acerca de la futura cumbre de paz, a celebrar en junio en Suiza y en la que se hablará sobre la implementación de la famosa «Fórmula de paz». Zelenski, que está de visita en Vilnius (Lituania) participando en la Cumbre de los Tres Mares, se ha reunido además con el primer ministro griego, Mitsotakis, y con el presidente polaco, Duda. Con todos ha hablado sobre las necesidades ucranianas en materia de seguridad, urgiendo a incrementar el apoyo y a cumplir con las promesas en cuanto a suministro de armas y municiones. Además, ha insistido en que Ucrania merece una invitación para unirse a la OTAN.
A propósito de la «Fórmula de paz» y de la Cumbre de Paz Global, desde Rusia han vuelto a insistir en que la celebración de tal evento carece totalmente de sentido sin su participación. Así, según el portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, quien ha vuelto a insistir en que Putin siempre se ha mostrado dispuesto a negociar, ha dicho que «Primero debemos entender de qué estamos hablando allí, de qué tipo de fórmula de paz».
Pasando al ministro de Exteriores ucraniano, Dmytro Kuleba, este ha hablado en las últimas horas con su homólogo francés, Stéphane Séjourné, a quien ha informado sobre los últimos ataques rusos contra la infraestructura ucraniana, además de solicitar un incremento de la ayuda militar pues, a su juicio, «se requiere una acción inmediata».
A colación, el Parlamento Europeo, a propuesta del parlamentario de Renew Europe y ex primer ministro belga Guy Verhofstadt, se ha negado a aprobar una decisión sobre la financiación del Consejo de la UE hasta que no se proporcionen a Ucrania sistemas de defensa antiaérea Patriot adicionales. Si bien generalmente se duda de cuál es el poder real del Parlamento Europeo frente a la Comisión o el Consejo, lo cierto es que acciones como estas demuestran que tiene al menos el poder de bloquear muchas acciones. Además es, seguramente, la institución que se ha mostrado más beligerante y comprometida con el apoyo a Ucrania y, por más que carezca de poder ejecutivo, ha impulsado numerosas iniciativas en este sentido.
Continuando con Borrell, quien ayer como sin duda los lectores recordarán, se pronunció sobre los Patriot, ha vuelto a condenar los ataques rusos a las infraestructuras ucranianas y ha anunciado que ha escrito a los ministros de Exteriores de los Veintisiete para que se acelere la entrega de ayuda a Ucrania.
En otro orden de cosas, el primer ministro de Ucrania, Denys Shmyhal, se ha reunido junto a parte del ejecutivo ucraniano con distintos cargos del gobierno de Eslovaquia, con los que han hablado sobre comercio, reconstrucción, gas, desminado y numerosos temas más. Curiosamente, si bien en principio el primer ministro de Eslovaquia, Robert Fico, es cercano a Rusia y se ha mostrado en todo momento contrario a seguir con la ayuda militar a Ucrania, en las últimas horas ha rebajado notablemente el tono, mostrándose conciliador e incluso denunciando «el uso de la fuerza militar por parte de Rusia en Ucrania», que considera «una grave violación del derecho internacional».
Cerramos hoy, un día más, con Putin, quien se ha reunido con Lukashenko como adelantamos ayer y ha tenido tiempo para hablar sobre los ataques a la infraestructura ucraniana, algo que ya hemos comentado, pero también sobre una salida «pacífica» al conflicto ucraniano. Según Putin: «Nunca nos hemos negado a resolver las disputas pacíficamente. Además, esto es exactamente lo que estábamos dispuestos a hacer». Más interesante si cabe, Putin dijo que buscaría la mediación de Lukashenko en este ámbito. Además de esto, ambos líderes han tenido tiempo para hablar sobre otros temas como la exploración espacial o las relaciones económicas entre Rusia y Bielorrusia, la seguridad fronteriza o los préstamos concedidos por Moscú a Minsk.
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