En las últimas horas han aparecido diversas informaciones que apuntan a una oferta rusa a los Estados Unidos dirigida a lograr un alto el fuego en Ucrania. Oferta que habría sigo rechazada desde Washington, pues las conversaciones no incluirían a Kiev. Además de esto, desde Moscú han emitido una orden de búsqueda y captura contra la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, el secretario de Estado de Estonia, Taimar Peterkop, y el ministro de Cultura de Lituania, Simonas Kairys por «profanación de la memoria histórica». Al mismo tiempo, en el campo de batalla continúa la ofensiva rusa, entre rumores crecientes de una contraofensiva ucraniana y discusiones relativas a la proporción de bajas en los últimos meses en Avdiívka.
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La última jornada de guerra en Ucrania ha sido intensa, especialmente en el apartado diplomático. Lo más interesante del día ha tenido que ver con las noticias relativas a una supuesta oferta rusa encaminada a establecer negociaciones para alcanzar un alto el fuego. El problema es que dicha oferta habría sido trasladada directamente a Washington, pues desde Moscú consideran que el único interlocutor válido son los Estados Unidos, dejando pues completamente al margen de cualquier negociación a Ucrania, el país invadido y con el que Rusia está en guerra, por más que siga considerando todo en términos de «Operación Militar Especial».
La noticia original, publicada por la agencia Reuters y después replicada por diversos medios y cuentas en las redes sociales, afirma que «Putin envió señales a Washington en 2023 en público y en privado a través de intermediarios, incluidos los socios árabes de Moscú en Oriente Medio y otros, de que estaba listo para considerar un alto el fuego en Ucrania». Algo que, por lo demás, no resulta en absoluto nuevo, ya que son varios los informes en los que hemos hecho referencia a declaraciones de Putin y de algunos de sus portavoces y diplomáticos al respecto.
Lo que sí es novedoso es que se afirme que Rusia querría hablar única y exclusivamente con los Estados Unidos, en lugar de incluir a Ucrania en la mesa de negociaciones. Y es relevante, porque implica que el discurso ya tradicional ruso de que Ucrania no es más que un instrumento de Estados Unidos (y otros socios como el Reino Unido) sin ningún poder decisorio parece ir más allá de la mera retórica, hasta haberse convertido en un mantra considerado a pies juntillas.
No deja de resultar curioso, pues de ser cierta la historia, lo que revela es una incapacidad rusa para entender que los Estados Unidos -aunque pudiesen, que es bastante dudoso-, difícilmente «dictarían» los términos de un alto el fuego a su aliado. También implica que Rusia sigue pensando en términos de la Unión Soviética o el Imperio Ruso, en el sentido de que las naciones que se sitúan dentro de su esfera de influencia no tienen ningún tipo de voz o voto en lo relativo a su propia soberanía.
Y tras esto, lo que tenemos, es un análisis erróneo de la situación, pues en Ucrania no solo parecen decididos a aguantar a toda costa en busca de tiempos mejores -por ejemplo en los que la ayuda estadounidense se desbloquee- sino que llevan meses tomando medidas encaminadas a aumentar la producción interna de armamentos y buscando apoyos en la UE de forma que puedan continuar las operaciones.
Con esto no queremos decir, obviamente, que los aliados de Ucrania, llegado el caso, no puedan intentar forzar a este país a negociar. Pero sí que hay una diferencia sustancial entre presionar para que Ucrania se siente a la mesa y acordar un cese de las hostilidades sin el concurso de Kiev. Algo que ahora mismo no solo parece imposible, sino contraproducente, porque cualquier acuerdo a espaldas de Ucrania tendría muchos visos de fracasar.
Al margen de lo anterior, y saltando al campo de batalla, han sido relevantes en las últimas horas las cifras publicadas por Roman Sheremeta (que podéis encontrar más abajo), relativas a la relación de bajas entre Ucrania y Rusia. Como sucede con los análisis basados en fuentes abiertas -en este caso en documentos gráficos-, pueden tener un margen de error, relacionado por ejemplo con el hecho de que no todas las pérdidas hayan quedado documentadas. No obstante, y en términos generales, suelen ser bastante cercanos a la realidad, por lo que conviene tomarlos al menos como una aproximación razonable a la relación real de bajas.
Como se puede ver en el gráfico, basado en un documento publicado por @naalsio26, las pérdidas rusas desde que comenzara la ofensiva sobre Avdiívka en octubre de 2023 son espeluznantes, sumando más de 650 carros de combate, vehículos blindados y demás. Del lado ucraniano, las pérdidas parecen prácticamente despreciables, reflejando una relación de bajas que sería de 13 a 1 a favor de las Fuerzas Armadas de este país. Es decir, que la estrategia ucraniana destinada a defenderse en esta zona, creando una «kill-zone» para los rusos, podría parecer a priori acertada.
Sin negar que en última instancia lo sea, y como siempre que se publican este tipo de cifras, hay que intentar, al menos, hacer el ejercicio contrario, interrogándose acerca de lo que esconden o, como mínimo, de lo que no nos dicen. Por ejemplo, que parte de la explicación de las escasas pérdidas ucranianas tienen que ver con que el uso de carros y blindados por su parte ha sido mínimo. Ucrania ha basado su defensa en un empleo mucho más alto de la infantería, bajas que no se reflejan en el listado.
Por otra parte, hasta un tercio de las pérdidas rusas no serían definitivas, sino que se trataría de vehículos que habrían quedado dañados o que habrían sido abandonados sobre el terreno debido a fallos mecánicos. Es decir, que al menos una parte de ellos (aunque generalmente los vehículos parados terminan siendo destruidos a posteriori por los drones enemigos) habrán sido recuperados por los propios rusos en su avance.
Además, hay que considerar también que la relación de pérdidas no ha sido fija a lo largo del tiempo, sino que ido reduciéndose progresivamente en contra de Ucrania, según los rusos han llegado a zonas urbanizadas y podido avanzar a su amparo. Es decir, que la gráfica muestra el global, pero no cómo la media ha ido empeorando con el paso de los meses. Lo que no implica que Ucrania deba necesariamente abandonar la ciudad, pues únicamente ellos tienen todos los datos, pero sí debe ser tenido en cuenta a la hora de juzgar la situación o de valorar gráficos de este tipo.
Por último, hay que tratar de ver la situación en conjunto, pues aunque en una zona puntual las AFU pudiesen estar logrando semejante relación, esto no implica necesariamente que la misma se reproduzca a lo largo y ancho del frente. De hecho, lo que nos dicen los datos por ejemplo de Andrew Perpetua, que hace conteos diarios de bajas, es que la relación general está más cerca de 3:2 o 2:1 que no de 13:1 a favor de Ucrania.
En cuanto a la actualidad sobre el terreno, se ha vuelto a registrar el lanzamiento de drones suicidas por parte rusa. En concreto, se habla de 23 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), de los que habrían logrado neutralizar 16, según los datos oficiales ucranianos. También se ha hablado de un misil Kh-59 destruido sobre Odesa. Rusia, por su parte, ha hablado de un dron ucraniano destruido sobre la región fronteriza de Briansk.
En cuanto a los combates, y comenzando como es habitual por el norte del frente, tenemos que no se han producido -o al menos no han trascendido- novedades en las últimas 24 horas. Sí de la zona de Bakhmut, en donde las tropas rusas han superado ya el punto de máximo avance logrado en el pasado por los mercenarios de Wagner Group y continúan presionando en dirección a Ivanivske.
El punto de mayor acción, en cualquier caso, continúa siendo Avdiívka, en donde el Ejército ruso ha continuado con sus avances, logrando cortar de forma efectiva las vías pavimentadas en la parte más septentrional de la ciudad. Esto, como explicábamos ayer, aunque no implica un cerco completo para los ucranianos que aguantan en la urbe, sí les sitúa ante la tesitura, llegado el caso, de una retirada a través de terreno abierto. Al mismo tiempo, prosiguen con sus intentos de avanzar en dirección sudeste-noroeste.
Todo entre crecientes rumores de una inminente contraofensiva ucraniana, algo que por el momento el máximo responsable de las Fuerzas Armadas ucranianas, el general Syrsky, parece haber negado en una reciente entrevista, en la que ha afirmado que «El ejército ucraniano ha pasado de las acciones ofensivas a las defensivas, cuyo objetivo es infligir las máximas pérdidas a la Federación Rusa» y que está «dispuesto a retirarse de alguna posición antes que sacrificar a todo el personal».
Mientras tanto, por cierto, el primer ministro ucraniano, Shmyhal, ha estado de visita en la región de Donetsk, inspeccionando la construcción de nuevas líneas defensivas en las partes que Ucrania mantiene bajo control en dicha óblast.
Además de todo esto, han vuelto a registrarse enfrentamientos en Novomykhilivka. en donde Rusia intenta avanzar hacia el interior de la localidad desde el este y desde el sur, así como, en el antiguo eje de Orijiv, en las inmediaciones de Robotyne, en donde se ha registrado también un ataque ruso.
Por último, en la región de Jersón al sur del Dniéper, ha aparecido en las últimas horas un vídeo en el que se ve una bandera ucraniana sobre un depósito de agua en una zona que se creía bajo control ruso. Esto no quiere decir que Ucrania haya logrado algún tipo de avance hacia el interior, o aumentado sustancialmente la entidad de sus ataques en la zona, pero al menos es indicativo de que mantiene en marcha las operaciones en el río Konka, a pesar del peaje en sangre que están pagando.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, y dejando al margen las supuestas ofertas de alto el fuego emitidas por Rusia, que ya hemos comentado, la actualidad vuelve a estar centrada en los Estados Unidos, en donde por cierto, el secretario de Defensa ha sido dado de alta.
Allí, el presidente Joe Biden no solo ha contestado a las palabras de Trump días atrás en relación con los aliados europeos de la OTAN, catalogándolo de «idiota» e «indigno», sino que ha vuelto a presionar a los congresistas para que desbloqueen la ayuda militar a Ucrania e Israel. La propuesta, aprobada recientemente por el Senado (Cámara alta) -algo que los ucranianos han agradecido-, debe pasar todavía el trámite de ser votada en la Cámara de Representantes (Cámara baja) para que pueda entrar en vigor. Desde esta última institución, sin embargo, el líder de la mayoría republicana, Mike Johnson, sigue insistiendo en que se negarán a examinar la propuesta hasta que no sea modificada.
Más allá de esto, ha sido noticia durante la última jornada la orden de búsqueda y captura emitida por Rusia contra la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, el secretario de Estado de Estonia, Taimar Peterkop, y el ministro de Cultura de Lituania, Simonas Kairys por «profanación de la memoria histórica», en relación con el derribo de estatuas en general levantadas en tiempos de la Unión Soviética.
En relación con esto, y como es habitual en ella, la primera ministra estonia se ha pronunciado en las redes sociales, asegurando que el «movimiento ruso no constituye ninguna sorpresa», que esto prueba que está haciendo lo correcto y que el apoyo de la UE a Ucrania «es un éxito y perjudica a Rusia». Además, mantiene también que Rusia sigue utilizando su misma «caja de herramientas» en referencia a la represión, poniendo de ejemplo el caso de sus abuelos, deportados a Siberia.
Además, desde el país báltico han anunciado que podrían verse obligados a cerrar los pasos fronterizos con Rusia debido al aumento de la presión migratoria procedente de este país. Así, según el comunicado oficial: «En las últimas semanas, Rusia ha dirigido deliberadamente a la frontera con Estonia grupos de extranjeros que carecen del derecho legal a entrar en la Unión Europea. […] Si estas actividades continúan, nos veremos obligados a cerrar los pasos fronterizos para proteger la seguridad nacional y el orden público, como ya se ha hecho en Finlandia debido a la presión migratoria».
En otro orden de cosas, desde la Unión Europea el Alto Representante, Josep Borrell, ha mantenido una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores de Armenia, Ararat Mirzoyan, tras lo cual ha asegurado que las relaciones entre los Veintisiete y el pequeño país, que ha formado parte tradicionalmente de la órbita rusa, siguen un curso positivo. La Unión Europea, como es sabido, pretende aprovechar que los lazos entre Armenia y Rusia se han debilitado desde que Azerbaiyán se apoderase de Nagorno-Karabaj sin que Moscú hiciese nada para impedirlo, buscando presentarse como un socio de futuro para esta exrepública soviética.
Cambiando de tercio, y retomando el tema de los encontronazos entre Rusia y Francia, recientemente el ministro francés de Asuntos Exteriores ha hecho un llamamiento a la vigilancia tras descubrirse una amplia red de sitios de desinformación rusos destinados a difundir el relato de Moscú frente al público francófono. Según ha explicado: “Los servicios estatales han detectado un intento de ataque informativo a gran escala […] Somos un país libre y la libertad en línea es un principio esencial. La censura no tiene cabida aquí. Por lo tanto, nos corresponde a todos informarnos, comprender lo que está sucediendo y los ataques probablemente se intensificarán. Nuestro continente votará dentro de cinco meses las elecciones europeas y cada uno de nuestros países será un objetivo para las potencias extranjeras […] No nos dejemos engañar, no dejemos que nos roben el debate democrático ”.
Pasando a ucrania, el presidente Zelenski, al igual que el ministro de Defensa y el de Exteriores, han agradecido el paso dado por el Senado norteamericano y tratado de presionar a los congresistas apelando a la moral. Además, Zelenski, ha hablado sobre cómo Ucrania está tratando de crear una nueva arquitectura de seguridad, basada en acuerdos con los países más importantes. Al respecto, ha afirmado: «Estamos creando para Ucrania un sistema fundamentalmente nuevo de relaciones de seguridad con las principales potencias del mundo, y cada elemento de esas relaciones debe implementarse plenamente, para que no queden meras declaraciones. El acuerdo de seguridad con el Reino Unido ya está en vigor y estamos preparando nuevos acuerdos, acuerdos ambiciosos. Y no sólo con las potencias europeas. Cada acuerdo con los socios debe implementarse lo antes posible».
Más allá de esto, el Ministerio de Exteriores ha celebrado una mesa redonda bajo el título: «Armonización de la legislación ucraniana con las normas europeas en el ámbito de la lucha contra la discriminación y la garantía de la diversidad». Uno de los muchos pasos que se están dando en el país en busca de una forma de adaptar su legislación a los estándares comunitarios en todo tipo de materias.
Cambiando de tercio, se ha publicado por parte de la UNESCO que el sector patrimonial y cultural de Ucrania habría sufrido ya daños por 3.500 millones de dólares (3.300 millones de euros) desde el inicio de la guerra. Además, el país habría acumulado pérdidas por un total de 19.000 millones de dólares (17.700 millones de euros) en relación con la bajada de ingresos en todo lo relacionado con entretenimiento, arte y turismo. En abril de 2023, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura había estimado estos daños en casi 2.600 millones de dólares y unos 14.600 millones de dólares en pérdidas en turismo, arte y entretenimiento, con lo que la cifra ha crecido notablemente en los últimos diez meses.
Por último, cerramos con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, quien habría hablado hace unas horas con el ciudadano estadounidense Paul Whelan, antiguo integrante del USMC y quien ha estado encarcelado en Rusia los últimos cinco años, acusado de espionaje. Blinken no solo ha asegurado que ha hablado con el reo, sino que los esfuerzos de Estados Unidos para liberarlo continúan produciéndose «todos los días». Además, añadió que seguirían esforzándose «hasta que él, Evan Gershkovich y todos los demás estadounidenses detenidos injustamente puedan encontrar a sus seres queridos».