El presidente ucraniano, Zelenski, ha anunciado al fin cuál será la composición definitiva del Estado Mayor ucraniano tras la salida de Zaluzhnyi y el nombramiento de Syrsky como su suceso. Además, ha mantenido una nueva conversación telefónica con su homólogo francés, Emmanuel Macron, en una jornada marcada por las declaraciones de Trump a propósito de la ayuda y protección a aquellos socios que se comporten como «free riders». Sobre el terreno, continúa la tónica de las jornadas anteriores, con avances mínimos pero constantes del Ejército ruso en todo el frente oriental de Ucrania.
Hace ya unos días, como hemos venido informando, Zelenski hizo pública la salida del que era máximo responsable de las Fuerzas Armadas ucranianas en el plano militar, el general Valerii Zaluzhnyi. Tras su destitución, se anunció rápidamente el ascenso al cargo del coronel general Oleksandr Sysrky. No obstante, no ha sido ni mucho menos el único cambio en la cúpula de las Fuerzas Armadas ucranianas decidido por Zelenski, quien ha aprovechado la ocasión para hacer una renovación mucho más profunda en la dirección militar de la guerra de Ucrania.
Además del nombramiento de un nuevo jefe de Estado Mayor, Volodímir Zelenski hizo pública la llegada de otros nombres, aunque todos ellos han quedado eclipsados por el ascenso de Syrsky y la polémica que lo rodea. En concreto de los generales de brigada Andriy Hnatov, Mykhailo Drapaty, Ihor Skybyuk y de los coroneles Pavlo Palisa y Vadím Sujarevski, todos ellos «considerados para altos cargos en el ejército y servirán bajo el mando del comandante más experimentado de Ucrania «, según explicó el propio Zelenski en un comunicado.
La característica común de todos los elegidos es, sin lugar a dudas, su juventud, en tanto todos ellos rondan la cuarentena, es decir, que son dos décadas más jóvenes que Sysrky, quien cumplió el pasado mes de julio 58 años. Además, comparten una trayectoria más o menos común, pues todos ellos han pasado durante sus primeros años como oficiales por el conflicto del Donbás, han tenido un historial exitoso, han sido jefes de brigada (salvo en uno de los casos) y, por lo tanto, cuentan con una experiencia real en combate.
Destaca, además, la elección de dos coroneles como adjuntos del propio Syrsky. En este caso se trata del coronel Vadím Sujarevski, que atenderá los no tripulados y el desarrollo del uso de drones; y el coronel, Andréi Lebedenko, quien supervisará el componente tecnológico del Ejército y los sistemas de combate. El jefe de Estado Mayor de Sysrky, en sustitución de Serguéi Shaptala –quien abandonó el cargo a la vez que Zaluzhnyi-, será Anatoli Barguilevich, excomandante de las Fuerzas de Defensa Territorial de Ucrania.
Se espera así desde Kiev, tal y como ha resumido el ministro de Defensa de Ucrania, Rustem Umerov, poder hacer frente con garantías a una guerra diferente. Así las cosas, y según sus recientemente en las redes sociales: «[…] la guerra no permanece igual. La guerra cambia y las exigencias cambian. Las batallas de 2022, 2023 y 2024 son tres realidades diferentes. 2024 traerá nuevos cambios para los que debemos estar preparados. Se necesitan nuevos enfoques, nuevas estrategias».
En otro orden de cosas, y una vez más, han causado un notable revuelo las declaraciones del candidato a la presidencia de los Estados Unidos -a falta de que se imponga definitivamente en las primarias del partido Republicano-, Donald J. Trump. Este se ha referido a cómo podría proceder en caso de que Rusia amenazase a algún estado miembro de la OTAN que no haya cumplido con sus obligaciones en cuanto a inversión en defensa, asegurando que no solo los Estados Unidos bajo su presidencia no defenderían a dicho país sino que, además, «alentaría» a Rusia a atacar a cualquier estado «moroso».
A pesar del lenguaje empleado, lo cierto es que no es ni mucho menos la primera vez que hace declaraciones de este tipo y siempre ha mantenido una posición más o menos similar, de cara al público, respecto a esta cuestión. De hecho, nunca le han faltado apoyos dentro de los Estados Unidos a este discurso, que va más allá de cómo se gestiona la situación de aliados concretos -España es un caso claro de país que ha incumplido de forma sistemática la recomendación de invertir el 2% del PIB en Defensa- para extenderse a la política de alianzas en general.
Más allá de la debatida cuestión del «parasitismo» europeo, que no todos consideran como tal -y mucho menos cabe considerarla así después de los últimos anuncios- o de que la defensa de los estados europeos de la OTAN continúe dependiendo de los Estados Unidos, que son quienes aportan la «parte del león» del total invertido en defensa en la Alianza, lo interesante aquí tiene que ver como decíamos con la gestión de las alianzas en general. Respecto a esto, Trump ha asegurado también que debe acabarse el regalar el dinero y que, en lugar de dar dinero a fondo perdido o en forma de donaciones, los aliados deberían ser financiados mediante préstamos, aunque estos fuesen sin interés y a muy largo plazo.
El problema aquí es que, simplemente con su lenguaje, Trump amenaza con hacer saltar por los aires un esfuerzo de cuatro años por parte de la Administración Biden, destinado a reflotar relaciones bilaterales, minilaterales y multilaterales que habían quedado muy dañadas durante la presidencia anterior y que son clave para la influencia internacional estadounidense y para asegurar la estabilidad en diversas zonas del globo. Todo, por cierto, mientras desde Rusia aprovechan cualquier declaración, por marginal que sea –en este caso del líder del partido francés Los Patriotas, Florian Philippot– para incidir en su relato de cambio de orden mundial y de desmoronamiento de la OTAN.
Más allá de lo anterior, y ya sobre el terreno, han seguido registrándose consecuencias de la campaña de ataques rusos con drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2) de las últimas 48 horas y que han afectado a distintos puntos de Ucrania, desde Mikolaiv a Izmail y de Dnipró a Járkov, en donde el número de heridos ha ascendido hasta las 57 personas, además de los siete muertos sobre los que ya informamos ayer.
Del lado ruso han hablado de un intento de ataque con drones navales de superficie en el Mar Negro que aparentemente habría sido neutralizado por acción tanto de la artillería naval como de los equipos de guerra electrónica, así como de intentos por alcanzar con drones aéreos distintos puntos de la región de Briansk.
Pasando a los combates, que siguen arrojando importantes cifras de bajas, nos encontramos con que, al sur de la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, en Bilohorivka, las tropas rusas han avanzado un paso más hacia esta localidad, aunque no parece que las defensas ucranianas estén en riesgo de ceder a corto plazo en la zona y puedan perder el control de una localidad que lleva meses siendo atacada.
En el área de Bakhmut, los únicos combates se han registrado en Klischiívka, con un levísimo avance ruso. Además, de esta zona, ha trascendido un vídeo en el que se aprecia cómo soldados rusos ejecutan a prisioneros ucranianos, en un documento tomado a vista de dron.
En cuanto al oeste de la ciudad de Donetsk, en Avdiívka la situación continúa siendo difícil, mientras se especula respecto de las opciones ucranianas de lanzar una contraofensiva en este sector del frente. Por el momento, lo que tenemos son nuevos avances rusos al sur, en dirección a Pervomais’ke.
En otro orden de cosas, y ya en términos más generales, preocupa la escasez de misiles para la defensa aérea ucraniana, que estaría permitiendo a la aviación rusa -que además se beneficia de la disponibilidad creciente de bombas planeadoras- operar con relativa seguridad en apoyo de las fuerzas terrestres.
También ha sido noticia el uso creciente que los militares rusos estarían haciendo de las terminales de la empresa estadounidense Starlink, en un asunto que ha salpicado al mismo Elon Musk. Al parecer, la llegada de equipos a Rusia se produce a través de terceros países y están permitiendo al Ejército ruso aprovecharse de que, en una franja de unos kilómetros desde la línea de frente pueden conectarse, a pesar de que Starlink no funcione en territorio ruso.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En cuanto a la actividad internacional, como corresponde a los fines de semana, ha disminuido de forma importante respecto a las jornadas anteriores. Aun así, hay alguna noticia relevante que pasamos a compartir. En primer lugar, la más destacada, es la conversación mantenida por vía telemática entre los presidentes de Ucrania y de Francia, Zelenski y Macron respectivamente.
Según Zelenski, durante su reunión hablaron sobre la situación del campo de batalla y las necesidades de defensa de Ucrania, que incluyen drones, artillería y municiones, además de equipos de guerra electrónica y sistemas de defensa aérea de todos los tipos, desde MANPADS hasta los de largo alcance. Además, discutieron acerca del acuerdo que permitirá que Francia ofrezca a Ucrania garantías de seguridad y que, a pesar de mantenerse varias reuniones en los últimos meses al respecto, todavía no ha fructificado en un texto en firme.
En otro orden de cosas, y tras la aparición en redes sociales de una dudosa fotografía en la que aparecía un F-16 junto a un militar ucraniano ya decorado con la escarapela de este país, el medio estadounidense VOA News ha publicado una información según la cual los pilotos ucranianos estarían gratamente sorprendidos por las capacidades de estos cazabombarderos. Según el militar ucraniano entrevistado, tanto él como sus compañeros estarían «muy impresionados» con el rendimiento de los F-16.
Pasando a Bielorrusia, el presidente de este país, Alexandr Lukashenko, ha firmado un decreto que exime a los militares de rendir cuentas por el uso de armas de fuego contra civiles. Esto será posible gracias a la introducción de una nueva cláusula en la legislación del país que elimina el requisito de realizar disparos de advertencia y elimina la responsabilidad de cualquier militar por usar un arma contra los ciudadanos del país. Sin embargo, en caso de lesiones o muerte, el ejército debe notificarlo al fiscal y al órgano de investigación preliminar. Según el líder de la oposición bielorrusa, Pavel Latushka, todo esto forma parte de una “campaña decidida para normalizar los asesinatos, para normalizar el uso de armas de fuego contra quienes no están de acuerdo con el régimen y contra los bielorrusos en general”.
Cambiando de tercio, y trasladándonos a Rusia, ya ha finalizado la inscripción de todos los candidatos a la presidencia de la Federación. Una lista que, por primera vez desde 2008 incluye únicamente cuatro nombres: Leonid Slutsky del Partido Liberal Democrático de Rusia (LDPR), Vladislav Davankov de New People, Nikolay Kharitonov del Partido Comunista de la Federación Rusa (KPRF) y actual presidente ruso Vladimir Putin, quien tiene todas las papeletas para imponerse de forma abrumadora.
Para finalizar, lo hacemos con una noticia curiosa, también relacionada con Putin. Como hemos visto a lo largo de más de setecientos informes, han sido varias las ocasiones en las que se ha especulado sobre el estado de salud de Putin, así como incluso acerca de su fallecimiento y del uso de dobles. Pues bien, a raíz de la entrevista de Tucker Carlson, estos rumores han vuelto a saltar a la palestra, después de que el politólogo ruso Valery Solovei –quien lleva tiempo hablando sobre la salud de Putin– asegure que el entrevistado era un doble empleado para ocultar la muerte de Putin quien, según él, habría fallecido el pasado año. Por supuesto, no ha aportado ninguna prueba que sustente su afirmación. Sin embargo, el tema ha llamado la atención lo suficiente como para que medios como The Wall Street Journal se hagan eco de la historia.