Entre noticias de avances rusos al norte del frente, en el área de Kupiansk y los preparativos para la próxima visita del canciller alemán, Olaf Scholz, a los Estados Unidos, la guerra de Ucrania prosigue su curso. Lo hace especialmente pendiente en las últimas horas de la actualidad en Oriente Medio, en donde un ataque detrás del que estaría Irán ha dejado tres militares estadounidenses muertos y decenas de heridos en Jordania, lo que no hace sino tensar un punto más la situación regional. Una situación que, por muchas razones, está íntimamente ligada a la ucraniana, país que sigue luchando entre otras cosas por lograr más recursos de unos aliados que, como Francia, siguen demostrando sus carencias a pesar de la buena voluntad.
La atención internacional gira hoy nuevamente no sobre Ucrania, sino sobre Oriente Medio, después de que un ataque llevado a cabo desde una instalación de los Pasdaran iraníes en Siria contra bases estadounidenses en la región haya dejado tres militares estadounidenses muertos y decenas de heridos. Una acción que supone la mayor escalada por parte de las milicias que Irán utiliza como actores delegados desde el inicio de la crisis.
Desde entonces, los movimientos de aeronaves desde CONUS parecen adelantar una respuesta estadounidense contundente (aunque podría quedarse en una «simple» demostración de fuerza) frente a una acción organizada por Irán y que tendría como objetivo presionar a los Estados Unidos para que cambie su apoyo a Israel en relación con la operación que este país está llevando a cabo en Gaza. Existe, pues, un riesgo evidente de que este conflicto se extienda más allá del territorio palestino y de los ataques huzíes al tráfico marítimo.
En relación con esto, un tema interesante de estudio es la posible relación -o incluso coordinación- entre las acciones llevadas a cabo por Irán y por Corea del Norte y la propia Rusia, que necesita de todo tipo de acciones de flanqueo tanto para desviar la atención internacional de la situación en Ucrania como para obligar a los aliados de este país a repartir sus esfuerzos y capacidades entre más frentes.
Así las cosas, y sin pretender que haya ningún «plan maligno» (ya sabéis que somos muy poco dados a las teorías de la conspiración) perfectamente trazado por los responsables de estas tres naciones revisionistas, es evidente que las acciones de unos y otros son vasos comunicantes. Al menos aunque solo sea porque unos y otros están muy atentos a las reacciones por parte tanto de los Estados Unidos como de sus aliados, buscando la forma de aprovechar en su beneficio cualquier oportunidad que estas ofrezcan (algo, de lo que por cierto, quien mayor partido puede sacar es China, por encima de los tres estados citados, de ahí que mientras Washington insta a Pekin a contener a Irán, en el país asiático se mantengan de lado por el momento).
Todo lo anterior, por supuesto, dejando de lado el tema de los suministros de armamento iraníes y norcoreanos a Rusia, íntimamente relacionado, pero que no es razón suficiente para pensar en que los tres estados formen un «Eje» como en su día lo constituyeron Alemania, Japón e Italia, ni nada remotamente parecido (y en vista de los evidentes problemas de coordinación entre estos, las dificultades de hacer algo así no hacen sino quedar todavía más claras).
Curiosamente, al estar ligadas todas estas situaciones, lo que ocurra en uno de los escenarios podría también terminar por influir sobremanera en las demás. Máxime si tenemos en cuenta que en los Estados Unidos lo que los legisladores siguen discutiendo, en un paquete de ayuda militar en el que van incluidas partidas para Ucrania, sí, pero también para Israel (y Taiwán). Una discusión que, por cierto, se libra en paralelo a otra igual o más importante: la de la «ambigüedad estratégica» estadounidense.
Una de las señales de debilidad claras de Occidente tiene que ver con la capacidad de producción de material de guerra en general y de municiones en particular. A pesar de los interesantes planes de rearme de algunas de las principales naciones europeas, como Alemania, o incluso España, inmersa en el mayor ciclo de inversiones de su historia reciente, muchos de estos planes solo fructificarán a medio y largo plazo. Es la consecuencia de apostar por programas, así como por sistemas y plataformas que necesitan de largos ciclos de desarrollo.
Sin embargo, desde que se pusieran en marcha algunas iniciativas, como las alentadas por los Veintisiete, algunos avances se están produciendo. Precisamente la alemana Rheinmetall ha anunciado que espera ser capaz, para 2025, de producir 700.000 disparos de 155mm lo que supone doblar la capacidad de producción anual de la que disponía el pasado 2023 y que, a su vez, ya había aumentado de forma notable respecto a ejercicios anteriores.
Sin ser cifras espectaculares –y menos aún teniendo en cuenta las necesidades tanto ucranianas, como de los Veintisiete-, hay que tener en cuenta que se trata de una única empresa, por más que sea la que mejor partido ha sacado del actual escenario, abriendo instalaciones de producción en diversos Estados miembros de la UE o adquiriendo empresas ya consolidadas, a la vez que se hacía con importantes contratos tanto con el gobierno ucraniano, como con el germano.
Sin embargo, no todas las noticias son igual de halagüeñas. Francia, país que actúa como líder de la «Coalición para la artillería», en apoyo de Ucrania, parece que no podrá suministrar otra cosa que no sean cantidades mínimas de disparos de 155mm, los más requeridos. Así las cosas, Ivan Gavrylyuk, viceministro de Defensa de Ucrania, y la persona que encabezó la delegación ucraniana en la primera reunión de la coalición “Artillería para Ucrania” en París, ha hecho público que desde la antigua Galia apenas podrán entregar a Ucrania 3.000 disparos por mes. Una cifra raquítica que, a la espera de lo que aporten otros socios, no augura nada bueno. De ahí los continuos llamamientos a aumentar la inversión y la producción hechos por ejemplo por políticos como Scholz o como el secretario general de la OTAN, Stoltenberg, quien, en relación tanto con este tema como con el anterior, parece seguro de que China está muy atenta a la resolución que muestren los aliados de Ucrania.
Dicho lo anterior, en las últimas horas, y pasando ya a la actualidad sobre el frente, desde Ucrania han informado del lanzamiento de, al parecer, 9 drones Shahed-131/136 (Geran-1/2), dos misiles Iskander-M y tres misiles procedentes de un sistema antiaéreo S-300 en función de ataque a tierra. De todos ellos, únicamente los drones habrían sido neutralizados. Aun así, se han registrado daños por ejemplo en la región de Zaporiyia, que se atribuyen a la acción de un dron, aunque podrían haber sido causados por los restos de uno de ellos.
Del lado contrario, el Ministerio de Defensa ruso ha hablado de la destrucción de hasta 28 drones ucranianos en la última jornada, aunque en este caso suelen referirse a los neutralizados en el campo de batalla. Al margen de lo cual, sí han reportado la supuesta destrucción de otro dron ucraniano, en este caso sobre la región de Bélgorod.
Respecto a los movimientos, y comenzando como es habitual por el sector más septentrional del frente, ha continuado hablándose de avances rusos en los alrededores de Kupiansk, especialmente en la zona de Tavaivka, aldea que obra en poder ruso (a la espera del resultado del contraataque ucraniano). El grado de los avances ya depende de distintas consideraciones, habiendo analistas que hablan de una penetración importante en dirección a Pishchane y otros que son más cautos al evaluar los logros rusos. Como quiera que no es el único punto en el que se ha combatido, tenemos también noticias de enfrentamientos y diferentes acciones más al norte, hacia Sinkiv’ka y al sur, en las inmediaciones de Kreminna, sin que en ninguno de estos casos se hayan producido cambios de consideración.
Más allá de esto, en una jornada en la que apenas ha trascendido información procedente del área de Bakhmut, el otro punto de atención primordial continúa siendo Avdiívka, al oeste de Donetsk. Allí continúa también Rusia a la ofensiva, a pesar de los números escandalosos de bajas que está asumiendo y que se resumen en la imagen sobre estas líneas. Pese a lo cual, ha vuelto a tratar de progresar por la zona sudoriental de esta población, concretamente en la zona de Tsarska Okhota, a la vez que en la zona de Opytne y hacia Pervomais’ke.
Para terminar con la parte militar, un apunte: aunque hace tiempo que no hablamos sobre el control de la escalada y la forma en que los aliados de Ucrania contienen a este país a la hora de lanzar ataques sobre el territorio ruso, en las últimas horas el máximo responsable de la Marina de guerra ucraniana, Oleksii Neizhpapa, ha declarado que el estado de la guerra sería hoy muy diferente si los aliados de Kiev no hubiesen impuesto restricciones a Kiev sobre el empleo de armas occidentales. Sin entrar en la cuestión de lo que podría haber pasado de haberse levantado este veto, sí es interesante contar con una confirmación oficial más de que este, sin duda, existe.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, y como corresponde a los fines de semana, la actividad ha decaído de forma importante respecto a las jornadas anteriores, lo que no implica una ausencia absoluta de novedades.
Dejando al margen la situación en Oriente Medio, de la que ya hemos hablado, entre las noticias más interesantes, destaca la publicada por el diario estadounidense Financial Times a propósito de la amenaza por parte de la UE de cortar la financiación a Hungría si este país no levanta su veto a la ayuda a Ucrania, en relación con la iniciativa «Ukraine Facility». Aunque normalmente, y de cara al público, intenta mantenerse un perfil bajo en relación con estos temas, pues no se quiere complicar todavía más las ya de por sí tensas relaciones con el Gobierno de Orban, es evidente que la presión debe estar siendo máxima, como corresponde a los días previos a la cita en la que podría darse luz verde de una vez por todas al fondo de 50.000 millones.
Pasando a Kiev, Zelenski ha anunciado que Ucrania ya dispone de un cronograma de comunicación internacional para los próximos días que, según el presidente ucraniano «fortalecerá a nuestro país». Aunque no ha dado demasiada información, parece que en dicho cronograma lo que recogen, más allá de las citas diplomáticas, son los objetivos concretos a lograr en cada encuentro.
Siguiendo con Zelenski, por cierto, ha sido noticia también la publicación de sus cuentas personales correspondientes a los ejercicios de 2021 y 2022, en las que se especifican los ingresos logrados tanto como consecuencia de su salario como presidente, como por los rendimientos de algunos de sus activos.
En cuanto a la ayuda militar, se ha sabido que el fabricante alemán Quantum-Systems ha comenzado con el suministro de hasta un centenar de drones Trinity a Ucrania, en diferentes configuraciones. La entrega de estos drones se anunció en septiembre de 2023, durante una reunión entre el director ejecutivo de Quantum-Systems, Florian Seibel, y el alcalde de Kiev, Vitalii Klitschko. A pesar de su utilidad bélica, no está del todo claro que vayan a ser empleados en primera línea, ya que estarán bajo el control de la Alcaldía de Kiev. En cualquier caso, cabe señalar que entre sus funciones están las de evaluación de años y recolecta de datos cartográficos.
Por otra parte, y aunque los Estados Unidos hayan reducido drásticamente su ayuda a Ucrania, continúan empleando su capacidad diplomática para movilizar recursos de otros aliados hacia este país. De esta forma, se ha sabido que el secretario de Estado de los Estados Unidos, Antony Blinken, ha enviado una carta al primer ministro griego, Kiriakos Mitsokakis, en la que urge al país a considerar la transferencia de equipos militares a Kiev, además de tocar otros temas como el suministro de F-35, que podrían emplear como palanca de presión. Por el momento no hay constancia de que Atenas haya tomado ninguna decisión al respecto.
En otro orden de cosas, y después de que ninguno de los candidatos se hiciese con la mayoría necesaria, las elecciones en Finlandia, celebradas hace unas horas, irán a una segunda ronda durante el mes de febrero.
Del mismo modo, el canciller alemán, Olaf Schol, ha pedido a los estados miembros de la UE que proporcionen más ayuda a Ucrania, alertando de que estamos en «un momento crucial». Alemania, que proporcionará más de 7.000 millones de euros en ayuda a Ucrania durante el presente año, suministra por sí sola más del 50 por ciento de toda la ayuda comprometida por los Veintisiete, de ahí que busque apoyos.
Por último, cerramos con Polonia, pues según medios ucranianos hasta 1.300 camioneros estarían bloqueados en la frontera entre este país y Ucrania, esperando para entrar en este último. El problema no tendría que ver, como en los meses anteriores, con ninguna huelga o protesta, sino que ha sido consecuencia el elevado tráfico, que alcanza varios miles de camiones al día desde que se levantasen los piquetes.