A la espera de que se emita la entrevista de Tucker Carlson a Putin, Rusia ha lanzado una oleada compuesta por más de sesenta misiles y drones contra Ucrania. Además de esto, en los Estados Unidos se ha votado en contra de la propuesta de ley que incluía el apoyo a Ucrania, Borrell ha continuado con su visita a este país y se ha producido una importante explosión en una planta rusa de fabricación de motores para misiles a 1.300 kilómetros de la línea de frente, sin que por el momento nadie se haya atribuido la responsabilidad. Sobre el terreno, continúa degradándose la situación para los defensores de Avdiívka, entre renovados ataques rusos y un empleo intensivo de bombas planeadoras.
El Mundo, y especialmente el público estadounidense, espera con una mezcla de expectación y curiosidad la entrevista que el periodista norteamericano -y antigua estrella de la FOX- Tucker Carlson, publicará en cuestión de horas (23:00 GTM) y en la que Putin lanzará un mensaje que, sin duda, tendrá como objetivo el público estadounidense y, por extensión, el occidental. También el ruso, pues la noticia de la entrevista ha sido portada del medio oficialista TASS y también de otras herramientas mediáticas rusas como Sputnik, todo lo cual indica claramente la importancia que el Kremlin concede a esta entrevista y la forma en que piensa utilizarla para seguir tratando de imponer su relato.
Carlson, que cuenta con más de una decena de millones de seguidores en lo que antes era Twitter, red social desde la que emite, ha llegado a convertirse en trending topic durante la última jornada, lo que demuestra el revuelo que ha despertado. Personaje controvertido, amigo personal del expresidente Donald J. Trump, habitual de las teorías de la conspiración y siempre polémico, Tucker se ha jactado en las últimas horas de haber sido el primer periodista extranjero que quería conocer el punto de vista de Putin sobre la situación en Ucrania. Curiosamente, esta afirmación ha sido desmentida por el propio Kremlin, desde donde confirman que han recibido numerosas solicitudes.
Además, han tardado poco en saltar a la palestra conocidos reporteros como Christiane Amanpour, de la CNN o Steve Rosenberg, de la BBC, quienes aseguran haber recibido varias negativas por parte de la presidencia rusa, a sus peticiones de una entrevista con Putin. Algunos de los más críticos, como el corresponsal jefe de Asuntos Exteriores del Wall Street Journal, Yaroslav Trofimov, han llegado incluso más lejos al reírse del «pobre, pobre Vladímir Putin» al que «hasta hoy, nadie en Occidente ha tenido la oportunidad de escuchar todas las excelentes razones por las que tuvo que invadir Ucrania».
Por su parte, Carlson, quien se entrevistó con Putin el pasado martes, ha asegurado que quería entrevistar al presidente ruso porque “los estadounidenses tienen derecho a saber todo lo que puedan sobre una guerra en la que están implicados”. Sin embargo, no son pocos los que lo tachan de peón al servicio de Rusia y los que defienden que únicamente se ha prestado a ello, además de para ganar notoriedad, porque beneficiará directamente tanto al propio Putin en su campaña electoral, como a Trump.
Es más, desde el Kremlin, el portavoz presidencia, Dmitry Peskov, no ha dudado en apoyar esta idea con sus declaraciones, lo que ha sido prácticamente motivo de mofa en algunos medios de comunicación estadounidenses y significativo para muchos otros. Según Peskov, la razón por la que Tucker Carlson ha sido elegido para entrevistar a Putin y no otro periodista reside en que este último mantiene una «posición que contrasta con la de los medios de comunicación anglosajones tradicionales”, afirmación tan cierta como sugerente.
En relación con esto, y como hemos explicado en alguna ocasión, el Kremlin hace tiempo -pese a sus progresos en el frente, haber conseguido estabilizar una situación que parecía perdida en septiembre de 2022 y el énfasis puesto en tomar localidades como Bakhmut y Avdiívka- que tiene meridianamente claro que el «centro de gravedad» de esta guerra no esta en ningún punto del territorio ucraniano o en la destrucción de sus fuerzas armadas, sino en el apoyo occidental a Kiev.
En este sentido, la entrevista de Tucker Carlson, que difícilmente se saldrá del guión habitual que Putin y el resto de la cúpula rusa han manejado en los últimos dos años (guerra de Occidente contra Rusia, necesidad de defenderse ante el peligro que suponía Ucrania, «genocidio» contra los rusoparlantes, etc) permitirá incidir más si cabe en las divisiones internas en los Estados Unidos. Y lo hará justo en un momento en el que se está intentando sacar adelante a toda costa un nuevo paquete de ayuda militar. Un proyecto que ha chocado en las últimas horas con el rechazo del Legislativo pero que el asesor de Seguridad Nacional de Biden, Jake Sullivan, confía en que terminará por salir adelante, mientras pide disculpas a Ucrania por la «confusión» de la situación en los Estados Unidos.
Más allá de la batalla por el relato, y pasando al terreno de lo físico, tenemos que en las últimas horas desde la Federación Rusa han lanzado una nueva oleada de drones y misiles contra Ucrania. Las Fuerzas Armadas de este país hablan de hasta 64 lanzamientos, de los que habrían neutralizado un total de 44, incluyendo 29 de los 44 misiles y 15 de los 20 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2).
Entre los lugares alcanzados se encuentran por ejemplo la capital ucraniana, Kiev, que ha sido blanco de buena parte de los ataques y en donde al menos han muerto cuatro personas. Además, la ciudad ha sufrido cortes en el suministro eléctrico derivados de los últimos ataques. También en la región de Leópolis se han registrado impactos.
Del lado contrario, lo más significativo del día, aunque por el momento Ucrania no se ha responsabilizado de la acción, tiene que ver con la enorme explosión sufrida en la planta de construcción de maquinaria de Izhevsk, en la región de Izhevsk, a unos 1.350 kilómetros de la línea de frente. Según el Ministerio de Emergencias ruso, ha sido consecuencia de «trabajos técnicos» en dichas instalaciones, aunque no hay que olvidar que están al alcance de los drones ucranianos y de que también cabe la posibilidad de un sabotaje. Por otra parte, se han sufrido varios apagones en la región de Bélgorod como consecuencia de ataques ucranianos con drones contra la infraestructura eléctrica.
Pasando a los movimientos y los combates, y comenzando por el norte, parece que después de las especulaciones de la pasada semana, las Fuerzas Armadas ucranianas mantienen el control sobre Tavaivka, al sureste de Kupiansk. Situación que contrasta con la que se vive más al sur, en el área de Kreminna, en donde poco a poco el Ejército ruso continúa acercándose al río Zherebets mientras lanza ataques también sobre la localidad de Bilohorivka.
Sin noticias relevantes del área de Bakhmut, la atención vuelve a centrarse en Avdiívka, en donde las tropas ucranianas, escasas de reemplazos y de munición para su artillería, están haciendo frente a ataques cada vez más intensos por parte de la aviación rusa, que está empleando de forma intensiva sus bombas planeadoras, aunque difícilmente en la medida en que aseguran las fuentes prorrusas. En cualquier caso, las tropas rusas continúan logrando avances hacia el interior de la urbe por los mismos ejes que en jornadas anteriores y amenazan con cortar por completo las vías de escape de la guarnición ucraniana desde el norte.
También en Mariínka, o más bien a poniente de esta ciudad, han logrado avances los rusos, así como en Novomykhailivka, en donde se lucha en las construcciones de la parte más oriental de la localidad.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, y dejando al margen la entrevista de Tucker Carlson a Putin, la actualidad vuelve a llevarnos hasta los Estados Unidos. Allí, como hemos comentado ya en la primera parte del informe y tal y como se esperaba, la votación relativa a la ayuda a Ucrania -ligada a los cambios en la política migratoria-, no ha salido adelante. Se espera que vuelva a votarse en breve mientras se negocia un nuevo acuerdo.
Sobre el tema se ha pronunciado, además del asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan -quien se ha reunido con el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg-, Hillary Clinton. La antigua primera dama y candidata a la presidencia de los Estados Unidos ha asegurado que nos encontramos en “Un momento crucial, no sólo para Ucrania, sino también para Occidente y la OTAN” en el marco de un discurso en la Universidad de Columbia.
Dicho lo anterior, lo más relevante de la jornada vuelve a pasar por la visita del Alto Representante de la Unión Europea, Josep Borrell, a Ucrania. Una visita que ha coincidido, además, con los ataques rusos con misiles y drones, algo que el diplomático ha compartido en las redes sociales, como puede verse a continuación.
Además de esto, Borrell se ha reunido, entre otros, con el ministro de Defensa ucraniano, Rustem Umerov, con quien ha hablado por ejemplo sobre la cooperación entre las empresas de defensa ucranianas y las firmas europeas del sector, incluyendo sobre la posible creación de joint ventures y el establecimiento de acuerdos de colaboración y producción en territorio ucraniano. Umerov, por cierto, también ha mantenido una conversación telefónica con el secretario de Defensa estadounidense, a quien ha expresado su gratitud por el apoyo de este país a Ucrania.
Borrell, además, se ha reunido con el ministro de Exteriores ucraniano, Dmitro Kuleba, con quien ha hablado sobre los pasos a dar de cara a la entrada de Ucrania en la UE, sobre las entregas de armamento y sobre el resto de formas de apoyo de los Veintisiete a este país. Kuleba, además, ha instado a la UE a aumentar sus entregas de munición de artillería y a «reorientar los contratos existentes para el suministro de ‘proyectiles a Ucrania» y «aumentar importaciones de municiones procedentes de terceros países».
También se ha visto, como no podía ser de otra forma, con el presidente ucraniano, Zelenski, con quien ha hablado una vez más sobre la producción de munición en la Unión Europea, entre otros temas.
Por último, entre las visitas de Borrell –que ha tenido tiempo también para dirigirse a los diputados ucranianos– destaca la realizada a una de las múltiples startups ucranianas dedicadas a la producción de drones comerciales letalizados. Instalaciones en las que se producen centenares de unidades cada día y que han podido verse en parte gracias a las imágenes publicadas por el propio Borrell.
Esta no ha sido la única actividad diplomática de la jornada. el Viceministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Yevhen Perebyinis, se reunió con el Viceministro de Asuntos Exteriores de la República de Estonia, Kyllike Sillaste-Elling. Ambas partes discutieron su disposición a mantener conversaciones bilaterales para concluir un acuerdo que proporcione a Ucrania garantías de seguridad hasta que Ucrania se una a la OTAN.
También ha sido noticia la decisión sueca respecto a la investigación del sabotaje al Nord Stream. En relación con esto, el fiscal sueco Mats Ljungqvist declaró el miércoles que la investigación sobre el sabotaje del gasoducto Nord Stream en septiembre de 2022 “no era competencia de la jurisdicción sueca” y, por tanto, que queda cerrada. Según Ljungqvist:»No hay indicios de que Suecia o ciudadanos suecos estuvieran involucrados en este ataque que tuvo lugar en aguas internacionales».
En otro orden de cosas, la fiscalía de Viena abrió una investigación por corrupción contra Kyrylo Shevchenko, ex presidente del banco central ucraniano, quien abandonó repentinamente el país tras la invasión rusa y que solicita asilo en Austria, alegando «persecución política» . Ahora bien, Viena ha rechazado también la solicitud de extradición presentada por Ucrania. Y es que Shevchenko es investigado por poner en peligro la estabilidad financiera ucraniana, al negarse a seguir las indicaciones de Zelenski de imprimir más dinero tras el inicio de la invasión.
Por último, cabe hacer una referencia a las relaciones entre Rusia y Japón, país que ha mantenido una clara postura de apoyo a Ucrania, lo que ha contribuido a enrarecer el ambiente entre ambos estados. Según el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Andréi Rudenko, la reanudación de las conversaciones sobre el tratado de paz con Tokio es imposible en las condiciones actuales. Rudenko ha explicado que «La condición clave para el inicio del movimiento hacia su normalización es que Tokio rechace la política hostil hacia Rusia y no cualquier ‘señal’ efímera».