Prosiguen los intercambios de acusaciones entre rusos y ucranianos relativas al derribo del avión de transporte Ilyushin Il-76, sin pruebas por el momento de la presencia de los 65 prisioneros que Moscú asegura que viajaban a bordo. Además de esto, una cadena de ciberataques ha afectado a distintas empresas críticas ucranianas en las últimas horas, mientras desde el Ministerio de Defensa rusa aseguran haber abatido hasta 91 drones ucranianos en la última jornada. En la arena internacional, destacan el ofrecimiento de Londres a Berlín de un intercambio de misiles para poder suministrar Taurus a Ucrania, así como la próxima visita de una delegación de la OIEA a Zaporiyia. Todo en una jornada en la que se ha conocido la sentencia impuesta a Igor Girkin, condenado a cuatro años de cárcel por el Tribunal Municipal de Moscú por «extremismo».
En las últimas 24 horas una cadena de ciberataques ha afectado a diversas empresas y agencias gubernamentales ucranianas relacionadas con la energía o los transportes, entre otros. Un hecho insólito, a pesar de que en casi dos años de guerra se han producido acciones en el «quinto dominio» de todo tipo, pues si bien se ha venido luchando también en el ciberespacio, salvo los ataques masivos de los primeros días no hay noticias de una acción coordinada de este tipo. De hecho, los últimos en saltar a la luz pública -aunque la actividad es constante, como demuestran los informes del Centro de Análisis de Amenazas de Microsoft– fueron los sufridos por la empresa de telecomunicaciones Kyivstar a mediados de diciembre, sobre los que informamos en su momento.
Así las cosas, lo que tenemos es, que en el plazo de unas pocas horas, han denunciado haber sido objeto de ataque en primer lugar la Agencia de Seguridad del Transporte de Ucrania (Ukrtransbezpeka), lo que habría tenido como consecuencia una parada temporal en el servicio de permisos internacionales y la caída de su página web, lo que impedía a los transportistas acceder a la misma y, por lo tanto, solicitar los permisos correspondientes.
De un incidente similar informaba la compañía estatal de correos, Ukraposta, que denunciaba un fallo en su sistema informático y a su página web, lo que había llevado a que únicamente estuviesen disponibles en sus sucursales los servicios de aceptación de pagos y de recepción de paquetes, pero no el envío. A través de Facebook alertaban de que el restablecimiento del servicio podría llevar «algún tiempo», lo mismo que a través de otras redes sociales como Telegram.
No eran los únicos ataques. La sociedad anónima nacional Naftogaz de Ucrania informó de un ciberataque a gran escala contra uno de los centros de datos de la empresa. A la hora de redactar este informe, su página web continuaba dando problemas, aunque poco a poco se podía acceder a la misma. En el comunicado oficial emitido por la compañía petrolera y gasística se decía: «Estimados clientes de Naftogaz de Ucrania y de las redes de distribución de gas de Ucrania. Se ha registrado un ciberataque a gran escala en uno de los centros de datos utilizados por nuestras empresas. Actualmente, los sitios web y el centro de llamadas no funcionan. Les informaremos más al respecto. los términos de restauración del servicio».
En relación con los ciberataques, y tal y como explica Josué Expósito en nuestro tercer libro sobre la guerra de Ucrania, hay que tener en cuenta que una de las cuestiones más desconcertantes a las que se han enfrentado los académicos interesados en el ciberdominio ha sido saber hasta qué punto las operaciones cibernéticas eran capaces de contribuir a un esfuerzo bélico de gran magnitud.
Al fin y al cabo, la guerra de Ucrania ha sido el primer conflicto a gran escala en el que se esperaba un importante papel del componente cibernético, dados los antecedentes y la potencialidad cibernética rusa. Sin embargo, las expectativas de académicos y militares no se cumplieron, pues han sido muchos los factores que han limitado la efectividad cibernética de Moscú, siendo seguramente los más importantes:
- La falta de planificación por parte de Rusia;
- El carecer de operadores en una cantidad suficiente,;
- Las debilidades institucionales sintomáticas rusas;
- La falta de idoneidad del uso de este tipo de herramienta en una guerra convencional como la actual y;
- Los esfuerzos defensivos llevados a cabo por Ucrania y sus aliados.
De esta forma, si en un principio los ciberataques rusos contribuyeron a la invasión inicial, buscando crear una atmósfera de caos general y afectando al mando y batalla ucraniano, no se tradujeron en una ventaja táctica en el campo de batalla. No obstante, desde entonces la aproximación rusa a la guerra en el dominio cibernético, en relación con Ucrania, había ido cambiando. Así, de los ataques contra empresas e instituciones gubernamentales, se había pasado a poner el foco en las operaciones de influencia y desinformación.
También se pasó, durante el verano, a concentrarse en degradar la agricultura ucraniana, con una convergencia de ataques «cinéticos, cibernéticos y propagandísticos rusos contra el sector agrícola ucraniano». Meses en los que Rusia penetró en los negocios agrícolas, robó datos, desplegó malware y todo esto al tiempo que sus drones y misiles se concentraban en atacar depósitos de grano e instalaciones relacionadas con el transporte, como las de la región de Odesa.
Aunque es muy difícil determinar la atribución exacta de algunos de estos ataques -no en vano son una de las herramientas predilectas de la zona gris del espectro de los conflictos-, y en muchos casos son llevados a cabo por cibervoluntarios de una y otra parte, rara vez se producen sin apoyo estatal de algún tipo o directamente siguiendo órdenes del Estado. Lo que tendríamos es, por tanto, una muestra más de cómo la guerra de Ucrania continúa mutando también en el ámbito cibernético, por más que este haya quedado eclipsado desde el comienzo por las operaciones cinéticas.
Dicho lo anterior, y pasando de lo digital a lo físico, en las últimas horas tenemos que, desde el Ministerio de Defensa de Ucrania se ha hablado del lanzamiento por parte rusa de hasta 14 drones tipo Shahed-131/136 (Geran-1/2), de los que habrían logrado neutralizar 11. También de 5 misiles antiaéreos S-300 en función de ataque a tierra desde Bélgorod (4) y Donetsk (1). También han hablado de un misil Kh-59 abatido antes de alcanzar su objetivo, sobre la región de Nicolaiev.
Del lado contrario, y de forma bastante sorprendente, el Ministerio de Defensa ruso ha asegurado haber derribado hasta 91 vehículos aéreos no tripulados ucranianos en diversas zonas del frente. Lo que no han podido evitar es el incendio provocado al parecer por un dron de largo alcance ucraniano en la refinería de Tuapse, en Krasnodar. Y es que Ucrania ha venido mejorando en los últimos meses su capacidad de atacar instalaciones rusas a cientos de kilómetros, como demuestran los recientes hechos ocurridos en San Petersburgo, gracias a la introducción de nuevos aparatos de coste moderado y un alcance parejo al de los Shahed.
En lo relativo a los combates y los movimientos, comenzando por el norte del frente tenemos que, al menos en las últimas horas, no se han registrado cambios sustanciales en la línea Kupiansk-Svatove-Kreminna, si bien prosiguen los ataques rusos sobre diferentes puntos de la misma.
Lo mismo ocurre en el caso de Bakhmut, en donde prosigue la actividad y la acumulación de bajas, pero los únicos cambios registrados son más bien correcciones derivadas de la aparición de nuevos vídeos.
El centro de los esfuerzos rusos sigue siendo Avdiívka, en donde no cesan los ataques y, después de no lograr en los últimos meses completar el cerco de la urbe, las tropas rusas tratan de avanzar a través de la propia ciudad mediante tácticas en algunos casos de lo más imaginativas, como el uso de oleoductos fuera de servicio para aparecer por la retaguardia ucraniana, mientras que en otros son más tradicionales, recurriendo al apoyo blindado.
Más allá de lo anterior, y ya en el sur de Ucrania, tenemos que prosiguen los combates en lo que era el eje de Orijiv, en este caso con algunos avances de las AFU, que habrían retomado parte de las posiciones perdidas semanas atrás. Además de esto, y pese a los esfuerzos rusos, Ucrania continúa manteniendo una cabeza de playa en Krynky, en la orilla oriental del Dniéper a la altura de Jersón.
Contexto internacional, diplomacia y sanciones
En el apartado internacional, cabe comenzar por los intercambios de acusaciones relativos al derribo del avión de transporte Il-76 abatido ayer sobre Bélgorod, toda vez que el incidente ha traspasado las fronteras de Rusia y Ucrania para llegar a las Naciones Unidas. Allí, el embajador adjunto de Rusia ante la ONU, Dmitry Polyanskiy, ha dicho que «»Toda la información que tenemos hoy muestra que estamos ante un crimen premeditado y bien pensado «. La contraparte estadounidense ha contestado diciendo que «Rusia intenta repetidamente echarle la culpa de las tragedias de esta guerra elegida y sin sentido, como si fuera la víctima y no el agresor «.
Desde la organización, sin embargo, la subsecretaria general, Rosemary DiCarlo, ha dejado claro que «Las Naciones Unidas no pueden verificar estos informes ni las circunstancias del accidente».
Dicho esto, ambos se mantienen firmes en sus posiciones. Desde Rusia aseguran que está en marcha una «investigación criminal sobre un acto terrorista», además de haber encontrado fragmentos de un misil antiaéreo en el lugar del accidente, del que han publicado un vídeo en el que sigue sin haber aparentemente restos de cuerpos que se correspondan con el traslado de 65 prisioneros ucranianos. No obstante, el portavoz del Kremlin, Smitry Peskov, ha asegurado que Ucrania había sido informada de la presencia de los cautivos en dicho avión, mientras desde el país denuncian la «complicidad de Occidente».
Por su parte, Andriy Yusov, portavoz de la Dirección General de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano, explicó ante las cámaras que sí que había un intercambio previsto para el miércoles, aunque no llegó a producirse. que estaba previsto un intercambio de prisioneros para el miércoles, denunciando que la seguridad de los cautivos es responsabilidad del captor.
En otro orden de cosas, continúa dilatándose la decisión de los legisladores estadounidenses a propósito de la ayuda militar a Ucrania. Las últimas noticias, a pesar de los signos positivos detectados por miembros de la Administración Biden tras la reunión mantenida entre el presidente y los líderes del Congreso, apuntan en sentido contrario. De esta forma, debido a la forma en que se están produciendo las primarias republicanas y la presumible victoria de Donald Trump en las mismas, son cada vez menos los republicanos que quieren tomar una posición clara de apoyo al Gobierno.
También en relación con la ayuda, tenemos la supuesta oferta del Reino Unido a Alemania, para suministrar a este país misiles de crucero Storm Shadow en sustitución de los Taurus germanos, de forma que este país pueda enviar estos misiles a Ucrania sin quedarse así desprotegido. Curiosamente, desde el Ministerio de Defensa alemán, el ministro Boris Pistorius ha negado tener ningún tipo de información al respecto. Todo mientras luchaba contra las críticas ucranianas a la ayuda occidental, lanzadas por el ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba.
En relación con esto, se ha sabido que Francia habría suministrado un número indeterminado de MLRS adicionales a Ucrania, según ha anunciado su Ministerio de Defensa. El envío formaría parte de lo acordado de cara a la conformación de una coalición de artillería, que Francia lidera.
Cambiando de tercio, aunque siguiendo con Kuleba, el diplomático ucraniano ha hablado en las últimas horas con su contraparte mongola, buscando profundizar las relaciones entre ambos países, tratando el tema de la «Fórmula de paz» y los preparativos de la futura Cumbre de Paz Global, así como temas relacionados con los visados.
El primer ministro ucraniano, por su parte, ha mantenido una conversación telefónica con su homólogo francés, el recién llegado Gabriel Attal, a quien ha agradecido entre otros la entrega de más misiles SCALP o el papel jugado en la coalición de artillería. Además, hablaron sobre la implementación de distintas reformas por parte de Ucrania y la integración europea. Attal aseguró a Shmyhal que Ucrania cuenta con el total apoyo de Francia en relación con la iniciativa «Ukraine Facility», todavía bloqueada por Hungría.
Pasando a Rusia, y mientras el temor a un hipotético ataque futuro de Rusia a las repúblicas bálticas crece, tenemos que Putin ha visitado en las últimas horas la región de Kaliningrado, separada del resto del territorio de la Federación Rusa y punto clave para su presencia militar en el Báltico.
Siguiendo con Rusia, en las últimas horas se ha sabido que en breve se producirá la visita al país del director general de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, Rafael Mariano Grossi, quien también pasará por Kiev y por la central nuclear de Zaporiyia. En el caso de Rusia, espera reunirse con representantes de la compañía estatal Rosatom. Su gran preocupación, en cualquier caso, es la seguridad de la que es todavía la mayor central nuclear de Europa, sobre la que ha declarado que: “Lo más importante es que hablaré con la dirección rusa de la planta. Veré cómo se maneja el tema del agua ”.